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Sábado, 2 de Agosto de 2025
Extracto

El racismo que vivieron las cuatro mujeres mapuche en la pasada Convención Constitucional

Paula Huenchumil J.

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De izquierda a derecha: Elisa Loncon, Rosa Catrileo, Natividad Llanquileo y Francisca Linconao
De izquierda a derecha: Elisa Loncon, Rosa Catrileo, Natividad Llanquileo y Francisca Linconao

El artículo publicado en la Revista Temas Sociológicos: “Cuerpos racializados en espacios de poder: mujeres mapuche en la Convención Constitucional y su impacto mediático”, analiza las reacciones que generó la presencia de Elisa Loncon, Rosa Catrileo, Natividad Llanquileo y la machi Francisca Linconao, en el espacio constituyente, desde parte de la clase política y la ciudadanía, las cuales muchas veces responden a un racismo estructural y una visión colonial.

*Este artículo es parte del dossier número 31 de la Revista Temas Sociológicos de la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), de autoría de Paula Huenchumil, periodista también de este medio.

Extracto

Espacios negados

Con el proceso constituyente recién en marcha, el 4 de julio de 2021 se produjo un hecho histórico cuando Elisa Loncon Antileo, académica y profesora mapuche, fue elegida como la primera presidenta de la Convención Constitucional de Chile, tras sumar 96 votos, 18 más de los necesarios para lograr quedarse con el puesto. Su elección fue reconocida a nivel nacional e internacional por medios como BBC Mundo, DW Español, Reuters y la revista Times, que la reconoció incluso como una de las 100 personas más influyentes del año 2021.

Ese día, con su vestimenta tradicional mapuche, Loncon inició el discurso mediante su lengua materna, el mapudungun1, saludando a las personas que habitan en Chile. Después, en castellano, lanzó un discurso convocante, en el que agradeció y reconoció la pluralidad social del país, todas las naciones originarias y la diversidad sexual. Como ruta para el nuevo camino republicano, se mostró convencida de lograr una transformación hacia un sistema intercultural, plurilingüe y plurinacional, en el que se establezcan relaciones respetuosas con la naturaleza. A su derecha, además, la acompañaba la machi (autoridad ancestral mapuche) Francisca Linconao, quien en sus manos portaba un foye o canelo (Interferencia, 2021).

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Machi Francisca Linconao y Elisa Loncon
Machi Francisca Linconao y Elisa Loncon

Queremos enfatizar la dimensión política de este hecho, que no solamente viene dado por el contenido discursivo que allí se produjo, sino también por las reivindicaciones y las acciones corporeizadas que demandan una vida más justa, así como el reconocimiento de cuerpos históricamente excluidos de la escena política: los de nuestra hermosa modernidad (Butler, 2017; Chihuailaf, 1999). A través de este ejercicio, dos mujeres mapuche no solo se apropiaron y reconfiguraron el espacio, sino que generaron una pugna por la redistribución del poder (Haesbaert, 2013). Y eso a través de sus vestimentas, sus símbolos tradicionales y su idioma. Así como resaltó la profesora Verónica Figueroa Huencho para la revista Times:

"La hermosa piel oscura de los mestizos y los pueblos indígenas se ha mantenido fuera de los pasillos del poder, pero es en esos pasillos que ahora camina Elisa Loncon Antileo. A su luz, las niñas y niños indígenas pueden ver la posibilidad de un futuro mejor".

En relación a la noción de estética planteada por Rancière (2009), defendemos que se produjo una nueva “distribución de lo sensible”, donde las voces hasta ahora silenciadas y los cuerpos ausentes en la toma de decisiones, irrumpen y desestabilizan con la estructura de dominación de carácter colonial, articulando nuevos modos de producción de afectos, así como nuevas formas de escuchar y observar que intervienen sobre aquello que es visible y enunciable. Esta emergencia de lo heterogéneo produjo una “escena de disenso” que conlleva una nueva configuración de sujetos, objetos, espacios y tiempos con relación a un orden social (Rancière, 1996).

"Como es de esperar, estos procesos generan resistencias entre aquellos que quieren mantener el viejo orden de dominación, tanto dentro del órgano constituyente como a nivel de redes sociales"

Entendemos por orden social una “construcción histórica, contingente y discursiva mediante una operación hegemónica” (Retamozo, 2009, p.113), cuya existencia se establece generando operaciones de exclusión de alternativas sociales que son igualmente posibles. Por tanto, desde estos lugares de enunciación y significación, así como mediante el proyecto de “refundar este Chile”, sin duda se abrió el camino político para la reconstrucción de un nuevo orden político-social, donde nuevas subjetividades y formas de estructurar las relaciones sociales son posibles.

