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Jueves, 18 de Abril de 2024
Especial: Historia del modelo económico

El grupo Said: desde la industria textil a los negocios bancarios y los servicios

Manuel Salazar Salvo

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Salvador Said Kattan
Salvador Said Kattan

Esta familia de origen palestino fue uno de los pilares de la industria textil chilena desde los años 40 hasta fines de los 60. Tras el golpe de Estado de 1973 tuvo que adaptarse a las políticas económicas impuestas por la dictadura militar y los Chicago Boys. 

Admision UDEC

Issa Said Sahuireh y su esposa Julia Kattan llegaron a Perú procedentes de Belén, Palestina, a fines del siglo XIX. Issa tenía seis hermanos y venía invitado por la familia de su madre. De aquel núcleo surgieron los descendientes de la familia Said que se extendieron hacia Bolivia, Brasil y Chile, entre ellos los Said Kattan, los Said Demaría, los Said Dabdoud, los Said Yarur, los Said Somavía y los Said Saffie.

Issa y Julia pronto se trasladaron a Arequipa, sentaron las bases de un negocio textil, empezaron a prosperar y tuvieron varios hijos. Allí nació Salvador Said Kattán, que heredó los bienes de sus padres y que, a su vez, tuvo como hijo a José Said Saffie, nacido en abril de 1930, quien se transformaría en uno de los principales pilares del grupo Said en los últimos 40 años.

El 24 de noviembre de 1926  se otorgó la autorización para instalar una fábrica de telas en la ciudad de La Paz, por entonces, "Said e Hijos". Compraron un terreno de 5.000 metros cuadrados en Pura Pura y el 23 de diciembre de 1927, encargaron a la empresa The Foundatión Company la construcción civil de las instalaciones. Estas fueron entregadas el 15 de noviembre de 1928. En el transcurso de la construcción compraron maquinaria textil importada de los Estados Unidos, la fábrica en su construcción se llamaba "Bolivian Cotton Mills".

El 16 de octubre de 1928, los señores Jorge Sáenz e hijos, Juan y Nicolás Yarur formaron la Empresa Sáenz, Saíd & Yarur. De esta manera, la fábrica funcionó el 14 de junio de 1929, pero Jorge Sáenz e hijos dejaron la sociedad, quedando solamente como "Said & Yarur". El 23 de diciembre de 1936, la familia Said compró las acciones de la familia Yarur y se transformó en Said e Hijos, hasta que en 1952 se convirtió en Bolivia en Manufacturas de Algodón S.A.

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José Said Saffie
José Said Saffie

Por esos años Juan Said Kattan se instaló en Quillota, en Chile, y poco después financió la adquisición de un terreno para construir el Club Unión Árabe. Paralelamente, fundó la fábrica Rayón Said, productora de fibras para la industria textil y de diversos elementos químicos. 

El origen del grupo en Chile

El grupo Said nació en 1942 con una primera industria textil y creció junto con la etapa de sustitución de importaciones, dependiendo del  mercado interno y de la expansión d el poder adquisitivo de los grupos sociales medios y populares. Lo Said han mantenido una organización familiar de la propiedad accionaria de las sociedades anónimas controladas y han desarrollado una gran habilidad para estructurar alianzas con otras unidades empresariales, entre ellas las integradas por las familias Giacaman, Musalem y Eluchans, especialmente en los años 60.

De alguna manera, los Said han demostrado también una gran capacidad de adaptación a los cambios de situación y condiciones del "entorno social" que los ha obligado a redefinir toda su orientación de modo radical y en un plazo muy breve de tiempo.

En 1958, Ricardo Lagos detectó la presencia del grupo en el control compartido del Banco Panamericano, como culminación del proceso industrial que fue la base desde donde surgió el grupo. Muy relacionado con el grupo Hirmas, los Said lograron progresar con industrias textiles tales como Tejedurías de Rayón y Sociedad Industrias Químicas Rayón. De la primera controlaban cuatro cargos en el directorio, además de la presidencia; de la segunda, ejercían la presidencia, la vicepresidencia, cuatro cargos de directores y la gerencia general. 

