Estamos donde tú estás. Síguenos en:

Facebook Youtube Twitter Spotify Instagram

Acceso suscriptores

Martes, 30 de Diciembre de 2025
[Revisión del VAR]

El año que nos deja

Roberto Rabi González (*)

"En suma, es difícil mencionar aspectos positivos del año que nos deja y mucho más tener expectativas de mejoría para el año que viene. Pero hablamos de fútbol: lúdico, impredecible, arbitrario y ajeno siempre a toda lógica".

Se nos va 2025 y la sensación de estancamiento inunda nuestro fútbol. El año se cierra con una mezcla de esperanzas renovadas y decepciones acumuladas; es pertinente preguntarnos: ¿estamos viendo el inicio de una nueva era en el fútbol chileno, o simplemente estamos atrapados en un bucle que no termina?

La Roja consumó un fracaso histórico y vergonzoso. En rigor, todas las categorías, no solo la absoluta, nos hicieron vivir dramáticas decepciones el año que termina.  Y no vemos ninguna reacción acorde a la entidad y magnitud de la crisis. El proceso de recambio generacional, no parece ser prioridad ni ser tomado con la seriedad que merece. Y no vemos voluntad,  razón o designio del azar que pueda cambiar dicho panorama. Sin embargo, algunos aún tienen esperanza y el futuro es por definición incierto. Tal vez algo inesperado ocurra y mejore nuestro horizonte. Es lo único que se puede, a modo de amargo corolario, decir para cerrar el año infame que ha sufrido el equipo de todos.

El campeonato nacional de 2025, fue entretenido y nos dejó a un inusual y gigantesco campeón. Además del fracaso de los históricos, en particular de Colo-Colo, que termina el año de su centenario con las manos absolutamente vacías y Unión Española que perdió la categoría sin pena ni gloria. Con los equipos de la VIII región en un momento crucial. Una de las grandes noticias de este año ha sido el regreso de Deportes Concepción a la Primera División, un equipo que había estado fuera del circuito principal durante años y que, ahora, se enfrenta al reto de mantener su estatus en la élite del fútbol chileno. Coquimbo Unido, por su parte, tiene la tremenda tarea de demostrar que lo suyo no fue solo un accidente. Los grandes, a su vez, tienen una deuda enorme que pagar. Así las cosas, el próximo Campeonato Nacional, promete. Y el que promete, como nunca, es el campeonato de Primera B.

No obstante, las incertidumbres económicas de los clubes siguen siendo el talón de Aquiles de nuestro balompié. Los contratos televisivos han dejado mucho que desear, y la falta de inversión en infraestructura está lejos de solucionarse. Aunque algunos clubes han hecho esfuerzos por mejorar sus instalaciones -destaquemos lo hecho por la UC, que, como es habitual, parece una isla en el océano del medio nacional- la educación futbolística y los sectores juveniles siguen siendo los grandes olvidados, y esto, a largo plazo, nos augura consecuencias graves para el desarrollo del fútbol en Chile. Parece que nos tendremos que habituar a que se podrá caer sucesivamente más bajo.  Sin límite alguno.

El año 2025, también, ha expuesto la crisis en el arbitraje chileno. La ANFP ha intentado dar pasos para mejorar la calidad de los árbitros, pero los escándalos siguen siendo una constante. Las controversias en partidos claves, donde decisiones erróneas influyeron directamente en los resultados, han generado un ambiente de desconfianza generalizada en la autoridad de los árbitros. No hay peor desconfianza que aquella que aflora cuando se ha intentado todo para no desconfiar: es lo que hace que los desajustes referirles, en un entorno con VAR y apuestas ilegales ampliamente difundidas en las transmisiones televisivas, en las camisetas de los equipos y en cada piedra que uno levante; sean más sospechosos y lapidarios.

Este problema de credibilidad no solo afecta a los equipos y jugadores, sino que también erosiona la relación con los hinchas, que son quienes realmente sostienen el fútbol chileno. En 2026, la ANFP debe tomar decisiones radicales en cuanto a la formación, evaluación y control del arbitraje para evitar que el fútbol chileno siga siendo un caldo de cultivo para la controversia. Y ponerse los pantalones de una vez por todas para enfrentar el cáncer de las apuestas on-line.

El fútbol chileno sigue sin poder romper la barrera de la falta de visibilidad internacional. Los clubes de la liga chilena siguen siendo casi invisibles en competiciones continentales como la Copa Libertadores y la Copa Sudamericana. A pesar del desempeño de Universidad de Chile, que logró una destacada participación en la Sudamericana, las expectativas de un repunte sostenido en el plano internacional siguen siendo bajas. Esto, en parte, se debe a las limitaciones económicas que enfrentan los clubes, que a menudo no pueden competir con las grandes potencias sudamericanas. Un escenario asimétrico estructuralmente. El hecho de que los jugadores chilenos sigan buscando su futuro en ligas extranjeras, particularmente en México y Argentina, refleja la falta de incentivos que el fútbol local no logra proporcionar.

En suma, es difícil mencionar aspectos positivos del año que nos deja y mucho más tener expectativas de mejoría para el año que viene. Pero hablamos de fútbol: lúdico, impredecible, arbitrario y ajeno siempre a toda lógica.

Solo por esa ausencia de imperio de la lógica de la causalidad, es que podemos mirar el 2026 con alguna esperanza.

Porque argumentos, no tenemos.

En este artículo



Los Más

Ya que estás aquí, te queremos invitar a ser parte de Interferencia. Suscríbete. Gracias a lectores como tú, financiamos un periodismo libre e independiente. Te quedan artículos gratuitos este mes.

En este artículo



Los Más

Comentarios

Comentarios

Añadir nuevo comentario