Como es de esperar, estos procesos generan resistencias entre aquellos que quieren mantener el viejo orden de dominación, tanto dentro del órgano constituyente como a nivel de redes sociales (en este caso denunciados por los propios convencionales indígenas). Por ejemplo, el 27 de julio del 2021, cuando todavía no se cumplía un mes de la designación de Elisa Loncon como presidenta de la Convención Constitucional, se hizo viral un hashtag en la red social Twitter en el que se demandaba su destitución.

Según un análisis realizado por la Plataforma Contexto (Matus y Durán, 2021), este viral fue incitado por perfiles asociados a la derecha, con mensajes y perfiles en los que se destacaban palabras como “patriotas” y “anticomunistas”, y entre cuyas personalidades se identificó al diputado por la Unión Demócrata Independiente (UDI) Sergio Bobadilla, quien le acusaba de perjudicar la causa mapuche.3

Otras descalificaciones se produjeron por hablar en mapudungun, o por portar la vestimenta tradicional. Con eso atacaban directamente su identidad política y cultural.

Otras descalificaciones se produjeron por hablar en mapudungun, o por portar la vestimenta tradicional. Con eso atacaban directamente su identidad política y cultural. Similares discursos racistas y de odio recayeron sobre la machi Francisca Linconao, con gran difusión en distintas plataformas, medios comunicacionales y redes sociales. Por este motivo, en el siguiente punto de este trabajo se examinan los discursos racistas y la construcción racial de los cuerpos a las que fueron sometidas las mujeres mapuche en un espacio de poder en Chile, centrándonos en dos figuras que sufrieron mayor hostigamiento y racismo en términos mediáticos: Elisa Loncon y la machi Francisca Linconao.

Cuerpos incómodos y racismo discursivo en la Convención Constitucional

El discurso es una práctica compleja constitutiva de la realidad social en la que vivimos, una “acción social, dentro de un marco de comprensión, comunicación e interacción que a su vez forma parte de estructuras y procesos socioculturales más amplios” (Van Dijk, 2001, p. 48). Teniendo esto presente, los Estudios Críticos del Discurso son un campo teórico-metodológico multidisciplinar que pretende dar cuenta de cómo opera el lenguaje con vistas a comprender y analizar los problemas socioculturales, así como las formas en las que se instaura el poder (Pardo, 2007; Van Dijk, 2001). Y esto debido a que el discurso posee una relación ineludible con la cognición, y la sociedad, esta dimensión sociocognitiva, por tanto, nos permite atender a las “representaciones mentales subyacentes, tales como modelos mentales, conocimiento o ideologías, como parte de su producción y comprensión real por los usuarios del lenguaje” (Van Dijk, 2016, p.181).

Asimismo, debemos considerar que el poder del lenguaje depende del uso que hacen de él los poderosos, aquellos individuos que tienen acceso a las esferas públicas y a las instituciones, e inciden de esta manera sobre la población (Palacios, 2021). Teun van Dijk (2007) utiliza el concepto de “élites simbólicas” para referirse a quienes “controlan la mente pública y, por ende, las ideologías, del público general” (pp.18-19). Estos pueden ser políticos, periodistas, académicos, quienes tienen acceso a los medios de comunicación, a la educación y a los discursos públicos. Es en este contexto cuando se habla de información de poder, la cual pretende generar efectos significativos en las dinámicas del contexto social (Castells, 2009; Wodak 2009).

Desde la configuración del Estado-Nación, los medios de comunicación han construido y reproducido contenidos racistas sobre las poblaciones indígenas presentes en el territorio.

En Chile, desde la configuración del Estado-Nación, los medios de comunicación han construido y reproducido contenidos racistas sobre las poblaciones indígenas presentes en el territorio. Esto ha fomentado estereotipos que han permeado en la construcción de identidades y en los imaginarios colectivos de parte de la sociedad chilena (Huenchumil y Pachecho-Pailahual, 2022). En relación a ello, los prejuicios y la ideología racista se pueden ejercer a través del discurso; “mediante el lenguaje se asignan significados a los cuerpos, se les atribuyen características, comportamientos, vicios y, en ocasiones, se olvida [o se les excluye]” (Soler, 2019, p.198; Van Dijk, 2007). Por todo lo expresado hasta aquí, los analistas del discurso se posicionan como agentes de cambio preocupados por resolver las formas en las que el lenguaje es determinante para reproducir discriminación, racismo o exclusión social (Pardo, 2007; Van Dijk, 2001; Wodak, 2004).

