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Sábado, 20 de Abril de 2024
Universidad de Chile

Vivaldi despide con honores a director de hospital sancionado por abusos

Pedro P. Ramírez Hernández

El rector encabezó la ceremonia de cambio de mando en el Hospital Clínico José Joaquín Aguirre donde asumió por primera vez una mujer como directora, la doctora Graciela Rojas. Vivaldi centró su discurso en el feminismo, pero sobre la misma despidió entre elogios al ex director, Jorge Hasbún, quien fue denunciado al menos cinco veces por acoso laboral y sexual.

Admision UDEC

“Yo he dejado mi alma en el Hospital estos cuatro años. Una parte para avanzar y la otra mitad la he dejado para luchar con Satanás. El profesor Armando Uribe, lo describió como un ser espeluznante, con cachos, cola, diente de oro y un tridente. Yo he tenido esa visión, pero he visto a Satanás adoptando otras facetas, a veces con atisbos de un mal periodista o de un mal abogado. La pregunta es cómo se rescata el alma frente a los ataques satánicos. En esta oportunidad debo decir que Satanás estuvo derrotado”.

En silencio, el público que repletó el Auditorio Emilio Croizet del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, escuchaba atentamente las palabras respecto del diablo del doctor Jorge Hasbún, hasta entonces director de la institución.

La escena fue incómoda, al menos para una parte importante del público que esperaba con ansias a la estrella de la jornada, que no fue Hasbún, sino su sucesora, Graciela Rojas, la primera mujer en asumir el cargo, designada por el rector, a quien el público a su turno correspondió con algarabía.

“Yo he dejado mi alma en el hospital estos cuatro años. Una parte para avanzar y la otra mitad la he dejado para luchar con satanás", afirmó Hasbún en su discurso de salida como director del hospital de la Universidad de Chile. 

Parte de la incomodidad estaba dada por el contexto en que se producía este hecho histórico en el que por primera vez una mujer asumía la dirección del hospital. Tal como reveló INTERFERENCIA, al menos cinco denuncias por acoso sexual y laboral llegaron hasta la oficina de Vivaldi en contra de Hasbún en 2016, las que fueron desestimadas bajo un entramado burocrático que lo mantuvo en el cargo hasta el fin de su periodo, siendo sancionado con tan solo “el 10% de su remuneración y una anotación de demérito en su hoja de vida de dos puntos”.

Nada de eso inhibió al rector Ennio Vivaldi, quien aprovechó su discurso ayer para dedicarle palabras de agradecimiento a su colega y “amigo”, sin importarle tampoco que entre el público se encontrarán algunas de las víctimas y denunciantes, como por ejemplo, la doctora Patricia Gómez, quien estuvo en el centro de la polémica luego de que un reportaje de La Tercera revelara las presiones que estaban ejerciendo diversas académicas para que rectoría hiciera eco de su denuncia, la que llevaba más de un año sin ser debidamente atendida.

En palabras de Vivaldi, “Jorge Hasbún quedará en la historia como un gran hombre, un punto de inflexión en medio de una situación difícil para el hospital [un espíritu] indisoluble de la institución que revirtió una situación de crisis gracias a su capacidad de empatía y de contacto con la gente”.

En agosto INTERFERENCIA reveló que desde 2016 el rector Vivaldi recibió al menos 5 denuncias en contra de Hasbún. Dos de ellas terminaron en sanciones por parte del Colegio Médico y la Universidad, pero ni así se afectó el vínculo entre ambos académicos.

Tras el gesto de camaradería, el rector se dirigió al público agitando las banderas del feminismo. “Es tremendamente significativo decir por qué los que no somos mujeres apoyamos la causa del feminismo. En primer lugar, porque con las mujeres se ha sido injusto, pero tanto o más importante que eso, es que si transformamos el machismo y construimos una sociedad de igualdad real entre hombres y mujeres, vamos a tener una sociedad mejor para todos, eso es lo que nos estamos jugando”.

Varias de las mujeres que denunciaron a Hasbún declinaron referirse a la actitud del rector, que por un lado celebra a alguien acusado de abusos contra mujeres, y por otro habla de feminismo.

Quien sí habló fue el doctor Hugo Salinas, el primero en denunciar al ex director del hospital por acoso laboral. Salinas rechazó la actitud adoptada por la dirección de la universidad. “Esta situación es muy odiosa. Hasbún se va con múltiples acusaciones y sentencias al interior de la universidad e incluso por organismos externos, como la ACHS y el propio Colegio Médico, pero se le premió manteniéndolo en el Hospital y se le despidió con palabras de agradecimiento”, dice.

En efecto, en 2018, el Tribunal de Ética del Colegio Médico emitió una resolución en torno al litigio que mantenía Salinas con Hasbún. El organismo colegiado le dio la razón a Salinas y amonestó al director del Hospital. En la misma línea, el Comité de Consejería Ética de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile estimó que, si bien no podía emitir sanciones jurídicas, administrativas y/o reglamentarías, Hasbún había violado los principios de convivencia, transparencia, diálogo y responsabilidad.

Dos años antes, el 23 de noviembre de 2015, la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), le había comunicado al rector, a través de una carta, que el doctor Salinas había sido evaluado por el Servicio de Salud Ocupacional y Mental. El resultado: tenía una enfermedad de origen laboral, provocada por “hostilización y menoscabo de funciones”, acciones que provenían directamente desde Jorge Hasbún.

En la ocasión, Vivaldi, de forma insólita remitió la comunicación enviada por la ACHS al mismo director del Hospital, Hasbún, quien contactó a su propio denunciante, Salinas, para comunicarle que se le mantendría alejado de su factor de riesgo: él mismo.

De esta forma, ayer, el rector de la Universidad de Chile cerró un verano en el que intentó dejar un marcado sello feminista dentro de su gestión, que incluyó el cambio de nombre del Campus Norte por Eloísa Díaz, la primera mujer médica de Chile y Latinoamérica, junto a una campaña por renombrar de la misma manera la estación Hospitales de la línea 3. Pese a su esfuerzo comunicacional, con su apoyo irrestricto a Hasbún, las dudas sobre su compromiso real con el feminismo aún persisten al interior de la comunidad universitaria.



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