Los ataques sufridos por reporteros que cubrían la manifestación por el 1 de mayo pasado -siendo la periodista Francisca Sandoval de Señal 3 La Victoria quien resultó con las heridas más graves, aún en riesgo vital en el Hospital de Urgencia Asistencia Pública (HUAP)- tuvieron alcance internacional, movilizando a distintas organizaciones a repudiar la violencia en contra de la prensa.
Entre ellas, ayer se manifestó el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), cuya coordinadora del Programa de América Latina y el Caribe, Natalie Southwick, dijo que “las autoridades chilenas deben investigar a fondo los disparos de tres reporteros en una manifestación del Día del Trabajador y asegurarse de que los perpetradores sean llevados ante la Justicia”.
“Las protestas son constantemente uno de los entornos más peligrosos para los periodistas en Chile, y es esencial que se les permita cubrir las manifestaciones de manera segura y sin temor a la violencia”, agregó la coordinadora.
“Las autoridades chilenas deben investigar a fondo los disparos de tres reporteros en una manifestación del Día del Trabajador y asegurarse de que los perpetradores sean llevados ante la justicia”, pidieron desde el CPJ.
El CPJ, organismo con presencia global y con su centro de operaciones en Nueva York, es una organización independiente que defiende los derechos de los periodistas a informar sin enfrentar represalias.
Junto con destacar el caso de Francisca Sandoval, el Comité también mencionó a “Fabiola Moreno, reportera de Radio 7, quien recibió un disparo en el hombro, y Roberto Caro, reportero del medio comunitario Piensa Prensa, quien recibió un disparo en la pierna, según esos informes y el presidente del Colegio de Periodistas de Chile, Danilo Ahumada, quien habló al CPJ a través de la aplicación de mensajería. Ambos periodistas recibieron tratamiento médico y fueron dados de alta”.
Consultada por este medio, Southwick confirmó que están monitoreando la situación y continúan en comunicación con el Colegio de Periodistas y varios contactos en Chile para dar seguimiento “y brindarle apoyo a Francisca, si sea posible, y su familia y colegas”.
Asimismo, la organización también intentó contactarse con la PDI para realizar comentarios pero hasta el momento no han podido hacer llegar sus inquietudes.
Hostigamiento a la prensa en Chile
El año pasado, Southwick dio una entrevista a Interferencia donde explicó la labor de la institución: “Tenemos programas por varias regiones y es una organización fundada por periodistas, entonces digamos que también hacemos “periodismo para defender para a periodistas” con lo que publicamos en nuestra web. Hacemos documentación de vulneraciones a la libertad de prensa, de casos preocupantes por todo el mundo que afectan la libertad de expresión y el acceso a la información”.
“También tenemos un equipo que hace apoyo más directo a reporteros en situaciones de riesgo, como periodistas que tienen que salir de sus países o que necesitan apoyo económico para enfrentar procesos judiciales. Y también tenemos relación con organizaciones a nivel internacional y con gobiernos a nivel nacional y local”, complementó.
El CPJ, organismo con presencia global y con su centro de operaciones en Nueva York, es una organización independiente que defiende los derechos de los periodistas a informar sin enfrentar represalias.
En la misma oportunidad, la coordinadora mostró su preocupación por la situación que vivía la prensa en Chile desde el estallido social a la fecha, con numerosos casos de agresiones, hostigamiento y espionaje a los periodistas.
“En Chile ya existe una estructura de represión por parte de las fuerzas policiales sobre la población en el contexto de manifestaciones, que está muy presente y atacan a los periodistas que están cubriendo las protestas. Entonces por estar ahí en ese contexto donde ya existe confrontación y esta amenaza por parte de la policía, ya están en peligro. Y además aparte de ese peligro físico, como el patrón de los perdigones que afectó a varios fotoperiodistas, hay una estructura de vigilancia por parte de las fuerzas de orden. Ya sabemos que hay antecedentes de vigilancia y monitoreo de periodistas, y no solo de reporteros, sino también de fuentes, en un intento de silenciar. Es parte de un esfuerzo para controlar la información que se pueda transmitir, que no necesariamente necesita de unas tácticas muy violentas sino otras estrategias un poco más sutiles”, apuntó en esa ocasión.
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