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Sábado, 2 de Agosto de 2025
Entrevista

Horácio Macuacua: “En Mozambique y en Chile la gente baila en las calles y eso nos une”

Andrés Almeida
Ana Carvajal

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Horácio Macuacua, en el GAM
Horácio Macuacua, en el GAM

Este coreógrafo y bailarín mozambiqueño visita Chile, en la búsqueda por tender puentes Sur-Sur entre Sudamérica y África, a través de este arte que puede prescindir de los idiomas y las palabras. En conversación con Interferencia, aborda su experiencia, en la que ha debido enfrentar tanto el colonialismo como el exotismo para abrirse paso en una escena global.

Por estos días visita el país Horácio Macuacua, un coreógrafo y bailarín mozambiqueño quien vino a propósito del Festival Santiago Off, a realizar su residencia Conexiones Lenguajes Sur Sur en el Centro Cultural Gabriela Mistral -con gestión y colaboración de Sudakas Sudadas y  Festival Kinissis-, cuyo proceso será mostrado hoy a las 18:00 horas en GAM (ver elenco al final del texto).

Macuacua, además, protagononizará en la misma instancia un solo de danza contemporánea llamado I’m tired; una improvisación con un paracaídas.

La visita de Macuacua ha generado interés, pues no es habitual la presencia de artistas africanos, pese a que existen varios símiles entre lo que pasa en África y América Latina, en un contexto político-cultural en que ha vuelto a tener valor el concepto geopolítico de ‘Sur Global’. 

Además, la danza en particular puede ser muy útil para promover las relaciones Sur-Sur, pues su comprensión no requiere de mayores conocimientos de idiomas extranjeros, pues comunica con el cuerpo y el movimiento. Así, la presencia de Macuacua recuerda -de algún modo- las célebres visitas de las bailarinas soviéticas a Chile y la región en los 60 y 70, para promover la mutua comprensión y simpatía.

Macuacua -de todos modos- está lejos de ser un diplomático de la danza, pues su trabajo lo guía con un fuerte sentido de independencia y libertad, que lo ha llevado a crear una mixtura de lenguajes y ritmos en los que confluyen elementos ancestrales, populares y contemporáneos que fusionan sus experiencias entre Maputo, Madrid (donde pasa la mitad de su tiempo) y las distintas ciudades que va conociendo en sus abundantes giras.

Hoy está en Santiago de Chile, en el marco de una residencia, pero también observando la manera de moverse de los chilenos y los latinoamericanos para integrar experiencias, y establecer nuevos puentes Sur-Sur.

En el preámbulo de la entrevista, Macuacua nos cuenta de sus problemas administrativos para ingresar a Chile, pues los mozambiqueños requieren de visa. La larga residencia de Macuacua en España le permitiría sacar pasaporte español con facilidad, pero -por las leyes de Mozambique- tendría que renunciar a su nacionalidad original. “Yo quiero volver a mi país con mi pasaporte y no tener que perder mi nacionalidad y seguir siendo mozambiqueño”, dice con una sonrisa, “me es bastante importante artísticamente bajar al sur”, concluye.

- A propósito de eso ¿Cómo ves los vínculos Sur-Sur entre África y América Latina?

No hay muchos vínculos. Un par de veces fui a Argentina y sentí una desconexión enorme, también.

Además está la historia del racismo. Ahí me llamaron ‘carbón con patas’ caminando por las calles de ahí. Pero, ya este asunto no me ofende mucho. Ese día, cogí esa expresión e hice un solo después, que se llamaba Carbón con patas, pero no hablaba de racismo, sino porque me gusta los niveles de creatividad al que el racismo ha llegado.

"Trabajo mucho con improvisación, y siento que hay una tendencia aquí en América Latina a perder el ritmo que en África todavía no pasa, como también pasa en Europa".

No hay mucha conexión, aunque -a veces- con Brasil puede haber más, no sé, por el tema de la lengua, porque hablamos del mismo idioma. Claro, hay cosas muy bonitas, como por ejemplo que la comida es muy parecida, ahí se come arroz con frijoles y mucho pescado.

