Julia Chuñil

La filtración por parte de la abogada querellante, Karina Riquelme, respecto de que a Julia Chuñil la habrían quemado –según un antecedente de la investigación que apuntaría al sospechoso Juan Carlos Morstadt–, causó la reacción de la propia Fiscalía Nacional, así como también del gobierno y de organizaciones pro derechos humanos.

“Mi madre no se dejó comprar por nadie”, afirma al recordar a Julia Chuñil. Su hijo la describe como una mujer que resistió amenazas del empresario Juan Carlos Morstadt, a quien la familia ha señalado desde el inicio como principal sospechoso y cuya responsabilidad reafirman tras una interceptación telefónica en la que habría admitido que fue quemada.

Latinoamérica mantiene la tendencia: es la región con más asesinatos de personas defensoras del territorio en el mundo, con el 82 % de los casos en 2024, de acuerdo con el último informe de la organización Global Witness. Pese a que la cifra de asesinatos a nivel mundial es la más baja en diez años, los autores del informe advierten que esto no implica una reducción de la violencia, sino que ha mutado en otras formas como la criminalización, el hostigamiento y las amenazas.

Un recurso de apelación contra la resolución dictada por la Corte de Apelaciones de Valdivia, plantea que Labocar levantó, el 19 de diciembre, un pantalón supuestamente manchado con sangre desde la casa de la dirigenta mapuche. Sin embargo, pericias realizadas contradicen esa versión: “Esa afirmación entregada al Juez de Garantía de Los Lagos es falsa”.

Julia Chuñil lideraba la reivindicación de las tierras de su comunidad y las protegía frente a la creciente deforestación del bosque nativo. A su familia y cercanos les había advertido sobre las amenazas frecuentes que recibía. Desde noviembre, cuando se la vio por última vez, las búsquedas han sido intensas. Se han rastreado bosques y cerros, y los esfuerzos para dar con su paradero continúan a diario en la región de Los Ríos. Esta crónica fue publicada originalmente en Revista Anfibia, y fue escrita por la periodista Natalia Figueroa.

Sebastián Benfeld señaló a Interferencia que la defensora medioambiental recibió "amenazas que constan de ataques verbales explícitos, cortes de camino, agresiones físicas y también a la propiedad de Julia Chuñil".