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Sábado, 9 de Agosto de 2025
Historia del conflicto palestino - israelí (2° parte)

El sionismo 'terrorista' tensiona la administración británica de Palestina

Manuel Salazar Salvo

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La organización sionista Haganah en Jerusalem
La organización sionista Haganah en Jerusalem

El incumplimiento de las promesas occidentales de independencia y unidad del mundo árabe, a cambio del apoyo contra los turcos, marcó con la violencia a la Palestina de comienzos del siglo XX. Por su parte, las organizaciones sionistas emprendieron una violenta campaña para obligar al Imperio Británico a conceder un Estado judío. 

En el nuevo reparto del planeta establecido en el Tratado de Versalles tras la Primera Guerra Mundial (la Unión Soviética aún era simplemente Rusia) los británicos se quedaron con Palestina, desgajada de la Gran Siria, Transjordania -también separada arbitrariamente- e Irak, con Feysal como rey, bajo la figura de un mandato otorgado por la naciente Liga de las Naciones. Francia se quedó con Siria y El Líbano, también bajo mandatos. 

Cuando esto ocurría, ya tenía importante presencia la corriente sionista en la diáspora judía. Su objetivo era volver a "la patria" en el territorio donde están sus raíces históricas y culturales. 

Apareció la Agencia Judía como instrumento de población y emigración de la Organización Sionista, cuyo centro político estaba en Europa. El sionismo es la contrapartida ideológica del nacionalismo árabe. Ambas tendencias fueron siempre excluyentes e irreconciliables. 

Allí también radica una gran responsabilidad en lo que vino después de la salida turca. Tras la persecución y el Holocausto, la hegemonía política del sionismo se trasladó a Estados Unidos, en cuyas decisiones de gobierno ejerció evidente influencia. Por el rol hegemónico de Estados Unidos en la política mundial más el accionar del lobby judío norteamericano, la llave del conflicto del Oriente Medio la tiene hoy Washington. 

Hostilidades del siglo 20

"Divide para reinar" fue la máxima de los mandatos francés y británico. En vez de una sola nación árabe emergieron monarquías heterogéneas y recelosas. Palestina, dividida en seis distritos administrativos -Acre, Galilea, Gaza, Haifa, Lydda y Samaria- recibió 35 mil judíos entre 1919 y 1923, principalmente desde Rusia. Entre 1924 y 1932 arribaron 60 mil desde Polonia. La ascensión de Adolf Hitler en 1933 promovió una oleada de 165 mil nuevos inmigrantes, la mayoría de Alemania.

En 1920, Jaim Weizmann, Ben Zvi y Ben Gurión crearon en Tel Aviv la organización militar secreta Haganah, cuya primera tarea fue introducir armas.

Comenzó, entonces, a cobrar más fuerza el proyecto sionista del hogar nacional judío. 

Los ingleses favorecían y obstaculizaban la inmigración, en una política ambigua. Los árabes la combatieron siempre, pero nunca tuvieron una organización política y militar coherente con su condición de mayoría. La guerra no tardó en  estallar en todas direcciones. En 1920, Jaim Weizmann, Ben Zvi y Ben Gurión crearon en Tel Aviv la organización militar secreta Haganah, cuya primera tarea fue introducir armas.

El jefe militar y político de los árabes fue el gran Muftí de Jerusalén, Hadj Amin Husseini, quien extendió la guerra "para liberar a Palestina de las garras del imperialismo británico y del sionismo". En Irak: surgió otro líder, Fawzi El Kaukji, oficial de ejército que organizó una fuerza árabe que comenzó con sirios, iraquíes y drusos, para luchar en Palestina. 

Los ingleses llegaron a oponerle dos divisiones (seis brigadas). Los judíos levantaron una cincuentena de fuertes de hormigón para albergar tropa, un muro-cinturón ideado por Charles Tegart durante una huelga general árabe convocada en 1936. 

