Más de un dolor de cabeza en el clero chileno dejó este lunes un artículo del diario El País de España, titulado Una víctima de abusos denuncia a la cúpula de la Compañía de Jesús en Chile por encubrir su caso.
El periódico señala que una víctima del religioso jesuita Juan Miguel Leturia -identificado como David para resguardar su identidad- decidió denunciar en España, en el obispado de Tarragona, donde reside actualmente, a siete ex provinciales de la Compañía de Jesús por encubrimiento de su caso. En paralelo, esta misma persona interpuso en 2021 una demanda por encubrimiento de casos de abuso sexual, que aún continúa sin avances en la justicia.
Entre las acusaciones que pesaban en su contra había diversos abusos sexuales a menores de edad, entre los que estaba la insistencia del religioso por “medir el pene” a niños y adolescentes. Finalmente Leturia murió en 2011, sin haber recibido una condena judicial.
La denuncia acusa de encubrimiento de abusos sexuales a los religiosos,- y ex provinciales de la Compañía en Chile-, Juan Ochagavía, Guillermo Baranda (hermano del ex convencional Benito Baranda), Fernando Montes (ex rector de la Universidad Alberto Hurtado), Eugenio Valenzuela (que en 2019 presentó su renuncia como sacerdote por estar acusado de abusos sexuales), Christian Brahm, Christian del Campo y Gabriel Roblero, este último actualmente en el cargo. “Junto a ellos, sacerdotes y rectores del colegio y otros responsables eclesiásticos”, señala El País.
David sufrió abusos sexuales en un colegio jesuita de Osorno, entre 1982 y 1995, por parte de Juan Miguel Leturia, quien fue condenado por la justicia canónica en 2006 a apartarse del trabajo con niños y jóvenes y con la prohibición de realizar misas. Entre las acusaciones que pesaban en su contra había diversos abusos sexuales a menores de edad, entre los que estaba la insistencia del religioso por “medir el pene” a niños y adolescentes. Finalmente Leturia murió en 2011, sin haber recibido una condena judicial.
Según diversos testimonios y el medio BishopAccountability, a pesar de haber sido condenado por la justicia canónica en 2006, ya se conocían denuncias contra Leturia al interior de la Iglesia desde 1997. Ese mismo año, la curia decidió trasladar al religioso a Estados Unidos, con la excusa de tratar su alcoholismo. Según reporteó en junio pasado INTERFERENCIA , el caso de Leturia fue uno de los primeros casos de abusos por parte de jesuitas conocidos en el país.
Esta vez, el denunciante quiere que la Iglesia y tribunales investiguen el encubrimiento y la presunta complicidad de otros jesuitas, al no investigar estos delitos ni llevar el caso a la justicia ordinaria.
“David siente que llevan años mareándole y ocultándole la verdad. Para empezar, no fue hasta 2010 cuando se enteró del resultado del proceso canónico y descubrió que no se había investigado ni castigado a los responsables del encubrimiento. Y fue porque, tras irse a vivir a España, acudió a la archidiócesis de Barcelona a pedir ayuda para que le dijeran qué había pasado con su denuncia. Tras varios trámites, el Vaticano obligó a los jesuitas a que le informaran y sólo entonces supo que se habían limitado a una ligera pena a su agresor”, consigna la nota de El País.
“Incluso lo hicieron a través de los medios de comunicación, hablando de que era una persona que solo buscaba dinero y desprestigiar a los jesuitas. Eso me afectó muchísimo”, afirmó la víctima en la nota.
En 2019, David volvió a denunciar a los religiosos chilenos por encubrimientos, pero su denuncia fue descartada. Pero esta semana realizó de nuevo la denuncia, entregando más detalles de nombres y acciones de los presuntos responsables.
La víctima denunció por primera vez a Leturia en 2005, pero no recibió más que una carta de respuesta. Posteriormente, señala que la Compañía de Jesús le ofreció un monto de dinero, a cambio de que se retractara de sus acusaciones, a lo cual David se negó. También afirma que el Arzobispado de Santiago, en ese momento a cargo de Francisco Javier Errázuriz, prometió hacer gestiones para investigar el caso, pero posteriormente no le informaron de ninguna investigación.
David agrega que además de que sus denuncias fueran ignoradas, fue instigado por los jesuitas.
“Incluso lo hicieron a través de los medios de comunicación, hablando de que era una persona que solo buscaba dinero y desprestigiar a los jesuitas. Eso me afectó muchísimo”, afirmó en la nota.
“La Compañía abrió finalmente una investigación canónica contra Leturia, pero no informó a la víctima de ello, por lo que no declaró durante el proceso, como marca el derecho canónico. Además, obligaron a un jesuita amigo de la víctima —actualmente retirado— a que escribiera un documento contra él para enviarlo, con la sentencia, a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma. En ese texto acusaba a David de ser ‘una persona psicológicamente desequilibrada y emocionalmente inestable’. EL PAÍS ha contactado con dicho exreligioso y corrobora esa versión. ‘El fin era desacreditar su testimonio’, admite”, consigna el diario.
La víctima afirma que los jesuitas tienen un enorme poder en Chile y el mundo, que llega hasta el Papa Francisco, quien pertenece a la Compañía de Jesús.
“Al santo padre Francisco suplico que investigue y proceda criminalmente a todos quienes sean responsables: autores, cómplices y encubridores del delito de abuso sexual”, anadió David.
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