El Instituto de Salud Pública (ISP) detectó un patrón de vigilancia por sujetos desconocidos montados en moto a los fiscalizadores de las farmacias independientes, el que se repite desde 2023. El último de ellos ocurrió en mayo pasado.
La información está contenida en una querella interpuesta por el organismo ante el 7º Juzgado de Garantía a la que accedió Interferencia, en la que también se detalla una amenaza denunciada al Ministerio Público. (Puede leerla acá).
A lo anterior se agrega la venta irregular de medicamentos al por mayor, los que podrían terminar en manos de organizaciones criminales.
Los hechos ocurren en un contexto donde el órgano de control aumentó la presentación de los llamados Reportes de Operaciones Sospechosas a la Unidad de Análisis Financiero (UAF), a raíz del incremento de las farmacias independientes, en particular por los cruces de patrimonio, “capitales enterados” y cómo los mismos dueños participan de otras sociedades.
A lo anterior se agrega la venta irregular de medicamentos al por mayor, los que podrían terminar en manos de organizaciones criminales.
Las acciones
Todo comenzó cuando un grupo de fiscalizadores concurrió hasta la tienda de remedios Family, ubicada en Macul. Básicamente, los funcionarios buscaban establecer si el químico farmacéutico estaba en su puesto como establece la ley y verificar la acreditación de los auxiliares de venta.
Pudo ser una de las tantas revisiones ese enero de 2023, pero el profesional no se encontraba en su puesto, hasta que se apersonó el representante legal de Farmacias Family Spa, Maximiliano Rojas, quien los fotografió y les advirtió que tomaría “acciones más graves”. El hecho fue denunciado de inmediato al Ministerio Público.
La moto
La acción legal agrega que el 15 de octubre de 2023 los inspectores del organismo se dirigieron a Cerrillos, principalmente al mall Plaza Oeste. Durante el trayecto, el conductor del equipo detectó que una moto los seguía. En principio pudo ser una mera sospecha ese 15 de octubre de 2023, pero el sujeto que la manejaba nunca los perdió de vista, pese a los intentos de perderlo.
Así las cosas, se estacionaron en el centro comercial y realizaron tres visitas y por seguridad no continuaron a las otras tiendas de la comuna. Al volver al aparcadero, pensaron que el sujeto no estaba y que todo era una coincidencia y nada más.
Al tomar la carretera para volver a las oficinas del ISP (ubicadas en Grecia con Marathon) otra moto hizo lo propio y los siguió desde Cerrillos hasta el centro de Santiago. Grabaron al sujeto, quien vestía ropa militar y el contenedor negro que llevaba en la parte trasera del vehículo, no contaba con el logo de la empresa repartidora.
Sin embargo, al tomar la carretera para volver a las oficinas del ISP (ubicadas en Grecia con Marathon) otra moto hizo lo propio y los siguió desde Cerrillos hasta el centro de Santiago. Grabaron al sujeto, quien vestía ropa militar y el contenedor negro que llevaba en la parte trasera del vehículo, no contaba con el logo de la empresa repartidora.
Y sigue
La situación se tornó más compleja el 12 de noviembre pasado. Ese día, antes de salir del ISP, los fiscalizadores observaron a otro motorista quien los siguió “ocultándose tras otros autos y posteriormente sobre la vereda, cuando el vehículo del ISP se encontraba detenido en un semáforo rojo”. Fue debidamente fotografiado y se obtuvo la patente.
El 18 de noviembre de la misma anualidad, otro funcionario del ISP observó en las cercanías del recinto otra moto, pero esta vez sin piloto. No obstante “en una de las calles adyacentes observó a tres personas en el jardín interior” y acto seguido detectó a otro sujetos que vigilaba “las puertas del instituto”.
Fines de semana
El 25 de noviembre, otro funcionario llegaba al organismo cuando descubrió una moto “con las mismas características de los seguimientos anteriores”.
“Al avanzar por la calle República de Israel (a menos de cien metros del ISP), observó a una persona sentada con un casco mirando hacia el portón principal”, detalla el documento.
Un hecho similar ocurrió el 26 de noviembre. La moto y la matrícula eran exactamente las mismas.
“Se genera no solo un atentado a nuestra misión institucional de fiscalizar (...) sino también y sobre todo, pone no solo en riesgo la integridad de nuestros funcionarios, existiendo un legítimo temor por parte de ellos”.
“Situaciones como las descritas se han seguido generando, la última con fecha de 25 de mayo de 2024, con lo que se da cuenta de un patrón de vigilancia continua a los fiscalizadores del ISP durante los fines de semana en los que se realizan las inspecciones”, agrega. (Puede ver acá las fotografías tomadas a los motoristas que siguieron a los fiscalizadores).
Y sigue: “(...) se genera no solo un atentado a nuestra misión institucional de fiscalizar (...) sino también y sobre todo, pone no solo en riesgo la integridad de nuestros funcionarios, existiendo un legítimo temor por parte de ellos (...)”.
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