Nacidas bajo el diseño del ex ministro José Piñera Echenique y de Hernán Büchi, las AFP pasaron a ser el símbolo de esos prometedores tiempos en que los chilenos soñaban con suculentas jubilaciones ofrecidas desde el gobierno, las cátedras y las ventas persona a persona. La vejez sería digna y tranquila y el presente se veía con buenos ojos, porque por el solo hecho de trasladarse al nuevo sistema se ganaban unos pesos más sin ninguna negociación.
Hoy [en 2001], cuando estas administradoras de fondos de pensiones se aprontan a cumplir veinte años, y los afiliados al sistema suman más de seis millones, muchos signos de incertidumbre las rodean. En el camino, algunas han desaparecido absorbidas por las más grandes, en particular por Provida, que reina con el 40 por ciento del mercado de afiliados. De las once que partieron, solo quedan ocho. Y mañana o pasado, la próxima semana o el próximo mes pueden ser siete. Como en el caso de las Isapres, la concentración se ha transformado en una característica. La «fusión por absorción» es una expresión de moda entre quienes las observan de cerca.
Los negocios internacionales ocupan a sus ejecutivos, que crean sociedades y más sociedades para tratar de invertir todo lo que pueden en empresas chilenas o extranjeras. Mientras, a través de sus voceros, insisten en la necesidad de que se aumenten los topes para invertir, sobre todo en el exterior, y se discute la posibilidad de que los bancos se involucren en el negocio.
Pero, entretanto, desde mediados de la década de los ochenta, las AFP han desempeñado un rol clave en la consolidación del poder económico en manos de quienes hoy lo detentan. Gracias a la participación significativa en las empresas que fueron del Estado, las AFP han sido un eficaz instrumento de control ejercido por los mismos que iniciaron y desarrollaron el proceso de privatización bajo el régimen militar.
Los ejemplos están a la vista: en la privatizada Chilgener, conocida en el último tiempo como Gener, la AFP Provida tenía hasta fines de 2000 un 9 por ciento de las acciones. En la misma empresa, Habitat controlaba el 6,97 por ciento de las acciones a través de su fondo de pensiones; Cuprum, el 6,63 por ciento; Santa María, el 4,45 por ciento; y Summa Bansander, el 3,8 por ciento. A ello se sumaban menores porcentajes de Planvital y Magister. Con eso supera el 26 por ciento del total accionario.
Otro tanto ocurre en Soquimich, la otrora empresa del Estado controlada por el ex yerno del general (R) Pinochet, Julio Ponce Lerou, donde, al 30 de junio de 2000, Provida S.A. tenía el 17,7 por ciento; AFP Habitat S.A., el 6,9 por ciento; Cuprum, el 4,8 por ciento; AFP Santa María, el 3,9 por ciento, y Summa Bansander, el 3,7 por ciento de las acciones.
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En el caso de la Industria Azucarera Nacional (Iansa), también privatizada, Provida es el segundo accionista en importancia, después de la sociedad Campos Chilenos, que fue adquirida por la española Ebro. El fondo de pensiones de Provida tenía a la misma fecha un 11,1 por ciento de las acciones de Iansa. Tal como ocurría hasta hace poco en Gener, en Iansa todas las AFP tienen partes importantes del capital accionario. Habitat controla un 6,71 por ciento; Santa María, un 4,5, y así sucesivamente hasta llegar a casi un 1 por ciento de Magister. En total, más de un 32 por ciento del imperio Soquimich es en realidad propiedad de los fondos de pensiones de los trabajadores chilenos.
La reforma de Piñera
El 4 de noviembre de 1980, menos de dos meses después del discutido plebiscito en que el general Pinochet se ungió con el título de presidente por ocho años y dio por aprobada la Constitución Política, promulgó la Reforma Previsional, una de las «modernizaciones» fundamentales del régimen militar. Y el 11 de mayo de 1981 nacieron formalmente las AFP.
Dos meses antes, el ahora desaforado senador vitalicio se trasladaba desde el edificio Diego Portales —donde había estado la sede de gobierno hasta ese momento— a La Moneda, donde se instaló hasta el 10 de marzo de 1990.
Junto con ese cambio de escenario se iniciaba una nueva era privatizadora en diferentes aspectos de la vida del país: educación, salud, empresas del Estado y, desde luego, previsión. No es casual que ese año 1981, en pleno auge de los Chicago boys que ya empezaban a convencer a los militares de las ventajas de «la iniciativa privada y el libre mercado», como único y «óptimo asignador de recursos», haya sido tan activo en materia de decretos y leyes que abarcaron los más diversos ámbitos.
En marzo de 1980, el ministro director de Odeplan, el economista Miguel Kast, había anunciado los «Programas Ministeriales» para ese año. El documento, en 146 páginas, redondeaba y daba aún más coherencia al modelo que se basa en la reducción del papel del Estado y la primacía del capital privado, regulado por el mercado libre. «El verbo privatizar se conjuga en imperativo y en futuro para todas las actividades nacionales», escribíamos por aquel entonces, y anotábamos que «de lo que allí se plantea, probablemente, lo más decisivo será la Reforma Previsional». Simultáneamente, esos programas involucraban la «racionalización de las empresas básicas del Estado, considerando la creación de empresas subsidiarias» que se le imponía a Corfo.