Lagos estableció que el grupo Said, además, había ingresado al negocio de seguros mediante el control -compartido con la familia Hirmas- de la Compañía de Seguros La Panamericana S.A. Otro dato señalaba que el grupo se había vinculado al capital transnacional, administrando Cobre Cerrillos S.A. (COCESA), empresa filial de la estadounidense Phelps Dodge, transformada en los años 70 en la mayor productora de cobre en ese país. 

Al comenzar la década de 1960, a la vez, los Said ejercían alguna influencia en las siguientes sociedades: Tejedurías, Lanas y Sedas Abogabir S.A.; Compañía Sudamericana de Fosfatos S.A.; S.A.C. Saavedra Benard; Sociedad Inmobiliaria de Fomento Fabril S.A.; Editorial Universitaria S.A.; Agencias Graham S.A.; Industrial de Colorantes S.A.; y .Fábrica Chilena de Sederías Sedamar S.A. 

A fines de esa misma década de los 60, los Said desplazaron a Daniel Sotta del Banco Nacional del Trabajo y traspasó, al poco tiempo, las acciones a la CORFO. El Banco Panamericano desapareció bajo el gobierno de la dirección de la Unidad Popular, mientras el grupo consolidaba su  posición en las firmas industriales que constituyeron la base de su organización. 

En la dictadura militar

A fines de los 70, durante la dictadura militar,  los Said detentan 16 sociedades anónimas y siete sociedades de responsabilidad limitada -éstas últimas registradas en países caribeños-. Además, el grupo participaba minoritariamente en· la propiedad accionaria de otras cuatro sociedades anónimas. También influenciaba las decisiones de otras dos sociedades anónimas, pertenecientes a otros grupos de control, a través de la participación de personeros del grupo en sus directorios. 

El control de 16 sociedades anónimas representaba un total de 261,1 millones de dólares en activos y algo menos de 55 millones de dólares por concepto de patrimonio neto. Por cierto, estas cifras no incluyen las cantidades correspondientes a las sociedades de responsabilidad limitada y, tampoco, los activos y patrimonio neto de las empresas que el grupo tenía en Perú, Bolivia y Brasil. 

Patricio Rozas, uno de los mejores investigadores de grupos económicos de los últimos 40 años, precisó en 1980 que el 34,2 por ciento de 108 activos y el 66,8 por ciento del patrimonio neto total correspondían  entonces a empresas industriales. La inserción financiera del grupo también era significativa: el 56,6 por ciento de los activos y el 20 por ciento del patrimonio neto total correspondía a empresas financieras. 

A fines de los 70, el grupo ya había perdido su carácter tradicional de grupo textil. De las ocho sociedades anónimas que controlaba, dos eran bancos, otra era una compañía de seguros, una cuarta generaba servicios de computación y procesamiento de información, una quinta era productora de resinas y otra era una fábrica de envases. Les quedaban sólo dos industrias textiles bajo control: Safico S.A.I. y Rayón Said Industrias Químicas S.A. Sus  sociedades de mayor magnitud eran las bancarias, cuyos activos bordeaban los 150 millones de dólares. 

Pese a la diversificación de las inversiones del grupo, los Said tendían a una industria monopólica  en la producción de hilados de rayón mediante el control de la industria textil, controlando el 80 por ciento de las acciones de Rayón Said Industrias Químicas S.A. y minoritariamente la firma Rayonhil, Industria Nacional de Rayón S.A., la que pertenecía mayoritariamente a un empresario individual -Guillermo Aspillaga-, quien también compartía el control de la textil Fábrica Victoria de Puente Alto. Una tercera empresa productora de hilados de rayón era Algodones Hirmas S.A., -denominada Panamericana de Algodones S.A. (Panal) en los 80- la que pertenecía al grupo Hirmas, estrechamente ligado a los Said en el control del Banco Panamericano, de la Compañía de Seguros La Panamericana y de Emisoras Diego Portales S.A. 

El grupo diversifica sus contactos

Los Said, a partir de los años 80, los Said desarrollan cada vez más amplias alianzas inter empresariales. En el control de la Compañía Sudamericana de Fosfatos S.A., el grupo se vinculó al grupo Ardizzoni; en el control de SAC Saavedra Benard, los Said aparecen ligados a los grupos Banco de Chile, Yarur, Nieto y Nahmías; en el control de Editorial Universitaria S.A. -empresa que pertenecía mayoritariamente a la Universidad de Chile, uno de los Said compartía  directorio con miembros de los grupos Edwards y Matte; en Pesquera Guanaye, consiguen un cargo en el directorio junto con el grupo que encabezaba Edmundo Pérez Zújovic.

