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Martes, 9 de Septiembre de 2025
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El dilema de Boric: ¿Puede gobernar con dos coaliciones oficialistas?

Lun Lee

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Fuente: Prensa Presidencia
Fuente: Prensa Presidencia

La pregunta surge tras el rechazo a los dos proyectos de ley para un nuevo retiro de fondos previsionales, lo que incluyó la apuesta de los ministros Giorgio Jackson y Mario Marcel. En La Moneda están conscientes que se hace necesaria  una agenda gubernamental concreta que conglomere a Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático en el Congreso, antes de que empiece la competencia electoral entre ambas alianzas políticas. 

Las intenciones de formar un Gobierno lo más transversal posible por parte del presidente Gabriel Boric no terminan de convencer dentro de las fuerzas políticas representadas en el Congreso.

De tal forma, el mandatario enfrenta un escenario político inédito en el presidencialismo chileno al intentar gobernar junto a dos coaliciones -y no una- que tienen fuertes diferencias políticas, doctrinarias y generacionales, como lo son Apruebo Dignidad -que agrupa a los partidos del Frente Amplio (FA), el PC y el Frente Regionalista Verde y Social- y Socialismo Democrático, compuesto por el PS, el PPD y el PR.

Además, existen fuertes diferencias al interior de cada conglomerado, como las hay entre el Frente Amplio (FA) y el PC, e incluso dentro del FA, donde Comunes no está cómodo, en especial por todo lo que ha pasado en torno a la rendición de cuentas de campaña de gobernadora de su ex militante, Karina Oliva. A eso hay que sumar a Daniel Jadue, quien pese a ser alcalde (Recoleta) y no congresista y comunista, lidera una creciente oposición por izquierda al Gobierno.  

Boric, en una de sus tantas metáforas, dijo que imaginaba a su gobierno como “un gran barco”. Un barco que, a 40 días de haber zarpado ya tiene a su haber un par de tormentas que han movido su estructura, sin que La Moneda haya demostrado que sabe qué pedir a las dos tripulaciones diferentes que lo acompañan para llevar adelante las agendas legislativa y ejecutiva del Gobierno con qué navegar. 

"No hay agenda, no hay prioridades. Incluso tampoco hay algo sectorial que ordene la discusión. Con eso los conglomerados empezarían a ordenarse", se lamenta un parlamentario oficialista que conversó con Interferencia fuera de micrófono para hablar libremente.

Siguiendo con la metáfora, uno de los oficiales que estaban destinados a ser estrellas, era el ministro de la Secretaria General de la Presidencia, Giorgio Jackson, quien con la experiencia de haber sido diputado durante dos períodos consecutivos, se esperaba que hubiese dado con el tono necesario para unir ambas tripulaciones, y hacer coherentes y compartidos los propósitos del capitán. Pero, el actuar de Jackson más bien suscita dudas de su capacidad para este objetivo, dado su estilo de hacer política, sin que haya podido crear las condiciones necesarias para convencer acerca de objetivos comunes, liderar acciones para ir tras ellos a través de acuerdos.

Varios parlamentarios que han conversado con Interferencia consideran que sus pares -en especial en Socialismo Democrático- "no quieren" a Jackson, pues no confían en él, ni tampoco lo respetan del todo, dado que -dicen- a veces se cree "más pillo" que el resto y no honra todas las veces los compromisos.

La situación se agrava si es que se considera que últimamente Boric ha estado ausente y ha renunciado a conducir las alianzas que lo apoyan, descansando justamente en Jackson, lo que hace que las diferencias entre los conglomerados y los partidos oficialistas se acentúen, hasta llegar a cierto punto en que puedan considerarse antagónicas. Cabe mencionar que la ausencia de Boric es relevante también porque, dentro de un sistema presidencial, se supone que el Presidente es también el jefe de la coalición de Gobierno, Algo que todos esperan que funcione, en especial cuando hay que zanjar conflictos y diferencias.

Tampoco existe entre Boric y Jackson ninguna mediación que podría hacerla la ministra del Interior, Izkia Siches, quien podría oficiar como jefa de gabinete en la lógica de no 'quemar' al Presidente con las siempre abrasivas discusiones partidistas. Siches no pertenece a ninguna de las coaliciones y su rol como secretaria de Estado, debido a los errores no forzados, ha mermado progresivamente su liderazgo. 