La Reforma Previsional permitió que los cuantiosos recursos previsionales de los trabajadores chilenos fueran traspasados de una plumada al sistema privado; es decir, como se mostró rápidamente en los hechos, a los principales grupos económicos de entonces. Y las imposiciones obligatorias que se descuentan mes a mes deberían canalizarse en el futuro hacia estas administradoras.
Tanto Manuel Cruzat y Fernando Larraín Peña como Javier Vial Castillo estrenaron sus AFP. Algunos conglomerados ya tradicionales, como los grupos Luksic, Angelini y Matte, se juntaron para formar la AFP Summa, mientras el grupo Edwards, dedicado por décadas al negocio de los seguros, partió también en la carrera con El Libertador.
En total, once sociedades anónimas con nombres de fantasía, llamativas imágenes corporativas y batallones de vendedoras y vendedores especialmente adiestrados se lanzaron a disputar el mercado que se les entregaba. Provida, Alameda, Santa María, San Cristóbal, El Libertador, Planvital, Summa, Invierta, se unieron a otras que iniciaron sus pasos con una evocación de corte gremial: Habitat. Esta reunía a gremios, entidades afines y trabajadores de la construcción, pero estaba abierta para quien quisiera afiliarse en ella. Magister nació ligada a los profesores y Cuprum surgió al interior de Codelco, orientada especialmente a los supervisores del cobre.
Los trabajadores, por su parte, al empezar a trabajar por primera vez, debían obligatoriamente afiliarse a estas AFP, donde cada uno sería responsable de capitalizar los recursos para jubilar. Y los demás, salvo los que estaban al borde de entrar a ser parte del contingente pasivo, eran atraídos para traspasarse al nuevo sistema con una seductora publicidad que prometía suculentas rentas en un indeterminado pero feliz futuro. Un «bono de reconocimiento» acreditaría al momento de jubilar sus años de imposiciones anteriores.
La Reforma Previsional permitió que los cuantiosos recursos previsionales de los trabajadores chilenos fueran traspasados de una plumada al sistema privado
Las antiguas cajas —la de Empleados Públicos y Periodistas, la de Empleados Particulares, la Caja Bancaria, la de Ferrocarriles y muchas otras— se verían obligadas a vender sus bienes y entrarían en un proceso de fusión, integrándose a lo que llegó a ser el Instituto Nacional de Normalización Previsional (INP). Se dieron plazos para tomar la decisión de seguir bajo el antiguo régimen imponiendo en el instituto del Estado, al que se le rodeaba de oscuros pronósticos.
Para hacer más atractivo el traspaso, quienes se cambiaban a las AFP percibían una renta líquida mayor, ya que el porcentaje imponible era menor que el del INP. Todo ello significó que solo quedaron en el antiguo sistema quienes por tener muchos años de trabajo no veían ninguna ventaja en el traslado, ya que sus bonos de reconocimiento serían demasiado bajos.
Quienes no se dejaron tentar fueron los uniformados, que fueron considerados como una excepción y pudieron seguir imponiendo en la Caja de Previsión de la Defensa Nacional hasta hoy.
Escenario adecuado
Desde los primeros meses después del golpe, los economistas del gobierno militar afirmaban que el sistema previsional chileno basado en la solidaridad y el reparto estaba quebrado y era «caótico». Uno de esos economistas era José Piñera Echenique, quien en 1978 había jurado como ministro del Trabajo. A esa altura era famoso por el denominado «Plan Laboral», rechazado por los dirigentes de los trabajadores, que apenas empezaban a levantar cabeza después de la dura represión que ejerció el Gobierno militar sobre el sindicalismo. El Plan Laboral, bajo una apariencia de apertura, imponía restricciones al derecho a huelga y a la libertad para organizarse. Pero, buen comunicador y polemista, Piñera había logrado convencer de las ventajas de su propuesta a la poderosa sindical estadounidense AFL-CIO, que amenazaba con un boicot a los productos chilenos por la situación laboral existente en el país.
El escenario creado por Piñera con su Reforma Laboral fue un elemento que contribuyó a generar el clima para que después lograra imponer su Reforma Previsional. Piñera había trabajado en el departamento de estudios de la Colocadora Nacional de Valores, del grupo de Manuel Cruzat, y tenía una revista de circulación restringida, Economía y Sociedad, desde donde preconizaba sus puntos de vista en materia de política económica, social y previsional.
Arturo Fontaine Aldunate, en su libro Los economistas y el presidente Pinochet, indica que en el segundo semestre de 1979 el entonces ministro del Trabajo, José Piñera, emprendió la tarea de llevar a cabo la Reforma PrevisionaI.
Tal como lo ratifica el ex director de El Mercurio, en esta reforma trabajaron junto al ministro Piñera «los economistas Hernán Büchi, Alfonso Serrano y Martín Costabal». El mismo Fontaine cuenta que la idea de terminar con el sistema de reparto e implantar la capitalización de los fondos de los imponentes era manejada por Odeplan «desde los comienzos del régimen». Y anota que en 1979 «el Comité Asesor plantea también sus reparos a través de su director general Roberto Guillard».
Por aquel entonces no funcionaba el Parlamento ni los chilenos sabían de las discusiones que se desarrollaban tras las cuatro paredes de las «Comisiones Legislativas» creadas por el régimen para dar una apariencia de legalidad a sus actos.
