Lo que comenzó como un podcast de análisis político, nacido bajo el alero conceptual de la novela El Padrino de Mario Puzo y su película homónima, y que surgió en paralelo a uno de los episodios históricos más trascendentales de la historia chilena, recientemente ha desarrollado un proyecto académico innovador: la Facultad.
Lunes a lunes Alberto Mayol, Mirko Macari y Darío Quiroga publican un capítulo de La Cosa Nostra, un programa donde examinan el escenario político del país. Asimismo, Mayol es autor del libro 50 Leyes del Poder en el Padrino que ahonda en esta idea de analizar la contingencia política a la luz de la laureada película.
Este análisis que realiza La Cosa Nostra habitualmente en forma de seminarios y podcasts hoy tiene una alternativa académica al conocimiento. Con un cuerpo académico internacional, distintas perspectivas y enfoques, ofrecen en el curso de la Facultad 'Rusia-Ucrania. Punto de Inflexión' una comprensión a las posibles tensiones que Occidente defiende en medio de esta crisis, con la globalización y la universalización de los valores occidentales como escenario.
"La frase final tiene que ver con eso, con decir cuál y en qué sentido este es un punto de inflexión. ¿Qué es lo que dijo cada uno de los académicos y académicas que están? ¿Cuál es el punto de inflexión? ¿Qué tan grande es ese punto de inflexión? Eso es lo que nos preguntamos y eso es lo que queremos contestar", señala Mayol en conversación con esta redacción.
Asimismo, cabe destacar que Interferencia tendrá participación en este diploma que ofrece la Facultad, que se encargará de trazar el marco de los acontecimientos que comenzaron la mañana del 24 de febrero con la guerra entre Rusia y Ucrania que hasta el día de hoy perdura en territorio eslavo. Con una participación inédita de Occidente que apostó al poder blando -soft power- para ofrecer ayuda a los ucranianos en un conflicto que bien podría significar un reordenamiento internacional.
"Una cosa que me parecía fundamental era cómo introducir en medio de todo esto los hechos ordenadamente, que permita producir esa experiencia de crónica. Pensaba entonces que alguna de las clases de los académicos podía hacer esa tarea, pero en general los académicos nos vamos de tesis y trabajamos en el marco de la interpretación de lo que tenemos y nos cuesta salir de ahí", puntualiza Mayol.
"También hay una disciplina de ser capaz de plantarse frente a los hechos con una cierta distancia y y sobre todo de estar dispuesto a ir lejos de tu propio sesgo, de tu propia orientación. Y eso en el buen periodismo existe. El buen periodismo tiene esa disciplina [...] La tarea de Interferencia es darnos la base de hechos que nos va a permitir tener un curso con una dimensión, digamos, más factual", agrega.
En segundo lugar, Occidente tiene una estrategia que es inédita. Una estrategia de poder blando para poder afrontar el escenario de sin intervención, con temor a las intervenciones. En ese contexto es una apuesta novedosa, pero discutible. Sin antecedentes. Es posible que la decadencia política de Occidente se aumente con este escenario, y eso significa que los valores occidentales pueden quedar en cuestión.
En entrevista con Interferencia Alberto Mayol, uno de los académicos y gestor del proyecto la Facultad, enfatiza en la importancia de este conflicto para Occidente y Chile en particular, quiénes son los actores que más debieran poner atención a las consecuencias de la guerra y la disputa al conocimiento acreditado de estas iniciativas académicas a las unviersidades.
¿Por qué es importante para la sociedad chilena entender lo que está sucediendo en Rusia y Ucrania?
Lo que está sucediendo en Ucrania, esta guerra en particular, no es sólo un conflicto multilateral, por decirlo simple. Si esto hubiese ocurrido el 2014, seguramente no tendría las probables consecuencias que tiene este conflicto en cualquiera de sus derivas independientes. Porque la forma en que tome este conflicto va a determinar escenarios futuros.
Pero el hecho de que haya consecuencias importantes del conflicto es algo que ya está sobre la mesa. ¿Qué quiere decir? Fundamentalmente que hay un nuevo orden. Normalmente esos nuevos órdenes requieren una guerra para establecer los sistemas de pactos y por tanto el mundo va a operar en un sistema de pactos que va a ser distinto.
