Juan Andrés Camus, presidente de la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS), es un piñerista declarado. En plena campaña presidencial no dudó en afirmar que “si no saliera elegido Sebastián Piñera, la probabilidad de que tengamos un colapso en el precio de las acciones es alta”.
Ahora que el IPSA cayó en 8,25% durante 2018, Camus nuevamente defendió a Piñera, al decir a Pulso que el mal resultado se debió a “factores externos” y no a la gestión del Presidente.
Pese a estos apoyos, el gobierno decidió respaldar el proyecto de ley que profundizará la interconexión entre las bolsa que preside Camus con la Bolsa Electrónica de Chile (BEC), lo que en la práctica le quita el control de la actividad bursátil a la BCS, abriendo posibilidades para el ingreso de nuevos actores.
En la práctica, hoy los agentes bursátiles de la BCS y la BEC son los mismos; una veintena de corredoras tales como Larraín Vial, Banchile, BCI Corredores, Sura, Itaú o Merrill Lynch, pero la nueva legislación permitirá el ingreso de nuevos actores que hasta ahora no han entrado al mercado dadas las altas barreras de entrada de la BCS, la que -fundada en 1893 por banqueros y empresarios mineros- es la que tiene mayor penetración en el mercado de acciones.
Estos pueden ser agentes del mercado financiero que no han incursionado en actividad bursátil, como las fintechs (empresas tecnológicas financieras) tanto chilenas como extranjeras.
También se abre una oportunidad directa para Chile Market, Van Trust y Moneda Asset Management, que son las únicas tres corredoras que están en BEC y no en BCS. Moneda, por su parte, tiene participación en el fideicomiso ciego del Presidente Sebastián Piñera, junto con BTG Pactual y Credicorp, que están tanto en la BCS como en la BEC, y Altis, un family office sin presencia bursátil.
El cambio que viene
Para comprar y vender en el mercado de capitales, siempre es necesario hacerlo a través de un corredor. Actualmente, en Chile existen dos plataformas, la BCS y la BEC, en las que las ofertas son distintas. Esta última bolsa, por cierto, nació a inicios de los 90 como una apuesta tecnológica y una respuesta a la barrera que significaba la entrada a la misma BCS, que tenía como obligación participar de su estructura accionaria para poder transar instrumentos, con altos costos de ingreso.
Desde entonces mucho se ha discutido sobre la necesidad de introducir competencia en el mercado , en especial desde que se empezó a soñar con que Chile sea la plataforma financiera de Sudamérica.
Frente a esta presión, el 12 de junio de 2017, la BCS anunció el comienzo de su desmutualización, lo que, hacia la opinión pública, se transmitió como una oportunidad para permitir la entrada de nuevos agentes. De 48 acciones en su capital social, pasó a tener 48.000.000, limitando la propiedad y pactando que el porcentaje de cualquier persona natural o jurídica no podía exceder el 25%.
Sin embargo, acorde a un agente del sector, no llegó mayor competencia. “Básicamente los que entraron fueron corredores de la Bolsa Electrónica de Chile que se fueron para allá. Siempre se habló que la desmutualización, sin interconexión, produciría eso, y que así se iba a exacerbar el monopolio de la Bolsa de Comercio de Santiago”, dice.
Justamente, el proyecto de ley que aprobó recientemente la Comisión de Hacienda del Senado, por patrocinio del gobierno a través del ministro Felipe Larraín, implica la interconexión entre ambas bolsas. Esto es permitir que la Comisión para el Mercado Financiero regule y solicite medidas tendientes a eliminar tarifas interbolsas o de fijación de plazos para dichas operaciones, lo que favorece operaciones integradas que resguardan el principio de la mejor ejecución de la orden que protege al inversionista.
Tres minutos
En conversación con INTERFERENCIA, Juan Andrés Camus, presidente de la Bolsa de Comercio de Santiago, descartó que esta tramitación haya provocado su enojo con el gobierno. “Nosotros no hemos hecho ningún lobby sobre este tema, ni con miembros del Parlamento ni con Hacienda”, dijo.
Consultado respecto de las barreras de entrada que actualmente poseen los externos a la BCS para transar en esta, expresó que no existen. “Solo hay que ser corredor autorizado por la CMF y cumplir los estándares de la Bolsa, pero no es requisito ser accionista. En nuestra opinión, la interconexión existe y se produce a través de los corredores. Son ellos los encargados de ejecutar las transacciones de sus clientes en la bolsa de valores que ofrezca mejores condiciones para el interés de sus clientes”, declaró.
Su opinión contrasta con lo que expresó a este medio el agente del sector antes mencionado, quien habló a condición de anonimato. Según este, hoy en día “es imposible” transar desde la BCE a la BCS.
“Lo único que se puede hacer son operaciones interbolsa, que tienen un retraso de tres minutos. Ese tiempo en el mundo bursátil es infinito. Imagínate que en 10 años de operación interbolsa, se transó menos del equivalente a un día de transacción en la BCS. Con eso te dice lo ineficaz e ineficiente que resulta”, dice.
Otras fuentes del área consultadas por este medio, indican que con estas nuevas políticas, la barrera de entrada al mercado de capitales bajará considerablemente, al igual que las comisiones por intermediación para las personas naturales, que disminuirían ante la mayor cantidad de competidores y que se tenderá a alcanzar estándares de países desarrollados.
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