Este racismo tiene sus bases en el colonialismo, en las sucesivas formas de dominación social, y de su racionalidad, el eurocentrismo. En esta línea, Aníbal Quijano (2000) resulta importante al definir la colonialidad del poder y el saber como elementos constitutivos de la dominación europea dentro del proyecto de la modernidad. Este autor posiciona la conquista de América como el periodo fundante de un nuevo poder de vocación mundial, cuando convergen dos procesos históricos clave. En primer lugar, se produjo una codificación de las diferencias en base a la raza y, sobre ella, se articularon todas las formas históricas del control del trabajo y los recursos de producción del capital y el mercado mundial. Evidentemente, esto afectó todas las dimensiones de la existencia social, como la sexualidad, la autoridad o la concepción del género.

Este racismo tiene sus bases en el colonialismo, en las sucesivas formas de dominación social, y de su racionalidad, el eurocentrismo. En esta línea, Aníbal Quijano (2000) resulta importante al definir la colonialidad del poder.

De igual modo, la perspectiva eurocéntrica instaló el modo de producir conocimiento del hombre blanco-europeo, en el que la filosofía y la ciencia occidental se posicionaron como las únicas capaces de lograr conciencia universal, por encima del resto de las subjetividades, imaginarios y otras formas de pensamiento y conocimiento. “Las experiencias, historias, recursos y productos culturales, terminaron también articulados en un sólo orden cultural global” (Quijano, 2000, p. 209).

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Machi Francisca Linconao, autoridad ancestral mapuche en la Convención Constitucional. Fotografía: Plataforma Constitucional Indígena
Machi Francisca Linconao, autoridad ancestral mapuche en la Convención Constitucional. Fotografía: Plataforma Constitucional Indígena

Con anterioridad, pero con postulados más radicales, el pensador boliviano Fausto Reinaga, fundador del indianismo (Macusaya, 2014), planteó en sus escritos que Occidente, al dominar a otros continentes, saqueó distintos tipos de riquezas (físicas, artísticas y espirituales) de los pueblos racializados.

"El Occidente ha metido en el cerebro y la conciencia del “blanco” este veneno ideológico: los hombres que pueblan la tierra tienen dos categorías esenciales, unos son los “naturales” y otros “sobrenaturales”. Los indígenas del Asia, África e Indoamérica son “naturales” y los “blancos” de Europa y Estados Unidos son “sobrenaturales”. Los “sobrenaturales” son una especie distinta; raza superior. Son ricos porque son blancos, son blancos porque son ricos. La consecuencia es causa". (Reinaga, 1970, p. 80)

Con anterioridad, pero con postulados más radicales, el pensador boliviano Fausto Reinaga, fundador del indianismo, planteó que Occidente, al dominar a otros continentes, saqueó distintos tipos de riquezas (físicas, artísticas y espirituales) de los pueblos racializados.

Tras las independencias americanas, esta estructura continúa y se extiende como un elemento de dominación, que produjo una matriz colonial que todavía explica la permanencia de jerarquías socio-raciales y el colonialismo en nuestros territorios.

Esta colonialidad se manifiesta en el dominio que el Estado ejerce sobre los territorios indígenas: la hegemonía de la cultura occidental, la imposición del idioma castellano, el menoscabo del conocimiento originario —espiritualidad, salud, educación y otros— que dan forma a estas relaciones de dominación que la institucionalidad republicana fue incapaz de modificar tras independizarse el Estado chileno de la Corona Española. (Huenchumil y Pachecho-Pailahual, 2022, p. 12)

El mapudungun como “show”

En agosto del año 2021, poco después de iniciado el proceso político, los siete convencionales de escaños reservados del pueblo mapuche presentaron ante la Comisión Transitoria de Ética una denuncia contra cuatro constituyentes del bloque de derecha Vamos por Chile, a quienes acusaron de prácticas de discriminación racista hacia la machi Francisca Linconao, autoridad ancestral que cumple un rol sanador y de guía espiritual. La denuncia apuntaba contra los UDI Arturo Zúñiga y Katherine Montealegre, y las independientes electas en cupos RN Teresa Marinovic y Ruth Hurtado. Para el caso de la denuncia hacia Marinovic, se debió a que discriminó lingüísticamente a la machi, irrespetando su derecho humano a expresarse en su propia lengua (Linconao, 2021).