El grupo Said también ha estado ligado a grupos extranjeros. Inicialmente, uno de los casos más representativos fue control de la firma Cobre Cerrillos SA., que pertenecía al consorcio transnacional Phels Dodge Co.; allí los Said controlaba, sin propiedad accionaria alguna, la vicepresidencia y dos cargos de directores de la compañía. Otro ejemplo fue el control de la sociedad Inmobiliaria O'Higgins S.A., que pertenecía mayoritariamente a la Corporation Investments S.A. y a Industrial y Comercial Sudamericana S.A., dos firmas extranjeras. Los Said, eran propietarios sólo del 24,8 por ciento de las acciones.

Familiares y paisanos

Inicialmente el grupo fue de carácter familiar, pero luego creció asociándose con intereses más diversos. A fines de los 70, lo dirigían los hermanos Domingo, Jacobo, y Antonio Said Kattán; dos hermanas de los anteriores (Carmen y Regina) y la esposa de uno de ellos (Ana Saffie de Said). Los hijos de estas seis personas tenían escasa participación en los negocios familiares, con la sola excepción de dos de ellos: José Said Saffie –muy luego presidente del Banco del Trabajo y accionista de, a lo menos, 15 empresas del grupo- y Pedro Larach Said -director de tres importantes empresas-. En muchos casos, las firmas eran administradas por profesionales de origen árabes o por miembros familiares del grupo: Domingo Said (tres firmas), Pedro Larach (tres firmas), Jaime Said (dos firmas), Juan Said (tres firmas), entre otros. 

Desde los años 80, el grupo tuvo modificaciones substanciales en su patrón organizacional, pero sin revertir completamente el carácter familiar original. Los Said empezaron a usar mecanismos como la activación de sociedades de inversiones que asumen una funcionalidad del tipo "holding" en ciertas actividades, y el sistema de alianzas inter empresariales sobre la base de situaciones de controles compartidos. A ellos se suman los elementos ya utilizados como la propiedad directa de paquetes accionarios y la integración piramidal de remesas mediante propiedad indirecta de paquetes accionarios cuyos eslabones últimos estaban registrados fuera del país. 

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José Said Saffie junto a su esposa Isabel Margarita Somavía y sus hijos Salvador, Isabel, Loreto y Constanza Said Somavía
José Said Saffie junto a su esposa Isabel Margarita Somavía y sus hijos Salvador, Isabel, Loreto y Constanza Said Somavía

La formación de sociedades de inversión les permitió sumar gestores ajenos al núcleo familiar que no tenían su origen en la colina árabe y estaban vinculados política a los sectores más conservadores del sistema político. 
Los Said trabajan con tres tipos de asociados: una alianza con grupos económicos tradicionales afectados por la crisis de hegemonía y por el reordenamiento de los diversos grupos sociales  dominantes realizado desde el aparato del Estado; en segundo lugar, se vinculan con empresarios individuales o núcleos empresariales pequeños; y, finalmente, con el capital extranjeros de  importancia para su propia consolidación.

El comienzo de los 80

Al iniciarse la década de los 80, de las ocho sociedades anónimas controladas mayoritariamente en 1970, el grupo Said conservaba seis, habiendo perdido el control del Banco Panamericano -desaparecido durante la UP- y Envases Modernos S.A. - empresa adquirida por el grupo Calaf en 1978. De las ocho sociedades anónimas controladas minoritariamente en 1970, los Said mantenían sólo tres: la Compañía Sudamericana de Fosfatos S.A. (Cosaf), S.A.C., Saavedra Benard y Ferias La Rural S.A.C., fueron a la quiebra y a liquidación; Pesquera Guanaye S.A. fue comprada por la Corfo en la UP y adquirida en 1980 por el grupo Cruzat Larraín; parte importante de las acciones de Editorial Universitaria fueron vendidas a mediados de 1981-, Rayonhil Industria Nacional de Rayón S.A., por su parte, quebró.  

No obstante, la aparente contracción del grupo era sólo aparente. En casi todas las sociedades traspasadas o liquidadas, el grupo tenía en su poder porcentajes relativamente bajos de paquetes accionarios, situación que ponía a buen resguardo el capital patrimonial del grupo, aunque sí redujo su esfera de influencia.

