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Jueves, 18 de Abril de 2024
Así vive o muere el ministro clave del gobierno, 2° parte

La obsesión de Mañalich por el control comunicacional con que busca evitar que le cobren los 500 inexistentes ventiladores chinos

Andrés Almeida
Lissette Fossa

En esta entrega indagamos en la importancia que le da el ministro a las comunicaciones, a propósito del último episodio en que ha logrado que todos hablen de su pelea con La Tercera o especulen sobre su relación con el embajador chino, sin poner el acento en su mayor fracaso.

Admision UDEC

Ayer martes 21 de abril el ministro Jaime Mañalich protagonizó una situación que seguramente solo quedará en el anecdotario del manejo del Ministerio de Salud (Minsal) de la crisis por Covid-19.

Se trata del exabrupto en el cual el ministro hizo mofa -ante los periodistas que cubren la pandemia- de las palabras de la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, quien había dicho que con las nuevas medidas gubernamentales de relajamiento de las restricciones ahora era posible juntarse “con un grupo de amigos a tomar un café [...] con un distanciamiento social, que tengamos dos metros de distancia para poder conversar, con mascarilla, con lavado de manos”.

Mañalich al otro día retrucó que su subalterna tiene una predilección por los cafés, pero que también la junta puede ser en torno a una cerveza o una empanada.

Tras el chiste, muchos lo interpretaron como un episodio más de la falta de tino del ministro clave del gobierno, como muchos otros en que parece que Mañalich no mide sus palabras. Pero, quienes lo conocen, saben que las mide, y que -en cuanto declaraciones públicas- lo hace de manera milimétrica, por lo que todos los supuestos desatinos en realidad han sido bien pensados con anterioridad con el propósito de cumplir con ciertos objetivos.

Una cosa distinta es que alguien más sepa cuáles son esos propósitos, los que muchas veces el ministro no comparte previamente con su equipo de comunicaciones, quienes tienen que reaccionar como si se tratara de una situación UCI, sin saber lo que hay detrás de cada cosa que dice o hace su jefe, muchas veces interpretándolo a ciegas.

¿Qué le quiso decir Mañalich a Daza con su chiste? probablemente sea solo una advertencia a la subalterna para que no se encariñe con la labor de vocera que tuvo que protagonizar, en momentos en que el ministro había salido de escena por el bochorno de los 500 ventiladores mecánicos que nunca fueron donados por los chinos, como lo advirtió el mismo embajador de ese país.

Sin embargo, el episodio es revelador de un aspecto clave de la manera en que Mañalich entiende su labor: la importancia central del control personal de todas las comunicaciones en su gestión, y el no dejar absolutamente nada al azar. 

“Parece como que Mañalich improvisa o se equivoca en público, pero nunca es así”, dice un colaborador cercano, respecto de un estilo comunicacional pensado para que los oponentes nunca sepan qué es exactamente lo que está pensando, como pasa con el estilo del borracho del kung fu tradicional, donde los movimientos parecen caóticos, pero están fríamente estudiados.

“Para Jaime Mañalich las comunicaciones lo son todo”. Así define un ex colaborador el fundamento del poder del ministro. Lo grafica con la misma ola pandémica: “Cuando ya había indicios de que el coronavirus era cosa seria, Mañalich nunca se preocupó de lo epidemiológico, sino de cómo prepararse para el desafío comunicacional que venía. El Comité de Brotes del Minsal, que estudia justamente esto, empezó a sesionar en enero por el Covid-19, pero Mañalich asistió por primera vez en marzo”, dice esta fuente que habló con INTERFERENCIA a condición de respetar su anonimato. 

Según esta fuente, lo que está pasando justamente estos días refleja el modo hábil e invisible de operar en política de Mañalich.

“Fíjate en qué está la discusión en torno a Mañalich: en su pelea con La Tercera. ¿Quién está hablando de los 500 ventiladores que no van a venir o de que fue desmentido por los chinos? Nadie”, dice esta fuente. 