Pero, según el relato de Fontaine, hubo un momento decisivo dentro de la Comisión Legislativa Única, tras una consulta del entonces auditor del Ejército general Fernando Lyon, quien le preguntó al ministro Piñera si estaba consciente de los alcances que tendría el traspaso del Estado a los particulares de la enorme masa de fondos. «Y que en consecuencia, este Gobierno se desprende así del manejo y control de unos recursos con los cuales contaron todos los gobiernos anteriores desde hace cincuenta años».
El ministro respondió, de acuerdo a lo consignado por Fontaine, que «está consciente y ahí reside el valor del proyecto que entrega a los ciudadanos una cuota de poder y libertad necesaria para el pleno desarrollo dentro de la sociedad libre que el Gobierno está bosquejando».
Desde un comienzo, Provida fue la AFP de mayor tamaño. La creó el grupo Cruzat-Larraín, el más poderoso de ese tiempo. Después de la bancarrota de 1982 pasó a manos del Estado de nuevo y, luego, fue transferida al Bankers Trust.
El escenario creado por Piñera con su Reforma Laboral fue un elemento que contribuyó a generar el clima para que después lograra imponer su Reforma Previsional.
El Bankers Trust adquirió en 1985 el 40 por ciento de las acciones de Provida S.A., y el 92 por ciento de la compañía seguros de vida Consorcio Nacional de Seguros, a través de su filial Bankers Trust (Pacific). Ambas empresas habían pertenecido a Cruzat-Larraín, como recuerdan Patricio Rozas y Gustavo Marín en El mapa de la extrema riqueza diez años después5. Las transacciones —anotan los autores— se efectuaron mediante la conversión de pagarés de la deuda externa.
Años más tarde, ya en los noventa, Provida sería adquirida por el grupo encabezado por Álvaro Saieh y el ex ministro de Hacienda Sergio de Castro. En 1999, cuando Saieh ya la controlaba a través de Corp Group, traspasó esta sociedad al español Banco Bilbao Vizcaya, del cual quedó como socio con un 0,9 por ciento de las acciones.
De ministros a directores
Desde su nacimiento, las AFP se caracterizaron, además, por contar entre sus máximos directivos a importantes prohombres del régimen militar. Algunos de ellos iban y venían de la actividad pública a la privada, como es el caso de Alfonso Márquez de la Plata Yrarrázaval. Entre 1973 y 1977 había sido presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) y en 1977 ocupó la presidencia del Banco de Santiago hasta que fue nombrado ministro de Agricultura en abril de 1978. Tras dejar ese cargo, en diciembre de 1980, se reincorporó al grupo Cruzat-Larraín. Meses después fue designado integrante del directorio de Provida, junto a Manuel Cruzat y Fernando Larraín Peña.
El 10 de agosto de 1983, Alfonso Márquez de la Plata asumió como ministro secretario general de Gobierno y estuvo en La Moneda hasta noviembre de 1984, cuando pasó a la cartera de Trabajo y Previsión Social, donde se desempeñó hasta noviembre de 1988.
El primer presidente de Provida fue el ex ministro de Hacienda Jorge Cauas Lama6, quien era presidente del Banco de Santiago —el principal centro financiero del grupo Cruzat— desde 1978.
El grupo Vial, que generó dos AFP, manifestaba menos vinculación con el gobierno militar que el de Cruzat. En todo caso, en el directorio de la AFP Santa María, la principal del grupo, estuvo en la primera hora el ex ministro de Justicia y por esa época presidente del Consejo de Estado, Miguel Schweitzer Speisky.
La AFP Invierta, ligada al grupo Cueto-Martínez y al Banco de Concepción de entonces, se estrenó con un directorio presidido por Álvaro Bardón Muñoz, quien hasta el 30 de abril de ese año había sido presidente del Banco Central y quien sería el último presidente del Banco del Estado de Pinochet. Otro ex ministro del general Pinochet fue presidente de la AFP Summa, que reunió a los grupos Angelini, Luksic y Matte: el ex ministro de Economía Fernando Léniz Cerda.
Jorge Prado Aránguiz, quien después fue ministro de Agricultura, estaba en el directorio de la AFP Plan Vital. Esta AFP representaba la alianza entre dos grupos encabezados por empresarios de origen árabe: Yarur, Banas y Said, a los que se agregó el «subgrupo» Bolton, Larraín, Prieto y Risopatrón, y un conjunto de grandes y medianos empresarios organizados en torno a los bancos O’Higgins y de Talca.
El mapa actual de las AFP
El mapa actual del sistema de AFP (en 2001) está configurado por solo ocho administradoras. Al 30 de noviembre de 2000 había 6.276.223 afiliados. Tal como ha ocurrido con las Isapres, las AFP también se han caracterizado por vivir una progresiva concentración en pocas manos. De las casi veinte que partieron, hoy no quedan sino ocho y en cualquier momento podrán ser siete, o hasta seis. En el caso de las AFP, la tendencia marcada es que las compren grandes consorcios financieros internacionales.
El ranking lo encabeza la poderosa Provida, que en los últimos años, bajo el timón de Álvaro Saieh y Sergio de Castro, se fue «tragando» a tres AFP de menor tamaño: primero AFP Libertador en 1995, luego —en 1998— la AFP Unión y después a AFP Protección. Provida quedó así con más del 40 por ciento del mercado de las AFP, lo que significa al mes de noviembre de 2000 un total de más de dos millones y medio de afiliados.
La AFP Provida pertenece desde julio de 1999 a BBV Pensions Chile S.A., que posee el 57,6 por ciento de las acciones, y al Bank of New York, que tiene casi un 26 por ciento8.