Bajo esta guerra hay alianzas que se están produciendo, que son relevantes. China está no ostentosamente, pero sí ostensiblemente apoyando a Rusia. India está haciendo lo propio y por tanto eso articuló un escenario que plantea una relación con Occidente que no tenía parangón anteriormente.
En segundo lugar, Occidente tiene una estrategia que es inédita. Una estrategia de poder blando para poder afrontar el escenario de sin intervención, con temor a las intervenciones. En ese contexto es una apuesta novedosa, pero discutible. Sin antecedentes. Es posible que la decadencia política de Occidente se aumente con este escenario, y eso significa que los valores occidentales pueden quedar en cuestión.
Y los valores occidentales suelen ser importantes para nosotros que vivimos de esos valores occidentales, incluso siendo grupos críticos de las visiones más dominantes en Occidente. Pero dentro del marco de los valores occidentales, los valores que están en juego son valores que tienen que ver con la democracia, los derechos humanos, en fin, un conjunto de elementos que están sobre la mesa y que plantean la discusión respecto a los nacionalismos, las autocracias, en fin.
No significa que, y esto es bien importante entender, Rusia signifique la autocracia y el nacionalismo, que también lo significa. También Ucrania tiene lo propio. También Ucrania y Occidente están haciendo hoy un negocio muy complicado vinculándose con grupos que son discutibles en términos justamente de la defensa de estos valores.
Porque estos conflictos a veces terminan siendo el clivaje que marca el escenario político de muchos lugares. Como lo significó Vietnam, como lo significó la Guerra Fría y por tanto, tenemos que entender si acaso esto es el último aliento de la Guerra Fría o el primer eslabón de una nueva estructura de conflicto que tiene alguna reminiscencia de la Guerra Fría, pero que es una nueva versión al respecto. Entonces, todo eso es muy importante para aquella gente que habita en el mundo de las decisiones.
Entonces, la ingeniería de detalle de esta guerra va a ser clave para la configuración del futuro y esto tiene consecuencias en la vida cotidiana. Nosotros vivimos en un mundo donde efectivamente muchas de las actividades están fuertemente globalizadas y esas actividades pueden modificarse radicalmente en este escenario.
¿Hay sectores, actores o puestos específicos dentro de la sociedad chilena que debieran poner mayor atención a esta guerra y sus consecuencias?
Bueno, me parece bastante evidente que primero los sectores de alta influencia. Estas no son decisiones que se puedan tomar en cinco minutos a partir de un conjunto de valores anclados en un análisis primario. Esto es mucho más complejo.
La discusión que hay de fondo bien merece un examen cuidadoso de cuál es la forma en que tú vas a administrar el escenario. Esto significa que las personas que tienen alta influencia en el sector político, en el sector académico, en el sector empresarial, en la movilización social, deben comprender muy bien cuál es el escenario.
Porque estos conflictos a veces terminan siendo el clivaje que marca el escenario político de muchos lugares. Como lo significó Vietnam, como lo significó la Guerra Fría y por tanto, tenemos que entender si acaso esto es el último aliento de la Guerra Fría o el primer eslabón de una nueva estructura de conflicto que tiene alguna reminiscencia de la Guerra Fría, pero que es una nueva versión al respecto. Entonces, todo eso es muy importante para aquella gente que habita en el mundo de las decisiones.
En segundo lugar, aquella gente que habita en el mundo del análisis, la interpretación de situaciones, de escenarios, tiene que tener sobre esto una visión muy completa. Por eso hemos tratado de integrar visiones distintas, de distinto resultado, de distinta orientación, de distintas disciplinas y de distintas formas de enfocar el problema.
Eso es decisivo y estamos convencidos de la importancia de ese esfuerzo. En ese contexto es que, si una persona trabaja en el ámbito de la interpretación de escenarios, en consultorías, en análisis, en evaluaciones, ese tipo de comprensión es indispensable.
En tercer lugar, están las personas que entienden que leer el diario no es suficiente para entender este tipo de conflicto. Que hay que ir más lejos, y ya en ese contexto también ese tipo de personas con un interés intelectual genuino, pueden insertarse en este análisis de manera más completa.
