Ya suma 19 días viajando de un país a otro, sin poder resolver el conflicto que viven 107 náufragos a bordo del Open Arms, el navío homónimo de una organización no gubernamental (ONG) cuya principal misión es proteger con su presencia en el mar a aquellas personas que intentan llegar a Europa, huyendo de conflictos bélicos, persecución o pobreza.
La embarcación se encuentra varada a media milla de la isla italiana de Lampedusa con un centenar de inmigrantes a bordo, y este lunes una serie de declaraciones cruzadas han derivado en un enfrentamiento entre España, Italia y la propia ONG.
Open Arms sugirió que existía un acuerdo entre España e Italia para llevar el barco a las islas Baleares, pertenecientes a España en el Mediterráneo, lo que el gobierno español negó de forma tajante. Por su parte, la vicepresidenta española Carmen Calvo ha indicado que la ONG ha rehusado desembarcar en Malta, pudiendo hacerlo, lo que fue tambien -a su vez- desmentido.
La ONG informó en su cuenta de Twitter que se ha autorizado la evacuación de "ocho personas necesitadas de asistencia urgente" y de un acompañante. Open Arms ha resaltado también que, dadas las precarias condiciones, "la situación a bordo se complica cada minuto", según consigna El País.
Óscar Camps: “Lo de España es postureo mediático”
El presidente y fundador de Open Arms, el catalán Óscar Camps, se descargó en una extensa entrevista con El Diario.es donde afirma vía telefónica desde Lampedusa que “hemos repetido varias veces que no podemos más, la situación es insostenible, y nos piden transportarlos a 500 o 1.000 millas más. ¿Qué parte no han entendido?”.
Consultado por el medio sobre qué van a hacer frente a la oferta del gobierno español de abrir el puerto de Mallorca para recibir el barco, el dirigente señaló que “vamos a seguir haciendo lo que estamos haciendo. Soportar más tensión, más angustia, más presión. Porque, en vez de descargarnos de la situación, los estados de Italia y España quieren meternos más presión y responsabilizarnos de un transporte que consideramos peligroso. Me sorprende mucho que la Dirección General de la Marina Mercante emita en enero una resolución que nos dice que nuestro barco no puede garantizar la seguridad de los tripulantes, que los etiqueta de 'pasajeros' y que carecemos de los certificados de buque de pasaje”.
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A ello, agregó que “ahora, después de 18 días de desgaste le dice a una organización tan pequeña como la nuestra, con unos recursos limitados, no solo que asumamos la responsabilidad de la vida de estas personas, que ya la tenemos, sino la seguridad de transportarlas a 500 o 1.000 millas más. Entendemos que no es la solución, tenemos la solución a 800 metros”.
En esa línea, Camps dijo que “Nuestro barco no está capacitado para viajar a España. No podemos más. No nos vemos responsables de todo esto, llevamos desde el viernes alertando de la dramática situación a bordo. ¿Cómo nos piden que hagamos 1.000 millas con más de 100 personas a bordo? Si tienen un barco para acompañarnos, que los lleven a todos en unas condiciones de seguridad y dignidad. Yo los hubiese llevado en avión, que es más fácil que mover el Open Arms. Ayer se lanzaron al mar. ¿Y si pasa eso en marcha?
Diversos informes médicos han denunciado cuál es la situación a bordo. La Fiscalía italiana nos inspeccionó el sábado y comprobó que la situación a bordo era inhumana, inaceptable. Nos lo dijeron a bordo”.
El activista además apuntó que la oferta del gobierno español ha paralizado todas las gestiones que se estaban haciendo para abrir el puerto de Lampedusa. “Nosotros llevamos varios días alertando de la incapacidad para mover el barco en estas condiciones. Escribimos el viernes a Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y Angela Merkel para decirles que no aguantábamos más. La situación era ingobernable y no nos hacíamos responsables de las personas a bordo”.
Camps acusó que tanto Italia como España están sacando réditos mediáticos de la situación que vive la embarcación. “Se está utilizando como campaña política: Salvini de cara al posible adelanto electoral y Pedro Sánchez intenta rememorar un Aquarius [otra embarcación en situación crítica de migrantes que complicó su gobierno], pero quiere que la fiesta la pague la ONG. Nos dejan la responsabilidad de lo que consideramos un peligro”.
Ante la consulta de por qué no se ven capacitados de llegar hasta el puerto de Mallorca en estos momentos, Camps sentenció que “cualquier movimiento va a suponer una revuelta. Somos 17 personas a bordo. Nueve se encargan de que el barco funcione. Las otras ocho personas restantes tienen que frenar peleas, atender crisis de ansiedad, asistir a quienes requieren asistencia sanitaria por las heridas, preparar la comida y mantener la vida a bordo. Es insostenible durante 19 días. Que vengan al barco para que sepan lo que está pasando aquí”.
El activista describió la situación dentro de la embarcación como “peor que ayer, mejor que mañana. 107 personas están teniendo que hacer sus necesidades en un solo retrete porque se ha estropeado el otro. Comiendo arroz constantemente, cada vez tenemos menos dinero para ir a puerto a comprar fruta y verdura. Los ánimos están cansados. El calor de hoy aumenta aún más la agresividad y la proximidad a tierra multiplica la desesperación. Se nos quieren tirar al mar y yo también lo haría”.
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