Pero la desconexión es enorme. Por eso invito yo a un Festival que hago en Mozambique, porque hay que bajar un poco al sur para entender un poco otros sabores. 

- ¿En qué lo notas al nivel de la danza?

Estuve enseñando mucho aquí y hay un tema con el ritmo. Cuando llegué a América Latina me dije que igual aquí tienen mucho más ritmo, pero siento que la danza contemporánea aquí está perdiendo mucho de eso. Trabajo mucho con improvisación, y siento que hay una tendencia aquí en América Latina a perder el ritmo que en África todavía no pasa, como también pasa en Europa.

Me preguntaba cómo puede haber tanta dificultad acá, cuando hay muchos bailes con mucho ritmo. Me sentí como si hubiese estado enseñando en Rusia ¿Dónde está ese calor latino que veo en las calles?

- ¿No será que en Chile y Argentina hay menor presencia africana que en otros países de la región?

Sí, pero aquí todavía hay cumbia. Son muy parecidos. El otro día fui a un carnaval en un barrio y había muchos tambores, mucho ritmo. Veo en Santiago mucha influencia de América Latina, de México por ejemplo.

Fui al mercado, y vi que hay comidas de todos los lugares y me pregunto cómo eso puede tener una expresión artística que muestre ese intercambio, no solo en la comida. 

Podría haber una apertura mayor de la danza contemporánea a eso. Pero hay una separación. Algo pasa. 

- ¿Cómo lo interpretas?

"Se supone que hay que estar mirando a Estados Unidos y Europa. Eso es porque hasta hoy los europeos dicen ‘danza contemporánea africana’ ¿Por qué africana? ¿Cuál es la danza contemporánea a secas?"

No lo sé, he estado muy poco tiempo aquí. Estoy curioso por saber lo que distancia ambos lugares.

- ¿Pudiste identificar elementos indígenas en la manera de movernos, algo mapuche o andino?

Una participante del workshop me dio una pulsera mapuche y me comentó que participaría de una ceremonia, pero no he tenido más relación.

Sé que existe esto y aquello, y que son muy importantes las ceremonias tradicionales, y que se van perdiendo en las grandes ciudades, como pasa en Mozambique, pero es muy poco.

Me he quedado curioso con esto.

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Horácio Macuacua en su solo en GAM (Foto posterior a la entrevista)
Horácio Macuacua en su solo en GAM (Foto posterior a la entrevista)

- ¿No ves en los bailarines chilenos lo mestizo en la manera de moverse?

Cuando los veo en el grupo, noto una diferencia respecto de la forma de moverse en cuanto a otras personas dentro de Chile. Veo que ahí hay otros sabores. De todos modos no conozco los backgrounds de cada uno.

- ¿Ves un estilo muy de escuelas?

Las escuelas moldean mucho a las personas, y a veces hacen olvidar los lugares más de base. 

- ¿Ves elementos colonialistas en la danza contemporánea?

Sí. Se supone que hay que estar mirando a Estados Unidos y Europa. Eso es porque hasta hoy los europeos dicen ‘danza contemporánea africana’ ¿Por qué africana? ¿Cuál es la danza contemporánea a secas? ¿Porque no hacemos técnicas como Ballet o no tenemos un tipo determinado de entrenamiento? No lo tenemos, pero entrenamos otras cosas. Y la danza contemporánea no tiene nada que ver con el tipo de entrenamiento que tú tienes.

"Entonces sí. Hay una tendencia a mirar el norte. Y otra cosa, es que, además, el norte tiene dinero".

Además, la gente que pasó por más lugares tiene más trabajo, más vocabulario que explorar, más riqueza, puede hacer más platos. En fin, tiene una propuesta corporal distinta de esos cuerpos a los que ya estamos acostumbrados en Europa.

