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Sábado, 24 de Mayo de 2025
[Hace 50 años]

Revista Qué Pasa: Crónica amigable sobre un hombre con lengua de lija

Revista Qué Pasa

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El periodista fue encarcelado varias veces.
El periodista fue encarcelado varias veces.

En junio de 1973 esta revista, muy cercana a la derecha gremialista, publicó un artículo -sin identificar a su autora- sobre el periodista Rafael Otero Echeverría, director de SEPA, opositor furibundo de Salvador Allende y recién electo en marzo como diputado de la República. 

Rafael Otero le pasa lo que a un gato montés. Con su escaso metro sesenta, cualquier grandote podría barrerlo a golpes, pero la naturaleza le compensó su falta de estatura con una mente rápida, un espíritu obstinado y una lengua de lija.

"No me metas en líos... No tengo ninguna gana de echarme a Otero encima", me dijeron varios personajes a los que quise preguntarles por él.

Un obstinado que no da tregua ni reconoce nada.

-A ver, diputado... ¿Qué es lo más fuerte que le ha dicho a Salvador Allende?

-Pero si todavía no le he dicho nada fuerte. Como en el box, recién estoy "haciendo sombra".

-Ni siquiera admite que es chico.

-No soy chico. Lo que pasa es que los otros son más grandes.

Y si una insiste, corre el riesgo de que este porfiado la convenza.

-¿Sabe usted de qué porte eran las armaduras de los cruzados? Las más grandes alcanzaban el metro sesenta. Lo mismo que mido yo. O sea, una estatura promedio.

¿Por qué los chicos de porte serán tan peleadores, comenzando con Napoleón? Me fui a preguntárselo al siquiatra Jorge Sapiaín. Me contestó como si le hubiese consultado por qué llueve de arriba hacia abajo.

-Mire, existe la creencia de que los chicos tienen una personalidad más auto afirmativa que el resto para compensar el sentimiento de inferioridad que les crearía su bajo porte. Por eso aparecen como los más peleadores, meteboches y se hacen fama de no aguantar pelos en el lomo. Pero siempre que priman los "demasiado" uno tiende a pensar que algo pasa. Los exageradamente machistas tienen su problema; los que aparecen siempre excesivamente contentos algo triste ocultan: Y los más peleadores pueden serio porque tienen más miedo.

¿Más miedo? Difícil pensarlo de un hombre que, como Otero, busca siempre las peleas más complicadas. Salvador Allende lo llamó indirectamente "quiltro hidrófobo". Pero no pudo impedir que, en una reciente "pasada", su rostro caricaturizado apareciera en SEPA bajo la leyenda de "Salvatore Allendone, il capo di la maffia sichilena".

Así, el más indicado para hablar del valor de un hombre es otro hombre con valor. Y ¿quién mejor en esto que un minero de El Teniente? Bernardo Silva, obrero del campamento Caletones, es un trabajador con agallas:

-Yo siempre he escuchado por radio al periodista Otero allá en Rancagua, Pienso que es un hombre con ¿cómo se dice?... gran visibilidad, porque se dio cuenta al tiro de los trastornos que iba a traer al país el gobierno de la Unidad Popular.

-¿Usted sabe que ha estado encarcelado varias veces?

-Sí, claro. Por eso pienso que es un hombre de lucha, sin miedo a que, en una de ésas, lo dejen "guardado para siempre". Si todos actuáramos como él, este país sería otro.

-Pero... a Otero le dicen agente de la CIA...

-Sí, claro... a nosotros también.

Ahora, Otero, como diputado electo, ha trasladado su artillería al Congreso. Es una casa repleta de blancos para su puntería. Y con demócrata cristianos que, por ejemplo, no lo quieren mucho.

Mariano Ruiz Esquide, diputado del PDC, estuvo alguna vez en la mira. ¿Qué piensa ahora de Rafael Otero?

-Chico… duro… valiente…  ¿Cree en el Congreso del que ahora forma parte?

-¿Por qué esa pregunta, diputado? ¿Usted piensa que es golpista?

-Tengo mis dudas de que realmente crea en este sistema democrático chileno.

En el mismo Parlamento, el senador del Partido de Izquierda Radical, PIR, Américo Acuña, se sonrió al comentar:

-Dicen que Rafael Otero no tiene más partido político que el Partido de… Rafael Otero. ¿Se sentirá realmente identificado con las ideas de la socialdemocracia?

-¿Usted piensa que no?

-Tengo la duda. Dicen que él es "rafaelista" y punto. Y la verdad es que me interesaría una aclaración porque creo que Otero es un amante de la justicia social y el respeto a los ideales democráticos.

Así, a la oposición le cuesta entender qué persigue Rafael Otero. La Unidad Popular, en cambio, se ha encargado de decirlo hasta la saciedad y a gritos. Para ellos es un agente de la CIA y sedicioso, vendido al imperialismo.

Entre los que han escrito en su contra está el ex redactor de Clarín y actual director de Canal 7 de televisión, Augusto Olivares:

-No opino nada porque no quiero participar en una revista de oposición. Hartas peleas he tenido ya por ese seudo izquierdista que se queda en el Canal 13.

-Pero si resultó raro el mutismo de Olivares, más extraño fue que el diputado comunista, Luis Tejeda, saltara de su asiento para repetir:

-No opino nada… No opino nada....