Rebeliones y matanzas 

Los británicos enviaron una comisión a ver "qué ocurría en Palestina". Asesinatos, ataques, asaltos, incendios, bombazos, matanzas y rebeliones eran él pan de cada día cuando arribó la denominada Comisión Peel. 

Era evidente que se iba a producir una partición del territorio que no agradaba para nada a los árabes y tampoco satisfacía las aspiraciones sionistas. La posibilidad de un estado judío de espaldas al mar y abierto a la inmigración masiva irritaba sobremanera al Muftí que respondió con el asesinato de Louis Andrews, comisionado británico en Galilea. 

Nunca los árabes habían asesinado a un británico de tanta jerarquía. La respuesta fue violenta. El Muftí, una suerte de predecesor de Osama Bin Laden, huyó disfrazado de mujer. Nunca fue capturado, siempre evadió a sus perseguidores y falleció casi medio siglo después, en 1974.

En tanto, la Haganah no perdía su tiempo. En 1938 tenía 21 mil miembros y se fusionó con lo que quedaba del Irgún Zevai Leummi, organización militar supuestamente disuelta en 1931. 

La Comisión Peel asignó nuevos asentamientos en territorio del futuro estado judío. Pero el Reino Unido cambió su política y el 9 de noviembre de 1938, declaró muerta la partición y convocó a las partes a una conferencia en Londres, verificada sin acuerdos en 1939. 

Ben Gurión resolvió el impasse con pragmatismo: "Lucharemos contra Hitler como si no existiera el Libro Blanco y lucharemos contra el Libro Blanco como si no existiera ninguna guerra con Hitler".

Con la publicación de un llamado Libro Blanco Mc-Donald -el 17 de mayo de 1939- comenzó la ruptura británico-judía. Terminaron 20 años de asociación o simpatía recíproca entre la Organización Sionista y el Reino Unido. 
Relación “te quiero, te odio" 

Los judíos se dedicarían a luchar contra los ingleses con toda su fuerza. Comenzaba también la Segunda Guerra Mundial que los ponía en una encrucijada. Inglaterra luchaba contra Alemania mientras Adolf Hitler exterminaba judíos. 

Ben Gurión resolvió el impasse con pragmatismo: "Lucharemos contra Hitler como si no existiera el Libro Blanco y lucharemos contra el Libro Blanco como si no existiera ninguna guerra con Hitler". Y, a la vez, llamó a los judíos de Palestina a enrolarse con los británicos. Respondieron 32 mil hombres y mujeres jóvenes que aprovecharon la guerra para aprender organización, logística y demás servicios de un ejército en serio, como el británico. 

La experiencia guerrera de los judíos palestinos ayudó a crear la Palmach, tropa de comandos de la Haganah. Algunos sirvieron de guía a los australianos que le arrebataron Siria a la Francia de Vichy en 1942. Con australianos fue que hizo sus primeras experiencias bélicas en Oriente Medio Moshe Dayán, jefe militar de la Guerra de los Seis Días de 1967. 

Inglaterra fue criticada por bloquear la emigración judía durante el Holocausto. Se hubiera podido salvar muchas vidas. 

El Mufti de Jerusalén tampoco ocultaba sus simpatías por Hitler. Los terribles acontecimientos en Europa, con seis millones de judíos asesinados, desplazaron desde entonces a la jefatura mundial del sionismo a Estados Unidos. 

Terminada la guerra, los británicos continuaron con la política del Libro Blanco, con Emest Bevin en el Foreign Office, pero los estadounidenses comenzaron a presionar. "Hay que dar entrada inmediata en Palestina a 100 mil judíos". Los ingleses pusieron reservas. 

Terrorismo judío 

La Agencia Judía optó por la inmigración ilegal clandestina (Alivah Bet) y la lucha armada. La creación de nuevas colonias se alternó con saqueos y ataques de Haganah y Palmach contra objetivos británicos. Se dio por terminada la inmigración legal. 

Los grupos armados Irgún y Stem respondieron osadamente con la voladura del cuartel general británico, instalado en el Hotel Rey David, en la Ciudad Nueva de Jerusalén. 