Pero, claro, pasa que algunos creen en África que si estudian con otros referentes, van a ser más aceptados, y te terminas olvidando un poco de ti mismo. Es una forma un poco anticuada de pensar; olvidemos que tenemos que estudiar para poder bailar  ¡No! Tú tienes lo tuyo y desde ahí puedes reinventar historias.

Entonces sí. Hay una tendencia a mirar el norte. Y otra cosa, es que, además, el norte tiene dinero. Entonces, de alguna manera hay que hacer su tur por Europa para volver con los euros.

- Pero algo de esa danza ‘contemporánea europea’ te tiene que haber llamado la atención, como para meterte ahí también.

Pero nunca abandoné lo que tenía. Tuve la suerte de siempre trabajar con improvisación, y el asunto del ritmo siempre estuvo conmigo. Tuve la suerte de estudiar en Europa, porque me llevaron a estudiar ahí, por un tiempo, como también estudié en mi país. 

El problema no es la escuela. Es después, cuando creas ¿Qué es lo que haces artísticamente cuando ya estás fuera? Ahí llevé mis ritmos, mis propuestas de bailes, de los lugares a los que pertenezco. 

- Desde las miradas desde el norte ¿no pasa que todavía se espera de la danza del sur que tenga cierto exotismo, fiesta, pasión, percusión?

Tengo varios episodios al respecto, de cuando iba para dar clase a algunos lugares, y me decían que tenían profesores con tambores. Yo les decía '¿Por qué, no necesito de eso?' En África hay guitarras, violines, pianos… 

Pasa también que personas que han estudiado mucho conmigo en Europa, y hacen una misma clase que yo, ésta ya no se ve igual, porque esa persona es blanca. 

También entré en un catálogo español para hacer giras por distintos teatros, pero me llamaron para preguntarme si podía poner más gente de África en la pieza. O sea, negros ‘¿Qué me estás dicendo? No. Si fuera con negros sería otro tipo de pieza. No lo haré y si no lo quieres, chao’.

Les preocupa mucho el color. 

- ¿Has logrado dar vuelta estas situaciones?

- Sí, pero no es fácil. La gente que ya entendió de qué va mi trabajo, ya comprende mis aventuras. Pero yo sé que otros esperan que llegue con tambores y lo ancestral, todo el rato.

Muchas veces lo hago, porque me gusta la música con tambores, pero hay muchos otros tipos de música, que se están mezclando, incluso súper clásicas, las que también uso, pero siempre con mucho ritmo.

Pasa también que personas que han estudiado mucho conmigo en Europa, y hacen una misma clase que yo, ésta ya no se ve igual, porque esa persona es blanca. 

Son estereotipos.

- ¿Cuál es el sustrato político más relevante de tu trabajo?

Estoy dejando eso un poquito de lado, pero es imposible dejarlo totalmente, porque en el país estamos un poco parecido a Venezuela, con un partido que está ahí desde hace 50 años, matando gente y no quiere salir nunca. 

Antes yo era mucho más político, en mis creaciones, en la forma en que trabajaba, pero intenté desvincularme un poco, porque muchas de las piezas que vienen de África tienen ese lugar que la tele vende. 

Pero no, en África hay alegría bastante, hay otras cosas que se disfrutan. No están todos muriendo de hambre. Es mentira todo eso.

"Cuando obtenemos dinero de las embajadas, estas nos dicen -por ejemplo- que tenemos que traer un bailarín francés. OK, pero, eso quiere decir que la mitad del dinero vuelve para Francia. Es mentira que todo ese dinero viene a apoyar a la cultura en Mozambique".

Pasa en algunos casos, claro, pero igual lo ves en Europa, con personas en el suelo, sin comida, sin nada. Vas a Estados Unidos y hay gente que está horrendo por las drogas en las calles, como durmiendo. Pero nadie lo filma. 

También dejé de hacerlo porque me pareció en algún momento que estaba pidiendo una ayuda.

- Otro estereotipo.

Una vez gané un premio y el contrato decía que íbamos a hacer una gira por distintos países de África y que estaríamos en un hotel de mínimo cuatro estrellas. Llegamos y teníamos un lugar que era cualquier cosa menos eso, así que le dije al francés a cargo del fondo que no correspondía. 