Cabe señalar que Jaime Mañalich acusó al mencionado periódico de mentir por su artículo en que textualmente el embajador Xu Bu dice no tener información sobre la supuesta donación de China a Chile de 500 ventiladores mecánicos invasivos. Esto, a pesar de el ministro se auto desmintió en la misma edición digital de ese diario del domingo 19 de abril, al reconocer que la “donación” en realidad era una “compra”; que esta no era del gobierno chino, sino de la CPC, y que no eran 500 sino 400 los dispositivos.

El comisariato comunicacional del Minsal

Jaime Mañalich volvió a ser ministro de salud por segunda vez en junio de 2019. Desde los primeros días, decidió reordenar los equipos de confianza del Minsal y en esa reestructuración, el departamento de comunicaciones era clave.

La primera decisión fue remover a la jefa de comunicaciones, Mariali Boffil y al jefe de prensa, Pablo Vega, que debieron dejar sus cargos unos días después de la llegada de Mañalich. En reemplazo de Boffil, puso a la periodista Ana María Morales, quien trabajó en el mismo cargo en el Minsal durante su primer periodo, entre 2011 y 2014, quien llegó esta vez mandatada a centralizar en su persona las jefaturas de prensa de todas las divisiones del Ministerio, lo que incluyó a los equipos de prensa de las subsecretarías de Salud Pública y Redes Asistenciales, las que antes funcionaban de manera autónoma y bajo la autoridad de cada subsecretario. 

Unas semanas después de la llegada de Morales, los escritorios de los periodistas se movieron a través de los pasillos. Según una de las fuentes consultadas por INTERFERENCIA, las oficinas de los periodistas del ministerio y de ambas subsecretarías quedaron instaladas más cercanas entre sí, para facilitar la coordinación del trabajo que Morales dirige personalmente.

“Digamos que todo está más centralizado ahora, que es el estilo que tiene Mañalich en comunicaciones, con menos autonomía para las subsecretarías”, afirma dicha fuente, la que habló a INTERFERENCIA a condición de resguardar su identidad.

Según otras fuente en el Minsal, en esos días finalmente los periodistas de las subsecretarías fueron absorbidos en un solo equipo, el cual centralizó todas las consultas de los medios que lleguen por cualquier puerta de entrada del Ministerio, dejando a los subsecretarios Arturo Zúñiga (Redes Asistenciales) y Paula Daza (Salud Pública) sin equipos comunicacionales propios, y a merced de Morales y Mañalich.

Ana María Morales es parte del círculo de confianza del ministro. Periodista titulada de la Universidad de Chile, trabajó en La Tercera por diez años, especializándose en el área de salud. Luego de trabajar entre 2011 y 2014 como jefa de comunicaciones del Minsal, se desempeñó como directora de comunicaciones del Instituto de Políticas Públicas en Salud y Comunicaciones de la Universidad San Sebastián.

Periodistas que han tratado con Ana María Morales la definen como una profesional simpática y hábil para tratar con los medios. Sin embargo, su principal virtud es interpretar de manera óptima lo que Jaime Mañalich quiere y actuar en consecuencia, teniendo muchas veces que hacer el aseo de los platos rotos que deja el ministro. Como pasó recientemente con La Tercera, cuando el ministro decidió entrar en una pelea frontal con un medio que le había sido en general útil, el cual Morales conoce bien y con quienes tiene línea directa.

La centralización de la información va más allá del espacio físico del Minsal en Santiago. Esto, pues buena parte de la labor del equipo que dirige Morales es controlar todo lo que sale de las cuentas de las divisiones del Ministerio -como el Departamento de Estadísticas e Información del Minsal (DEIS), que tuvo una cuenta Twitter que duró un día- lo que incluye el despliegue del ministerio por el territorio.

De tal modo, la labor de Morales también es controlar que los equipos de comunicaciones de las secretarías regionales ministeriales (seremi), los servicios de salud regionales y los hospitales, digan exactamente lo que el nivel central quiere que digan.