Al llegar los 1980 el grupo Said controlaba 22 sociedades anónimas y 20 sociedades de responsabilidad limitada; además de ocho sociedades de inversiones registradas en el exterior y que operaban en Chile como accionistas extranjeros. Ese año los Said sumaron otras ocho sociedades anónimas y solicitaron la quiebra de Hilanderías Maipú S.A.

El monto de los capitales controlados era mayor al de 1970. La suma de activos consolidados pasó de 261,1 millones de dólares a 405,6 millones en 1978 y 525,6 millones en 1979; la suma de patrimonios netos subió de 55 millones de dólares en 1970, a 61,1 millones en 1978 y 85,6 millones en 1979, según cifras del mismo valor en diciembre de 1978. 

A esa altura la distribución de los capitales controlados ya era bastante diferente a 1970, observándose un claro predominio de las empresas financieras y de los servicios generales. Era muy destacable, además, la significación del Banco del Trabajo que, por sí solo, representaba en 1979 el 82,7 por ciento de los activos y 38,3 por ciento del patrimonio neto total del grupo. 

Parece evidente que el grupo Said reestructuró su trabajo procurando insertarse en los ámbitos financieros tal como lo habían hecho otras agrupaciones empresariales dedicadas por años a las actividades industriales.  
Nuevos negocios

Paralelamente, muchas otras inversiones del grupo se orientaron a desarrollar empresas de servicios. De un total de siete sociedades anónimas constituidas en el período 1973-1979, ninguna fue una industria; cinco de siete sociedades anónimas eran empresas de servicios y las dos restantes eran firmas constructoras. En 1980, el grupo formó otras ocho sociedades anónimas, siete de las cuales eran sociedades de inversiones; además, modificó el objeto social de una de las empresas constructoras y de la compañía de seguro, transformándolas en dos sociedades de inversiones adicionales. Así, al igual que otros muchos grupos económicos, los Said se desplazaron también hacia la denominada "burguesía de servicios". 

En este período los Said también adquirieron la Distribuidora Cóndor S.A. -propiedad del pequeño grupo encabezado por Hernán Daroch- y Productos de Acero S.A. (Prodinsa), propiedad de la British Ropes Ltd., firma extranjera que no tenía grandes intereses en Chile.

Por esos años, un sector del grupo Said,  el más funcional al modelo económico impuesto por los Chicago Boys,  empieza a constituir sociedades de responsabilidad limitada, expandiendo así los límites del ámbito de control del grupo sobre bases que poco tienen que ver con la "transparencia" de las relaciones de propiedad de las empresas. Por lo general, la sociedades organizadas fueron empresas de servicios que operaron en el comercio, mercado de capitales, seguros y marketing. Algunas de ellas como Inversiones Siete Ltda. y Sociedad de Inversiones Neptuno Ltda., permitieron centralizar el control de empresas productivas de mayor importancia relativa, asumiendo una funcionalidad tipo "holding" y posibilitando el control parcial de empresas tales como Prodinsa, Rayonhil Industria Nacional de Rayón, Prosecac y otras, de modo de complementar el control ejercido a través de otros mecanismos. 

Diversos investigadores de los grupos económicos han coincidido en que la ruptura parcial de su estructura familiar original, la reorientación del esquema de inversiones y la redefinición de su sistema de alianzas, fueron factores que definieron la sobrevivencia del grupo bajo la dictadura militar.

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Algunos datos como COCESA y Banco Panamericano no son exactamente así. Los Said fueron los primeros propietarios de COCESA con el 100%

Los Said no solicitaron la quiebra de Hilanderías Maipú S.A. La hilandería había sido vendida a Textil Viña mucho antes.

Salvador Said no nació en Arequipa. Nació en Belén el 27-11-1890 El Banco Panamericano fue solo de Juan Said y sus hijos.-no tenía nada que ver la familia Hirmas.

A todo esto había que agregar la compra por parte de Antonio Said Kattán, en 1976, a la familia de don Jelil Karmy, de Manufacturas Textiles Fibratex S.A. en Maipú. Tambien la adquisición, en etapas, de un 6% del Laboratorios Chile.

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