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Domingo, 20 de Julio de 2025
Reportaje de 'OCCRP'

Empresas fantasma ucranianas exportan grano evadiendo impuestos y defraudando a un fisco en guerra

Felipe Arancibia Muñoz

Foto: James O’Brien/OCCRP

Foto: James O’Brien/OCCRP
Foto: James O’Brien/OCCRP

Autoridades ucranianas investigan a más de 300 empresas que habrían defraudado al fisco por US$140 millones durante 2022. Entre ellas, exportadoras de grano de reciente creación cuyo producto fue comprado por multinacionales.

“Ucrania es el granero de Europa” era una frase de uso común para entender la importancia económica de este país al comienzo de la invasión rusa, en febrero de 2022. Con el desarrollo del conflicto, la crisis de suministro de los granos ucranianos provocó inflación en el precio de diferentes productos a nivel internacional. De ahí que, meses más tarde, Naciones Unidas y la Unión Europea firmaran pactos con los países en conflicto para asegurar la exportación de grano ucraniano durante la guerra.

Ahora, un reciente reportaje del Proyecto de Informes de Corrupción y Crimen Organizado (OCCRP) reveló que, tras el comienzo de la guerra, gran parte de ese grano ha sido exportado a través de empresas ucranianas que están acusadas de evasión de impuestos y otros delitos, varias consideradas compañías fantasma por su creación sólo semanas después de la invasión rusa. (Revise el reportaje original en inglés acá).

Documentos detallan que las personas detrás del esquema "transfirieron productos de una 'compañía fantasma' a otra... para 'confundir' las cadenas comerciales y evitar pagos obligatorios".

Al otro lado de la frontera, se encontró entre los compradores del “grano negro ucraniano” a empresas offshore, con historial de evasión de impuestos y cuya propiedad recae en figuras políticamente conectadas, además de compañías con orden de liquidación y firmas apoderadas de Hungría y de República Checa. 

En la lista de compradores de grano negro también figuran gigantes de la agroindustria internacional, como la china COFCO International, la suiza Ameropa Holding y las multinacionales Bunge y Viterra, que recientemente se fusionaron.

Ahora bien, estas exportadoras de grano se encuentran entre las más de 300 empresas investigadas por autoridades ucranianas desde septiembre pasado. Según OCCRP, los fiscales a cargo afirman que estas empresas defraudaron al Estado ucraniano por al menos $140 millones de dólares sólo el año pasado.

En línea con esta investigación es que las autoridades ucranianas han confiscado miles de toneladas de granos de algunas de estas empresas evasoras de impuestos. Como respuesta, algunas han impugnado las incautaciones, mientras los casos judiciales siguen su curso.

Asimismo, la investigación ucraniana ha acusado a múltiples funcionarios de alto rango ​​de abusar de sus cargos para ayudar a establecer el mecanismo de evasión de impuestos. Entre ellos, figuran altos funcionarios de aduanas que trabajan en los puertos de la región de Odesa, en el Mar Negro, principal ruta de exportación de los cereales ucranianos.

El esquema

Los documentos de la investigación ucraniana, a los que accedieron los periodistas de OCCRP, detallan que las personas detrás del esquema "transfirieron productos de una 'compañía fantasma' a otra... para 'confundir' las cadenas comerciales y evitar pagos obligatorios al presupuesto".

A la investigación judicial, en abril se sumó un informe del parlamento sobre la aduana. El documento afirma que el servicio de aduana no revisó adecuadamente a más de 600 empresas exportadoras de granos sospechosas que habían sido apuntadas por la agencia tributaria de Ucrania. Estas empresas “tenían riesgos de evasión de impuestos, que no devolverían sus ganancias en moneda extranjera como lo exige la ley y lavado de dinero”.

El exportador ucraniano más prolífico fue Talstaktiv, una empresa que “legalizó los ingresos obtenidos por medios delictivos”, no pagó el impuesto sobre la renta y no devolvió sus ganancias en moneda extranjera.

Según el informe parlamentario, las empresas no fueron inspeccionadas sistemáticamente. En algunos casos, los funcionarios de aduanas entrevistaron a sus directores sólo por teléfono o videollamada, y no verificaron sus identidades. 

Asimismo, la comisión descubrió que más de la mitad de los exportadores no habían presentado ninguna declaración de aduana, y la mayoría de las que se presentaron se procesaron dentro de los 90 minutos posteriores a la recepción.

Las empresas 

Para ver quién está importando “grano negro” de Ucrania y cuánto, los reporteros de OCCRP cotejaron los datos aduaneros con la lista de empresas ucranianas acusadas de infracciones, los nombres de varios importadores rumanos, checos y húngaros conocidos de grano ucraniano, y varios importadores extranjeros. 

