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Jueves, 18 de Abril de 2024
Entrevista

Juan Pablo Swett: "Fue un error firmar la carta contra el retiro del 10% de las AFP de ‘El Mercurio’"

Andrés Almeida

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Juan Pablo Swett
Juan Pablo Swett

En conversación con INTERFERENCIA el dirigente gremial de las pyme dice que -visto retrospectivamente- dicho documento polarizó el debate. Además, según Swett, hoy aparecer en El Mercurio o La Tercera no influye en las políticas públicas. "La elite de los grandes empresarios va de salida”, afirma.

Admision UDEC

La semana que recién pasó va a ser histórica por varias razones. 

No solo se votó el retiro del 10% de las AFP en la Cámara a través de una reforma a la Constitución que contó con 3/5 de los diputados, incluyendo a varios de Renovación Nacional y la UDI.

Además, fue la semana en que por primera vez, tal vez en toda la historia, en que los empresarios fueron impotentes a la hora de mover la aguja del clima de opinión pública respecto de un tema clave para sus convicciones y/o intereses, como lo es afectar el sistema de las pensiones, que nutre el mercado chileno de capitales.

Pero, no todos los empresarios son iguales, incluso entre los 15 que firmaron la carta en El Mercurio del lunes 13 de julio pasado en la que se realizaron encendidas advertencias sobre los males que recaerán en Chile si es que se aprueba finalmente el retiro anticipado del 10% de los ahorros previsionales en este contexto de pandemia.  

Juan Pablo Swett -presidente de la Multigremial de Emprendedores, y rostro frecuente de las pequeñas y medianas empresas en los foros empresariales- dice hoy que, mirando de manera retrospectiva, se arrepiente de haber firmado dicha misiva, pues no contribuyó al diálogo ni al discurso que prentendía convencer que el retiro de los fondos del 10% no era la mejor alternativa.   

Swett -de todos modos- reafirma su opinión de que el retiro del 10% no es una buena idea, pero se abre a reflexionar en esta entrevista con INTERFERENCIA en varios aspectos que inciden en el momento actual, lo que lo lleva a concluir que las elites compuestas por los grandes grupos económicos, de las poderosas familias empresariales, "van de salida".

- ¿Cómo lo ha hecho el gobierno respecto de la pandemia?

- El gobierno no lo ha hecho bien, pero ahí me atrevería a decir que el Estado es el que no lo ha hecho bien. Creo que en estas circunstancias cualquier gobierno habría fracasado y la ayuda hubiese sido insuficiente, porque esto vino a reflotar todos los problemas que teníamos. 

Los bancos decían que tenían cerca de 800 mil clientes pequeños y medianos empresarios, que sabían quiénes eran, pero cuando bajamos a la calle nos dimos cuenta de que no había más de 180 o 200 mil pyme bancarizadas, porque muchas pueden tener cuenta corriente, pero están lejos de contar con un banco como para poder crecer. 

Lo mismo a nivel de personas. No estábamos preparados para llegar con alimentos a las familias y pasa algo similar con el ingreso familiar de emergencia, que ha tenido muchos problemas para llegar a la gente, porque no saben cómo contactarlo o cómo recibirlo. Ahí hay una falla completa del Estado.

Bueno, esto podría servir a futuro para que sepamos quienes son los chilenos que necesitan el apoyo de manera que se pueda complementar ciertos ingresos, y quiénes son los emprendedores y pymes que dan trabajo, y que no pueden ser ninguneados por dirigentes gremiales porque dan pocos puestos de trabajo.

- ¿Cómo ve a Sebastián Piñera en particular?

- La solución está en manos del problema. Así está la clase política y el gobierno es parte del problema. Si tomamos el estallido social, el descontento que hay, muchas cosas de las que hoy con o sin razón se aceleran, tienen que ver con un presidente que generó esos anticuerpos y eso hace difícil poder avanzar, poder dialogar. 

