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Domingo, 10 de Agosto de 2025
Del director Renato Dennis

La Revuelta, el documental que se sumerge en las protestas del estallido social de 2019

Lissette Fossa

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Foto: Renato Dennis.
Foto: Renato Dennis.

La película, dirigida por Renato Dennis, será lanzada este mes. En ella, la cámara está inmersa en las manifestaciones del 2019, en un registro que capta la efervescencia de las protestas, además de testimonios de los manifestantes. El director espera que el film sea parte de una trilogía, que trate temas como el plebiscito, la crisis social y el proceso constitucional. Una de sus inspiraciones fue el libro La Revuelta, de Laura Landaeta y Víctor Herrero.

La Revuelta, es el título del nuevo documental de Renato Dennis, director y guionista que desde 2011 viene grabando con su cámara los movimientos sociales y las manifestaciones que han proliferado en las últimas décadas en el país.

Dennis empezó grabando las grandes manifestaciones y tomas de colegios en 2011, donde se adentró a grabar el interior de colegios tomados y de las manifestaciones que exigían educación superior gratuita, sin fines de lucro y de calidad. De ahí nació el documental De la sala de clases a la lucha de clases, lanzado en 2016.

Juanito, del 2021, fue su último largometraje, protagonizado por un ex presidiario adicto a la pasta base que vive en las calles. La cinta ganó el premio al mejor largometraje nacional del Festival Internacional de Cine de Iquique y el Premio Especial del Jurado en el Festival de Cine de Rengo.

Su nuevo documental tiene planificado ser lanzado en febrero, aunque Dennis aclara que aún faltan detalles en cómo será el proceso de distribución del film. Todo autogestionado y hecho a pulso, tal como en su tiempo hizo cine Pedro Chaskel y Héctor Ríos, dos cineastas chilenos a los que Dennis admira por su trabajo en el cine experimental de la Universidad de Chile.

"Yo estaba en Santiago, fue como por instinto que salí a grabar al tiro y a medida que pasaron los días y que no paraba y que no paraba y yo seguía grabando, le tomaba testimonio a la gente".

El director cuenta a INTERFERENCIA que su película es parte de lo que él vió y vivió durante el estallido social. El documental es resultado de horas de material grabado, que muchas veces muestran la adrenalina que se vivía en las calles, así como también las vulneraciones a los derechos humanos cometidos por carabineros en las manifestaciones.

“Mirando las imágenes, y viendo en qué estamos ahora, se siente mucha pena, mucha decepción, porque la revuelta fue un momento tan intenso. Fue un momento en que pensábamos que podríamos lograr cosas que nunca hemos logrado como país. En donde realmente la oligarquía de este país tuvo miedo y sintió que tenía que hacer algo. Pero ese algo no fueron los cambios sociales que queríamos” reflexiona Dennis en esta entrevista.

- ¿Cómo comenzó el proyecto para hacer esta película? Porque se nota que toda la película es mucho material que usted grabó en la calle, se siente como era estar todo el rato en la protesta.

Yo en ese momento estaba sacando un par de proyectos. Estaba sacando un largometraje sobre Juan Pablo Jiménez, un dirigente sindical, que se llama Verdad y Castigo.También otro largometraje sobre huelgas laborales. Estaba terminando estos dos proyectos y vino un estallido, la pandemia...Y bueno, no pudimos mostrar esas películas.

Pero, cuando empieza el estallido, inmediatamente fui a grabar. La mayoría de las imágenes son cámara mía, solamente. Hay muy pocas imágenes que tomamos de un archivo de internet de Hugo Rifo. El resto son imágenes mías, como yo vengo hace ya diez años siguiendo los temas sociales, sacando documentales, sobre todo el movimiento social, del movimiento estudiantil, sindical y de vivienda y en general de lucha social que se estaba dando. Yo estaba en Santiago, fue como por instinto que salí a grabar al tiro y a medida que pasaron los días y que no paraba y que no paraba y yo seguía grabando, le tomaba testimonio a la gente. Yo ya me di cuenta durante los diez primeros días, que iba a ser un proyecto más largo, porque había un montón de material. Hubo una intensa represión tanto de Carabineros como de los militares.

Es más, grabé por más de un año. Me di cuenta que este es un proyecto más largo aún. Entonces, esta es la primera parte de una trilogía de largometrajes sobre la revuelta, que pretendemos sacar.

- ¿Las siguientes partes tienen otro enfoque distinto al de esta primera parte?

"Sacamos mucha información relevante del libro La Revuelta, de Laura Landaeta y Víctor Herrero. Especialmente la parte de lo de las grandes estafas y los grandes robos que han habido los últimos 30 años".