Los británicos leían y releían informes sobre terrorismo en Tierra Santa. "Resulta evidente que desde su exilio de El Cairo, el Mufti dirige el alto Comité Árabe de Palestina", escribían los "analistas de inteligencia". 

"Una y otra vez hemos requerido a la Agencia Judía y a la comunidad judía para que ayudasen a las autoridades británicas en la tarea de aplastar a la cuadrilla de bandidos que actúan bajo el nombre de Irgún y Stern", decía otro informe.

Muchos líderes del terrorismo incursionaron después en la política israelí y varios alcanzaron altas investiduras en el estado.

"Las actividades de los terroristas han llegado a tal punto que estimamos necesario evacuar de Palestina a todo el personal británico cuya presencia no sea absolutamente necesaria... ". 

Estadistas ex terroristas 

Muchos líderes del terrorismo incursionaron después en la política israelí y varios alcanzaron altas investiduras en el estado. Entre otros, el dos veces primer ministro Itzjak Shamir (1983-1984 y 1986-1992), quien emigró desde Varsovia en 1935. En 1937, en desacuerdo con la línea moderada del sionismo anti británico, se enroló de frente en el Irgún Tzevai Laumí, llamado Etzel u "organización clandestina revisionista". Hacia 1940 se le hizo chico el Irgún y decidió pasarse al Leji (Lojaméi Jerut Israel, Combatientes por la Libertad de Israel), facción separatista pequeña pero mucho más militante, liderada por Abraham Stern. Shamir formó parte de la dirigencia máxima de actividades organizativas y operativas, o sea, de acciones terroristas. 

Menajem Beguin (1913- 1992), nacido en Polonia y avecindado en Palestina desde 1943, también fue militante sionista del ala más dura. Se le atribuye la revitalización del Etzel (Irgún Tzevai Leumí), la conducción ideológica en la ruptura con la dirigencia sionista moderada representada por Ben Gurión y la autoría intelectual del feroz atentado contra el cuartel general británico en el Hotel Rey David. Fue primer ministro entre 1977 y 1983. 

El asesinado primer ministro Itzjak Rabín, nacido en Jerusalén en 1922, de una familia de sionistas laboristas, hizo su aprendizaje castrense en la Palmaj y más tarde elaboró las teorías militares puestas en práctica en la Guerra de los Seis Días, en 1967. Fue asesinado el 4 de noviembre de 1995, a los 73 años, por un judío joven de la extrema derecha, justo al retirarse de una asamblea de masas bajo el lema de «Sí a la paz, no a la violencia». 

Al iniciarse el siglo 21 casi toda la clase política israelí tenía origen militar. Desaparecida la generación fundadora, la escena estaba copada por militares más jóvenes, con un pasado castrense menos honroso con algunos involucrados en hechos nada edificantes. Ariel Sharon enfrentaba en Bélgica un juicio de lesa humanidad por el exterminio de 12 mil refugiados palestinos en Sabra y Chatila, al sur de Beirut, El Líbano, 1982. También le atribuyeron la matanza de Quibia, en 1953. 

Terrorismo al por mayor 

Las organizaciones judías enloquecieron a los británicos. Atacaron la refinería de Haifa, destruyeron una escuadrilla de aviones caza en el aeródromo de Lydda, hicieron emboscadas y asaltos contra instalaciones inglesas. Eran maestros en el arte del barretín. Los allanamientos británicos nunca conseguían lo que buscaban. "Tiestos de flores, archivos, estufas, refrigeradores, falsas patas de mesa y otro millar de cosas les sirven para esconder armas", señala un informe de inteligencia. Compraban informantes árabes y obtenían inteligencia del mando británico que les simpatizaba. 

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Atentado israelí en contra del Hotel Rey David en 1946
Atentado israelí en contra del Hotel Rey David en 1946

Un reporte británico señala que "los judíos fabrican armas de características improvisadas y los fusiles Stern, las minas terrestres y las granadas salen de sus manos cada día más perfectos e ingeniosos". 