Efectivamente el gobierno, en materia de políticas públicas no ha dado del ancho. Por ejemplo, en el proyecto de retiro del 10% de las AFP -donde transversalmente, incluidos ex ministros de la ex presidenta Michelle Bachelet y miembros de la Comisión Bravo, con toda la centro-izquierda diciendo que hay otras alternativas que son mejores- que el gobierno no haya podido capitalizar eso, cuando se necesitaba un par de votos para sacar otro proyecto, habla de que no hay el manejo político necesario para salir de esta crisis y conducir este país como queremos todos que se conduzca. 

- ¿Ha encontrado a alguien del equipo económico con quién dialogar? 

- Sebastián Sichel. No estuvo exactamente en el equipo económico, pero sí fue ministro de Desarrollo Social y fue importante. Todo esto lo tocaba tangencialmente, porque siempre estuvo muy atento al tema del Fogape y los microempresarios, pues muchos de ellos estaban a un mes de caer al desempleo y de ahí a tener una ficha social.

Ahora Sichel está en el Banco Estado y está preocupado de eso, e incluso nos ha acercado a otras carteras. 

Por otro lado el ministro de Economía Lucas Palacios también ha estado bastante cercano, trabajando mucho también con regiones. Hay que reconocer la pega que ha hecho Palacios que ha pegado fuertes golpes, ha sacado varias ronchas entre los empresarios. 

- ¿Cómo evalúa el rol del Banco Estado y Corfo en esta crisis? ¿Qué hay que hacer con estas entidades en el mediano plazo?

- Más que una reflexión de mediano plazo, tiene que haber un cambio sí o sí. 

Nos dimos cuenta de que tenemos un mundo agrícola y de pequeñas empresas que no tiene acceso a la banca, pero nosotros siempre lo hemos dicho; aquí hay una desigualdad empresarial enorme. Las tasas de crédito a las pequeñas empresas son cuatro o cinco veces más altas que las grandes, y en algunos casos hasta ocho veces más alta. La garantía que se le pide a un emprendedor para pedir un préstamo muchas veces va relacionada a su casa o a su auto. 

Y acá claramente Banco Estado fue un banco más de la plaza y eso no puede volver a ocurrir. Se dejó estar toda el área de microempresas, la que efectivamente buscaba bancarizar a las pymes, a ese segmento que la banca no quería considerar. 

Corfo, por otro lado, ha sido el gran ausente. Toda la ayuda que se pensó en su momento que tenía que ser rápida, finalmente no lo fue pues no salieron los reglamentos a tiempo. 

Si me permites, además agregaría tres instituciones más que son Fosis, Sercotec e Indap. Sobre todo Sercotec, que en algún minuto fue importante en materia de subsidios, pero ese rol se le fue quitando. 

Hay que revisar esas instituciones, porque a través de ellas se pudo llegar con mucha ayuda a los pequeños empresarios. 

- ¿Vamos a avanzar hacia un modelo de innovación y de desarrollo en que el Estado sea más central, como por ejemplo sucedió en Corea del Sur? ¿Esta pandemia ha cambiado su punto de vista respecto de este tema?

- No ha cambiado mi punto de vista, pero si aumentó la urgencia de que el Estado juegue su rol en materia de innovación, emprendimiento y descentralización. 

En los años 70 las pymes participaban en un 50% de las ventas anuales del país. Ese número al año 90 cayó a 24 %. Antes del estallido social, el 87% de las ventas lo hacían las grandes empresas. Si lo midiésemos ahora, al 2020, ese número va a ser incluso menor al 10% para las pyme. 

¿De qué habla eso? Eso habla de una concentración económica enorme, de grandes empresas y elites empresariales. Obviamente esto se ha dado por problemas en el acceso a la banca, por barreras de entrada en negocios donde cuesta competir, donde por ejemplo durante años se abusó de los plazos de pago por parte de las grandes empresas, lo que hizo que muchos emprendedores terminarán quebrando. 