El Banco Bilbao Vizcaya, que después se fusionó con el Argentaria para constituir el mayor banco hispano y el segundo de la Unión Europea, negoció con Álvaro Saieh, cuyo grupo tenía el control de la principal AFP del país.
En carta fechada el 4 de mayo de 1999 dirigida al BBV, se refería a las «conversaciones preliminares mantenidas entre el suscrito, actuando por sí y en representación de Corp Group International Ltda., y ustedes en relación a una transferencia de la totalidad de las acciones emitidas por la compañía Bermudas Corp Group Pensions Ltda., la cual controla diversas sociedades, entre ellas la administradora de fondos Provida S.A.».
Muy pocos de los afiliados a la AFP Provida, seguramente sabían en ese momento que la sociedad administradora de sus fondos previsionales era propiedad de una sociedad con sede en las Bermudas.
En la misma carta, entregada «bajo la condición de que ustedes mantengan estricta reserva y confidencialidad», Saieh señaló que Corp Group International lo designó «irrevocablemente como su mandatario exclusivo para el envío de la presente y la negociación a que en ella se alude, con la facultad de delegar el encargo en personas de mi confianza cuyos nombres les comunicaré oportunamente»9.
Posteriormente se suscribió el acuerdo y el Banco Bilbao Vizcaya tomó el control de Corp Group Pensions Ltda. Bahamas el 1 de julio de 1999, y como consecuencia, del 41,17 por ciento de Provida.
La adquisición por parte del BBV se concretó «a través de un canje de acciones de Corp Group Pensions Ltda. (Islas Bermudas) por títulos del Banco Bilbao Vizcaya.
Este acuerdo permitió al BBV obtener el control indirecto del 41,77 por ciento de AFP Provida, y el ciento por ciento de Consolidar, administradora de pensiones de Argentina, de propiedad también de Corp Group.
El canje de acciones de Corp Group Pensions por títulos de la entidad española significó que el grupo de Álvaro Saieh quedó con un 0,9 por ciento de las acciones del Banco Bilbao Vizcaya (BBV). Esa suma después bajó, tras la fusión del BBV con el Argentaria para formar el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA).
La transacción entre el BBV y Corpbanca, que involucró recursos por 265 millones de dólares, dejó en manos del grupo de Saieh parte de la administración de la AFP Provida. En la gerencia general se mantuvo a Gustavo Alcalde Lemarie, y el propio Saieh, además de accionista del BBVA, asesora a la entidad en el negocio de pensiones a nivel latinoamericano.
Las dietas de Provida
En sesión extraordinaria del directorio de la administradora celebrada el 12 de mayo11 fueron aceptadas las renuncias de los directores María Soledad y Jorge Andrés Saieh Guzmán —hijo de Saieh—, Nicolás Abumohor, Juan Pablo Díaz, Juan Rafael Gutiérrez, Odde Rishmague y Alejandro Contín. En su reemplazo fueron nominados Eduardo de Aguirre Alonso-Allende, presidente del directorio; Miguel Ángel Poduje Sapiaín, quien fue designado vicepresidente; Jesús María de las Fuentes Arambarri, Alberto Pulido Cruz, Máximo Pacheco Matte, Javier Palacios Aroca, José Madariaga Lomelín y Rafael Belichón.
Dos hombres del grupo Saieh quedaron en el directorio: los ex ministros del general (R) Pinochet Miguel Ángel Poduje Sapiaín y Álvaro Donoso Barros, ex ministro director de Odeplan. El nuevo presidente es el español Eduardo de Aguirre Alonso-Allende.
También se mantuvo el ex ministro de Economía Fernando Léniz Cerda y Vicente Conde Viñuelas, del grupo español.
Es interesante observar, en todo caso, el monto de las dietas que percibieron en 1999 los directivos de Provida. Por ejemplo, los hijos de Álvaro Saieh, en un año crítico para la economía del país y para los bolsillos de los trabajadores que tienen depositados obligadamente sus fondos previsionales en este sistema, percibieron significativas remuneraciones por asistir al directorio de la AFP controlada por el grupo que encabeza su padre.
María Soledad Saieh Guzmán ganó una remuneración por directorio de 29.489.000 pesos (casi 2.500.000 pesos al mes). Su hermano Jorge Saieh Guzmán, que ingresó posteriormente, obtuvo 7.226.000 pesos el año 1999.
A su vez, el ex ministro Miguel Ángel Poduje percibió casi 26.951.000 pesos (2.246.000 pesos al mes) y el ex ministro Álvaro Donoso Barros, 21.227.000 pesos en 1999.
Los hijos de Álvaro Saieh, en un año crítico para la economía del país y para los bolsillos de los trabajadores que tienen depositados obligadamente sus fondos previsionales en este sistema, percibieron significativas remuneraciones por asistir al directorio de la AFP controlada por el grupo que encabeza su padre
La Junta Ordinaria de Accionistas celebrada en abril de 2000 aprobó mantener los pagos por dietas, tal como se venían haciendo. Esto implica 75 Unidades de Fomento (UF) por sesión ordinaria de directorio, lo que significa 1.173.450 pesos por reunión ordinaria (estas se realizan por lo menos una vez al mes), más 10 UF, es decir 156.645 pesos más por sesión extraordinaria. AI presidente y al vicepresidente les corresponde el doble, lo que alcanza a 150 UF por sesión ordinaria, es decir casi 2.346.900 pesos por cada sesión ordinaria14.
