
Si bien Bergoglio, primer papa latinoamericano y jesuita, se mostró como uno de los sumo pontífices más progresistas en temas como el rol de la mujer, los abusos sexuales cometidos por el clero y el acercamiento a la comunidad homosexual, en lo concreto, esto no siempre se tradujo en cambios significativos al interior de la Iglesia ni su estructura.