El exportador ucraniano más prolífico de la lista fue Talstaktiv, una empresa que, según los fiscales, “legalizó los ingresos obtenidos por medios delictivos”, no pagó el impuesto sobre la renta y no devolvió sus ganancias en moneda extranjera como lo exige la ley. La empresa se estableció en febrero de 2021, un año antes de la invasión a gran escala de Rusia.

En mayo de 2022, la subsidiaria rumana de COFCO importó semillas de girasol por un valor de $2,3 millones de dólares a través de Talstaktiv. El precio pagado fue de sólo $0,40 dólares por kilo, mientras que el precio en las bolsas internacionales era de $0,67 por kilo.

En algún momento de este año, mientras estaba bajo investigación, Talstaktiv cambió su dirección y tomó el nuevo nombre de Technotrade Supply. Durante su corta existencia, los propietarios registrados de la empresa cambiaron tres veces.

Según datos de aduanas, la empresa exportó cereales por valor de más de $150 millones de dólares en 2021 y 2022 a dos empresas húngaras a las que un tribunal de ese país ordenó liquidar por no presentar documentos financieros ni información de contacto precisa.

El tribunal también prohibió los importadores húngaros The Mark Global y Borko Trade realizar cualquier otra actividad. A pesar de esto, The Mark Global continuó comerciando. Entre sus tratos con la ucraniana Talstaktiv y otras firmas, la empresa importó 283 envíos de granos por $157 millones entre 2021 y 2022.

Según los documentos de los fiscales, de las ventas de cereales realizadas sólo a Borko Trade, que importó unos 336 millones de dólares en cereales entre 2020 y 2022, el Estado ucraniano perdió unos $20 millones de dólares en impuestos impagos. 

Por su parte, las autoridades húngaras no pudieron establecer quién estaba realmente detrás de Borko Trade. Según la dirección de impuestos y aduanas del país, se desconocía el sucesor legal de Borko Trade y la información de contacto del contribuyente, y el correo enviado a la empresa fue devuelto debido a un código postal falso.

Representantes legales eran pacientes de instituciones psiquiátricas

Cuando los reporteros de OCCRP investigaron quién estaba detrás de The Mark Global, Borko y otras dos firmas asociadas, encontraron a varios hombres jóvenes que figuraban como accionistas o directores actuales o anteriores que parecían ser representantes, incluido un aspirante a influencer de TikTok. Uno de ellos dijo a los periodistas que él y otros habían sido abordados para poner su nombre en la empresa mientras recibían tratamiento en una institución psiquiátrica.

En suma, las cinco empresas ligadas a representantes legales que fueron pacientes psiquiátricos compraron más de $600 millones de dólares en cereales y aceite de girasol de Ucrania entre 2019 y 2022. Luego, vendieron estos productos a empresas en Turquía, Corea, Bélgica, Rumania y varios países africanos.

La pista de estos hombres condujo al director de The Mark Global en el momento de su disolución, un lituano llamado Sergiejus Kolobovas, quien no tiene registro de propiedades o negocios en su país. Kolobovas también fue director general de otro importador húngaro, llamado Supstan, que compró aceite de girasol de Ucrania por un valor de $61,8 millones de dólares en 2020 y 2021 antes de que las autoridades ordenaran su disolución en 2022.

El hombre que figura como propietario de la empresa antes de Kolobovas, mientras se realizaban estas transacciones, es Ondrej Stana, un ciudadano checo de 27 años que hace videos de desarrollo personal en TikTok.

Stana dijo a los periodistas de OCCRP que estaba siendo tratado por un trastorno bipolar en la ciudad checa de Brno hace varios años cuando un hombre llamado Albert se acercó a él y a otros pacientes y les pidió que "se unieran" a las empresas.

“Todo esto por 400 euros al mes, que recibí unas siete veces en dos años, como máximo”, relató Stana. “Muy rápido me di cuenta de que era un error, pero no sabía qué hacer. Les pedí que quitaran mi nombre”.

Quien parece estar detrás de la dirección de correo electrónico utilizada por The Mark Global en el registro de empresas húngaras es un ucraniano llamado Albert Yanishevskiy, que tenía solo 23 años cuando se establecieron estas empresas en 2019.

Contactado por los periodistas, Yanishevskiy dijo que anteriormente dirigía una oficina de abogados en la República Checa, la que abría empresas por una tarifa. Afirmó que The Mark Global era una de esas empresas, pero dijo que no tenía ningún rol en ella. También negó haber reclutado pacientes psiquiátricos para abrir una empresa. En cambio, Yanishevskiy afirmó que, luego de establecer las compañías, sus creadores le señalaban a la persona que sería el director de la empresa, siendo un tercero desconocido quien firmaba los formularios finales.

Otro nombre mencionado por Stana como un paciente psiquiátrico al que se le había pedido que pusiera su nombre en una empresa era Lukáš Neradílek. Según OCCRP, Stana les envió una foto de él con Neradílek y otra de Neradílek en el hospital psiquiátrico. 