Entonces creo que el Estado tiene un rol articulador, central en temas de innovación, emprendimiento, descentralización, y desconcentración económica. Y claramente ese rol hoy día es más urgente que nunca. 
O sea, respecto del 2,7 millones de personas que hoy día están sin trabajo, que salieron de la fuerza laboral, que están reconocidos como cesantes o que están acogidos a la ley de protección del empleo, yo te aseguro que las grandes empresas no van a volver a contratarlos. 

Las grandes empresas están sustituyendo esa masa laboral con transformación digital. Y las pyme tiene menor acceso tecnología, por lo que van a tener que asumir el generar esos puestos de trabajo. 

Vamos a tener que corregir muchas cosas. Tenemos que preguntarnos qué ha hecho que hoy día Chile sea un país absolutamente concentrado en lo económico, con muchos negocios en muy pocas manos, con una élite empresarial tratando que se mantenga este statu quo 

Es muy difícil entrar a competir y terminar siendo grande, y eso obviamente se traduce en problemas de acceso financiero, en burocracia y en cosas que el Estado tiene que hacerse cargo. Pero hay que actuar, porque si es que no, se va a seguir concentrando todo aún más. 

- ¿Es rentista la economía chilena en el sentido que lo plantea el famoso libro Por qué fracasan los países, en dónde se caracterizan países que fallan pues sus elites cierran el juego a nuevos actores que les compitan? El ministro Ignacio Briones citó el libro en Enade, y apuntó a crear competencia en la elite, pero la verdad es que no presentó una agenda, ni un camino de política pública para caminar hacia allá.

- Tengo dos respuestas y son antagónicas. Efectivamente sí estamos en una economía rentista, pero se transformó en rentista por la concentración económica. Es tanta la ganancia que han tenido muy pocas empresas y grupos empresariales, que efectivamente el capital empezó a fluir de manera importante hacia allá y efectivamente muchos empezaron a buscar ingresos financieros, y dejaron de emprender y de hacer empresa. 

Pero, por otro lado, también te diría que no tenemos un país rentista. Tenemos 2.047.0000 emprendedores, según la última encuesta de empresas de menor tamaño del Ministerio de Economía y tenemos 993.000 empresas según Impuestos Internos; empresas que mes a mes facturan, venden y dan empleo.

Entonces, en síntesis, tenemos una economía rentista, sí, por el capital concentrado en un grupo, y se ha inclinado la cosa hacia allá, pero también tenemos un millón de emprendedores formales y un millón de emprendedores informales. Sigue habiendo fuerza en el emprendimiento, sigue existiendo y trata de remar en esta economía que no te ayuda a salir adelante y a crecer. 

- En el estallido social hubo consignas que apuntan a combatir la inequidad que no necesariamente fueron de izquierda, de una nueva clase media que se siente lejana a la elite, de Maipú, La Florida…

- En el estallido social, en lo que no fue parte de la violencia ni la delincuencia, en esa marcha de más de un millón de personas en Plaza Italia, seguro había 200 mil emprendedores manifestándose contra la inequidad y esa elite empresarial.

- La gran mayoría de los emprendedores lo son por necesidad y no por vocación, aunque entre los más jóvenes eso ha cambiado y hay más quienes quieren fundar un nuevo negocio antes que tener un buen empleo en un banco. ¿Qué tiene que pasar para que se cree una nueva elite que dispute su lugar a la antigua y no sea una quimera la meritocracia y el sueño de ascender a través del esfuerzo, en un país donde todavía es más importante el colegio del que saliste que la universidad donde estudiaste? 

- Tengo la impresión de que esta elite empresarial va de salida, en el sentido de que ya no puede ejercer el poder como antes lo ejercía. El poder a través de financiamiento político. El poder por el poder, en el que los grandes empresarios tenían casi las llaves de La Moneda y las del Congreso para pasear por donde quisieran y ver las leyes.

Esto ha ido dejando de pasar porque nosotros también hemos desactivado ese poder empresarial. Me ha tocado a mí como líder gremial, me fui contra Transbank por los medios de pago en ese momento en que estaba con mi empresa Trabajando.com, porque es un monopolio. 

