El 5 de enero de 2012 siete brigadistas forestales murieron mientras combatían un incendio que afectó al fundo Casa de Piedra, propiedad de la empresa forestal Mininco, en la comuna de Carahue. El mismo día, el entonces ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, apuntó a que el siniestro se trataría de un acto terrorista e insinuó que habría sido cometido por mapuche.
“Uno se pregunta hasta qué punto puede llegar la violencia, la insensatez. Hace pocos días veíamos como un helicóptero era atacado y posteriormente este ataque reivindicado por la CAM. Pocos días después vemos incendios que curiosamente se encienden en un mismo instante en distintos puntos, que han afectado esta región y otras regiones del país”, señaló el secretario de Estado.
La periodista Sandra López, señala a INTERFERENCIA que es importante recordar el contexto, “era el primer gobierno de Piñera, habían procesos de movilizaciones, de estudiantes, por ejemplo, donde se habló en un momento de una famosa ley Hinzpeter, que planteaba una mayor criminalización de los movimientos sociales”.
Pese a que no tenía pruebas para vincular a la CAM u otra organización mapuche con el incendio, el ex ministro indicó que “es legítimo hacer conjeturas”. Mientras que el ex presidente Sebastián Piñera, informó que “tenemos información confiable que nos hace presumir que detrás de estos incendios ha existido una intencionalidad criminal”, y agregó que estarían “invocando la ley antiterrorista, porque definitivamente detrás de esta intencionalidad y conducta criminal que provoca incendios en forma simultánea y deliberada, se esconden conductas de naturaleza terrorista”.
Finalmente, en 2014, según publicó Radio Bio Bio, a casi tres años de investigación, el Ministerio Público en Carahue “resolvió no perseverar y cerró sin responsables la causa originada en un incendio forestal donde murieron siete brigadistas forestales”. Los fallecidos formaban parte de la cuadrilla de brigadistas Santa Julia, compuesta por un total de 10 personas pertenecientes a la empresa de servicios forestales de Gerardo Cerda, subcontratista de Forestal Mininco.
El rol de la prensa: “No se hablaba del tema de fondo, y hoy nuevamente sucede lo mismo”
Este fatídico incendio forestal que afectó el Fundo Casa Piedra el verano del 2012 y que dejó como resultado la muerte de siete brigadistas forestales, es el tema central del libro “Vidas de Papel. Negocio de la madera y Conflicto Intercultural en Chile” (2014 Editorial Ufro), escrito por los académicos, Sandra López Dietz y Luis Nitrihual Valdebenito, en conjunto con el equipo de investigación periodística de la carrera de Periodismo de la Universidad de La Frontera.
La investigación reflexiona sobre el modelo forestal y sus consecuencias en el territorio, también aborda las precarias condiciones laborales de los trabajadores y la subcontratación de las brigadas, la responsabilidad del Estado y la labor de los medios de comunicación a la hora de dar cobertura a estos hechos.
Parte del prólogo escrito por Jorge Pinto Rodríguez, Premio Nacional de Historia, reflexiona:
“Probablemente en un tiempo más el siniestro del 5 de enero de 2012 quede sepultado en la memoria de la gente; pero no ocurrirá lo mismo con los mensajes que se transmitieron. A diferencia de lo que sucedió en 1944, en 2012 el conflicto Estado-Pueblo Mapuche había escalado y alcanzado una intensidad que no se apreciaba desde hacía muchos años. El ambiente estaba enrarecido; algunas organizaciones mapuche habían radicalizado sus acciones. Cansadas por el fracaso de las políticas del diálogo y amenazadas por las forestales instaladas en sus tierras, optaron por colocarse fuera del Estado y enfrentarlo junto con una abierta lucha contra las empresas forestales. La CAM (Coordinadora Arauco Malleco), que habría encabezado esta estrategia, quedó así en la mira de las autoridades de turno. Podríamos decir que el siniestro de Casa de Piedra fue, por lamentable que haya sido, el hecho que esperaban para descargar las culpas hacia la CAM, criminalizar al movimiento mapuche y hacer alarde de la imperiosa necesidad de aplicar la ley antiterrorista. Aunque el Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, señaló más tarde que sus palabras habían sido mal interpretadas o sacadas de contexto, fue uno de los primeros en aludir a la CAM y con ello a las organizaciones mapuche de haber provocado un siniestro que causó la muerte de los siete brigadistas que combatían el fuego”.
En ese sentido, una de la autoras, la periodista Sandra López, señala a INTERFERENCIA que es importante recordar el contexto, “era el primer gobierno de Piñera, habían procesos de movilizaciones, de estudiantes, por ejemplo, donde se habló en un momento de una famosa ley Hinzpeter, que planteaba una mayor criminalización de los movimientos sociales”.
Sobre los actuales incendios forestales, López plantea que la lógica de cobertura mediática es similar a lo que ocurrió en 2012. “Lo que pasó en ese momento, fue de alguna manera no hablar del tema de fondo, y hoy nuevamente sucede lo mismo".
Para la académica, hay dos puntos centrales entonces cuando se da este incendio. “Primero, el inicio del fuego que puede tener muchos factores, desde vidrios y cosas que queden tiradas o pirómanos, pero hay otro elemento que tiene ver en por qué se propagan de esta manera los incendios y estos megaincendios que vienen ocurriendo hace varios años en Chile y que tiene que ver con la discusión de fondo, que es lo que siempre queda en segundo plano, que es el modelo forestal”.
Respecto a la cobertura de los medios de comunicación ante los hechos, Sandra López, plantea que “según lo que estudiamos, la prensa lo que hace es tratar de generar que la causa de este incendio y cuando mueren estos brigadistas, pudiera de alguna manera, fundamentar o legitimar el cambio en la ley, llamada “antiterrorista”.
“En ese contexto, no se investigó el problema de la precariedad que genera del modelo forestal, el conflicto que produce, sus consecuencias ambientales, culturales en este territorio y cómo son mucho más combustibles por sus características de monocultivo, por lo tanto, es más factible que se den grandes incendios. Además, es muy precario lo que hacen las forestales para proteger, subcontratan empresas de brigadistas que tienen muy poca preparación y los recursos no son los suficientes en función de las ganancias”, añade la investigadora.
Sobre los actuales incendios forestales que afectan a la zona centro sur del país, Sandra López plantea que la lógica de cobertura mediática es similar a lo que ocurrió en 2012.
“Lo que pasó en ese momento, fue de alguna manera no hablar del tema de fondo, y hoy nuevamente sucede lo mismo -por supuesto que hay un problema en que personas intencionalmente prendan incendios-, pero monocultivo forestal está al lado de las carreteras, de las viviendas, los pueblos, las zonas campesinas, las zonas mapuche, están rodeados de forestales, y eso es mucho más combustible porque no hay biodiversidad”, sostiene.
En ese sentido, concluye que “aún no se enfrenta de la manera que requiere la prevención y luego el ataque a los incendios, ahí hay un tema que considero que no se habla y que la similitud con la actualidad, donde el eje de algunos medios de comunicación se pone en quién inició los incendios, que obviamente hay que investigar, pero también por qué se propagan de está forma y por que pueden estar rodeando ciudades y pueblos, creo que ahí está el problema de fondo”.
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