No había pasado ni una semana desde el ataque contra el capitolio por los fanáticos de Donald Trump, cuando otra acción coordinada tomó al mundo por sorpresa. Fue sin gritos, banderas ni disfraces ridículos, lejos del mundo tridimensional. Tuvo como epicentro r/wallstreetbets, un foro de la red social Reddit donde se reúnen los apostadores bursátiles más extravagantes e incómodos para el establishment financiero.
Entre todos lograron repeler un ataque especulativo contra GameStop, una cadena de locales especializados en la venta de consolas de juegos. El resultado fue un “apretón corto” como se denomina en la jerga al fracaso de una de las estrategias más polémicas del mercado, las llamadas ventas cortas.
Vender en corto consiste en ganar dinero apostando por la caída de un activo financiero. Para lograrlo se necesita el concurso de una corredora de bolsa dispuesta a “arrendar” acciones o bonos. Este arriendo consiste en un contrato mediante el cual “el arrendatario” (vendedor corto) se compromete a devolver el mismo número de acciones, al precio que corresponda en la fecha estipulada. Una vez recibidas las acciones, el vendedor corto procede a venderlas con la expectativa de que caigan de precio. Si esto sucede, será capaz de comprarlas más baratas, ganarse la diferencia y devolvérselas a la corredora en la cantidad y fecha señaladas.
En la práctica las ventas cortas son mucho más complejas. En algunos casos se usan derivados financieros como los call, contratos que dan derecho a comprar un título en el futuro a un precio dado. Si usted hubiera comprado a fines de octubre un call con acciones de GameStop al precio de esa fecha, hoy estaría forrado.
En un caso extremo, una venta corta puede involucrar toda una categoría de activos financieros, como la famosa operación contra los bonos basados en hipotecas basura o subprime. Michael Burry y un puñado de audaces detectaron la inconsistencia entre el valor de dichos bonos y la baja solvencia de los deudores, quienes tarde o temprano no podrían seguir pagando las hipotecas.
En este tipo de operación, conocida también como venta corta desnuda, los especuladores no compraban directamente los bonos, sino unos contratos o pólizas de seguro que se activarían en el caso hipotético de que el mercado inmobiliario se derrumbara, arrastrando a todos los instrumentos financieros basados en él. Era totalmente contraintuitivo en 2005, pero no cuando cayó el telón entre agosto 2007 y octubre 2008.
Con GameStop la historia es otra. No fueron unos pocos connoisseurs los que lucraron con la desdicha de millones, sino millones quienes le aguaron la fiesta a los pocos. Y de paso salvaron a una empresa que estaba en graves problemas financieros. Por el momento.
Cómo ocurrió
A mediados del año pasado , la política monetaria expansiva de la Reserva Federal, con tasas de interés cero, aumentó drásticamente la liquidez en manos de los inversionistas. Esto, sumado la pandemia, generó un escenario muy propicio para una amplia gama de ventas cortas contra las empresas más afectadas por las cuarentenas y la caída del consumo. GameStop era una de ellas, y cuándo se supo en Reddit que la totalidad del patrimonio bursátil de la empresa estaba vendido en corto, se produjo un fenómeno que tiene de cabeza al mundo.
La acción estaba a 19,94 el 11 de enero. Los usuarios de r/wallstreetbets comenzaron a comprar masivamente acciones de GameStop y en una semana dieron vuelta el tablero logrando que el título duplicara su valor. Los vendedores cortos, dada su exposición en la red social antes nombrada, estaban perdiendo de la orden de cientos de millones de dólares por día, pues se veían obligados a devolver las acciones arrendadas no al precio más bajo que anticiparon, sino a uno muchísimo más alto.
El 26 de enero, Elon Musk terminó de incendiar la pradera. Quizá furioso con Wall Street por el castigo contra las acciones de Tesla, el famoso emprendedor tecnológico posteó en Twitter un link a r/wallstreetbets llamando a sus seguidores a sumarse a la revolución. Las acciones de GameStop llegaron a 483 dólares. A la fecha de cierre de este artículo están en 350 y subiendo.
Los columnistas del Wall Street Journal y de Bloomberg siguen agarrándose la cabeza a dos manos. Una nueva generación de inversionistas digitales, muchos de ellos unos analfabetos financieros, habían logrado revertir una inmensa venta corta solo por el placer de hacerlo. ¿Dónde quedaba la función formadora de precios del mercado bursátil? ¿La asignación óptima de capital? ¿Aquellos chicos solo estaban haciéndolo porque le tenían cariño a GameStop? ¿Por haber comprado allí sus primeras consolas de juegos?
Es como si unos hinchas de la católica ubicados en las grandes corredoras de Sanhattan armaran una venta corta contra acciones de Blanco y Negro (o Azul-Azul), provocando una reacción de defensa de miles de barristas indignados que inundan la bolsa de Santiago con órdenes de compra (algo que nunca sucedería, dada la escasa liquidez de las acciones de los clubes).
En el caso de GameStop, lo más probable es que no todos los micro-inversionistas sean jóvenes con tatuajes y dreadlocks divirtiéndose a costa de Wall Street desde un galpón cubierto de grafitis. A modo de ejemplo, la revista Esquire reportó ayer el caso de un usuario de la red que responde al alias de u/DeppFuckingValue. Invirtió 53.000 dólares en acciones de GameStop en junio de 2019. Seis meses más tarde su posición valía 48 millones.
Todo es un juego
Shakespeare dijo que el mundo entero era un escenario. Hoy habría que matizar: se está transformando poco a poco en una consola de juegos.
Algunos ven en el caso GameStop otro ejemplo de la “Gamification”, un neologismo que podría traducirse como “jueguificación”, que consiste en la aplicación de conceptos y marcos provenientes del mundo de los juegos digitales a otros contexto no lúdicos como la capacitación, la publicidad y las finanzas. Hace rato que la intermediación financiera trabaja con sistemas, interfaces y mecanismos de gratificación y recompensa propios de los juegos. Pero con Reddit el elemento recreativo-troll es más explícito.
Grande es la tentación de ver en todo esto una rebelión plebeya contra el elitismo. La reacción de la élite financiera lo alimenta. No dejan de ser irónicas las muestras de estupor, indignación, las acusaciones de manipulación masiva y fraude en un mundo en donde la manipulación y el fraude no son la excepción. No es muy distinto a la reacción del gobierno de Piñera contra Felices y Forrados: restringir la libertad del afiliado para cambiarse entre multifondos.
La magnitud de lo ocurrido no puede ser pasada por alto. Según cifras de Bloomberg, el volumen de acciones transadas el día 27 de enero superó el de octubre de 2008, durante la crisis. Desde r/wallstreetbets han salido nuevas campañas similares a la de GameStop, centradas en cadenas de cines y compañías tecnológicas a la baja como Nokia y BlackBerry. La locura ha llegado a tal punto que muchas plataformas debieron suspender las operaciones de estos títulos de alta volatilidad.
Durante los próximos meses se verá si se trata o no de algo que llegó para quedarse, y si los justicieros digitales saldrán en nombre del pueblo a defender otras empresas del ataque impío del gran capital. O si, en medio de los justicieros se esconden uno o varios titiriteros.
Comentarios
muy buen periodico
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