Y lo hice no por el hotel, sino porque había un trato hacia mi como si me estuvieran haciendo un favor. Al otro dia me llamaron de la Embajada, como si me estuvieran dando otra oportunidad, y yo dije ‘no’. ¡Habíamos ganado un concurso y el contrato especificaba las condiciones del hotel! '¡Yo no te pedí nada!'

Lo que pasa es que muchos africanos se quedan con lo que les da. 

Eso mismo pasa a nivel del país, con este partido que no sale más del poder, que permiten que haya muchos europeos metidos ahí a sacar la plata de los recursos minerales, pues tenemos mucho gas, petróleo, diamantes, y muchas cosas más. 

Pero el país es pobre, y cuando vas a pedirles dinero a los europeos, te lo dan como si estuvieran haciéndote un favor.

Además, cuando obtenemos dinero de las embajadas, estas nos dicen -por ejemplo- que tenemos que traer un bailarín francés. OK, pero, eso quiere decir que la mitad del dinero vuelve para Francia. Es mentira que todo ese dinero viene a apoyar a la cultura en Mozambique.

Entonces, esa cosa política me cansó. Claro, es parte del trabajo porque en algún momento tienes que pasar por la política, no puedes no hacerlo, pero intento trabajar desde un lugar menos político. 

"Pudimos haber aceptado el dinero de la Unión Europea, sí, pero no la placa conmemorativa, porque nos mata". 

- A partir de tus viajes ¿Ha empezado a haber una mayor escena de danza contemporánea en Mozambique?

Sí, comenzamos con algunos colegas a hacer un colectivo, una compañía y probar cosas. Hicimos un festival de formación y queríamos vincular a muchas organizaciones en ello. Pero, cuesta. 

Por ejemplo, construimos un estudio, y pedimos dinero a la Unión Europea. Pero, para aceptarlo, habríamos tenido que poner una placa de honor para toda la vida que dijera 'Unión Europea'. Y lo que iba a pasar es que ustedes iban a creer que es mucha plata y todos los meses, cuando solo es una cosita puntal, lo que iba a terminar cerrándonos más puertas de las que nos abría.

Entonces, trabajamos en todos lados, juntamos el dinero y construimos el estudio con nuestro propio dinero, y resultó, porque muchos apoyaron.

Y pudimos haber aceptado el dinero de la Unión Europea, sí, pero no la placa conmemorativa, porque nos mata. 

- Eres cercano al venezolano David Zambrano, quien trabaja ritmos latinoamericanos desde la danza contemporánea ¿No hay ahí un puente sur-sur respecto de lo que tú haces?

"Abro mucho el espacio para escuchar  y permitir que otra gente explore sus mentes, sus ideas, de modo que puedan aparecer cosas diferentes, todo, lo que sea".

El trabajo con él me inspiró bastante, porque David nunca perdió la salsa ni los ritmos venezolanos, y yo pensé que nosotros tenemos también lugares potenciales como esos y así no olvidar nuestras raíces y traerlas aquí.

Eso hizo también que no hubiera un tipo de clases como las nuestras en Europa, porque confluyen ahí todas estas mixturas. Ahí surgió una cosa, que todavía no sé qué es, pero que me da día a día posibilidades de reinventarme y conocerme un poco más. 

Entonces con él hay un vínculo sur-sur, y claro, él también fue mucho a Mozambique, trabajó la improvisación y conoció esto que tenemos allá con los rituales en que la gente va por una ronda y baila toda la noche, en cualquier edad.

Ahí tienes un espacio de improvisación que en el momento es un espectáculo espontáneo también.

Eso hace que no te olvides de ese lugar del que vienes, que es distinto a la escuela donde estudiaste, que es un lugar de creatividad de cada noche, en un círculo de gente bailando todo el rato y buscando cada uno con una energía diferente y componiendo espontáneamente, sin pensarlo mucho.