El hecho surgió por un tuit publicado el 20 de julio del 2021 por Teresa Marinovic, constituyente por el distrito 10, donde decía: “Constituyente Linconao hablando en mapudungun... Sabe hablar en castellano pero no importa: no pierde la oportunidad de hacer show”. Tras ello, Elisa Loncon la acusó de acoso racial y la machi Francisca Linconao también se defendió en su requerimiento a la Comisión de Ética:

"No es un show ni un espectáculo como lo entiende la convencional licenciada en filosofía, sino que por el contrario, estoy ejerciendo derechos lingüísticos que constituyen, bajo el estándar internacional, derechos humanos tanto individuales como colectivos, sustentados a su vez en el principio universal de dignidad e igualdad" (Linconao, 2021, p. 8)

Esto mostró que la convención en un principio no contaba con traductores pese a que el Convenio 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales que indica que deben adoptarse las disposiciones necesarias para preservar las lenguas indígenas,

Esto mostró que la convención en un principio no contaba con traductores pese a que el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas y tribales, ratificado por Chile el 15 de septiembre de 2008, indica en su artículo 28 que deben adoptarse las disposiciones necesarias para preservar las lenguas indígenas, así como promover su práctica y desarrollo (OIT, 1989). Además del no cumplimiento del derecho internacional, estas declaraciones son una muestra del desprestigio y de la violencia epistémica que sufren las lenguas indígenas, producto también del etnocentrismo y eurocentrismo de parte de la sociedad y de la clase política chilena.

El polémico tuit de Marinovic abrió un controvertido debate en redes sociales, que estuvo cubierto por algunos medios de comunicación del país. Una parte de la sociedad respaldó a la convencional mapuche y criticó la postura adoptada por Teresa Marinovic. El poeta y académico Felipe Cussen, por ejemplo, realizó una “performa-denuncia” donde le regaló el libro Mi primer diccionario de mapudungun, de Cristian Vargas Paillahueque y Nieves Garmendia, publicado en 2017 por la editorial Pehuén.

Sin embargo, en otros comentarios negativos en redes sociales se burlaron del acento de la machi cuando esta habla en castellano (ironizando que se le entendía lo mismo que cuando habla con la lengua indígena). Por otra parte, y desde una perspectiva neoliberal, varios tuits cuestionaban la utilidad de aprender y hablar el idioma, al no favorecer el “desarrollo en sus carreras profesionales”.4

Vemos que esta violencia epistémica todavía está presente en los imaginarios, en la valoración y en el trato hacia las lenguas y los saberes no occidentales. La identidad de mujer mapuche, el utilizar la vestimenta tradicional y hablar una lengua indígena en ámbito público e institucional, incomoda a una parte de la sociedad atravesada por el colonialismo y el racismo.

En relación a esto, la machi Francisca Linconao fue cuestionada en Facebook y Twitter respecto a su aptitud para ser representante del proceso constituyente, ya que, desde la óptica construida por la academia occidental, no posee estudios superiores. De nuevo, se invisibilizan y jerarquizan los amplios conocimientos que posee sobre la cultura mapuche y su rol ancestral. Las epistemologías “Otras”, es decir, la propia de los pueblos indígenas y afrodescendientes, son negadas como válidas para producir conocimiento, marginando a los sujetos sociales y políticos por ser incapaces de llevar a cabo una labor tan importante como redactar la nueva Constitución (Walsh, 2003).

La marcación corporal “Otra”

Elisa Loncon, tras su proclamación como presidenta, también recibió críticas desde las redes sociales. Se ponían en duda sus capacidades intelectuales para liderar este proceso y se desconocía su amplia trayectoria, tanto social como académica5. Además de la violencia epistémica referida anteriormente, se produjo en este caso un juicio de valor que es producto de estructuras de inferiorización racial que se entrelazan con la marcación corporal de las personas indígenas y afrodescendientes (Bulo y de Oto, 2015; Fanon, 2009). Al ser mujer indígena, esta no podía tener estudios superiores. Esas ideas donde “lo blanco” se asocia al progreso todavía permean en determinadas estructuras mentales. La propia Elisa Loncon denunció esta situación en una entrevista:

