En el contexto del Festival Internacional Santiago a Mil que comienza la primera semana de enero, se va a estrenar de manera online la obra El Fuego que Llevamos Dentro, del actor y director Sebastián Ayala, conocido también por interpretar a Maicol, el personaje protagonista de la serie El Reemplazante.
La obra está inspirada en el caso del secuestro, violación y asesinato a la joven Nicole Saavedra, ocurrido en Quillota en 2016 (puede ver el trailer en este enlace). El caso recién terminó de cerrarse en octubre de este año, con la sentencia al victimario Víctor Pulgar, quien quedó con cadena perpetua.
La obra se podrá ver en formato online desde el 14 hasta el 23 de enero, accediendo a un pase mensual que también permitirá ver diversas obras de teatro del festival. También contará con subtítulos en inglés.
Para Ayala, quien levantó la obra junto con su Compañía Teatro a la Deriva, lo importante era destacar más bien la vitalidad de Saavedra en su corta vida y la discriminación que vivió, incluso también tras su muerte, debido a su orientación de lesbiana y su identidad de género.
"También la investigación policial parte del supuesto de ubicar a Nicole como una 'mala víctima', en ese sentido, estaban intentando buscar comportamientos en vida de Nicole que la hubiesen hecho 'merecedora' de un asesinato", reflexiona Ayala en esta entrevista.
La obra se podrá ver en formato online desde el 14 hasta el 23 de enero, accediendo a un pase mensual que también permitirá ver diversas obras de teatro del festival. También contará con subtítulos en inglés, para acceder al público extranjero interesado en el caso y en la puesta en escena.
- Sé que ustedes en la compañía ven temas sociales y de disidencias sexuales, pero en específico ¿Por qué se interesan en la historia de Nicole Saavedra ? ¿Qué le conmovió de esa historia?
- En realidad el caso de Nicole Saavedra, a nivel de las comunidades de diversidad y disidencias sexuales y de género es muy conocido, pero a nivel nacional, en diversos medios de comunicación, sobre todo en medios más grandes, no ha tenido la repercusión que han tenido otros casos, y creo que es importante que se programe una obra con su historia, es un espacio para seguir visibilizando lo que ocurrió con Nicole.
En 2016 cuando, ocurrió la tragedia de Nicole Saavedra nosotres estábamos trabajando nuestra otra obra, Agorafobia, sobre el incendio de la Divine, una discoteca emblemática de Valparaíso que el año 1993 se quemó y terminó con la vida de 17 personas. Y ahí hicimos una investigación de tipo documental para ficcionar una obra, que implicó llegar al archivo del caso, pudimos desarchivar la causa con todo el protocolo que implica, para poder investigar y además entrevistar personas.
"Cuando nos acercamos a la familia, principalmente lo que querían era que se conociera el caso, eso era lo primero. Y ahí dijimos, bueno, como compañía, que tal vez podíamos aportar en eso".
Cuando nos encontramos con el caso de Nicole, de alguna manera aplicamos el mismo método, pero con un caso más cercano, en el sentido de que aún estaba en investigación, no habían pasado tantos años como el de la Divine. Fue difícil porque las emociones estaban a flor de piel e implicó entrar en la historia de manera más lenta y respetuosa, porque todavía no se sabía nada, ni siquiera se conocía el nombre del culpable, tampoco había grandes pistas. De hecho, cuando nos acercamos a la familia, principalmente lo que querían era que se conociera el caso, eso era lo primero. Y ahí dijimos, bueno, como compañía, que tal vez podíamos aportar en eso. No íbamos a influir en la justicia quizás, pero sí ayudar a visibilizar el caso.
- ¿A qué emociones se va a enfrentar el espectador al ver la obra? Porque en la web de Teatro a Mil hay una advertencia sobre que es una obra que genera impacto ¿Lo va a chocar, incomodar, emocionar? Desde la perspectiva de quien ve la obra.
- Cuando llegamos a la familia, fue un acercamiento paulatino y afectuoso y también estuvimos participando en eventos en favor de la familia, marchas, tocatas, etc. Llegó un momento en que ellos como familia nos pidieron no ser explícitos con la violencia en la obra y creíamos que era lógico, tampoco nosotres queríamos ser explícitas con la violencia o hacer recreaciones por lo terrible que fue lo que le hicieron a Nicole.
