Bárbara Barrera es una de las guionistas, directora del proyecto y encargada de contenidos de la nueva serie de ficción, basada en hechos reales, llamada La Vida de Nosotras, quien trabaja junto al equipo de Hernán Caffiero y su productora BTF Media, chileno ganador del Emmy por sus cortometrajes basados en historias de la dictadura, Una Historia Necesaria. La serie está en proceso de desarrollo y la intención del equipo es estrenar al menos tres capítulos el 25 de noviembre, el día internacional en contra de la violencia hacia las mujeres.
Junto a Caffiero, Barrera participó en la campaña televisiva de Daniel Jadue (PC), la que no tuvo exenta de comentarios tras un capítulo dedicado a un caso de violencia intrafamiliar, de una mujer que actualmente vive en uno de los departamentos de la inmobiliaria popular de Recoleta.
Sin embargo, la campaña quedó atrás. Esta vez, Barrera y la productora BTF, bajo el mismo formato de cortometrajes, abarcarán historias de violencia en contra de las mujeres ocurridas en Chile, como la historia de Antonia Barra, Joanne Florvil y Claudia Neira. Pero también trabajan con casos menos mediáticos, como acoso laboral, en universidades o maltrato en otros espacios, buscando abarcar diferentes espacios donde se replica la violencia hacia las mujeres.
Barrera es periodista de la Universidad de Chile y estudiante de Magister de la misma casa de estudios. En esta entrevista cuenta sobre la nueva serie, que será emitida por televisión abierta en La Red.
"Tenemos historias de mujeres han sufrido violencia extrema, femicidios, pero tambien violencia policial, acoso sexual, acoso en universidad, acoso judicial".
-¿Cómo nació el proyecto de La Vida de Nosotras?
-Después de Una Historia Necesaria, en el equipo siguen con la idea de hacer una serie con formato corto y en una conversación colectiva surgió la idea de replicar el formato de una historia necesaria con otra temática y nació la idea de tomar historias de violencia contra las mujeres, y ahí Hernan Caffiero me contacta para hacer la búsqueda de las historias, basadas en historias reales, pero más allá de eso para mi era importante poner criterios de selección. Primero, son 16 historias que han sufrido y sobrevividos a diferentes manifestaciones de la violencia machista. En ese sentido, tenemos historias de mujeres han sufrido violencia extrema, femicidios, pero tambien violencia policial, acoso sexual, acoso en universidad, acoso judicial. Lo que queremos es mostrar que la violencia hacia las mujeres es un problema también cultural y un contínuo. Precisamente hay una violencia que es transversal y sucede en los cuerpos de las mujeres desde que nacen hasta que mueren. Es todo una cultura que va reproduciendo el machismo y las prácticas patriarcales que terminan con la idea de que los cuerpos y las vidas de las mujeres valen menos en comparación con la de los hombres. En ese marco teórico se va desarrollando el proyecto.
Otro criterio de selección de las historia ha sido visibilizar historias de mujeres de distintas edades, la mayoría de las historias son de mujeres de clase social baja, pero hay también de clase media alta. Y también es importante para nosotros la interseccionalidad, es decir, por ejemplo, la historia de Nicole Saavedra, que la matan por ser mujer, pero también por ser lesbiana y ser pobre. Y pasa también en otras historias que llevamos en la serie, como el de Lorenza Cayuhan, ella sufrió violencia institucional al ser obligada a parir engrillada, por ser mapuche y pobre. O el caso de Joanne Florvil, también de violencia institucional dirigida a una mujer afrodescendiente, con una barrera idiomática, es decir, hay violencia ahí cruzada por el racismo, la discriminación, por ser mujer, afrodescendiente y pobre.
-Son historias profundamente dramáticas, porque la historia real es muy violenta y muy dramática. Imagino que hay un reto sobre cómo contar las historias, debido a que tradicionalmente estas historias se han tratado, sobre todo en televisión, poniendo a las mujeres solo como grandes víctimas, que necesitan ser salvadas, pienso en cosas como Mesa Culpa, La Rosa de Guadalupe, Lo que Callan las Mujeres. ¿Se han cuestionado, en el desarrollo de la serie, cómo van a tratar estas historias sin caer en esos lugares comunes?
-Sí, en este caso, que son historias de violencia contra las mujeres, efectivamente ha habido mucho cuidado a la hora de escribir los guiones, los guiones los escribo yo con un compañero que fue guionista de Una Historia Necesaria. Siempre, en todas estas historias, hay resistencia, sobrevivencia y un intento de las mujeres para salir del círculo de violencia o bien sobrevivir con la herramientas que cada una tenía o tiene.
"Para mí es importante que la serie contribuya al debate y a la reflexión, para no mostrarnos solo como víctimas, porque las mujeres somos sobrevivientes de violencia en general".
