
La mutación del cuerpo humano para convivir con un universo sintético abre nuevas posibilidades de vida y nuevas historias para contar. La última película de David Cronenberg asume el desafío de narrar una de ellas.

Nuevamente el fascismo es aludido en la forma de vampiros o zombies; pero esta vez hay una vuelta más. Una que lo hace todo más complejo e infinitamente más triste.