Según pudieron descubrir, el nombre de Lukáš Neradílek aparece en dos empresas que compraron grano de Ucrania: Resale Consult en Eslovaquia y GD Delivery Consult en Hungría. 

En suma, las cinco empresas ligadas a representantes legales que fueron pacientes psiquiátricos (The Mark Global, Borko, Resale Consult, GD Delivery Consult y Supstan) compraron más de $600 millones de dólares en cereales y aceite de girasol de Ucrania entre 2019 y 2022. Luego, vendieron estos productos a empresas en Turquía, Corea, Bélgica, Rumania y varios países africanos.

Las multinacionales también compraron grano negro

La investigación de OCCRP también descubrió a grandes empresas multinacionales negociando con las cuestionadas exportadoras ucranianas. Tal es el caso de la multinacional china COFCO International, la empresa agrícola y alimentaria estatal más grande de ese país.

Según el reportaje, en mayo de 2022, la subsidiaria rumana de COFCO importó semillas de girasol por un valor de $2,3 millones de dólares a través de Talstaktiv, la exportadora ucraniana investigada por evasión de impuestos y otros delitos económicos. El precio pagado fue de sólo $0,40 dólares por kilo, mientras que el precio en las bolsas internacionales ese mes era de $0,67 por kilo.

En total, la subsidiaria de COFCO importó más de $145 millones de dólares en granos a Rumania entre febrero y septiembre, meses para los cuales hay datos disponibles. De esta cantidad, unas 145.500 toneladas de cereales, con un valor de casi $37 millones de dólares, llegaron a través de empresas ucranianas que ahora están bajo investigación.

En la lista de compradores de grano negro también figuran gigantes de la agroindustria internacional, como la china COFCO International, la suiza Ameropa Holding y las multinacionales Bunge y Viterra, que recientemente se fusionaron.

A la lista de multinacionales que importaban grano negro se suman las filiales rumanas de Viterra y Bunge (hoy fusionadas), además de Ameropa.

Según la investigación, tres filiales de Viterra importaron cereales por valor de $9,3 millones de dólares a través de empresas ucranianas sospechosas. 

En 2022, Viterra Rotterdam importó soja y aceite de girasol a través de Тalskativ, uno de los principales infractores ucranianos, por $3,5 millones de dólares. En el mismo periodo, Viterra Rumania importó $4,4 millones en granos y semillas de girasol a través de empresas ucranianas. Así también lo hizo Viterra Hungría, que importó semillas de girasol por $1,4 millones de dólares a través de otra empresa ucraniana bajo investigación.

Mientras tanto, de julio a septiembre de 2022, Bunge Rumania importó $5,6 millones de dólares en granos a través de empresas ucranianas sospechosas. Unos $1,5 millones de dólares se importaron a través de Pretset, una empresa cuyo certificado de IVA fue revocado por las autoridades ucranianas.

Por último, una subsidiaria rumana de la suiza Ameropa Holding importó alrededor de $1,7 millones en granos al país a través de empresas acusadas de violaciones a la ley.

Un corrupto ex ministro moldavo

Un último caso analizado por el reportaje de OCCRP hace referencia a una empresa rumana importadora de grano negro ucraniano que comenzó a operar tras la invasión rusa. La empresa, llamada Damalio, facturó $14 millones de dólares en 2022, esto a pesar de que durante 2021 no tuvo actividad comercial. 

El mayor proveedor de Damalio es Podillya Agroservis, una empresa ucraniana creada en enero de 2022 que también está siendo investigada.

Ahora bien, el hombre fuerte de Damalio es Alexandru Pînzari, ex ministro de Defensa y ex jefe de la Policía Nacional de Moldavia. Pînzari cayó en desgracia hace dos años, luego de que fuera arrestado por abuso de autoridad y una variedad de otros cargos. Desde entonces, se hace cargo de la seguridad de Damilio.

A nivel económico, entre junio y septiembre de 2022, Damalio importó desde Ucrania 971 envíos de cereales valorados en $3,4 millones de dólares. De estos, 785 envíos, consistentes en casi 20 mil toneladas de grano con un valor de $2,8 millones de dólares, procedían de empresas investigadas.

El mayor proveedor de Damalio es Podillya Agroservis, una empresa ucraniana creada en enero de 2022 que también está siendo investigada, en otro caso, por presuntamente infringir las normas aduaneras al intentar ocultar el origen de las semillas de girasol. Sólo en agosto y septiembre de 2022, Podillya Agroservis realizó 692 envíos de granos por un total de casi $4 millones de dólares, en su mayoría hacia Damalio.

Contactado por OCCRP, el director comercial de Damalio, confirmó que la facturación de la empresa consiste en transacciones de granos de Ucrania. Además, afirmó que Damilio compró granos de "intermediarios" que habían sido sugeridos por los granjeros, pero no dio más detalles sobre la legalidad de estas transacciones.



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