-Debí insistir varias veces para que el parlamentario de la barbita canosa y en punta, se explicara:

-No quiero opinar... Primero, porque hablo de cosas limpias. Y, segundo, porque la revista QUE PASA está empeñada en una campaña sediciosa, más sutil y elevada que otras, pero sediciosa al fin.

-Así, cambiamos rotundamente el tema. Detuve entonces al militante de la Izquierda Cristiana, Pedro Videla:

-Desgraciadamente… soy amigo de Otero y hay que ser leal con las amistades. Claro que ése es un chico mal genio, como todos los chicos.

-Sí… pero ¿no es agente de la CIA?

''Noooo, ¿cómo voy a creer eso?... ¿Sabe?... a este Chico Otero me gustaría echarlo a pelear con el otro enano... con el "Enano Maldito" de Puro Chile. Total, son del mismo porte y del mismo peso.

-Y... ¿para qué?

-Bueno, para que el "Maldito" le pegara un buen combo y lo dejara K. O. al tiro.

Así no hubo manera de conseguir que la Unidad Popular insistiera en sus ataques furibundos contra Otero. Y, cuando el presidente de la República ha destinado parte de sus discursos al director de la revista SEPA, habla más de qué sorprenderse.

-El senador socialista, Erick Schnacke, dice que no lo conoce:

-No tengo opinión. No lo conozco, aunque sé que sus antecedentes penales son bastante turbios. ¿Cómo voy a opinar de él si no me he preocupado jamás de su persona? Con decir que ni siquiera lo ubico físicamente. Debe ser muy chico, ya que le dicen enano.

Cuando la UP asumió el gobierno, a Otero se le cerraron todas las radios. En su último programa alcanzó a anunciar: "escribiendo en las murallas, gritando en las esquinas, seguiré denunciando al marxismo". Y sacó primero un afiche que pegó en las calles de Santiago hasta que consiguió imprimir SEPA. El gobierno la suspendió por 36 semanas. Apareció "Impacto", con peor acogida todavía en los medios oficiales. Surgió luego "Cambalache"...

Desde los 16 años Otero ha hecho así el periodismo. Y ha ido formando un grupo de discípulos que en su profesión son tan pesados de mano como él.

Uno de ellos, Daniel Galleguillos, redactor político de La Segunda, dijo:

-Hay dos Rafael Otero. El primero es una suerte de enano maldito con más mala fama que un interventor, gracias a la bajeza moral de periodistas y políticos a quienes el tiempo, juez implacable, ha desenmascarado frente al país. Al otro Otero lo conozco hace doce años. Es un social demócrata, valiente, honesto y de una generosidad humana ilimitada. De ese periodista tengo el alto honor de considerarme un discípulo.

Cuando mostré estas respuestas al propio Otero, comprobé hasta qué punto es incapaz de ponerse a la defensiva. En dos minutos consiguió desarticular la cuidadosa estructura de mi crónica. Porque si antes el protagonista de este "Dicen de Usted", debió atrincherarse frente a una andanada de críticas, ahora fue este señor Otero el que se dio el lujo de emprenderlas contra sus tibios atacantes. Y lo hizo con método. Desde el principio.        .

-Al señor Sapiaín, siquiatra, no lo conozco. Pero sus explicaciones corresponden a una de las dos teorías existentes. Yo me quedo con la segunda: aquella que dice que los demasiado grandes alhajan su edificio orgánico desde abajo hacia arriba; tienen grandes pies, caderas voluminosas, decenas de metros de aparato digestivo, pulmones normales y les queda muy poco para la… azotea. Como yo soy de estatura normal, he podido distribuir de manera equitativa los frutos de mi metabolismo y por eso tengo en la cabeza la cantidad necesaria de materia gris y en las extremidades la cuota normal de piel perfeccionada en uñas.

-Dos parlamentarios de oposición tienen sus dudas en cuanto a si usted cree en la democracia chilena.

-Creo en este sistema democrático. Creo que es el que nos va a salvar. Mire… esto es como un sistema de oleoductos: hay que cargarlo con los líquidos adecuados. El oleoducto de Concón-Maipú funciona a la perfección con derivados del petróleo, pero si lo cargan con derivados del marxismo, se corroe o explota. Es lo que pasa con la democracia: la democracia es para los demócratas, no para los marxistas.

-¿Augusto Olivares?

-Comprendo su silencio. Ha aprendido a respirar callado en los closets de los amigos cuando los creía ausentes.

-¿Luis Tejeda?

-Es una entelequia. Es una excepción que confirma la regla: es el único comunista capaz de reírse. Claro que no sé si de sí mismo o de sus propios camaradas.

-A estas alturas, Otero no lo dice, pero flota en el aire: que pase el siguiente. Y el siguiente es Erick Schnacke.

-Claro que no tiene opinión. ¿Cómo va a tener opinión si es una trutruca? La soplan en el partido y suena en el Banco del Estado.

-¿Pedro Videla?

-Más que amigos, estamos de acuerdo en la manera de vivir: ambos somos leales a muerte con nuestras propias convicciones.

Pero la mejor respuesta de Otero, con su metro sesenta, es la que le endilga al periodista Daniel Galleguillos, con un metro setenta y siete:

-Es una vergüenza que el señor Galleguillos, que apenas me aventaja físicamente por algunos centímetros, insista en que soy una suerte de enano. Si fuera mi amigo, como lo pregona, diría que soy un enano con suerte".

Dijo: "apenas me sobrepasa". Señor Otero... ¡son 17 centímetros!

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