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Miércoles, 6 de Agosto de 2025
[Revisión del VAR]

Que renuncie Milad. Ahora.

Roberto Rabi González (*)

"Sin duda sería un gran alivio para todo el sistema del fútbol nacional que diese un paso al costado ahora, pues pese a que, en rigor, el Consejo de Presidentes de los Clubes es el organismo más poderoso dentro de la ANFP, don Pablo es ni más ni menos que el representante legal de la organización y su cara visible. Y son muchos los desafíos próximos que requieren un líder que asuma su responsabilidad y no la eluda. Que dé la cara y no se esconda".

El fútbol profesional chileno está viviendo una crisis profunda. Son demasiados los fracasos, papelones, episodios nefastos, descoordinaciones, y otros síntomas evidentes de un mal manejo de consecuencias amplias. Si asumimos que la principal entidad encargada de un buen desempeño de nuestro balompié es la ANFP, sin duda la reacción más natural es dirigir la mirada a su presidente en busca de respuestas. Pero cuando lo hacemos, encontramos en Pablo Milad ausencia y abandono.  De hecho, días atrás el periodista Fernando Tapia afirmó que, en la práctica, Milad “dejó de ser el presidente de la ANFP”.

¿Tiene sentido que renuncie ahora, si falta un poco más de un año para las próximas elecciones?

Sin duda sería un gran alivio para todo el sistema del fútbol nacional que diese un paso al costado ahora, pues pese a que, en rigor, el Consejo de Presidentes de los Clubes es el organismo más poderoso dentro de la ANFP, don Pablo es ni más ni menos que el representante legal de la organización y su cara visible. Y son muchos los desafíos próximos que requieren un líder que asuma su responsabilidad y no la eluda. Que dé la cara y no se esconda.

Efectivamente, la gestión de Pablo Milad al frente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional se ha mostrado como una sucesión de decisiones erráticas, nula autocrítica y pésima comunicación con todos los interlocutores de la Asociación: autoridades políticas, prensa, clubes chilenos y extranjeros, etc.  Sin duda tal exhibición de falta de capacidad para dirigir el fútbol chileno no ha pasado desapercibida. Y parece claro que, hoy más que nunca, nuestro fútbol requiere sobre todo un líder que asuma los desafíos mediatos e inmediatos, su renuncia podría ser un paso necesario para revitalizar y fortalecer el deporte en el país. Mucho mejor que simplemente dejar pasar el tiempo que le queda ocupando formalmente la testera, sin aportar de manera relevante.

Uno de los episodios más recientes que evidencia la falta de autoridad de Milad es su exclusión de las negociaciones entre el Sindicato de Futbolistas Profesionales (Sifup) y la ANFP. A pesar de ser el presidente, Milad no participó activamente en las conversaciones para lograr una solución adecuada al paro de futbolistas, delegando esta responsabilidad a otros dirigentes y representantes de clubes. 

Además, la suspensión de la Supercopa entre Colo-Colo y Universidad de Chile, debido a la falta de garantías de seguridad, puso en evidencia las deficiencias organizativas bajo su mandato. Aunque Milad intentó justificar la imposibilidad de jugar el partido en tiempo y forma, intentando justificarla en la falta de respuesta de las autoridades políticas, este incidente reflejó una planificación inadecuada e incapacidad para anticipar y gestionar situaciones críticas. 

La demanda presentada por la ANFP contra los periodistas Mauricio Israel y Marco Sotomayor por sus críticas a la gestión de Milad es otro indicio de una administración que prefiere silenciar las voces disidentes en lugar de abordar las preocupaciones legítimas. Sin duda es una distracción innecesaria, que además es señal inequívoca de la falta de tolerancia hacia la crítica de la manera como se ha desempeñado. Crítica, por cierto, esencial para el crecimiento y la mejora en cualquier organización. 

La acumulación de estos episodios ha llevado a que incluso figuras destacadas del fútbol chileno, como Hernán "Clavito" Godoy, pidan públicamente la renuncia de Milad. Godoy argumenta que la gente ya no cree en su liderazgo y que es necesario un cambio para recuperar la confianza en la ANFP. 

En resumen, la gestión de Pablo Milad ha estado plagada de decisiones cuestionables, falta de liderazgo y una desconexión evidente con las necesidades y expectativas de los actores clave del fútbol chileno. Para restaurar la confianza y encaminar el fútbol nacional hacia un futuro más prometedor, es imperativo que Milad considere dar un paso al costado y permita que una nueva dirección tome las riendas de la ANFP. Ahora, no el próximo año.

Porque cada minuto que pasa es valioso y no se puede recuperar.

(*) Roberto Rabi González es escritor, abogado de la Universidad de Chile, profesor de Derecho Procesal y Penal e investigador de la Asociación de Investigadores del Fútbol Chileno (ASIFUCH).

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Por favor renuncie Sr Milad por el bien del futuro del fútbol, ya no podemos caer más profundo, peor que el bengalazo de 1989 en el nacarana

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