También dimos la pelea por la ley de pago a proveedores a 30 días. En eso enfrentamos el lobby de Bernardo Larraín, que no quería el pago a 30 días, sino a 60. Junto a Alejandra Mustakis de Asech [Asociación de Emprendedores de Chile] fuimos a almorzar con él, a tratar de convencerlo, pero por otro lado Larraín hacia lobby en el Congreso y el Ministerio para evitar esa ley.

Eso sí, tienen que pasar muchas cosas anexas para que este mundo de emprendedores se empodere. Tenemos que acceder a créditos a tasas iguales. Tenemos que eliminar temas burocráticos. Vamos a competir en una cancha mucho más pareja que la que se competía en los años 80 y los 90. 

Necesitamos que cambie el concepto de cómo se hace negocios.

A lo mejor empezó tímidamente cuando creamos estos gremios de emprendedores. Pero se encarriló y se aceleró con el estallido social. 

- Uno de los problemas del emprendimiento en Chile es la poca profundidad de los venture capitals que financian proyectos. Las elites financieras no están interesadas en crear nueva riqueza. ¿De dónde va a venir el capital para crear esa nueva elite emprendedora? 

- El capital para emprender sale de los propios ahorros. Esa es una desigualdad empresarial enorme. Me gustaría transmitir el concepto de desigualdad empresarial del que no se habla mucho.

Obviamente una empresa pequeña, para transformarse en grande, tiene que partir de cero y correr una maratón. Eso, versus una gran empresa que tiene que correr una carrera solo de 6 km. Obviamente la segunda tiene mucho más posibilidades de ganar.

Pero otra cosa es que en Chile invertir en acciones tenga beneficios tributarios y no invertir en emprendimientos. Eso tiene que cambiar. No puede ser que por esos incentivos sea más atractivo invertir en acciones de Cencosud que en emprendimientos que pueden multiplicar sus ventas en 10. 

Están muy mal puesto los incentivos. 

- ¿Es el centralismo también un gran problema? 

- Es centralismo es uno de mis temas preferidos. Es una lacra empresarial. La otra vez me comentaba Inés Figari, presidenta de la multigremial de Coquimbo, que en Ovalle los bancos llevan a un cabro que en su vida ha plantado un tomate a evaluar los riesgos crediticios para la agricultura de la región. Y que cuando se rechazan los créditos hay que ir a Santiago. 

Y así hay cientos de ejemplos de una desigualdad enorme, porque el país está hecho para que todo pase en Santiago; emprender, hacer empresa. Los tomadores de decisiones están acá. 

- ¿Qué va a pasar con las pyme en esta crisis?

- Del millón de empresas formales van a quebrar unas 150.000 al menos. En cuanto a las informales, probablemente el número a ser mayor; entre 300 y 400 mil, quienes van a perder sus pequeños negocios. Eso va a significar que tenemos que generar pega para unos 2,5 millones de personas. 

Ese esfuerzo, lo vamos a realizar los chicos, no los grandes. Esa perspectiva necesitamos que la observen tanto en el Congreso como en el gobierno, para que se jueguen por un apoyo importante por el sector, más que por las grandes empresas.

- ¿Cómo lo han hecho los grandes empresarios en pandemia? Por un lado, trajeron ventiladores y repartieron cajas de alimentos, pero también se acogieron tal vez sin necesitarlo a la ley de protección del empleo, jugaron contra el posnatal de emergencia, apuntaron contra la ley que prohíbe el corte de servicios básicos, retiraron utilidades cuando no parecía prudente…

- Los empresarios hicieron un mea culpa importante para el estallido social, eso removió muchas conciencias. Pero durante la pandemia volvieron a cometer los mismos errores por los cuales los cuales siempre se le ha criticado y por los cuales la sociedad cree que son abusadores, que están solo para ganar plata y no están para la sociedad. 

Ese sentimiento es general, pero existen 12.000 grandes empresas y no todos sus empresarios son malos y hay muchos que hacen las cosas bien, pero que no se les visibiliza tanto. Pero, probablemente entre quienes hay que incluir en eso, no están los grandes grupos empresariales o las grandes familias, con los apellidos que todos conocemos. 

