La Real Academia Española de la Lengua define displicencia como “desagrado o indiferencia en el trato”. Y son varios los comentarios que apuntan a esas características para definir la actitud de la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, frente al paro de profesores, que ya cumplió cinco semanas.
Y es que la palabra displicencia tiene su propia historia en este conflicto.
Primero fue usada por la profesora Inés Tapia, quien interpeló a Cubillos en el Cementerio General, endilgándole varios epítetos, entre los que se encontraba "displicente". La actitud de la docente fue ampliamente criticada y fue objeto de una fuerte campaña comunicacional en contra, la que involucró incluso a varios ministros, quienes denostaron a Tapia por su actuar contra Cubillos en una instancia de recogimiento.
Pero ahora, la palabra cobra nueva fuerza, pues calza con su actitud, dado que la ministra prefirió dejarse ver disfrutando del eclipse en la Región de Coquimbo junto al presidente Sebastián Piñera, en vez de asistir a la sesión especial del Senado, donde se abordaría el mayor conflicto que haya abordado la ministra durante el ejercicio de su cargo.
Más alla de la anécdota, lo que refleja la actitud de Cubillos es un estilo duro de negociación, a juzgar por lo que dicen quienes observan de cerca su actuar en este episodio y otros, vinculados al paro docente.
“Creo que ella deja claro su proceder, con su desconexión con la realidad de la educación. Siempre ha sido su constante como ministra y fue la ratificación en esa línea, su poca sensibilidad frente a lo que está pasando. Yo lo interpreto como una falta de sensibilidad, frente al acontecer social del país”, comenta a INTERFERENCIA Mario Aguilar, Presidente del Colegio de Profesores, respecto de la opción de Cubillos de restarse de la convocatoria del Senado.
En la misma línea, el senador Juan Ignacio Latorre (Revolución Democrática), integrante de la comisión de Educación, concuerda con que el perfil duro de la ministra no ha facilitado el diálogo con los profesores. “En el Senado queríamos que se privilegiara resolver el conflicto en vez de ver el eclipse. No sé si el gobierno quiere seguir estirando el conflicto, apostando por el desgaste del movimiento social. Con esa actitud, están dando una señal de que no les importa que el conflicto continúe”, afirma Latorre a INTERFERENCIA.
“Varios actores han dicho que ella tiene una actitud displicente, pero lamentablemente tiene mucho apoyo del gobierno”, agrega el senador
Según los analistas, detrás de esa decisión está su interés por mantenerse como una ministra dura, para así no ser pauteada por los movimientos estudiantiles ni de profesores. Prueba de ello es que la semana pasada tuvo que ceder y acceder a hablar con los dirigentes del Colegio de Profesores, algo a lo que se había resistido, pero al hacerlo, optó por el tono beligerante, el que opacó -en buena parte- el hecho de que tuvo que dar su brazo a torcer y sentarse en la mesa, tal como lo dijo este artículo de INTERFERENCIA.
“Yo creo que el gobierno está con una estrategia de no aceptar ciertas condiciones del Colegio de Profesores y por lo tanto está tratando de ganar tiempo para desgastar el movimiento. Hay una señal política a los profesores de no estar preocupados”, consigna Claudio Fuentes, doctor en Ciencias Políticas.
Su perfil al choque lo ha mantenido durante las cinco semanas en las que se ha extendido el paro de profesores, en la idea de endilgar los costos del paro a los docentes. Este lunes, cuando el Colegio de Profesores ya había ratificado la continuidad del paro, con un 74% de los votos, Cubillos interpeló a los docentes en su Twitter: “Sus declaraciones están llenas de política pero vacías de preocupación por los niños a quienes tienen el deber de educar”.
“A medida que pasan las horas en la mesa negociación, se va distendiendo un poco, pero ella en general tiene siempre un tono duro. Además ella lo dice, ella ve un valor en ser dura, firme, franca según dice”, cuenta el presidente de los profesores, Mario Aguilar.
Para Fuentes, el paro ha tenido un efecto perjudicial para el gobierno, ante un gremio de docentes que ha obtenido apoyo popular en encuestas y redes sociales. Por lo mismo, según el cientista político “esta semana va ser una semana compleja para cada uno, gobierno y profesores. La clave está en qué parte va a mostrarse dispuesta a negociar, como una contraparte razonable”.
Sin embargo, y a pesar de la lluvia de críticas, Cubillos mantiene un fuerte apoyo de La Moneda, de su partido, la UDI, y de la derecha más dura. Esto, pues para muchos, la ministra representa una derecha conservadora, que se niega a ceder ante la oposición y ante los gremios, lo se vería como señales de debilidad.
Una debilidad que puede tener efectos indeseados en el ala más hacia la derecha del espectro político, en tanto puede ser capitalizada por José Antonio Kast, el líder de la ultra derecha chilena, quien dijo en su cuenta de Twitter el 13 de junio: “La gran gestión de Marcela Cubillos en Educación es un ejemplo que otros ministros deben seguir”.
Por su parte, en su activa cuenta de Twitter, Cubillos sólo ha dedicado cinco publicaciones al paro docente, siempre con el objetivo de contraargumentar al gremio. En medios, ha insistido en la necesidad de deponer las movilizaciones y el 30 de junio, amenazó con que podrían no pagarse los salarios de los profesores si el paro continúa.
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