En un extenso reportaje, el medio de investigación palestino-israelí +972 Magazine dio a conocer el testimonio de seis soldados israelíes luego de que fueran relevados del servicio activo en la Franja de Gaza durante los últimos meses. En un crudo relato, los combatientes reconocen que el Ejército de Defensa de Israel prácticamente no emplea normas de uso a sus armas, disparando a quién sea, sin siquiera sospecha real de peligro.
“Las seis fuentes —todos salvo uno hablando bajo condición de anonimidad— relataron cómo los soldados israelíes ejecutaban rutinariamente a civiles palestinos simplemente porque ingresaban a un área que el ejército de Israel definía como ‘zona prohibida’”. El testimonio de los soldados se condice con videos, reportes de prensa, denuncias de testigos y doctores en Gaza: que el ejército israelí está autorizado para disparar a civiles palestinos prácticamente a voluntad. (Lea acá el reportaje de +972 en inglés).
Uno de los soldados entrevistados por +972 asegura que “si hay apenas una sensación de peligro, no hay necesidad de explicar— simplemente disparas”. Explica que cuando los soldados ven a alguien aproximándose, “está permitido dispararles al centro de su masa [al cuerpo] y no al aire”, pudiendo el ejército “disparar a cualquiera, a una niña, a una mujer de edad”.
Yuval Green es el único de los soldados que habló fuera del anonimato. Con 26 años, Green estuvo en servicio en Gaza entre noviembre y diciembre de 2023, sin volver a las armas luego de que el Ejército de Israel invadiera Rafah (ciudad al sur de la franja donde la mayoría de los palestinos que escapaban desde el norte se había refugiado), motivando a que junto a otros 41 reservistas firmaran una carta donde se rehusaron a volver a la guerra. “La gente disparaba para salir del aburrimiento”, asegura.
Yuval también explica que, a su juicio, el nulo control en el uso de armamento es el “principal problema” que pone en peligro las vidas del ejército israelí, algo que “me volvía loco”, asegura. Uno de los soldados que habló de forma anónima contó que el fuego amigo, dada la inexistencia de reglas, era “más peligroso que Hamas”, con las “fuerzas del IDF disparando en nuestra dirección” en múltiples ocasiones.
Además, para Yuval Green el uso que se le da al armamento demuestra la indiferencia que el ejército tiene por la vida de los propios rehénes israelíes, secuestrados el 7 de octubre por fuerzas de Hamás luego de múltiples ataques terroristas en kibbutz cercanos a la franja de Gaza. “Me hablaron de la práctica de volar túneles con explosivos y pensé que si había rehenes [en ellos], los mataría”, explicó. “No hay nada que hacer” al respecto fue la respuesta que recibió.
Otra confesión macabra desde el interior del ejército israelí es la presencia de cuerpos esparcidos en Gaza. “Los testimonios [de los soldados] pintan la imagen de un paisaje plagado de cadáveres de civiles, los que son dejados a la intemperie para que se pudran o sean comidos por animales callejeros”, publica +972 Magazine.
No siempre son dejados a la vista. Según relatan al medio palestino-israelí, los ocultan ante la llegada de grupos de ayuda humanitaria internacional para que “imágenes de personas en estados avanzados de descomposición no salgan a la luz”. Antes de que lleguen estos convoyes de ayuda internacional, un soldado explica que “un D-9 [como el IDF denomina a los bulldozer] va junto a un tanque y limpia el área de cuerpos, los entierra bajo los escombros y luego los voltea a un lado para que los convoyes no los vean”.
“Vi a muchos civiles, familias, mujeres, niños. Hay más muertos de los reportados. Estábamos en un área pequeña y todos los días, al menos uno o dos [civiles] eran asesinados [porque] caminaban por una zona prohibida. No sabemos quién es un terrorista y quién no, pero la mayoría de ellos no llevaba armamento”, relata el mismo soldado a la revista.
Además, los soldados comentaron que se transformó en una práctica usual destruir casas de palestinos civiles luego de ocuparlas durante el despliegue militar. “Utilizábamos esas casas no porque pertenecían a miembros de Hamas, sino porque nos servían operativamente. Casas de dos o tres familias, destruirlas significaba que se transformaban en gente sin hogar”, explica Yuval Green.
La justificación que le daban a Green era que “ningún equipamiento militar podía quedar atrás, y que el enemigo no podía ver nuestros métodos de combate”, ante lo cual aseguró que él mismo haría las revisiones para que no quedara nada en las casas que ocupaban para así no quemarlas o destruirlas. No importaba, era una orden.
+972 Magazine ha publicado numerosos reportajes dando cuenta de complejas situaciones en Palestina. Respecto a su historia, la revista debe su nombre al código telefónico que se usa tanto en Palestina como en Israel, el +972, y cuenta con reporteros de ambos países en su redacción. Fue fundada en 2010 por cuatro escritores israelíes en Tel Aviv, siendo de línea editorial progresista. El autor del reportaje ‘I’m bored, so I shoot’: The Israeli army’s approval of free-for-all violence in Gaza es el periodista Oren Ziv.
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FELICITO a Interferencia por
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