Así, en las grandes decisiones, lo que ve la gente, efectivamente, es que los empresarios han vuelto a cometer los mismos errores de años anteriores, lo que ha llevado a que la imagen de la élite empresarial no es mala; es pésima. Y esa es la imagen empresarial. 

Eso hay que tratar de cambiarlo con acciones concretas. Con más empatía, con otra cultura empresarial, en donde vemos que las familias que se coluden, y todos los otros problemas que hemos tenido, y donde la verdad es que siguen pasando por gremios gente que tiene tejado de vidrio en muchos temas. 

Pero también, si tuviéramos que nombrar las top 100 familias en términos ingresos, detrás de ellas hay 5.000 u 8.000 empresarios grandes que hace las cosas bien. Tienes empresarios como Cristián Goldberg, con su iniciativa de Levantemos Chile, y otros que son casos dignos de aplaudir, que hacen cosas calladitos, sin renombre y sin salir en los diarios. Y eso se visibiliza poco porque a la elite le ha costado soltar el poder. Y eso genera que, por un grupo, importante, pero solo un grupo, a todos los empresarios se nos metan al mismo saco. 

- ¿Cuál ha sido el peor pecado de los empresarios en pandemia?

- El no haber intentado hacer las cosas distintas. Abrieron la billetera. Estuvo eso de las cajas de comida. El tema de los ventiladores. Cosas muy potentes, pero el empresariado tampoco ha sido capaz de ser un factor que una y no desuna en temas de políticas públicas. No es que la clase política sea mucho de sentarse a conversar, pero al final -y hago un mea culpa- nosotros hemos contribuido a polarizar y ha sido un error, que hemos cometido todos como sociedad.  

Acá lo importante no es tener la razón, sino que te encuentren la razón. En ese sentido, si los diez millones de chilenos afiliados quieren sacar su 10% de las AFP, no basta con que a lo mejor tengamos la razón con que no es buena idea sacarlos, si no somos capaces de convencerlos de que hay alternativas mejores. 

- ¿Cree que la imagen mala de los empresarios finalmente terminó afectando el debate de la AFP? Fue extraño ver la firma suya en la carta de los 15 empresarios contra el retiro del 10%... 

- La carta fue un error.

Por convicción creo que sacar la plata de la AFP debe ser la última alternativa. Tiene que ser una alternativa, pero no tiene que ser la alternativa. Pero fue un error lo de la carta porque no contribuyó en nada al diálogo ni al discurso. Contribuyó a polarizar las decisiones. Y así como veo hoy en retrospectiva que el haber firmado la carta fue un error, no veo que sea un error en tratar de hacer algo en conjunto con todos los empresarios. 

Y al final, como dije a través de Twitter cuando se aprobó el retiro del 10%, ‘bueno, aquí esto se hizo en la institucionalidad, en democracia, hay que respetar los resultados, nos guste o no’. Y creo que ese es el espíritu que tiene que imperar.  Acá se discutió algo, no se si se hizo bien técnicamente, pero se hizo bajo una institucionalidad.
Y para adelante hay que buscar evitar que se polarice la sociedad, que eso no aumente, que es lo que nos va a podrir como sociedad. 

- En el mundo de centroderecha que votó en favor del retiro del 10% se ha dicho que esta medida era muy necesaria, porque los 500 mil pesos y luego el préstamo, no son medidas que vayan a resolver el problema de deudas de muchas personas que hoy necesitan todos los recursos disponibles para sobrellevar todas estas dificultades. Eso incluye a emprendedores que con esa plata tienen que pagar sueldos. ¿No hay una lógica coherente en eso?

- Yo estoy de acuerdo con que hay gente que el 10% le hace toda la diferencia. Lo que yo planteada es que si el Estado te puede pasar $ 2,6 millones, que pueden ser un subsidio total si no los puedes devolver, a lo mejor eso te permite no sacar $ 3 millones de la AFP, sino $ 1 millón. 