Como en todo conflicto, se involucran problemáticas filosóficas que han estado sobre la mesa desde el punto de vista incluso de temas que parecen menores como la cancelación ritual de ciertas actividades donde aparecen rusos de por medio. Y entonces se da la ironía de que Dostoyevski o Chaikovski son suspendidos cuando en su mayoría siempre habían sido acusados por el mundo eslavo de ser pro occidentales. O sea, era una cosa medio absurda. Pero bueno, esas cosas son interesantes de dimensionar, de analizar.
¿Cuáles fueron los criterios para escoger a los profesores que imparten los cursos? ¿Cómo aportan sus perspectivas profesionales a la comprensión de la guerra?
La base es profesores de alto prestigio, ya sean jóvenes o mayores, pero que tengan un elevado peso. En segundo lugar, posiciones que sean legibles como diferentes y que en el resultado de su análisis terminen en posiciones que marquen una cierta distancia entre ciertos actores. En tercer lugar, el cambio de diferentes disciplinas, tener la posibilidad de un repertorio muy amplio y diferentes objetos de análisis.
No queremos que todos hagan el análisis de la política internacional. Queremos que muchos de ellos se enfoquen en otros ámbitos de la comprensión, en el ámbito de lo que involucra para otros países, en el ámbito de lo que involucra la dimensión interna de la zona de los países eslavos.
Como en todo conflicto, se involucran problemáticas filosóficas que han estado sobre la mesa desde el punto de vista de incluso temas que parecen menores como la cancelación ritual de ciertas actividades donde aparecen rusos de por medio. Y entonces se da la ironía de que Dostoyevski o Chaikovski son suspendidos cuando en su mayoría siempre habían sido acusados por el mundo eslavo de ser pro occidentales. O sea, era una cosa medio absurda. Pero bueno, esas cosas son interesantes de dimensionar, de analizar.
(El cuerpo docente lo integra John Carlin, escritor, guinista y periodista inglés; José María Faraldo, doctor en Historia de la Universidad Complutense de Madrid; Raúl Sohr, sociólogo y periodista; Jorge Tamames, master en economía internacional y comunicación política por la Escuela de Derecho y Diplomacia Fletcher, de la Universidad Tufts; Beata Wojna, doctora y profesora de Relaciones Internacionales en el Tec Monterrey; y Alberto Mayol, escritor, sociólogo y licenciado en estética).
¿Por qué La Cosa Nostra decide realizar un proyecto como La Facultad? ¿Es un proyecto innovador?
Hay una dimensión de desarrollo horizontal de La Cosa Nostra en distintos ámbitos. En el ámbito del análisis político, a través del podcast y otras herramientas; en el campo de la producción de datos, con la encuesta; en el campo de la generación de agenda, cuando a veces hacemos entrevistas; y hemos estudiado otras alternativas para movernos horizontalmente en más campos.Y tenemos otra línea que podríamos trazar verticalmente, que es el nivel de profundización que queremos darle a cada cosa.
Respecto a la comprensión de la política hay una dimensión que es cómo profundizar, por ejemplo, las coyunturas, y para eso existen los seminarios. Los seminarios son una vez al mes y tomamos agendas relativamente coyunturales o muy coyunturales a veces, y a partir de eso profundizamos. Pero esa profundización es de nivel de un seminario que tiene una preparación no académica, que tiene algunos elementos académicos, pero no, no es una instancia decididamente académica.
Entonces decidimos que había otra posibilidad que era dar el salto a una configuración más compleja, es decir, una Facultad donde efectivamente apostamos por competir de igual a igual con otros productos académicos existentes y donde pretendemos hacerlo muy bien y por qué no decirlo, hacerlo mejor que muchas instituciones de gran tamaño, apostando a mucho riesgo, apostando a hacer una alta inversión en los profesores que van a trabajar, a buscar de manera muy sistemática la excelencia académica, pero además hacer mucho diseño.
No se trata de traer a los profesores a que hagan su mejor conferencia, sino de traerlos pensando en que la curatoría de los profesores es la clave del asunto. El conjunto de materiales es lo que va a quedar en los alumnos y eso es lo que hemos diseñado. La idea es ir ampliando ese repertorio, tener flexibilidad, ser rápidos, ser veloces, entrar antes que el resto y entender que estamos haciendo un producto de calidad para lo cual además buscamos mecanismos de certificación de instituciones que permitan dar cuenta de esa calidad.
