
Se trata de ventas realizadas por su hermano Dinko pero en la que ella y su hermana, abogada del Ministerio Público, podrían haber actuado como testaferros. A ello se suma que la jueza de la Corte de Apelaciones no habría informado todas sus propiedades en su Declaración de Patrimonio e Intereses.

La magistrada se habría beneficiado de terrenos que su hermano, Dinko Lusic, le vendió a ella, pero en contra de la voluntad de su ex esposa cubana. Algunos de los inmuebles, que figuraban a nombre de la jueza, se vendieron en el triple de su valor original.