Creo que hay que reformar el sistema, pero también hay una serie de noticias falsas que se han construido desde la clase política, que han sido enormes. También me molesta eso, porque aquí hay algo impresentable, si es que se considera que las pensiones son un tema de Estado. Nunca ha sido un tema de privados en ningún país. Cuando se piensa en las personas más vulnerables, que tengan pensiones dignas, es un tema de Estado. Y la clase política ha tenido 30 años para corregirlo y no lo ha hecho… 

Entonces, cuando se le endosa todo el problema a las AFP -y puede ser que ganen mucho por encaje o que es necesaria una AFP estatal, y todo lo que quieras, que son temas a corregir y descomprimir- me parece que es demasiado porque la clase política y el Estado no se han hecho cargo del problema.   

- La defensa de la AFP se asoció a la defensa de intereses empresariales. Aquí el problema no pareció ser discutir las pensiones de los chilenos, sino no la capitalización de las empresas, el mercado de capitales. Hubo algo insincero en todo esto, en especial en el tema de la carta.

- Acá el problema, el 70% del problema de las AFP, es culpa de la AFP. Han comunicado mal. Han tocado el tema de una manera súper insensible. 

Pero ¿qué pasa si se capitaliza Cencosud y dentro de tu fondo pones $ 500.000 para eso, pero obtuviste $ 250.000 por haber capitalizado ahí, por haber entrado a ese negocio? Es un buen negocio para el afiliado y ha sido muy buen negocio para los grandes empresarios. 

Esa plata ayudó a generar y levantar grandes negocios. Podemos discutir si se pagó bien o se pagó mal, pero no se robó plata. Habría que ver la rentabilidad de los fondos de pensiones en comparación con otras alternativas. 

Y efectivamente no había flujo de capitales hacia Chile y esto ayudó levantar esos negocios, a levantar muchas empresas, los grandes negocios que conocemos hoy día. Y me pregunto ¿Cuándo las empresa empezaron a invertir esta plata, cuántas empresas había en Chile? 

Y ahí volvemos al mismo punto, al tema inicial. A mí me hubiese encantado que las APF tuvieran 5.000 empresas donde invertir, y no solamente donde los Matte, los Larraín y los Luksic. 

- Las AFP han significado plata dulce para esos grandes grupos económicos, que han accedido a ella sin mucha competencia. Ha sido capital barato y seguro ¿No ha contribuido justamente a incrementar las grandes inequidades empresariales y a la lógica de un país rentista?

- Los profesores de Canadá también vienen a invertir parte de sus ahorros en los grupos empresariales de Chile. O sea, el problema son las AFP, pero si estas decisiones de inversión las hubiesen hecho un banco, una compañía de seguros o una cooperativa de ahorros, a lo mejor también hubiesen tomado las mismas decisiones de inversión, pues no habían muchas opciones más tampoco.

Entonces, si lo pones en retrospectiva, las AFP tenían un mandato, que era rentar una plata. Y si resulta que Cencosud se iba a abrir a la bolsa o el Banco de Chile iba a hacer un aumento de capital, y la rentabilidad estaba bien…

Pero ese es un punto de vista demasiado técnico para que la gente lo entienda en este debate. Pero no es culpa de los grandes grupos económicos que esa plata haya estado, que se haya pagado por ella. Además, esa plata sí rento. Y efectivamente mucha gente hizo negocios con estos capitales frescos, y si a lo mejor no hubiesen existido, no habrían salido adelante. 

Pero el discurso contra las AFP efectivamente genera esa rabia, e insisto, el 70% es culpa de las mismas AFP, y si terminan desapareciendo el día de mañana, será que simplemente no supieron comunicar por qué existían, para qué existían, cuál era su fin. 

- ¿La nominación de Alejandro Charme como gerente general de la Asociación de AFP no ayuda, me imagino?

- Ese es el tipo de errores que se cometen una y otra vez. No, solamente hay que parecer hay que ser. Tienes que tener estándares éticos. 