Se puede calcular que, si se realizan dos sesiones de directorio al mes, el actual vicepresidente, Miguel Ángel Poduje, solo por su participación en sesiones de directorio de Provida debería recibir al mes un mínimo de 300 UF, lo que equivale a 4.693.800 pesos, si no hay sesiones extraordinarias.
El BBVA
Posteriormente, el 19 de octubre de 1999, el BBV se fusionó con otro importante banco español, el Argentaria, para constituirse en el actual Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, ya conocido por su sigla BBVA. Según informaciones divulgadas por el propio BBVA en su página web, la institución fusionada tendría actualmente un valor de mercado superior a los 41.000 millones de dólares y es el mayor banco de España.
Esa fusión significó que el socio chileno, Corp Group, encabezado por Álvaro Saieh, bajara proporcionalmente su participación en número, pero no en poder real, ya que el BBVA es más fuerte que el antiguo BBV.
Entretanto, el imperio de Provida se ha consolidado en otros países latinoamericanos: el 30 de marzo de 2000, Provida Internacional, filial de AFP Provida S.A., aprobó la fusión de la AFP Porvenir, de su propiedad, en El Salvador con las AFP Máxima y Previsión. Asimismo, Provida es dueña de la AFP Génesis en Ecuador.
Los negocios internacionales contribuyen a hacer más intrincada y estrecha la red tejida por las AFP y sus relaciones. Así, por ejemplo, el 9 de octubre de 2000, la AFP Provida le comunicó a la Superintendencia de Valores y Seguros haber recibido una nota de su accionista controlador, el BBVA, en la que informa que el grupo financiero Bancomer de México, controlado también por el BBVA, adquirió el 49 por ciento que Aetna Internacional tenía en forma directa e indirecta en el Afore Bancomer de México.
En esa comunicación se indica asimismo que BBVA «ofrece a la filial Provida Internacional S.A. el derecho para adquirir acciones representativas del 7,5 por ciento del capital social de Afore Bancomer». El valor del 49 por ciento de la participación accionaria de la Afore Bancomer contemplado en la aludida negociación asciende a 428 millones de dólares, «por lo que el precio de la posible adquisición sería el proporcional, vale decir 65.510.000 dólares».
Provida Internacional, que a su vez es mayoritariamente de propiedad del BBVA, aceptó obviamente la oferta, con lo que la AFP Provida chilena pasó a ser parte del banco mexicano —en una proporción de 7,5 por ciento—, el que, ahora bajo control del BBVA, adquirió casi el 50 por ciento que Aetna tenía en la Afore.
La misma AFP Provida, al informar a la superintendencia, señaló que la Afore Bancomer es «la entidad líder en el mercado previsional de México y la de mayor número de afiliados en Latinoamérica», con un 23 por ciento del sistema mexicano.
Santa María
México fue, en los últimos meses, plaza de importantes transacciones para las principales AFP que operan los fondos de los trabajadores chilenos.
En la otra cara de la medalla, la AFP Santa María, perteneciente durante los últimos años al grupo Aetna, aparece como vendedora de acciones de Bancomer. Con fecha 20 de septiembre, la sociedad administradora informó a la Superintendencia de Valores y Seguros, en carácter de hecho esencial: «En sesión celebrada el 15 de septiembre de 2000, el directorio de la AFP Santa María acordó aceptar una oferta de BBVA Bancomer de México y, en consecuencia, vender a este las acciones que posee de la Afore Bancomer S.A. de C.V. del mismo país, que representan el 16 por ciento del capital de esta, en el precio total de 137,6 millones de dólares»15.
Como producto de la transacción, Santa María Internacional recibiría un pago por 110,1 millones de dólares después de descontar los impuestos mexicanos para este tipo de transacción, que alcanzan al 20 por ciento. Indica el comunicado de la AFP que «una vez que se formalice esta transacción, el directorio de la AFP Santa María S.A. resolverá sobre un dividendo provisorio», destinado a los accionistas.
En Chile, entretanto, no está clara aún la suerte definitiva de la AFP Santa María —hasta ahora la tercera del sistema, con alrededor de un 15 por ciento de los afiliados— ni de las Isapres Cruz Blanca y Aetna. El directorio de Aetna informó el 3 de noviembre de 2000 a la Superintendencia de Valores y Seguros que las acciones de la AFP se radicaron en un 96,56 por ciento en manos de la compañía estadounidense Aetna. La operación es parte de un proceso de compra de acciones por parte de la sociedad controladora para efectuar el traspaso al grupo de seguros holandés ING, que opera en Chile a través de compañías de seguros.
Santa María nació en 1981 como la AFP del grupo Vial en competencia con Provida, que era del grupo Cruzat-Larraín. Ubicada en una de las primeras torres de Santiago, frente al río Mapocho, debió soportar un incendio y una bancarrota.
El grupo internacional Aetna, su dueño hasta el año 2000, había sido socio con Javier Vial a comienzos de los ochenta. Vial encabezaba uno de los más importantes grupos locales. Entre las numerosas empresas que controlaba se contaban el Banco de Chile y las AFP Santa María y San Cristóbal. A la vez, tenía diversas compañías de seguros que operaban con ellas. Tras la hecatombe financiera que llevó a la quiebra a Vial, Aetna se hizo cargo de la AFP y consolidó sus compañías de seguros. Esto le permitió al conglomerado Aetna participar en el proceso de privatización de empresas del Estado «otrora consideradas estratégicas», como recuerdan Patricio Rozas y Gustavo Marín en su libro El mapa de la extrema riqueza diez años después»16.