También en el proceso de entrevistas con la familia era muy importante entender bien cómo fue la historia y quienes eran esas mujeres. Conocerlas cómo eran antes de iniciar la relación los agresores o femicidas, para saber cómo eran ellas y qué sucedió. Porque eso nos permite dimensionar el impacto de la violencia contra las mujeres, no solo en las mujeres, sino también en las dinámicas familiares. Y a partir de eso, nos permite identificar en qué momento cada una intentó salir del círculo de violencia o resistir. Y esas cosas para nosotros es muy importante visibilizar, para no dejar a las mujeres solo como víctimas de violencia, sino también como sobrevivientes, porque eso son.
Ahí también hay una complejidad cuando hablamos de violencia contra las mujeres y para mí es importante que la serie contribuya al debate y a la reflexión, para no mostrarnos solo como víctimas, porque las mujeres somos sobrevivientes de violencia en general, el no poder abortar, el salir y que haya acoso callejerero, y hasta el tema de los femicidas y la violencia física.
Igual son historias dramáticas, eso es algo ineludible, no podemos salir mucho de eso y el formato que elegimos no podemos ahondar tanto como la historia nos permitiría, porque son historias complejas, por ejemplo, la historia de Nicole Saavedra da para una serie completa. Pero la clave está en el tratamiento que se le dé a cada una de las historias.
Muchas de las historias, por ejemplo, están contadas desde el punto de vista de los familiares, por ejemplo, en el caso de las víctimas de femicidio. Para contar no tanto el femicidio en sí, sino el camino de la búsqueda de justicia de la familia, que es otra forma de visibilizar esa violencia, porque cuando una mujer es asesinada el impacto en la familia es muy grande, uno nunca termina de conocer ese impacto, y hay familias que tienen que dar un vuelco completo para buscar justicia. Porque los tribunales, en general, tardan mucho en condenar el delito y eso causa un impacto real en las familias, porque tienen que seguir trabajando, siendo padres, hermanos, y al mismo tiempo deben buscar justicia.
-Además debe haber sido un proceso de aprendizaje tratar el tema de evitar la revictimización, ya que son historias reales.
"No vamos a hacer las historias más rimbombantes, no vamos a modificar la historias, los cortos están realmente basados en la historia real".
-Sí, es un proceso de aprendizaje muy grande, sobre todo por el vínculo con las familias. Hay algo muy importante para mí y para el equipo. Porque hay muchos casos en que los que hay historias de ficción basadas en historias reales, donde los y las realizadoras las ficcionalizan mucho y ha significado un daño a las familias. Para nosotros es muy importante que las historias se respeten como fueron. Para nosotros la ficción no implica cambiar las historias para hacerlas más atractivas. Se tiene que respetar esa historia de estas mujeres, son parte de una memoria colectiva, pero uno nunca debe dejar de lado que también pertenece a los familiares. Tampoco queremos mostrar violencias brutales, no queremos caer en el morbo.
No vamos a hacer las historias más rimbombantes, no vamos a modificar la historias, los cortos están realmente basados en la historia real. Y también se relaciona con el vínculo y la confianza de los familiares de las protagonistas de estas historias.
Varios de los familiares que entrevisté tenían sus aprehensiones, porque en la prensa se les habían dado más espacio para que hablaran los femicididas o maltratadores o el ejemplo de mostrar el informe ginecólogo o de Nabila Rifo, en canal 13. Los familiares tienen esas aprehensiones. Por eso hemos tratado de darles confianza, y uno tiene una responsabilidad gigantesca.
-¿Por qué creen que es importante hablar de estos temas, de violencia contra de la mujer, ahora? ¿Crees que es relevante levantar estos tema en época de elecciones?
-Es importante ahora como era importante abordar estos temas hace mucho tiempo. Pero en términos culturales y sociales, hay una predisposición distinta a hablar del tema. Por ejemplo, hay más proyectos audiovisuales que abordan temas de género y son fundamentales, porque muchas veces se utilizan temas vinculados a las mujeres con interés comercial, un ejemplo son las poleras sobre feminismo que vende Falabella.
Pero al margen de eso, creo que a nivel social, hay movimientos como Ni Una Menos, las marchas feministas en 2018, que a nivel nacional e internacional, marcan un momento histórico. Desde 2018 en adelante las mujeres tienen protagonismo, logramos instalar temas y reivindicaciones que venían dando mujeres desde el siglo xx en Chile.
"En la derecha no veo nada que responda a las demandas del movimiento feminista, nada".
Yo creo que en este contexto político actual, hablar de estos temas es clave, porque es un momento histórico cuando tenemos la oportunidad de fortalecernos como movimiento y que se deben escuchar nuestras demandas de manera diferente. Es el mismo momento en que la presidenta de la convención constitucional es una mujer, mapuche, de origen pobre, es un momento histórico, uno ve un antes y un después, quiere decir algo este hecho.
Y también para que en el futuro no sólo se tomen medidas de castigo a maltratadores o feminicidas sino también de prevención, de políticas públicas. Yo en la izquierda veo más intenciones de eso. En la derecha no veo nada que responda a las demandas del movimiento feminista, nada. A lo más igualdad de salarios en temas laborales, que es importante, pero no están hablando de transformaciones que impliquen cambios más estructurales.
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