Cristóbal Piñera, el hijo menor del presidente Sebastián Piñera, decidió usar la sección de de opinión de El Mercurio para pedir "disculpas" al país por "no dimensionar" el "cambio de estándares" de la sociedad chilena respecto de su viaje y presencia en la gira a China. También negó en su carta al director haber usado el viaje con el propósito de "obtener alguna ventaja por ser el hijo del Presidente", a la vez que calificó las críticas en ese sentido como algo "absolutamente falso y mal intencionado, imagino motivado por fines políticos".
La carta dice más que eso. En diez párrafos, Cristóbal Piñera, hace referencia a la suscripción de su familia a un fideicomiso ciego en 2018 (algo que se hizo necesario dada la participación de los Piñera en el caso Exalmar, a través de Bancard, y que no incluye la sociedad Odisea).
Piñera habla también de su su "desvinculación total de la gestión" de Hopin, cuando en 2015 se fue a estudiar al MIT, asegurando que no obtuvo "remuneración, ingreso o ganancia alguna", aunque no menciona su participación en la propiedad de la filial chilena hasta junio de 2018 y en la matriz estadounidense, hasta el día de hoy.
También aseguró que "los contratos con entidades estatales fueron suscritos durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, siguiendo todos los protocolos legales correspondientes", lo cual no es efectivo, pues desde marzo de 2018 al presente mes, el sistema de compras públicas registra contratos con Hopin por $250 millones de pesos, lo que incluye $64 millones durante el periodo que va entre marzo de 2018 (la asunción de su padre) a julio del mismo año, que es la fecha en que se retiró de Hopin Chile.
En cuanto a lo que no se refirió Cristóbal Piñera en la carta, está la presencia de su amigo y hasta hace poco socio en Hopin, José Tomás Daire en la gira a China. Tampoco se refiere a la naturaleza de los contratos de 2018 entre Hopin y varias reparticiones gubernamentales que manejan datos sensibles y valiosos, como lo es el Servicio de Impuestos Internos, el Servicio Electoral, el Servicio Nacional del Consumidor y la Dirección del Trabajo.
Al respecto, INTERFERENCIA consultó a tres analistas políticos respecto de los efectos de la carta de Cristóbal Piñera.
Evaluando la carta
Para Claudia Heiss, académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, pedir disculpas refiriéndose a que “los tiempos han cambiado” y “los estándares son distintos”, respecto de otros viajes presidenciales en los que los mandatarios han sido acompañados por su familia, "me parece una forma poco afortunada de reconocer una falta. Es como cuando se dice que uno lo lamenta si alguien se sintió ofendido, como si en realidad la culpa fuera del agraviado. La verdad es que, aunque en el pasado familiares han formado parte de giras presidenciales, no recuerdo que participaran en reuniones de trabajo donde pudieran verse beneficiados en sus negocios personales".
Para Heiss, "la indignación pública" que el caso ha causado es "una buena oportunidad para fortalecer los mecanismos objetivos de control respecto del papel que pueden jugar familiares de quienes ocupan cargos de representación política". Según la académica, "los roles ceremoniales que a veces cumplen cónyuges e hijos de políticos forman parte de una concepción poco democrática del ejercicio del poder y deberían ir retrocediendo". Esto pues, "la delgada línea entre una participación 'ceremonial' y la capacidad de abusar de la cercanía con el poder hacen aconsejable evitar al máximo las zonas grises".
Por su parte, Claudio Fuentes, profesor de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales (UDP), considera en relación al viaje a China que la familia presidencial "al reconocer que no supieron dimensionar las consecuencias de la invitación, lo que están reconociendo es que quien los invitó -el Presidente- no dimensionó el conflicto de intereses que generaba. Su carta está contradiciendo los propios dichos del gobierno y del Presidente sobre el asunto”.
En todo caso, para Fuentes “la carta no menciona lo más relevante, y es la participación de José Tomás Daire en el viaje", en referencia al amigo y socio de Piñera en Hopin. "El tipo de contratos de dicha empresa -por contrato directo- y sus vínculos con el gobierno muestran la endogamia entre negocio y política”, asegurá Fuentes.
Para Patricio Navia, profesor también de la UDP y de la New York University, la carta le pareció "bien" por parte del menor de los Piñera. Eso pues ofrece "un reconocimiento de culpa por una de las imputaciones que ha recibido en estas últimas semanas. Con eso busca bajar la presión y cerrar el tema. A su favor juega que hay otros temas y que este gobierno siempre se las ingenia para cometer otros errores comunicacionales que hacen olvidar a los anteriores".
Sin embargo, Navia opina que "lamentablemente, como esta no es la primera polémica de nepotismo en la que se ve envuelto el gobierno del presidente Piñera, el daño para el gobierno y para la propia imagen del Presidente ya está hecho. Y eso no es culpa de sus hijos. Es culpa de un patrón que ha caracterizado al gobierno".
Comentarios
"Ahora le falta robarse un
Las explicaciones de Piñera
Proveen al lector de muy
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