Carlos Tromben tiene varias facetas. La más conocida es la de escritor y periodista, que lo ha llevado a publicar una docena de libros de ficción y cuatro de no ficción.
Entre sus obras se encuentran varias novelas premiadas y super ventas, como El vino de Dios (2019), Balmaceda (2016) o Karma (2006). En no ficción, destacan su trabajo periodístico en torno a los negocios de la elite, como Todo Legal, el auge y caída de la elite financiera, con Ignacio Schiappacasse (2021), Pescado Rabioso (2018) y Crónica secreta de la economía chilena (2016).
Hoy, Tromben se planteó estar del otro lado de la industria y fundó junto a su esposa María Paz Vargas -doctora en literatura que tuvo experiencia en editorial Anagrama de Barcelona- la editorial RocaMar.
Pese a que el primer libro publicado por RocaMar es una novela del propio Tromben (Guía para armar un complot) la nueva editorial tiene por vocación la no ficción, siendo la edición de este libro una especie de ejercicio de ensayo y error, con lo que los dueños -entre quienes también se encuentra la diseñadora Paula Guzmán- buscan ganar experiencia y no cometer errores con autores que no sean parte directa del proyecto.
- ¿Quiénes están llamados a escribir y publicar en RocaMar?
En la editorial hay un arco amplio de saberes y experiencias que están convocados, pero con la idea de que se produzca un diálogo entre ellos. Se trata, de algún modo, de una invocación al diálogo interdisciplinario, donde se junten -por ponerte un ejemplo- la antropología y la neurociencia, o la arqueología con la sanación, para dar respuestas concretas a preguntas urgentes. Me imagino cosas como un diálogo entre un psicoanalista y un político, para intentar comprender el auge de los populismos nacionalistas, por darte una idea.
A veces las respuestas que buscamos las tienen personas que no necesariamente tienen experiencia escritural, pero si la reflexión o la investigación necesarias, por lo que nos planteamos como un ‘servicio editorial’ que transforme eso en un relato escrito ordenado y atractivo.
"Lo central es que se va a tratar de buscar diálogos interdisciplinarios de cara al presente problemático, que algunos han definido como ‘policrisis’, en la cual se entremezclan la economía, la política, la crisis social y de representación, lo medioambiental, entre muchas otras cosas".
Se trata de subvertir las categorías. Por ejemplo, pensamos meternos en temas de autoayuda. Va a ser algo de alto nivel, o de nicho, como ‘autoayuda para artistas visuales o para poetas’, por decirte una idea que me surge ahora o ‘autoayuda en las finanzas’ ¿Qué tal, eh? [ríe].
A lo que voy es que siempre hay alguien con algo interesante que contar, que puede servir a otros en circunstancias similares.
Lo central es que se va a tratar de buscar diálogos interdisciplinarios de cara al presente problemático, que algunos han definido como ‘policrisis’, en la cual se entremezclan la economía, la política, la crisis social y de representación, lo medioambiental, entre muchas otras cosas.
En fin, hay una serie de estamentos en la crisis que manifiestan cierta urgencia.
En España se habla mucho en los circuitos editoriales del ‘texto urgente’ y mucha gente está trabajando sobre eso. Lo están tomando, por ejemplo, Anagrama o Planeta, o editoriales perqueñas que han salido con varios libros breves, de diálogos interdisciplinarios, con antropólogos, psiquiatras, y personas que quieren trabajar temas específicos, como por ejemplo de salud mental y crisis política. Son dos cosas que están muy relacionadas, pero que nadie ha explorado lo suficiente.
- Los políticos están desquiciados y Twitter es una gallera.
Lo estamos viendo en estos días, con los bochornos que nos da el Parlamento, con representantes elegidos que llegan ebrios a las sesiones o que protagonizan un pugilato ridículo. Son polémicas artificiales ¿no es cierto? hay una faz que busca un protagonismo gratuito, pero también hay muchos electores que privilegian la forma sobre el fondo, la emoción sobre la reflexión; la gallera que es Twitter, claro.
O sea, hay aspectos de la vida privada, personal, que van y vienen al ámbito político, que hacen crisis, pero no lo vemos. Por ejemplo, hay una crisis de la masculinidad muy instalada. Hay una crisis del amor de la pareja. La crisis medioambiental también tiene muchas bajadas.
"Es viendo ese conjunto de saberes, por un lado, y de problemas, por el otro, que hablamos ‘interseccionalidad’. Y es que las cosas en la vida real no se pueden aislar entre sí; componen asuntos sistémicos. Por eso buscamos replantear las ideas detrás de las autorías y los saberes".