Eso es evidente para medios como INTERFERENCIA, que en variadas ocasiones hemos realizado consultas a distintas divisiones y hospitales en distintas partes de Chile, cuyos encargados de comunicaciones han derivado una y otra vez las consultas al nivel central del Minsal. De tal modo, este periódico atestigua que así ha sucedido con preguntas sobre insumos medicos, ventiladores, contradicciones en la información epidemiológica, y varios otros temas; todo pasa siempre por la consulta centralizada hacia el equipo de comunicaciones del Minsal.

La información; el talón de Aquiles de Mañalich

Otro elemento que muestra la preocupación obsesiva de Mañalich por controlar las comunicaciones, se patenta en la preocupación constante que le genera al ministro el desempeño en esta área del subsecretario Arturo Zúñiga. 

Fuentes que conocen la vida interna del Minsal aseguran que la propia Morales lleva un año haciéndole coaching al subsecretario de Redes Asistenciales, lo que se hace ahora urgente, cuando Zúñiga se ha enredado con lo que se comunica en torno a los ventiladores mecánicos.

Son varios los que creen también que fue culpa de Zúñiga el hecho de que Sebastián Piñera dijera en la entrevista a Chilevisión de fines de marzo que Chile había pedido ventiladores mecánicos a partir de enero, lo que no resultó ser cierto, pues las grandes órdenes de compra fueron recién a mediados de marzo.

También sobre el subsecretario recaen las críticas por el secretismo respecto de las cifras en tornos de los haberes de esta infraestructura clave, sin que hoy se sepa de dónde salen los cerca de 500 ventiladores que el Minsal declara como “disponibles”.

Luego fue el propio Zúñiga quien dijo que los ventiladores comprados por Chile -1.400, según se supo después- llegarían hacia fines de mayo, lo que tampoco resultó cierto, a confesión de Mañalich quien los dio por perdidos días después.

Hoy Zúñiga salió completamente de escena en esta materia, y es Mañalich quien debe resistir la abrasión de este candente tema, al volver a comunicar que otra partida de ventiladores se esfumó: los 500 ventiladores chinos. 

“Si no llegan los 400 ventiladores de la CPC, la cuenta completa por este episodio la va a pagar Zúñiga, nunca Mañalich”, dice esta fuente, aunque probablemente el “error” de Piñera haya sido inducido por el ministro y no por el subsecretario.

Otro flanco comunicacional relevante que se le ha abierto a Mañalich dice relación con el manejo de la información epidemiológica por parte del Minsal.

Más allá de la opacidad del tema de los ventiladores, las críticas a la manera en que el Minsal recoge y reporta la información sobre los contagiados y los muertos, también han indispuesto a Mañalich con varios actores relevantes, quienes también acusan falta de transparencia en el manejo de esta información y el sacar cuentas alegres sobre un eventual aplanamiento de la curva de contagio, pese a que Chile no genera suficientes test como para acreditarlo.

“No creo que Mañalich vaya a adulterar la información epidemiológica -dice una fuente que lo conoce- pero sí puede no mostrar datos relevantes que no favorezcan la idea de que vamos bien. De hecho dentro del Minsal son muy pocos los que manejan toda la información, lo que excluye a varios equipos técnicos”. 

“Mañalich no va a entregar información falsa, pero puede retrasar algunos datos a la espera de un mejor momento como para que sean recibidos”, dice otra fuente que trabajó con él. 

Más allá de la verosimilitud de los datos y los problemas de obtención de estos, es inevitable la comparación con el Mañalich del primer gobierno, quien por arte de magia hizo desaparecer las filas de espera del sistema público. El problema es que no fue magia, sino solo un truco de limpieza administrativa, el que duró solo lo que duran las ilusiones, lo que de, todos modos, permitió que escapara el mago.



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Comentarios

Comentarios

Bueno, yo si creo q el ministró miente, basta con mirar lo q paso con los ventiladores, o lo q paso con las diferentes personas q fallecieron y q fueron injuriadas x mañalich, ya q el se refirió a ellas indicando q murieron x otra razón o simplemente inventando el xq falleció, eso para mi ha sido lo mas indigno de este individuo, totalmente repugnante! Así q yo x lo menos si creo q miente y no le genera ningún problema!

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