La segunda y tercera parte tienen otro enfoque. En la segunda tiene un enfoque más de las manifestaciones artísticas que tuvo la revuelta y la tercera es una reflexión también de qué nos pasó como país después del plebiscito de la nueva constitución y del triunfo del rechazo. Es algo que todavía estoy grabando, sobre qué nos pasó en el país, cómo terminamos ahora con esta Constitución super trucha y encerrada entre cuatro paredes con cocina de nuevo, que nos están imponiendo. Está planificado que salgan este año y la tercera parte en 2024.

- Su película igual tiene una voz en off, una narradora, que va uniendo los testimonios también de la calle, que usted recoge. ¿Cuál es la idea de poner a esta narradora? ¿Son reflexiones que usted tuvo con su equipo o más bien personales?

La voz en off tiene que ver con el ubicar a un espectador más universal, de hacer participar en un espectador más universal de la película, que entienda el contexto de por qué pasó lo que pasó. La revuelta tiene causas. Y hay un conjunto de malestares sociales que vienen de atrás y la voz en off nos da cuenta de esos sucesos.

Esa parte está escrita por Domingo Pérez y narrado por su pareja, Francisca Gálvez en la película. Pero también hay algunas cosas que yo escribí mínimamente y sacamos mucha información relevante del libro La Revuelta, de Laura Landaeta y Víctor Herrero. Especialmente la parte de lo de las grandes estafas y los grandes robos que han habido los últimos 30 años, que hacen una descripción y enumeración bien interesante del libro.

- Han pasado muchas cosas en estos últimos tres años y uno ve un país muy distinto al que aparece en la película, quizás más parecido a lo que pasaba en Chile antes del estallido social ¿Qué reflexiones le traían estas imágenes a su mente a la hora de estar trabajando en el montaje?

Sentimientos muy encontrados. Claro, mucha pena, mucha decepción, porque fue un momento tan intenso. Fue un momento en que pensábamos que podríamos lograr cosas que nunca hemos logrado como país. En donde realmente la oligarquía de este país tuvo miedo y sintió que tenía que hacer algo. Pero ese algo no fueron los cambios sociales que queríamos, sino que lamentablemente fue encerrar los problemas y solucionarlos en estas cocinas que pactó Gabriel Boric el 15 de noviembre. Yo creo que todo esto se inició el 15 de noviembre. En ese acuerdo espurio y entre sombras que frenaron las protestas sociales y nos dieron pan para hoy y hambre para mañana. Y que al final no quedó nada de eso. La nueva Constitución quedó en nada. Ahora está siendo manejada por los poderes, por la derecha, y ellos van a tener el mayor porcentaje de decisión en esto. O sea, con Hernán Larraín presidiendo la comisión de expertos, un sinvergüenza y delincuente. Eso es lo que ha transformado la élite política hoy en día.

"Yo creo que esta película puede ayudar a que no olvidemos lo que pasa en estos momentos de crisis. Creo que son frutos de este momento de crisis global y el desafío está en cómo poder ir más allá de esa crisis y que los anhelos de cambio social se materialicen".

Pero a la vez tengo esperanza de que podemos aprender de nuestra historia reciente y que esta película puede ayudar a eso. Porque mucha gente no supo lo que pasó en la calle durante la revuelta. La mayoría de la gente no estuvo en la calle y no supo realmente el nivel de represión fuerte que hubo. Ojalá que la película ayude a eso, a mostrar a la gente esa realidad. Y que nos ayude a tomar conciencia de lo que vivimos y de cómo no hemos logrado nada y que hay que hacer algo nuevamente.

- Y además pasa que su película puede que se vea en otros países, justo en un momento en que han ocurrido otros estallidos sociales, como en Perú, Colombia, etc.

Es que es reflejo de un momento global, de profunda crisis del capitalismo, saliendo de una enorme pandemia. Y esto que pasó en Chile pasó en Colombia, en Perú, y son momentos, creo yo, donde se evidencian las luchas de clases que siempre han estado en nuestra sociedad y explotan esas diferencias. Finalmente las elites y las oligarquías siempre han sabido apagar y solucionar con cocinas, con actos como lo que pasa actualmente con la Constitución.

Yo creo que esta película puede ayudar a que no olvidemos lo que pasa en estos momentos de crisis. Creo que son frutos de este momento de crisis global y el desafío está en cómo poder ir más allá de esa crisis y que los anhelos de cambio social se materialicen. Para mi con este gobierno no es así, ya que Boric contribuyó a que el 15 de noviembre pudiera, la elite, apagar este incendio.

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