Los barquichuelos con inmigración ilegal llegaban a diario. Apenas flotaban, pero tenían nombres emblemáticos: Puerta de Esperanza, Puertas de Sión, Moisés, Tierra Prometida, Estrella de David, Éxodo. La conclusión de los analistas británicos de inteligencia fue que "los terroristas judíos luchan con una convicción aterradora". 
Como ocurre hoy con la política norteamericana hacia el Oriente Medio, influida quizás por el sionismo respecto a los palestinos árabes, en la cabeza de los líderes políticos británicos había poco lugar para pensar soluciones políticas. 

Terrorismo british

El comandante militar de Palestina propuso a sus jefes una docena de medidas dictatoriales ("ejecutar inmediatamente a todo terrorista en el mismo sitio de su captura", "destruir el Haganah y el Palmach mediante ataques a los kibbutz que se sepa alberguen a sus miembros"). Pero Londres las encontró excesivas.

Quizás de allí tomaron los israelitas su política de destruir de cuajo las casas donde sospechan la presencia de militantes palestinos, sin hacer caso de quiénes son realmente sus ocupantes o presuntos hospedante s y huéspedes. 

El jefe militar británico, al parecer por cuenta propia, envió un camión sin chofer con dos toneladas de TNT para volar el edificio de la Sociedad Sionista de Asentamiento. Otro camión se desvió del edificio de la Agencia Judía para caer en el vecindario, error de puntería como el de la sofisticada bomba estadounidense que destruyó en 2000 una mezquita de Afganistán en el primer día de Ramadán. 

El terrorismo británico unificó al terrorismo judío. Haganah, Irgún y Stern se pusieron de acuerdo. En una noche destruyeron el sistema ferroviario de Palestina. Al día siguiente, en seis embajadas destrozaron los archivos relacionados con la inmigración ilegal. Volaron el oleoducto de Mosul en 15 lugares distintos. Por último, Irgún asesinó al comandante británico en la casa de su amante. 

El 14 de mayo de 1948 el Consejo Nacional declaró establecido el Estado de Israel, en nombre de los judíos residentes y el movimiento sionista en el extranjero. Los palestinos quedaron entregados a los avatares del destino. 

Los nacionalistas árabes recibieron un duro golpe político cuando en junio de 1947 comenzó a sesionar la Comisión Especial de las Naciones Unidas para Palestina, conocida por su sigla Unescop e integrada por Suecia, Holanda, Canadá, Australia, Guatemala, Uruguay, Perú, Checoslovaquia, Yugoslavia, Irán y la India. 

Los árabes respondieron con huelga, manifestaciones, volantes. Los judíos enviaron a Ben Gurión y a Jaim Weizmann a negociar con la Unescop y acompañaron a sus miembros "en un viaje de inspección e investigación por Palestina". 
El resto se desencadenó rápido. La emigración se intensificó y los judíos de nuevo pudieron volver a comprar tierras. Pidieron el desierto de Neguev y se los dieron, junto con una franja costera desde Haifa a Tel Aviv, más parte de Galilea a derecha e izquierda de Nazaret, es decir, 55% de territorio con 58% de población judía.

Los palestinos se quedaron con la parte del desierto Negev fronteriza con Egipto, la franja costera de Gaza, la parte central de Palestina y el norte de Galilea, fronterizo con El Líbano. El 45% del territorio con 99% de población árabe. El 29 de noviembre de 1947 las Naciones Unidas aprobaron esta partición de Palestina por 33 votos, 13 en contra y 10 abstenciones. En ese tiempo la ONU tenía 57 votos. 

Las fronteras de 1947 fueron modificadas por la Guerra de los Seis Días en 1967. 

El 14 de mayo de 1948 el Consejo Nacional declaró establecido el Estado de Israel, en nombre de los judíos residentes y el movimiento sionista en el extranjero. Los palestinos quedaron entregados a los avatares del destino. 
El documento prometió "un estado judío democrático, basado en la libertad, la justicia y la paz, de acuerdo a la visión de los profetas de Israel, y el llamado a la mantención de buenas relaciones de vecindad con los países árabes circundantes, para el beneficio de toda la región". 

