
Tras el cese de hostilidades entre Israel e Irán, un informe filtrado del Pentágono concluyó que el ataque contra las instalaciones nucleares iraníes no tuvo el éxito informado por Donald Trump y que dos de los sitios no resultaron con daños severos e incluso el uranio enriquecido fue trasladado a otros lugares secretos antes de los bombardeos.

Una evaluación inicial clasificada de Estados Unidos señala que los ataques a las instalaciones nucleares de Irán no destruyeron dos de los sitios bombardeados y probablemente solo retrasaron el programa unos pocos meses.