Y en el ese proceso, como trabajamos en conjunto con la abogada de la causa, Silvana del Valle, nos permitieron acceder a material de la investigación. Es decir, nos enfrentamos a material muy sensible. Decimos que si bien esa información no iba a estar en la puesta en escena explícitamente, sentíamos que era necesario contarlo, que el espectador supiera lo que le hicieron a Nicole. Y hay frases o evocaciones sobre qué es lo que le ocurrió a Nicole, lo que le hizo esta persona. Por eso, aunque no haya nada explícito, puede afectar a personas sensibles, sobre todo personas que pertenecen a comunidades de disidencias sexuales y género, porque es algo que vivimos a diario. Porque puede ser una revictimización para personas que han vivido violencia, por eso creemos que hay que verlo con ese cuidado.
"Fue interesante y complejo al mismo tiempo, cómo se construye la personalidad de una persona que ya no está en vida, y se construye a partir de lo que otros dicen".
Nosotres en el festival Teatro a Mil exponemos la obra en formato online, pero también la presentamos hace poco de manera presencial en Quillota, y quienes han visto la obra en los dos formatos reconocen que es una obra sensible, pero no al punto de que sea revictimizante. También recomendaban verla con alguien, porque para algunas personas es emocionalmente agotador.
- Imagino que construir el personaje de Nicole Saavedra, qué existió, viene de la realidad, debe tener una mayor complejidad que realizar un personaje de ficción...
- Claramente, si bien en la obra no actúo, escribí la obra e hice la dirección, para escribir palabras de una persona que vivió necesité entrar en su vida y conocer mucho. Conocer a sus cercanos, amigues, familia, redes sociales, lo que decían de ella, lo que dice el perfil psicológico de la PDI sobre ella. Fue interesante y complejo al mismo tiempo, cómo se construye la personalidad de una persona que ya no está en vida, y se construye a partir de lo que otros dicen. Y cómo darle voz a lo que ella quería, cómo querían que la recordarán, lo que nosotres creemos de nosotres mismes.
En el caso de Nicole, está su identidad de género y su orientación sexual muy presente. Ella estaba en un proceso de identidad de género y orientación sexual que estaba descubriendo, entonces identificarla con algo es muy complejo, porque estamos hablando de una persona que ya no se puede defender. Intentamos hacerlo con el mayor respeto y cariño posible y la familia fue también parte del avance de la dramaturgia, o sea, su prima y su mamá también pudieron leer parte del avance del texto mientras se escribía. Entendieron que si bien era una ficción, había elementos sobre cómo hablaba, qué diría, su humor. Porque en verdad nosotres queríamos mostrar a una persona que estaba llena de vida.
- Ustedes hacen mención en la obra a la lesbofobia institucional ¿que elementos de lesbofobia o de discriminación institucional le llamaron la atención en su investigación sobre el caso de Nicole Saavedra?
"Da una sensación de negligencia, porque si hubiesen buscado el teléfono mientras ella estuvo desaparecida, pudo haber sido encontrada con vida. Porque ella estuvo seis días con vida secuestrada".
- Creo que hay una cosa implícita, en el sentido de burocratizar la investigación y que haya habido cuatro fiscales por la misma causa y que haya estado cinco años en nada, da claras luces que había poca intención de resolver la causa.
El primer fiscal, Juan Emilio Gatica, hizo una serie de diligencias erradas, hubo parte de las indagatorias que no realizó. También la investigación policial parte del supuesto de ubicar a Nicole como una "mala víctima", en ese sentido, estaban intentando buscar comportamientos en vida de Nicole que la hubiesen hecho "merecedora" de un asesinato. Por eso circularon una serie de teorías, como si ella hubiese tenido vínculos con droga, que carreteaba mucho, que porque se juntaba con quienes se juntaban, etc. De alguna manera buscaban justificar el asesinato más que querer conocer a la persona que estaba detrás. Creo que ya es un punto de vista errado, desde la lesbofobia y misógino.
Finalmente, después de que un grupo de personas se tomaron la Fiscalía, dirigidos por María Bahamondes, prima de Nicole, a los dos días empezaron las diligencias claves, como conseguir el teléfono de Nicole, que cinco años después aún no aparecía.
Después de ese tipo de presión, donde las que se tomaron la Fiscalía fueron detenidas, y hasta el día de hoy están con juicios encima por eso, pero se logró que reactivará la investigación y se descubrió que el teléfono lo tenía un familiar de un victimario. Es decir, el teléfono no era tan difícil de encontrar. Da una sensación de negligencia, porque si hubiesen buscado el teléfono mientras ella estuvo desaparecida, pudo haber sido encontrada con vida. Porque ella estuvo seis días con vida secuestrada. Si la policía hubiera buscado su teléfono, quizás ella estaría viva.
Comentarios
Cómo siempre la justicia
Añadir nuevo comentario