Entonces decidimos que había otra posibilidad que era dar el salto a una configuración más compleja, es decir, una Facultad donde efectivamente apostamos por competir de igual a igual con otros productos académicos existentes y donde pretendemos hacerlo muy bien y por qué no decirlo, hacerlo mejor que muchas instituciones de gran tamaño, apostando a mucho riesgo.
Las universidades poseen el monopolio del conocimiento acreditado, ¿cómo cree que se relacionan estos proyectos con dichas instituciones? ¿Cómo es percibido por el mundo académico?
Las universidades desgraciadamente, en este tema están sumidas en sus propios fantasmas, en su falta de flexibilidad para moverse, en sus problemáticas que les desgastan mucho tiempo interno. Y en ese sentido, creo que es bueno que existan alternativas que vengan a disputar un espacio como este. Que es un espacio en términos concretos más bien secundario en términos de la formación, no está reemplazando a la vida universitaria, no está reemplazando la experiencia universitaria, no pretende hacerlo.
Yo creo que la dimensión online tiene otro sentido. Además, confío plenamente en la importancia de la experiencia universitaria presencial. Obviamente no puede ser exclusiva porque también hay muchas oportunidades en la posibilidad de tener excelentes profesores a distancia para algunas cosas. Pero en general, yo creo que este tipo de iniciativa viene a poner en alerta que muchas veces las universidades no quieren invertir mucho en cursos, en diplomas, en cursos de certificación de menores horas o a veces incluso en cursos de máster. No lo ven como como unidades que tienen que estar financiables, pero no necesariamente donde haya que invertir.
Esto requiere mucha inversión, requiere conseguir gente interesante -que se puede- y que hay que pagarle en consonancia, y requiere en el fondo mover el tablero en términos de lo típico, evitar que el diplomado sea el grupo de amigos del profesor que lo organizó y que lo llevó al Consejo de facultad y que lo validó. El grupo de amigos es legítimo porque a veces hay amigos que están muy bien para el diplomado, pero a veces también hay que ir a buscar profesores que uno no conozca, hay que bucear y buscar.
Cuando uno está en esto con una iniciativa como La Facultad tienes que ocupar lo mejor del mercado, tienes que diferenciarte, tienes que ser capaz de producir algo de calidad porque las universidades tienen marca, tienen muchas cosas y si quieres que además algunas universidades les interese vincularse contigo, tienes que tener esa categoría, esa calidad.
Y eso significa apostar muy fuerte a convencer a personas muy interesantes respecto al proyecto, a la calidad del proyecto, a la calidad de lo que se está haciendo, a la calidad de la docencia, a la calidad del proceso pedagógico, a cómo está pensado para que no solamente esté el material, sino que se aprenda.
Yo creo honestamente que las universidades tienen mucho que aprender de otros tipos de proyectos. En general, en internet hay muchos cursos, pero muchos de esos cursos no son de nivel universitario y yo creo que tienen que haber cursos de nivel universitario, de nivel muy elevado, que sean alternativos. Eso va a fortalecer el desarrollo mismo del conocimiento en las universidades.
Yo creo honestamente que las universidades tienen mucho que aprender de otros tipos de proyectos. En general, en internet hay muchos cursos, pero muchos de esos cursos no son de nivel universitario y yo creo que tienen que haber cursos de nivel universitario, de nivel muy elevado, que sean alternativos. Eso va a fortalecer el desarrollo mismo del conocimiento en las universidades.
Finalmente, las universidades desde el punto de vista de la formación de una textura intelectual en la sociedad, seremos quienes apostamos por ambos mundos, por la universidad y por un mundo como este, donde hay alternativa, estamos en sociedad, somos socios. Estamos construyendo una sociedad más interesada y más dispuesta al conocimiento. Hay gente que está ansiosa de poder compartir la experiencia del aprendizaje y de poder conocer, de poder vincularse con proyectos de esta naturaleza y eso es algo que a nosotros nos parece muy, muy, muy interesante.Y a veces el boca a boca llega muy muy lejos y hemos visto como llega gente de otros países y se empieza a vincular con proyectos como este.
- Puedes consultar el diseño, profesores, fechas y valor de diplomado 'Rusia-Ucrania. Punto de Inflexión' haciendo clic aquí o visitando el sitio web lafacultad.cl. También puedes revisar el brochure del diplomado haciendo clic aquí.
Comentarios
Muy interesante proyecto. No
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