Asesinato del conde FoIke Bemaclotte 

El 20 de mayo de 1948, los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas encomendaron al conde sueco Folke Bemadotte una mediación de paz entre árabes e israelíes en Palestina. El conde Bemadotte, nieto del rey Oscar II y sobrino de Gustavo V de Suecia, celebró reuniones con líderes judíos y palestinos en El Cairo, Egipto, y Amman, en Jordania. 

Consiguió una tregua de cuatro semanas a partir del 11 de junio. El 28 de junio presentó un plan de paz rechazado parcialmente por las partes. El 12 de julio se trasladó a Nueva York a informar a Naciones Unidas. Luego, regresó a Jerusalén. 

Bemadotte, quien también descendía del general francés Jean Baptiste Benardotte -príncipe de Suecia desde 1810 por decisión de Napoleón-, logró en 1945 la libertad de numerosos ciudadanos de Dinamarca y Noruega -sospechosos de origen semítico- prisioneros en campos de concentración de Alemania. También ese año recibió del mismísimo Heinrich Himler –el jefe de la Gestapo- una propuesta de rendición alemana ante Estados Unidos e Inglaterra  a condición de que dejaran a Hitler seguir la guerra contra la Unión Soviética. 

Este internacionalista y diplomático sueco también salvó muchas vidas de judíos cuando fue jefe de la legación sueca en Friedrichsruh, Alemania. En 1946, como presidente de la Cruz Roja de Suecia, obtuvo y supervisó un intercambio de prisioneros alemanes y británicos. Los suecos comparan orgullosos su actividad humanitaria con la de Harald Edelstam, embajador de Suecia que se la jugó en el Chile de 1973 sacando del Estadio Nacional a un centenar de ciudadanos uruguayos, acusados de ser tupamaros, además de salvar la vida de numerosos chilenos. 

Tres días después de la muerte de Bemadotte fue publicado en París el informe final de sus esfuerzos mediadores. El texto contiene los términos de una paz duradera sugeridos a Naciones Unidas.

Cuando el jefe del entonces Sistema Nacional de Presos, coronel Pedro Espinoza Bravo, se enteró de la jugada de Edelstam, el 18 de octubre de 1973, ordenó la muerte del mayor Mario Luis Iván Lavanderos Lataste, responsable de la entrega humanitaria de los presos al diplomático. 

El conde Folke Bernadotte fue asesinado en Jerusalén a los 53 años. Junto a él murió el coronel francés André P. Serot. Ambos fueron ejecutados el 17 de septiembre de 1948 por un comando de Stem. ¿Por qué? 

Habían transcurrido cuatro meses desde la proclamación del Estado de Israel. Se supone que ya se había cumplido la decisión gubernamental -adoptada en junio de 1948- de disolver todos los grupos armados judíos -incluidos los duros Etzel y Leji- e integrar a sus miembros al Ejército legal. 

Tres días después de la muerte de Bemadotte fue publicado en París el informe final de sus esfuerzos mediadores. El texto contiene los términos de una paz duradera sugeridos a Naciones Unidas. La propuesta Bernadotte ganó de inmediato el apoyo de Estados Unidos y de Gran Bretaña... pero han transcurrido más de 70 años sin que nada ocurra. Israel jamás acató resolución alguna de Naciones Unidas.

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Muy interesante artículo , como lectura complementaria , recomiendo : " Orígenes y evolución del problema palestino ( 1917-1988 " ., un dossier publicado por la ONU en 1990 ,

Buen resumen de la historia de los judíos e interesante. Sin embargo, me quedó la duda porque no se explica los distintos conceptos del judíos y su diferenciación de israelitas, hebreos, semitas, por ejemplo. Además no se hace mención de textos relevantes sobre el origen, de autores como Shlomo Sand, Arthur Koestler y otros, que se han referido a un origen desconocido de un sector de los actuales israelitas, lo cual explica muchos de los problemas actuales de palestina y sus alrededores.

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