En el año 2000, cuando los negocios de Aetna a nivel mundial se dieron mal, el conglomerado internacional inició las conversaciones para traspasar la AFP chilena y las Isapres Cruz Blanca y Aetna, también de su propiedad.
El 20 de julio de 2000, la AFP Santa María comunicó a la Superintendencia de Valores y Seguros en Santiago que Aetna Inc. y el ING Group de Holanda suscribieron «una carta de intenciones» por la compra de activos que incluye todas las operaciones internacionales de Aetna en Chile, entre las que se cuenta la AFP Santa María, así como los seguros y fondos de inversión.
Este acuerdo de la compañía aseguradora holandesa ING con Aetna significaría que esta traspasaría su división de servicios financieros y la de negocios internacionales. Santa María informó que la negociación podría estar finalizada en diciembre de 2000.
En el informe de la propia AFP se explica su composición legal: Aetna Inc. es dueña de Aetna International Inc., compañía domiciliada en Estados Unidos, y que, a su vez, es matriz de la sociedad chilena Aetna S.A. Por su parte, Aetna S.A. es la matriz de Aetna Pensiones S.A., de la cual AFP Santa María es sociedad filial.
Esto significaría —además—, si la carta de intenciones prospera, que la holandesa ING será la propietaria de las Isapres controladas por Aetna en Chile: Cruz Blanca y Aetna. Asimismo, quedaría con las compañías de seguros de vida y Aetna Seguros Generales17, además del control de la AFP Santa María.
Mientras no se materialice el traspaso, Aetna Pensiones S.A. es dueña del 96,56 por ciento de las acciones de la AFP. El resto está muy dividido y ningún accionista alcanza siquiera al 0,5 por ciento.
El directorio es muy similar al de la Isapre Cruz Blanca. Este lo preside el economista Sergio Baeza Valdés, y lo integran Félix Bacigalupo Vicuña, presidente de la privatizada Iansa, quien —aunque la industria azucarera fue traspasada por el grupo Pathfinder— se mantiene a la cabeza del directorio; Juan José Mac-Auliffe, Fernando Mönckeberg Barros, Fabio Valdés Correa y Arturo Irarrázabal Covarrubias.
Sergio Baeza trabajó en el grupo de Javier Vial y era afín al equipo económico del régimen militar. Cuando Aetna se hizo cargo de las pertenencias del quebrado conglomerado Vial, algunos ejecutivos como Baeza siguieron con el consorcio estadounidense. Juan José Mac-Auliffe, en cambio, venía del grupo de Cruzat-Larraín, lo mismo que Fabio Valdés, cuñado de María Delia Valdés, la señora de Manuel Cruzat.
Las remuneraciones por directorio de Santa María son significativamente menores que las de Provida. Según informó la AFP a la superintendencia, el presidente, Sergio Baeza, obtuvo en el ejercicio de 1999 un total de 23.995.702 pesos anuales contra los casi 30 millones que obtuvo Soledad Saieh en Provida.
Los otros directores de Santa María percibieron alrededor de 12 millones de pesos cada uno (un millón al mes aproximadamente), con la excepción de Fabio Valdés, quien no alcanzó al millón anual, ya que se incorporó al directorio recién el 24 de noviembre de 1999.
El 8 de mayo de 2000, la Junta Ordinaria de Accionistas acordó, por unanimidad, fijar la remuneración de los directores en 40 Unidades Tributarias Mensuales (1.344.000 pesos de noviembre de 2000) y 80 UTM para el presidente (2.688.000 pesos) por cada sesión.
Habitat
La AFP Habitat es la segunda en el mercado, con un 22,7 por ciento de los afiliados a noviembre de 2000 (1.428.286 personas). Nació vinculada a la Cámara Chilena de la Construcción y, aunque ha mantenido ese sello, en los hechos se ha ido transformando en una especie de holding de un nuevo grupo donde conviven los más tradicionales empresarios de la construcción e ingenieros que trabajan en el sector, a los que se han sumado también ex ministros del Gobierno militar.
En un principio, sus lazos eran casi exclusivamente con la Isapre Consalud, también nacida del mismo sector. Actualmente, la propiedad de Habitat corresponde en un 80,5 por ciento a Inversiones Previsionales S.A. y el resto está dividido. A su vez, la Sociedad de Inversiones Previsionales pertenece en partes iguales a la Sociedad de Inversiones y Servicios La Construcción y a Citicorp Chile S.A.
Preside el directorio de Habitat el ingeniero civil Alfredo Schmidt Montes, ex presidente de la cámara y presidente de la empresa constructora Precon S.A. y de Concesiones Chilenas S.A. Lo acompañan en el directorio el ingeniero civil Leopoldo Lorenzini Teperman, presidente de Ingecol y presidente de la Comisión Especial de Concesionarios de la Cámara Chilena de la Construcción. Eugenio Velasco Morandé, también ex presidente de la cámara, socio director y gerente de finanzas de la empresa Moller y Pérez Cotapos. Velasco es miembro, además, del directorio del Instituto Libertad y Desarrollo.
