Recluidos en la Cárcel de Alta Seguridad (CAS), Daniel Márquez, Jorvis Galavis y Jorve Parra -quienes enfrentan distintos delitos de crimen organizado y penas que llegan a presidio perpetuo-, fueron captados por funcionarios de Gendarmería.
Acto seguido fueron trasladados a la enfermería para constatar lesiones y posteriormente ser interrogados para que explicaran su actitud.
Daniel Márquez, respondió ante los funcionarios del servicio de prisiones: “Me reí, ya que no soy un dinosaurio para poder pagar todos esos años”.
De acuerdo al reglamento interno, todos recibieron la sanción de siete días sin recibir encomiendas, por desobedecer a la autoridad judicial.
En su prontuario al interior de la CAS, suman el entorpecimiento a las labores de Gendarmería y amenazas.
No es lo único. Otro miembro del Tren de Aragua, Hernán Landaeta Garloti (Satanás, un frío sicario del grupo criminal), pero juzgado en Iquique, mantuvo una falsa reyerta con Márquez en el patio del módulo de máxima seguridad del CAS.
Para ello usaron dos trozos de madera del escobillón con el que asean sus celdas, al que le adosaron “hojas de gillette”, destacó el informe de la institución verde boldo fechado en febrero de este año.
En la oportunidad, a los vigilantes, algo les llamó la atención y por la noche revisaron las cámaras de seguridad y descubrieron que Jorvis Parra había escondido dos puñales artesanales. Lo llamativo es que en el Módulo de Máxima Seguridad, nunca debieron acceder a materiales para fabricar “armas hechizas”.
Comentarios
Saludos.
Parece que al primer párrafo
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