En el libro “Así mataron en octubre, crónica de tres casos” publicado por LOM Ediciones y escrito por quien firma esta columna, se retratan tres casos de tres asesinados durante la revuelta del 2019. Es la historia de Álex Núñez, Yoshua Osorio y Romario Veloz, contada desde la perspectiva de Natalia Pérez, Solange Arias y Mery Cortez, ex pareja y madres, respectivamente, de los tres asesinados y que fueron entrevistadas para realizar esta publicación.

Álex fue asesinado a golpes por carabineros en Maipú. Yoshua fue una de las cinco personas que fueron encontradas en las bodegas Kayser en Renca. Romario murió por disparos de militares en La Serena. Los tres casos retratan, a su manera, las tres maneras que tuvo el Estado de Chile de asesinar: a través de las policías, las Fuerzas Armadas y en oscuros casos de cuerpos que eran encontrados en edificios quemados, cuestión que ocurrió en diversos puntos del país, como un Construmart en La Pintana, un supermercado Alvi en Maipú o un supermercado Líder en Arica.

Por otra parte, los tres casos ocurrieron el día 20 de octubre del 2019. Poco se habla de esa fecha cuando se rememora la revuelta. Pero lo cierto, es que entre el 20 y el 21 de octubre, murieron al menos 17 personas por distintos acontecimientos. Fue además el día en que Piñera lanzó su ya famosa frase de “estar en guerra contra un enemigo implacable y poderoso” y fue el segundo día con Estado de Excepción constitucional a nivel nacional.

La política de olvido y de impunidad no nace ahora, sino que se inicia con el Acuerdo por la paz y la nueva Constitución firmado el 15 de noviembre del 2019. El resultado de un pacto firmado a espaldas de las grandes mayorías fue también el asegurar impunidad para los responsables políticos y materiales de la represión. Las consecuencias de aquello no sólo son cifras, sino también rostros de hombres y mujeres que han debido enfrentar la brutalidad de esa impunidad.

Otra cuestión relevante a remarcar, precisamente para hacer memoria, es que ninguno de los tres era un activo partícipe de las protestas ni un activista. Romario nunca había participado en una protesta hasta ese 20 de octubre del 2019 en que fue asesinado. Yoshua Osorio se acercó a mirar lo que ocurría en el incendio de las bodegas Kayser y luego apareció muerto en su interior. Álex miraba desde lejos las protestas en la estación de metro Del Sol en Maipú. 

Este libro nace como una búsqueda de rescatar y reivindicar la memoria de los caídos durante la rebelión y también de las luchas de sus familias por obtener justicia, verdad y reparación, en el marco de un intento descarado por reescribir la historia por parte del poder, de la prensa y la política tradicional, cuando se buscan imponer conceptos como el “estallido delictual”, se relativiza la violencia estatal e incluso se llegan a negar los casos de violaciones a los derechos humanos.

Y esto no viene sólo de parte de la derecha y de quienes fueron gobierno con Piñera, quienes finalmente son responsables políticos de los crímenes de Estado, sino también del propio gobierno de Gabriel Boric y del actual oficialismo, negando los símbolos de la revuelta, manteniendo hasta el último momento a Ricardo Yáñez en su puesto, tapando y eliminando los memoriales que se levantaron en Santiago centro por los caídos y tal cómo denuncian las protagonistas del libro, negando reunirse con las familias de los asesinados.

Contar lo que vivieron Solange, Mery y Natalia durante esos días turbulentos busca retratar la historia que sí ocurrió. No la que ahora interesadamente tratan de contar los políticos tradicionales o la empresa empresarial, sino que la que vivieron las y los protagonistas, aquellos y aquellas que estuvieron en la calle y que se vieron directamente afectados por la represión estatal, el abandono de las instituciones y la negación de la posibilidad de justicia, cuando nos enfrentamos a un intento de olvido premeditado y convertido prácticamente en una política pública para meter debajo de la alfombra los acontecimientos que remecieron al país completo hace poco más de cinco años.

La política de olvido y de impunidad no nace ahora, sino que se inicia con el Acuerdo por la paz y la nueva Constitución firmado el 15 de noviembre del 2019. El resultado de un pacto firmado a espaldas de las grandes mayorías fue también el asegurar impunidad para los responsables políticos y materiales de la represión. Las consecuencias de aquello no sólo son cifras, sino también rostros de hombres y mujeres que han debido enfrentar la brutalidad de esa impunidad.

Conocer las historias de Álex, Romario y Yoshua, es hacer memoria y traerles al presente en un ejercicio de recuerdo. Pero no para buscar una memoria estática ni lastimosa. Sino que buscar que sus rostros y sus causas sean motor de una memoria como herramienta de combate y de resistencia, porque hoy, la lucha por verdad y justicia en los casos de asesinados en la revuelta, es también parte de la pelea por las demandas profundas de la rebelión que están lejos de estar cumplidas.

Este domingo 22 de octubre Interferencia publicará para todos sus lectores y lectoras un capítulo del libro "Así mataron en octubre, crónica de tres casos" de Dauno Tótoro.