Forman parte del directorio de la AFP Habitat, asimismo, dos ejecutivos del Citibank: Luis Rodríguez Villauso Sario, vicepresidente de Citibank N.A., y John Roxas Castro. El ingeniero comercial Christian Abello Prieto es director en representación de Transbank. Junto a ellos hay otros dos ingenieros comerciales que fueron ministros del general Pinochet: María Teresa Infante Barros, socia de Infante y Asociados, quien fuera ministra del Trabajo y Previsión Social entre septiembre de 1989 y marzo de 1990 y antes subsecretaria de Previsión y superintendenta de Educación, y Luis Larraín Arroyo, que fue ministro director de Odeplan en el último gabinete del general (R) Pinochet. Larraín, habitual comentarista antigobierno en sus columnas en El Diario, fue también superintendente de Seguridad Social en el Gobierno militar. Actualmente, Luis Larraín se desempeña como gerente de Invesco, gerente de gestión de la Cámara de la Construcción, gerente de Seguravita y es el subdirector ejecutivo del Instituto Libertad y Desarrollo18.
En el caso de la AFP Habitat, la remuneración a sus directores la entrega clasificada en participación de utilidades, asistencia a directorios y algunos reciben una suma por asistencia a comités. Durante el ejercicio de 1999, Habitat pagó un total de 140.817.820 pesos por concepto de dietas y participación de utilidades a sus directores, según se consigna en su memoria. El presidente de la AFP en ese período, el empresario de la construcción Germán Molina Morel, percibió 25.035.256 pesos, y otros directores sumas que van desde 16.725.746 pesos para Ricardo Zabala Hevia; 14.667.628 pesos para Alfredo Schmidt; 14.182.631 pesos para Pedro Samham; 14.109.885 pesos para María Teresa Infante; hasta 1.852.817 pesos para Luis Larraín, que se incorporó a fines de año.
Llama la atención al observar la lista de accionistas que el ex ministro de Economía y de la Vivienda en el régimen militar, el empresario de la construcción Modesto Collados Núñez19, figura, a título personal, entre los principales accionistas de Habitat: en efecto, al 31 de julio de 2000 aparece con el 1 por ciento de la propiedad de la AFP, lo que equivale a 10 millones de acciones.
Habitat es hoy la empresa madre de un conglomerado que tiene entre sus «coligadas» a la sociedad Invesco Internacional, Habitat Desarrollo Internacional y Habitat Servicios Internacionales S.A. Además, posee un 16,4 por ciento de una sociedad especial por su composición: la sociedad de inversiones DCV S.A., constituida en octubre de 1992. Preside el directorio de DCV el actual presidente de la Asociación de Administradoras de Fondos de Pensiones y ex ministro del Trabajo del Gobierno militar, Guillermo Arthur Errázuriz, y lo integran el presidente de la AFP Santa María, Sergio Baeza Valdés, y el vicepresidente de Provida, Miguel Ángel Poduje.
Llama la atención al observar la lista de accionistas que el ex ministro de Economía y de la Vivienda en el régimen militar, el empresario de la construcción Modesto Collados Núñez19, figura, a título personal, entre los principales accionistas de Habitat: en efecto,
El gerente general de Habitat es, desde el 12 de junio de 2000, el economista Martín Costabal Llona, quien fuera el último ministro de Hacienda de Pinochet. Entre 1995 y 1997, Costabal se desempeñó como gerente de la división de infraestructura de Endesa, en el tiempo en que la ex empresa estatal era dirigida por sus amigos José Yuraszeck y Ernesto Silva Bafalluy. Costabal integra actualmente el Tribunal Supremo de la UDI y ha sido también asesor del Banco de Chile bajo la administración del grupo Penta.
De acuerdo a los estudios de empresas consultoras, los gerentes generales de AFP son los ejecutivos mejor pagados del sector privado, lo que implicaría que el ex ministro obtendría una remuneración líquida superior a los 12 millones de pesos mensuales.
Summa Bansander
La AFP Summa Bansander es la cuarta AFP en tamaño, según el número de afiliados, y tiene alrededor de un 8 por ciento del mercado. Pertenece justamente al grupo Bansander Central Hispano, que la adquirió a los anteriores dueños de Summa, es decir a tres grupos tradicionales que optaron por dejar el negocio de AFP.
En diversas oportunidades, durante el último tiempo, los ejecutivos de Summa han manifestado la posibilidad de ampliar su inversión en AFP.
Cuprum
La quinta AFP en el mercado es Cuprum, que nació en 1981 ligada a los supervisores del cobre, pero que después fue adquirida por el grupo Penta, que había surgido en la década de los ochenta, a partir de la «normalización» del Consorcio Nacional de Seguros y de la privatización del Instituto de Seguros del Estado (ISE). actualmente, los Penta comparten su control con el consorcio asegurador canadiense Sun Life, y mucho se ha hablado en los últimos meses de una posible venta.
En diciembre de 1988, ya el Consorcio Nacional de Seguros figuraba con un 13,75 por ciento del capital accionario de Cuprum. A partir de 1990 aparece en el informe financiero mensual de las AFP como propietario del 9,54 por ciento de las acciones la sociedad Administraciones e Inversiones Penta Ltda. En la ficha de diciembre de 1988 figuran en el directorio Carlos Eugenio Délano Abbott y Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro, quienes llegarían a ser, años después, director y vicepresidente del Banco de Chile, respectivamente, además de tener otras influyentes posiciones. Ese mismo año 1988 asumió como presidente del directorio de Cuprum Pedro Corona Bozzo, quien durante años fue también presidente de la Asociación de AFP.