Ahí hay un espectáculo inmenso y David -a su vez- pensaba en lo que tenía en Venezuela.

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Elenco y muestra de los particiipantes de la residencia de Macuacua
Elenco y muestra de los particiipantes de la residencia de Macuacua

- ¿Qué es lo que aparece luego, cuando ya tienes que montar un espectáculo en otro registro? Pienso en lo que vas a mostrar ahora, que es super visual.

Cada espectáculo es un asunto por sí mismo.

En este caso es tan simple como que un día llegué y quien iba a improvisar con el paracaídas se lesionó y lo terminé haciendo yo, dos horas antes del show.  Yo abrí el paracaídas y empecé a construir, sin pensar demasiado. Hice la improvisación durant unos 20 minutos, lo filmaron, lo pusieron en internet y me comenzaron a llamar.

Solo después vinieron las luces y ese vidrio que viste, pues la primera vez fue al aire libre.

Es eso; una improvisación, que nunca es igual.

"Cuando sabes exactamente qué quieres, es agotador, pues demoras mucho en que la persona haga lo que estás pensando y pasas horas intentándolo, cuando esa persona puede dar mucho más de otro modo, solo que no lo estás explorando. Entonces tengo que buscar máquinas que hagan exactamente lo que quiero, y ya no me interesa mucho".

Claro, ya lo he hecho tantas veces que parece una pieza, pero no tengo nada escrito. Me dicen ‘escribe algo’, pero ¿qué voy a escribir? si es lo que es. Nunca lo ensayo, lo hago ahí, crudo. Juego un poco con los recuerdos y la música que si es fija, e improviso.

Pero, en general no soy tan visual, pues me gusta explorar más el cuerpo. Creo que éste tiene un montón de viajes que puede explorar. 

- ¿No hay ningún simbolismo con el paracaídas?

No. Pero la gente me dice cada cosa ¡Me gusta eso!

Claro, hay otras piezas que pienso mucho más, pero ahí ya no bailo yo. Abro mucho el espacio para escuchar  y permitir que otra gente explore sus mentes, sus ideas, de modo que puedan aparecer cosas diferentes, todo, lo que sea.

Pero en esos casos tampoco sé exactamente de qué se trata lo que vamos a hacer. Ahora, por ejemplo, me piden una pieza desde Suecia, y me dicen que escriba algo ¿Qué voy a escribir ahora si no conozco a los bailarines? Me piden un título ¿Qué título? si yo no trabajo así. 

Cuando sabes exactamente qué quieres, es agotador, pues demoras mucho en que la persona haga lo que estás pensando y pasas horas intentándolo, cuando esa persona puede dar mucho más de otro modo, solo que no lo estás explorando. Entonces tengo que buscar máquinas que hagan exactamente lo que quiero, y ya no me interesa mucho.

- ¿Cuán mozambiqueña es tu intuición para crear?

Es complicada tu pregunta. Yo soy yo y soy mozambiqueño. 

- Pero esa improvisación ¿la ves en las calles de Mozambique?

Eso sí. Hay fiestas, se baila bastante. Lo ves  en todos lados. Claro, la gente no sabe componer, pero la base está ahí. 

Estuve acá en una fiesta -cerca de La Moneda- en uno de esos edificios enormes llenos de venezolanos, y era como estar en casa, porque la música salía de todos lados. Eso no lo ves en España, y es peor más al norte. Por ejemplo, yo llego a mi casa en España y se nota, también por el olor de mis comidas, más sazonadas, y mis vecinos saben que llegué.

 

Elenco de la residencia Conexión Lenguajes Sur- Sur
- Chery Matus

- Daniela Yáñez 

- Antonia Maturana 

- Julia de Nardi

- Dian C Guevara

- Andrea Amaro

- Camila Soto

- Olivia Cornejo

- Aylén Rebolledo

- Belén Alfaro

- Paulina González 

- Dámari Palma

- Kamille Gutiérrez 

- Fernando Núñez 

- Rocío Pinto

- Valentina del Pino

- Nerea Polymeris

- Camila Cavieres

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