"Sí, he sufrido violencia política y violencia racial y violencia de género que ha caído especialmente sobre mí porque yo soy la presidenta. En un país que tiene una estructura colonial, se asume que los pueblos indígenas tienen una condición subalterna. Y en este caso, siendo yo una mujer mapuche, se asume que no debería estar en este espacio". (Dillon, 2021)

"No se admitía la idea del esclavo blanco. (p. 120) El indio aunque haya alcanzado por casualidad el mismo “doctorado”, carga su “cultura india” de la cuna al sepulcro"

Los estereotipos y categorizaciones racistas a los que son sometidos los cuerpos racializados, indígenas y afrodescendientes son formas de discriminación que pueden afectar gravemente la autovaloración personal como sujetos, perfilan sus experiencias y el tipo de relaciones que se deben establecer tanto consigo mismo como con otros cuerpos; es lo que Fanon (2009) denomina la “epidermización racial”. En ese sentido, Bulo y De Oto (2015) recogen la reflexión de Claudia Zapata sobre el diálogo que establece la obra de Fausto Reinaga con Fanon, desde el indianismo:

"Después de todo, el color era la diferencia que más saltaba a la vista. No se admitía la idea del esclavo blanco. (p. 120) El indio aunque haya alcanzado por casualidad el mismo “doctorado”, carga su “cultura india” de la cuna al sepulcro. El indio aunque se tiña su piel, aunque luzca su título de “doctor” es “para siempre” indio"(p. 73)

De nuevo, cuatro mujeres mapuche, morenas, con pelo negro y, en ocasiones, con atuendos o joyas de su pueblo, con esa piel y esos apellidos (Loncon, Linconao, Catrileo y Llanquileo) son prefijadas desde el exterior, donde la piel se establece como un umbral que determina la posición de un “cuerpo Otro” respecto al resto de “nacionales” (Bulo y De Oto, 2015). La piel posee un carácter colectivo y social (Bulo y De Oto, 2015; Bulo, 2019) que establece una posición de los cuerpos que está determinada por el colonialismo y la superioridad-inferioridad dentro de la sociedad.

Artículo completo: Revista Temas Sociológicos 

(1) El idioma mapuche recibe diferentes nombres, por cuestiones de diversidad territorial.

(2) Utilizamos el concepto de “morenidad” planteado por Elicura Chihuailaf Nahuelpan (1999), una morenidad que huye de los procesos de marcación de la diferencia en base a los discursos de orden colonial que jerarquizan a culturas y personas (Restrepo, 2010; 2012), sino que corresponde a una toma de conciencia afectivo-política de nuestra corporalidad (Bulo, 2019). “Me hace permanecer abrazando la morenidad que fluye desde mi corazón” (Chihuailaf, 1999, p. 60).

(3) A esto se suma que en noviembre de 2021 el trabajo investigativo del proyecto Demoscopía Electrónica, impulsado por el Espacio Público (DEEP) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, entregó sus resultados sobre los discursos de odio que se generan en redes sociales contra la Convención Constitucional. Para ello crearon #ElOdiómetro, una herramienta de inteligencia artificial que detecta en tiempo real los discursos de odio en la red social Twitter. Uno de los hallazgos más relevantes fue que los ataques hacia la Convención se concentran principalmente en su presidenta Elisa Loncon, “tanto por ser mujer como por ser mapuche”. Ver https://www.observatorio-convencion.cl/que-es-el-odiometro/

(4) Así como la Plataforma Contexto lo hace para sus estudios, en este trabajo nos posicionamos contra los discursos de odio, por lo que no vamos a replicar, con dirección a hipervínculos, las cuentas de usuarios anónimos que difunden este tipo de contenidos. Sí daremos la dirección y copiaremos los mensajes realizados por las autoridades, pues estos cumplen con el rol de responsabilidad ante la ciudadanía.

(5) Elisa Loncon posee un Doctorado en Humanidades por la Universidad de Leiden (Holanda) y un Doctorado en Literatura la Pontificia Universidad Católica de Chile. Además, obtuvo un Magíster en Lingüística de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Es profesora de inglés por la Universidad de La Frontera y cuenta con un extenso currículum como investigadora, que incluye cursos de postítulo en el Instituto de Estudios Sociales de La Haya (Holanda) y en la Universidad de Regina (Canadá), además de numerosas publicaciones y artículos académicos.



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Excelente trabajo el de Interferencia. No se rindan

Fue un trabajo constitucional que no pasará a la historia, pero ella quedarán en la memoria humorística de Chile, además, de haber ayudado el Rechazo con cada opinión que emitían, iconos de la ineptitud

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