De hecho, la titular de Interior no estuvo presente durante las negociaciones que el Gobierno llevó a cabo en el Congreso para impulsar su proyecto de retiro y frenar el retiro de iniciativa parlamentaria. Plaza que ocupó el ministro de Hacienda, Mario Marcel, Jackson y la subsecretaria Macarena Lobos, quien, según fuentes consultadas por Interferencia, cumplió un rol particular, pues se reunía de forma específica y acotada con distintos parlamentarios. A diferencia de Marcel y Jackson, quienes participaban en almuerzos y reuniones telemáticas con las bancadas. 

¿Gobernabilidad en juego?

Todas estas inquietudes provienen de la lectura que indica que tras los rechazos a los retiros -tanto el proyecto impulsado por parlamentarios para permitir un nuevo retiro del 10% de los fondos previsionales, como la iniciativa de un retiro acotado, presentado por el Gobierno- lo que realmente está en juego es la gobernabilidad, al menos la legislativa,

Más allá de ser una victoria o una derrota para La Moneda lo de los retiros, lo concreto es que en el camino quedó en evidencia las dificultades que tendrá el Ejecutivo para concertar visiones y alinear a su conglomerado en el Congreso, ante una agenda gubernamental que no se ha podido tomar la discusión pública, que no ha despertado el interés mayoritario, y que incluso no es conocida por los propios parlamentarios oficialistas.

Otra arista que complejiza la relación entre ambas coaliciones, es que en el plazo de dos años obligadamente tendrán que enfrentarse en las elecciones municipales y parlamentarias del año 2024. Problema futuro que de no resolverse en el corto tiempo, podría hacer encallar los acuerdos que el Gobierno busque con su coalición en el Congreso. Esto, en el marco de relaciones que ya están “fragmentadas”, según argumentan desde sectores oficialistas. 

"No hay agenda, no hay prioridades. Incluso tampoco hay algo sectorial que ordene la discusión. Con eso los conglomerados empezarían a ordenarse", se lamenta un parlamentario oficialista que conversó con Interferencia fuera de micrófono para hablar libremente. A su juicio, lo único más o menos ordenado está en el ámbito económico, que fue lo que emanó principalmente de la reunión de Cerro Castillo que congregó a los parlamentarios oficialistas tras algunas prioridades. "Si el Gobierno no se toma la agenda pronto con propuestas potentes, le van tomar la discusión, como pasó con el 5° Retiro", concluye.

Otra arista que complejiza la relación entre ambas coaliciones, es que en el plazo de dos años obligadamente tendrán que enfrentarse en las elecciones municipales y parlamentarias del año 2024. Problema futuro que de no resolverse en el corto tiempo, podría hacer encallar los acuerdos que el Gobierno busque con su coalición en el Congreso. Esto, en el marco de relaciones que ya están “fragmentadas”, según argumentan desde sectores oficialistas. 

La mirada de Socialismo Democrático

En conversación con Interferencia sobre el escenario actual de gobernar con dos coaliciones, el diputado del PS, Leonardo Soto, señaló que "desde el primer día fue una falla estructural sistemática”, además sobre el escenario futuro agrega que será una “crónica de turbulencias permanentes en la medida que se acerquen las elecciones y se enfrenten las bancadas en las elecciones alcaldicias y parlamentarias en dos años más”.

Soto, también puntualiza que “parte del oficialismo se niega a comprender que las bancadas que apoyan al Gobierno somos una minoría”, pues la coalición solo cuenta -de estar todos alineados- con 67 votos dentro de la Cámara. Cifra que está 12 votos por debajo de los necesarios para cumplir el quórum de mayoría simple. Sin contar que en todas las bancadas, según argumenta Soto, existen “díscolos” que hacen urgente la necesidad de sumar más parlamentarios. 

Soto, también puntualiza que “parte del oficialismo se niega a comprender que las bancadas que apoyan al Gobierno somos una minoría”, pues la coalición solo cuenta —de estar todos alineados— con 67 votos dentro de la Cámara. Cifra que está 12 votos por debajo de los necesarios para cumplir el quórum de mayoría simple. Sin contar que en todas las bancadas, según argumenta Soto, existen “díscolos” que hacen urgente la necesidad de sumar más parlamentarios. 

Por su parte, consultado por Interferencia, el diputado y presidente de la Cámara Baja, Raúl Soto (PPD), argumenta que un Gobierno con dos coaliciones “le da amplitud a la base política que lo sostiene, pero plantea un gran desafío que es poner el acento en el diálogo y la construcción de acuerdos, ya que diferencias tendremos y son legítimas”. En esa misma línea, el diputado sostiene que “la búsqueda de consensos sobre la base del respeto mutuo y no la imposición, es el camino correcto”.

