Qué patética manera de tratar de ensuciar con monos fomes lo que es una crítica madura, consistente y mayoritaria a un proceso turbio, poco democrático en su origen y conformación, con escaños reservados que dan una representatividad inexistente a personajes desconocidos por todos, que quiere hacer de Chile un país dividido en originarios buenos (el buen salvaje de Rousseau) contra los invasores despojadores, el resto de chilenos. Se pretende una carta organizadora donde habrán privilegios legales, políticos y territoriales a grupos políticos de zánganos que se autoerigen en representantes de etnias o géneros que no los conocen, engendrando un mamarracho constitucional que de ser aprobado terminará arruinando aún más de lo que la izquierda ya tiene a Chile. Fome el dibujo, fome la CC y fome la línea editorial de interferencia. Igual los leo para saber por donde se arrastran las ideas de la izquierda. Saludos.