El 16 de marzo, el juez Carlos Poblete concurrió al penal Colina II a realizar la tradicional visita de cárcel, para escuchar y tramitar los requerimientos de los internos ya sea por apoyo legal o bien denuncias.
El día mencionado, Poblete llegó a las 10.15 am y solicitó una debida custodia para realizar las entrevistas de rigor. El funcionario lo acompañó hasta la oficina, se retiró y nunca se identificó.
La situación quedó registrada en el oficio 640 del corriente dirigido al alcaide del recinto, donde Poblete se quejó porque no le brindaban protección.
“Luego de la primera entrevista, me acerco ante un funcionario de Gendarmería, la que se individualiza como (...), quien me señala que los otros internos ya fueron avisados, pero que no cuentan con personal para custodia”, reclamó.
Así las cosas, “entrevisté (...) sin las medidas de seguridad correspondientes, y debiendo esperar un tiempo innecesario, pues es de suma importancia que el tiempo sea acotado y que las entrevistas con los imputados sean rápidas para un procedimiento eficaz”.
Por lo anterior Poblete inquirió a la autoridad penitenciaria que los viernes de cada semana exista un trabajo más expedito de los funcionarios verde boldo ejerzan la “debida custodia”.
En una reciente entrevista que concedió al diario La Segunda, el jefe metropolitano del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), Héctor Barros, advirtió que debe existir un cambio de modalidad de los magistrados en sus visitas de cárcel “porque implica también un riesgo a su seguridad”.
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