Es viendo ese conjunto de saberes, por un lado, y de problemas, por el otro, que hablamos ‘interseccionalidad’. Y es que las cosas en la vida real no se pueden aislar entre sí; componen asuntos sistémicos. Por eso buscamos replantear las ideas detrás de las autorías y los saberes.
Un buen ejemplo de lo anterior es el tema de la sanación. Me refiero a todo el tema de las sanaciones alternativas, donde hay que marcar una frontera entre la charlatanería y el estudio profundo de -por ejemplo- los saberes de los pueblos originarios, que hoy en día tienen mucho que decir.
Nadie está haciendo una curatoría seria sobre estas prácticas de sanación, y es super importante porque la medicina y el paradigma de salud también están en crisis.
- Parten con un libro tuyo de ficción, me imagino que algo de espacio va a haber para esa categoría.
El proyecto se plantea básicamente como una editorial de no ficción, no obstante, vamos a tomar algunos casos puntuales de ficción. Queremos rescatar libros que se publicaron en el pasado en determinados escenarios que son válidos, al día de hoy. Por ejemplo, ficción juvenil en temas LGTB+, que se necesita con urgencia.
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- ¿Qué proyectos concretos puedes anticipar?
Estamos trabajando con algunos autores y autoras chilenos. Seguimos trabajando con Marcelo Mellado, de fuerte vocación regional, que es algo que también nos interesa desarrollar; lo que va desde la periferia hacia el centro.
También estamos trabajando con un sanador, que no puedo decir su nombre, que lleva muchos años en el estudio de los saberes de los pueblos amazónicos.
Otra cosa que estamos haciendo activamente es buscar libros que traducir, y gestionar sus derechos para traerlos a nuestro público. Y, hablando de traducción, también estamos viendo trabajos académicos que tengan ideas interesantes para llevarlos a un lenguaje de divulgación.
En ese sentido, estamos en proyectos de libros que son escalables o ‘exportables’, en el sentido de que van desde lo local a lo global, y que tienen un potencial de lectoría más allá de nuestro país. En ese sentido, trabajamos en un espectro amplio del progresismo, y también del liberalismo, para gente que busca ir más allá de del metro cuadrado de su saber, de su nación o de su religión.
- ¿Qué lectores están buscando?
Buscamos un público lector más bien reflexivo, totalmente dispuesto a conversar e interesarse por lo que no conoce, como saber o como perspectiva. Personas que puedan interesarse en las interseccionalidades entre urbanismo y autoconstrucción, con ciencia política, porque se preguntan por el buen vivir, por ejemplo.
"Un buen ejemplo de lo anterior es el tema de la sanación. Me refiero a todo el tema de las sanaciones alternativas, donde hay que marcar una frontera entre la charlatanería y el estudio profundo de -por ejemplo- los saberes de los pueblos originarios, que hoy en día tienen mucho que decir".
- ¿Hay suficiente público en Chile como para eso?
Existe. No es un público realmente masivo, pero tampoco necesariamente se trata de un nicho tan exclusivo que no me permita tener una escala como para echar andar una editorial, Además, no tiene por qué ser algo solo en Chile, y menos en Santiago. Hay ciudades grandes del país donde la editorial puede llegar, pues hay cada vez más libreros. Están por ejemplo las Qué Leo, que también llegan a los barrios, y está también la venta on-line, que es muy importante.
Además, confío en los formatos que estamos pensando. Libros de 200 o 250 páginas como mucho, que respondan a ese desafío de la urgencia, que sean gratos de leer, oportunos, inteligibles, atractivos en lo gráfico.
Somos una editorial que va más allá de la vocación testimonial de la cultura por la cultura. Es decir, tenemos un claro sentido de querer influir, lo que pude marcar un volumen y una masa crítica interesante.
- ¿Tienen intenciones de entrar en el sistema escolar?
Sí, claro. En el sistema escolar hay muchos temas emergentes importantes y los profes están con una necesidad importante por contenido. Lo hemos palpado, tenemos muchos amigos profes, y les falta determinados libros para abordar determinadas temáticas, como lo LGTB+ o lo medioambiental.
Estos temas tardan en entrar en el canon, pero confío en el trabajo serio que podemos hacer, digamos de posicionamiento de la editorial, y de instalación de nuestras temáticas y de nuestra marca, que sea sinónimo de calidad editorial, de seriedad en la curatoría.
Comentarios
Edisur es una excelente
Como ex empleado del Banco
Mucho éxito en sus proyectos.
Excelente! Muy inspirador.
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