El Pleno de Corte de Apelaciones de Santiago ofició a la Municipalidad de Colina para que explique si las piedras que la jueza de garantía, Carla Capello, subió a su automóvil BMW en el sector “chamisero”, son de propiedad edilicia.
La decisión del ampliado obedeció a que los ministros estimaron que el informe evacuado por la magistrada, no fue satisfactorio e incluso algunas explicaciones carecían de verosimilitud.
De acuerdo a fuentes judiciales, Capello no logró definir su conducta de forma fehaciente, luego que en agosto pasado fuera grabada en video en compañía de un hombre, sacando pedruscos ornamentales para llevarlos a su hogar -sin expresión de causa- en un vehículo de alta gama.
La alcaldesa Isabel Valenzuela, aún no ha respondido el oficio y dependerá del contenido de este último las eventuales sanciones disciplinarias que podría enfrentar la funcionaria de la judicatura, quien se encuentra con licencia médica.
Hay que recordar que uno de los criterios sancionatorios que evalúa el tribunal de alzada en situaciones de este tipo, apunta a si la conducta se aviene con el comportamiento que debe observar un juez de la República y si -por extensión- afecta la imagen de la magistratura.
El video
El registro donde aparece Capello fue grabado por un conductor en la zona de Chamisero, en la comuna aludida y rápidamente llegó a las redes sociales, a través del portal Chicureohoy.
La reacción de los internautas y en los whatsapp de los residentes del condominio, no se hicieron esperar. De hecho, uno de tantos publicó un documento que daba cuenta que la propiedad del BMW era precisamente de Capello.
Y otro detalle, el acompañante de esta última cubría su rostro con el gorro de un polerón. “Parece que andan robando”, escribió uno de los vecinos del condominio El Mirador.
Los hechos mencionados fueron reporteados también por Canal 13 y produjo aún más comentarios: !“Ni Cathy Barriga se atrevió a tanto!”.
Viaje electrónico
La escena llegó rápidamente a oídos del Poder Judicial que -a través de la unidad de comunicaciones- explicó que se trataba de un asunto “privado”; y todo en medio del escándalo de corrupción que afecta a la Corte Suprema.
Sin embargo, los miembros del tribunal de alzada capitalino estimaron lo contrario y -tal como reveló Interferencia- ordenaron que Capello explicara el porqué en un informe.
De acuerdo a varios ministros de la instancia, la situación “tenía mala cara”, porque fueron enterándose con el paso de las horas, incluso vía grupos de whatsapp.
Palabras como “decoro”, “probidad”, resonaron entre algunos de los colegas de Capello.
De hecho, en el mundo judicial se comentaba si la situación podría encuadrarse en el delito de hurto o en el tipo penal del robo en bienes nacionales de uso público; y los más benévolos, postulaban que podría tratarse de un “error de prohibición".
Como sea, el oficio alcaldicio inclinará la balanza y abre la probabilidad de una sanción.
En suma, cuál es el valor por cada piedra y quién es el dueño o dueña, tiene a Capello ad portas de que su hoja de vida muestre una mácula. O bien que solo reciba una amonestación.
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