Durante las últimas semanas todas las miradas se han volcado hacia la industria de las isapres, empresas privadas que participan del sistema de seguridad social nacional en materia de salud, y que por estos días han manifestado encontrarse en grave crisis financiera, asegurando que incluso podrían quebrar varias de ellas.

Precisamente ayer, la ministra de Salud, Ximena Aguilera (independiente), se reunió en dependencias del Ministerio con representantes de la industria para abordar la crisis que los afecta. “Vemos de parte del Ministerio de Salud y la ministra una disposición a buscar una salida para que no haya un colapso o salida abrupta de las isapres por el daño que puede producir al sistema de salud en Chile”, señaló el presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón, a la salida de la mesa de trabajo, en la que ya se fijó fecha para una nueva reunión.

Las isapres han tenido largos años de existencia y buena salud, desde que la Constitución Política de 1980 estableciera expresamente la posibilidad de que las personas pudieran acogerse a un sistema de salud privado, lo cual tuvo como consecuencia la creación de este sistema de aseguradoras en 1981. Según los últimos datos disponibles, en la actualidad el 17% de la población se encuentra adscrita a alguna isapre como sistema previsional de salud, mientras que el 77% de la población se encuentra cubierto por el sistema público de Fonasa.

Sumando los resultados de estas seis compañías, entre 2017 y 2020 totalizan ganancias por $225.718 millones

INTERFERENCIA revisó las ganancias netas -después de gastos e impuestos- de las seis isapres más relevantes del mercado nacional para observar los resultados de estas empresas privadas durante los últimos cinco años de los cuáles se tiene información completa, es decir entre 2017 y 2021. Se trata de Colmena Golden Cross, Cruz Blanca, Vida Tres, Nueva Más Vida, Isapre Banmédica y Consalud. Todas ellas son isapres abiertas -aseguradoras que ofrecen sus servicios a cualquier persona que quiera afiliarse- y que tienen la mayor cantidad de afiliados.

De todas formas, también incorporamos los resultados que se encuentran disponibles para 2022, los que solo contemplan cifras entre enero y septiembre de ese año (revise el gráfico a continuación). 

De esta revisión se puede observar que entre 2017 y 2020, como sistema en conjunto, las isapres tuvieron ganancias netas sostenidas y resultados positivos y normales para compañías que se desempeñan en un rubro complejo como es el del sistema de salud. 

ganancias_isapres.jpg

Ganancias netas de seis Isapres desde 2017. Fuente: Superintendencia de Salud.

En 2017 estas seis isapres tuvieron $70.573 millones de pesos en ganancias. En 2018 las ganancias fueron de $63.132 millones. En 2019 registraron una baja importante, pero igualmente anotaron $9.465 millones en ganancias; y finalmente en 2020, las ganancias netas fueron de $82.548 millones.

Sumando los resultados de estas seis compañías, entre 2017 y 2020 totalizan ganancias por $225.718 millones. Resultados más que saludables para empresas que han tenido cuatro décadas de historia, sin mayores sobresaltos, y en los que han tenido todos los apoyos institucionales para existir como industria. 

En 2021, estas seis isapres tuvieron pérdidas por $148 mil millones, y en 2022 el panorama no mejora: entre enero y septiembre de ese año anotaron pérdidas por $126 mil millones.

Sin embargo el 2021 fue otra historia. Ese año se registraron pérdidas inéditas en la industria, cuando estas seis isapres tuvieron pérdidas conjuntas por $148.466 millones, retrocediendo lo ganado en varios años y, además, revelando la posibilidad de deficiencias estructurales en la gestión del negocio. 

Como si eso no fuera poco, el panorama no da muestras de mejoría para la industria en 2022, considerando que según los datos que la Superintendencia de Salud pone a disposición, entre enero y septiembre de 2022 se registraron pérdidas netas por $126.571 millones, considerando estas seis isapres.

Según conocedores de la industria que conversaron con INTERFERENCIA, la causa de la compleja situación financiera que atraviesan las Isapres es una combinación entre varios factores.

Por una parte, una mala gestión del negocio que a estas alturas es difícil de objetar. Esto se vio evidenciado cuando las compañías de la industria tuvieron que sortear por primera vez en toda su historia una situación de emergencia y estrés durante 2020 y 2021, cuando sobrevino la pandemia de Covid-19. A estos factores, se suman altos gastos de administración y una escasa contención de costos de las prestaciones.

El sistema se vió sobrepasado con el aumento de licencias médicas luego de la pandemia, además de los altos costos que significó para las isapres la judicialización de las alzas unilaterales de sus planes, considerando que muchos de esos pleitos fueron perdidos sistemáticamente ante la justicia. Estos factores, sumados a altos gastos de administración y escasa contención de costos, detonaron un 2021 catastrófico para empresas privadas que han dejado dudas sobre la eficiencia con la que administran el negocio.