Pedro Próspero Corona Bozzo, ejecutivo de confianza del Gobierno militar en Codelco. Primero fue gerente de recursos humanos y en 1978 fue designado por el general (R) Pinochet vicepresidente de Comercialización y Administración. Estuvo en ese cargo hasta 1979 y de ahí pasó a ser vicepresidente de Finanzas de la principal empresa del Estado, donde permaneció hasta 1985.
Desde esas posiciones, Corona tuvo participación en el directorio del ISE, donde el Estado aseguraba sus bienes. Ya en ese tiempo también fue representante de Codelco en el directorio de la AFP Cuprum, creada por los supervisores del cobre.
Cuando el grupo Penta tomó el control de Cuprum en 1988, Pedro Próspero Corona fue designado presidente del directorio de la AFP, donde ha permanecido hasta hoy. En esa calidad fue elegido presidente de la Asociación de AFP, donde estuvo hasta ser reemplazado por Guillermo Arthur. En otro plano, Pedro Corona ingresó en 1995 al directorio del diario La Época, donde participó hasta la desaparición de ese diario en 1998.
A partir de 1991, la sociedad Administraciones e Inversiones Penta Ltda., principal accionista de Cuprum, aumentó su porcentaje accionario hasta el 27,8 por ciento. Ese año se incorporaron al directorio otros dos nombres en representación del grupo: Hugo Bravo López y Fernando Silva Alvear.
En 1992, el grupo consolidó el control mayoritario de la AFP Cuprum, lo que fue determinante para el control de importantes empresas del país.
En 1996, la sociedad «madre» pasó a llamarse Empresas Penta, y en diciembre de 1997 llegó a controlar el 48,3 por ciento de Cuprum, que, entretanto, se había convertido en una de las principales AFP del país.
El negocio resultó suculento para el grupo Penta, que en 1998 vendió un 32,5 por ciento de las acciones de Cuprum a la empresa Sun Life de Canadá en 140 millones de dólares, pero mantuvo un 32,5 por ciento y la administración de la AFP. La operación les otorgó liquidez para aumentar las sucesivas compras de acciones del Banco de Chile y para otras actividades del grupo.
Junto a Pedro Corona integran el directorio [de Cuprum] Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro, Carlos Alberto Délano Abbott, Alejandro Hirmas Musalem, Sergio Andrews García, Jorge Pérez Fuentes, Jorge Rosemblut Ratinoff20, John Lane Scott y Jane Smale.
Actualmente, la AFP Cuprum pertenece en un 31,7 por ciento a Empresas Penta S.A. y en igual porcentaje a Sun Life Inversiones S.A. El Depósito Central de Valores controla el 11,45 por ciento; Inversiones Macro, un 2,2 por ciento, y el resto de los accionistas tiene porcentajes inferiores al 1 por ciento.
Junto a Pedro Corona integran el directorio Carlos Eugenio Lavín García-Huidobro, Carlos Alberto Délano Abbott, Alejandro Hirmas Musalem, Sergio Andrews García, Jorge Pérez Fuentes, Jorge Rosemblut Ratinoff20, John Lane Scott y Jane Smale. El gerente general es Manuel Antonio Tocornal Blackburn.
En Cuprum, las remuneraciones de directorio, a primera vista, parecen bastante más bajas que las que reciben sus colegas de otras AFP, de acuerdo a lo consignado en el informe sobre «hechos relevantes» del 30 de septiembre de 2000. Este indica que por cada sesión ordinaria un director recibirá 10 UF (154.645 pesos)22. El presidente percibe el doble y el vicepresidente una vez y media más de lo que un director. Por sesiones extraordinarias pagan 5 UF cada una, pero tienen un tope de una sesión extraordinaria al mes. Eso sí, la junta de accionistas estableció un reembolso por «gastos de representación hasta la cantidad de 10, 15 o 20 UF, según se trate de directores, vicepresidente o presidente». Y también acordó «otorgar una participación a los directores titulares igual al 1 por ciento de las utilidades después de impuesto de la empresa, la que se distribuirá entre estos por el período en que han ejercido como tales».
En los últimos meses (en 2001) han circulado insistentes versiones de una posible venta de Cuprum y se señalaba como el más interesado al Banco Santander, lo que ha llevado al alza las acciones de la AFP23. No es descartable que el grupo Penta, que ya se desprendió de una parte de la AFP, prefiera concentrarse ahora en el negocio de los seguros, mientras consolida, además, su sociedad con los Fernández León en las fusionadas Isapres Banmédica y Vida Tres.
Las demás AFP
Otra posibilidad es que el grupo Santander adquiera la AFP Santa María para la eventual fusión con Summa Bansander. Si tienen asidero las versiones de un eventual traspaso de Cuprum o de Santa María al Banco Santander Central Hispano, quedarían solo tres o cuatro grandes Isapres en el mercado de las administradoras de fondos previsionales.
Las otras AFP son Planvital, que aún permanece en manos de Francisco Javier Errázuriz, con casi un 5 por ciento de los afiliados; Magister, que desde agosto de 2000 es propiedad de la compañía aseguradora Inverlink, que adquirió el total de las acciones al Colegio de Profesores. Con 93.575 afiliados en noviembre de 2000, representa el 1,5 por ciento del mercado. La más pequeña es Aporta Fomenta, con solo 26.854 imponentes y un 0,4 por ciento del total de los afiliados.
Mañana: 2016: Los guardianes de las AFP, por Álvaro Ramis
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