Sobre la posibilidad de ver a ambas coaliciones enfrentadas en las próximas elecciones, el parlamentario PPD, indicó que “los temas electorales futuros se verán después, ahora estamos recién en el proceso de construcción de confianzas y consolidación de las coaliciones”.

Respecto a la alternativa de formar una sola coalición que integre a los cerca de 10 partidos del conglomerado, distintas fuentes consultadas por Interferencia han revelado que ha sido un tema de conversación entre los pasillos del Congreso, sobre todo luego del cónclave que Gabriel Boric organizó en Cerro Castillo el 25 de marzo.

De hecho, el diputado socialista Leonardo Soto señaló a esta redacción que el acuerdo logrado para definir la mesa directiva de la Cámara de Diputadas y Diputados -horas antes de que Gabriel Boric asumiera como presidente- fue un buen “preludio” en la búsqueda de acuerdos, pues se necesitaron de 85 votos para lograrlo. No obstante, sobre la opción de gobernar con una sola coalición, señala que es “una decisión política mayor”, pero que radica en la “necesidad racional de tomar decisiones audaces”. 

En esa misma línea, Raúl Soto (PPD), manifiesta que “se conversa, pero yo lo veo difícil. Primero deben consolidarse y terminar de cuajar las dos coaliciones y después conversar para ver si es posible avanzar a la construcción de algo común, pero eso tiene otras implicancias que hay que analizar a futuro”. 

En esa misma línea, Raúl Soto (PPD), sobre la posibilidad de formar una sola coalición anifiesta que “se conversa, pero yo lo veo difícil. Primero deben consolidarse y terminar de cuajar las dos coaliciones y después conversar para ver si es posible avanzar a la construcción de algo común, pero eso tiene otras implicancias que hay que analizar a futuro”. 

Cabe destacar que el Partido Socialista ha sido una de las bancadas más abiertas a gobernar en una sola coalición. En ese sentido, el senador socialista, José Miguel Insulza, señaló en entrevista con The Clinic que “para gobernar bien, tú necesitas una sola coalición donde se discuta todo y se concuerden las decisiones en conjunto”.

Opinión que refrendó el diputado socialista, Alfonso De Urresti, quien en entrevista con el Diario Concepción señaló: “ya lo dijo el presidente Boric, acá debe haber un gobierno con una coalición, no un gobierno y dos coaliciones”. Esto, en referencia a las palabras de Boric en Cerro Castillo, momento en el que declaró que “yo diría que hoy somos dos coaliciones, si mañana vamos a ser una, que a mí personalmente me parece deseable que vayamos avanzando hacia allá, se va a dar en la medida en que logremos construir confianza y unidad estratégica”.

Es así como el desafío autoimpuesto de Boric pareciera requerir de trabajo, paciencia y tiempo. No obstante, los roces entre las bancadas ya comienzan a generar ciertos escollos que podrían dificultar las relaciones a futuro. Una situación que se ejemplifica con las palabras que la diputada Gael Yeommans (CS) durante la discusión por un nuevo retiro de fondos previsionales, quien declaró en el marco de la discusión del 5° Retiro: “¿Reivindican a Carlos Lorca, pero no son capaces de defender un programa de cambios?”. Algo que no cayó bien en las huestes socialistas y que el diputado Leonardo Soto calificó de “ataque directo”, pues se refirió a un ex diputado del PS detenido desaparecido en la dictadura. 

Por su parte, desde la coalición de Apruebo Dignidad, algunos parlamentarios también se han referido al escenario de convivir en un gobierno con dos coaliciones. Diego Ibañez (CS), consultado por La Tercera sobre esta situación política inédita, señaló que "creer que hoy somos una coalición está lejos de la realidad. Eso no se decreta, se construye avanzando en el propósito y avanzando en el programa de gobierno con votos.". También, más alla de al relación entre los partidos, enfatizó en que "en lo interno hoy tenemos que aceitar más los canales de diálogo hacia las bases de la coalición." 

En una línea similar, el senador del Partido Comunista, Daniel Núñez, entrevistado por Radio Bío Bío sostuvo que "el hecho de que tengamos dos coaliciones es una realidad, con un gobierno que tiene un programa que contempla grandes transformaciones para Chile y esto va a requerir por supuesto un esfuerzo y coordinación política". Además, señaló la importancia de trabajar con "compromiso" y "disciplina de coalición".

Respecto de la opinión de parlamentarios del Frente Amplio y del PC, esta redacción hizo varias consultas a sus representantes, pero declinaron conversar respecto del tema.

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