Dina Boluarte

El panorama es incierto a dos meses del fallido autogolpe de Pedro Castillo. La presidenta interina, Dina Boluarte, ha enfrentado las protestas con un discurso confrontacional, apoyando de manera irrestricta a las fuerzas del Orden e incluso culpando a los propios manifestantes de las lesiones y muertes durante su gobierno. Pide adelantar las elecciones, pero el Congreso no tiene apuro, recrudeciendo la crisis institucional.

El 1° de enero asumió Lula da Silva en Brasil y el 8 del mismo mes debió enfrentar una asonada bolsonarista. Entre medio, recrudecieron las protestas en el sur de Perú, en las que ya van 47 muertos, y en la provincia boliviana de Santa Cruz, como efecto de la detención de su gobernador Luis Fernando Camacho. En tanto, Alberto Fernández inicia una batalla política contra la Corte Suprema.

Los últimos eventos en Argentina y Perú recuerdan uno de los peores rasgos que caracterizó el siglo 20 latinoamericano. Con el mundo en tensión y la economía intenacional en ascuas, pareciera que volverá un período sin calma a la región.

Un año y cuatro meses alcanzó a estar en el poder el ex profesor de Cajamarca, quien acosado por el Congreso que buscaba su destitución, termina fallando un autogolpe en el cual se fue quedando rápidamente solo.