- Si el empresariado no cambió con el estallido social ni con la pandemia, ya no cambió no más ¿Qué más tiene que pasar?

- Los únicos que pueden desafiar los poderes económicos son los más chicos, y hay que crear las condiciones. Por ejemplo, mantener el Fogape para uso exclusivo de las pymes, con eso empiezas a cambiar el panorama.

Hoy tenemos 12.000 grandes empresas. Propongámonos que en diez años tengamos 50.000, que además no sean de los Luksic. Que los importantes sean los Cornershop, los Not Company. Que de ellos hable la Revista Capital, el Diario Financiero

- El Mercurio y La Tercera salieron a tratar de dar vuelta a la opinión pública en lo del retiro del 10% de las AFP, pero no movieron el barómetro de la opinión pública en nada. ¿Es prueba más de una elite empresarial que va de salida? ¿Cuál es el peligro de que esa elite se quede como una ruina, pero que no deje crecer nada más?

- La pregunta me recuerda a las definiciones de emprendedor y empresario. Emprendedor es quien quiere entrar a un mercado, competir y ganar, y hacer crecer su empresa. Y la definición de empresario es que no quiere que lo saquen, y hace todo para que no lo saquen. 

Respecto de los diarios, lo que pasó es que ya cambió la manera de ejercer el poder o de mantener el statu quo. Claramente, antes, aparecer en El Mercurio o en La Tercera, sí tenía un impacto, sí era efectivo, sí se tomaba en cuenta. Hoy eso, ni por si acaso termina influyendo en las decisiones de políticas públicas en Chile.

Hoy el tema comunicacional está mucho más abajo, en otros medios de comunicación. Está en el mundo digital. Y está también en el trabajo con las distintas bases. Muchos siguen haciéndolo a la antigua usanza. 

Pero, como te decía, no basta con tener la razón técnica. Hay que hacer que la gente te encuentre la razón. La gente se está informando mucho más, y se está informando por otros medios. Y las políticas públicas hoy día tienen que estar validadas por la ciudadanía, al contrario de lo que pasaba hace 20 o 30 años, cuando unos pocos tomaban las decisiones y daba lo mismo lo que opinasen los demás abajo.

Entonces, tratar de revertir esa opinión a través de El Mercurio o La Tercera, es que no hemos entendido la manera en que funcionan las cosas. 

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Muy buenos artículos, muy objetivos, excelente trabajo.

Me saben a congruentes las respuestas, esperaría que se mantengan cuando todo esto pase y absolutamente debe haber un esfuerzo estatal importante a las Pymes partiendo desde corregir rumbos al Banco Estado para diferenciarse de la banca existente, pero creo que ese esfuerzo será del próximo Gobierno, este ya va de salida y con una pésima aprobación.

Sin compartir muchas de las opiniones del Sr. Swett, es indudable que si tiene razón en el rol que le cabe a las grandes familias empresariales en la crisis que nuestro país arrastra por décadas....el poder y la ambición no tiene limites para estos grupos.....

Al.leer detenidamente todo es cabe señalar, que si bien es cierto que los.grupos economicos no tienen la culpa porque el dinero estaba ahí, pues si la tienen ya que de ellos se.beneficiaron y no tuvieron empacho de hacer y deshacer, sin además.decirle al.estdo " Sabe nos estamos haciendo millonarios con esto" y el estado cobarde prefirió callarse y ver sus beneficios pero no de.estado si no que de políticos teniendo intereses en distintos aspectos, es.decir a los empresarios y políticos.les.importo poco y ahora que las.personas han abierto su mirada y levantado.cabeza.no se.dejaran avasallar y le dirán al.gobierno " Pónganse los pantalones ".

Sin juzgarlo es impactante escuchar al Sr Sweet, es entender cómo funcionan el poder de las élite, cito una frases ""El poder por el poder, en el que los grandes empresarios tenían casi las llaves de La Moneda y las del Congreso para pasear por donde quisieran y ver las leyes"" es algo que siempres se a dicho pero nunca reconocido.

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