Sin escuelas, sin pruebas, con más aprendizaje en línea y con los padres en la cuarentena por Covid-19 con sus hijos. ¡Qué desastre!

La gente está respondiendo heroicamente. Algunos padres trabajan desde casa, otros han perdido su trabajo y los profesores están creando una forma completamente nueva de hacer su trabajo, sin mencionar a los mismos niños, atrapados dentro de sus casas, sin sus amigos. De alguna manera, superaremos esto. Pero, cuando lo hagamos ¿cómo se verán las cosas al reempezar la escuela?

Uno de mis proyectos universitarios conecta y apoya a los líderes educativos de seis países y dos provincias canadienses para promover los valores humanitarios, incluso en sus respuestas al Covid-19.

A partir de la comunicación con estos líderes, y aprovechando la experiencia de mi equipo en proyectos en liderazgo educativo y cambio a gran escala, aquí expongo cinco problemas y oportunidades grandes y duraderas que anticipamos que surgirán una vez que la escuela comience nuevamente.

Se necesita apoyo estudiantil adicional

Después de semanas o meses en casa, los estudiantes habrán perdido el apoyo presencial de sus profesores. Muchos jóvenes habrán experimentado pobreza y estrés. Es posible que hayan visto a miembros de la familia enfermarse, o incluso algo peor. Es posible que hayan tenido pocas posibilidades de jugar afuera de sus casas.

Las tasas de abuso doméstico y las peleas por los arreglos de custodia han aumentado durante la pandemia de Covid-19.

Muchos niños habrán perdido los hábitos que las escuelas les enseñan: sentarse en círculos esperando su turno, saber escuchar y cooperar. Más de uno exhibirá los signos de estrés postraumático.

Muchos habrán pasado horas mirando teléfonos inteligentes o jugando videojuegos.

Y las brechas de aprendizaje sin duda se ampliarán entre los niños de hogares más pobres y los más acomodados.

Aunque los gobiernos pueden anticipar medidas de austeridad, en realidad necesitaremos recursos adicionales. Necesitaremos consejeros, especialistas en salud mental y maestros que apoyen el aprendizaje para ayudar a nuestros alumnos más débiles y a los niños más vulnerables a establecerse y ponerse al día.

Priorizando el bienestar

El bienestar mental y físico ya no será descartado como una moda pasajera. Antes de esta crisis, había murmullos de que el bienestar de los estudiantes era una distracción de los principios básicos de aprendizaje adecuados. No será más así.

Ahora está claro que sin el cuidado y el apoyo de sus profesores es difícil para muchos jóvenes mantenerse bien y concentrarse. Estar bien, como veremos, no prescindible para el éxito. Es una condición previa esencial para alcanzar logros, especialmente entre nuestros niños más vulnerables.

Más gratitud para los docentes

Los profesores se encuentran entre los héroes no reconocidos del Covid-19; preparan materiales y orientación para el aprendizaje remoto, dejan los útiles escolares en cajas de plástico a sus alumnos, se conectan con los niños y sus padres para asegurarse de que estén bien, incluso cuando muchos tienen sus propios hijos en casa.

Los padres están llegando rápidamente a apreciar todo lo que hacen sus profesores.

Ya es bastante difícil cuando los padres tienen dos o tres hijos en casa todo el día. De tal modo, muchos seguramente se darán cuenta de lo difícil que debe ser tener de 25 a 30 o más en una clase. Una vez que el mundo laboral recupere un cierto grado de normalidad, no daremos por sentados a los trabajadores esenciales y los profesores estarán entre ellos.

Habilidades vocacionales y entrenamiento

La dignidad e importancia de la vocación educacional, las habilidades y la capacitación se reflejarán en lo que enseñamos.

La pandemia ha expuesto la vulnerabilidad de la economía global a los colapsos de suministros esenciales. Por lo tanto, Canadá buscará llevar a casa parte de su fabricación esencial.

Por lo tanto, tendrá que haber un impulso relacionado con desarrollar las habilidades y la capacitación técnica y profesional, y la asignación de un estatus superior para las escuelas y programas que lo brinden.

Ahora es obvio cuánto dependemos y necesitamos de todos nuestros trabajadores esenciales, como los trabajadores a domicilio, los trabajadores de la construcción y el personal minorista que nos atiende desde detrás de un vidrio. Mi madre viuda crió a tres niños mientras limpiaba las casas de las personas, trabajaba en tiendas locales y cuidaba a los niños de otras personas. No había baja calificación en lo que ella hizo.

Si bien nadie está de acuerdo con lo que significa pertencer a la "clase trabajadora", lo que está claro es que involucra sectores laborales, niveles salariales y una acumulación generacional de capital, disposiciones, y gustos culturales y sociales.

Cuando la economía regular comience de nuevo, algunas personas se sentirán orgullosas de llamarse clase trabajadora nuevamente, e insistirán en ser reconocidos en un sentido financiero y más amplio.

Esto también implica repensar la economía de trabajos esporádicos y su impacto en la vida de las personas, así como reflexionar acerca de qué tipo de aprendizaje posiciona a las personas para sobrevivir a los cambios tumultuosos, experimentar la movilidad social y construir vidas significativas.

Más y menos tecnología para la educación

Durante el Covid-19, ha habido una loca batalla por encontrar tecnología que apoye el aprendizaje en casa. Pero en nuestra red de proyectos ARC Education, el viceministro de educación de una provincia nos informó que más del 30% de los estudiantes no tienen acceso a internet o dispositivos digitales en sus hogares.

A medida que el dinero se vuelve más ajustado, las familias al borde de la pobreza también pueden tener que elegir entre mantener los servicios de internet o poner comida en la mesa.

Uruguay, uno de los países incluído en nuestro proyecto, creó una agencia gubernamental de innovación independiente en 2007. Todos los niños recibieron un dispositivo personal y una conexión a Internet. Esto estimuló a más de un tercio de las escuelas del país a desarrollar proyectos en los que la innovación y el aprendizaje más profundo, no solo la tecnología, están en primer plano.

En esta pandemia, la tecnología ha complementado la enseñanza y la labor de los profesores; no los reemplazó. Durante la primera semana de cierre de escuelas en Uruguay, el uso de la plataforma de la agencia aumentó en un 1.100%. Canadá necesita desarrollar un enfoque nacional coherente e integral para la conectividad tecnológica y el aprendizaje, que respalde a todas sus escuelas.

Estamos en un túnel largo y oscuro en este momento. Cuando emerjamos, nuestro desafío será no proceder exactamente como antes, sino reflexionar profundamente sobre lo que hemos experimentado, y dar un giro brusco en la educación y la sociedad, con el fin de mejorar.

Por el contrario, también habrá menos tecnología. Ciertamente necesitamos mejores recursos digitales. Pero cualquiera que piense que el aprendizaje en línea puede reemplazar a los profesores se verá rápidamente desengañado, en especial los padres que se han quedado en cuarentena con sus niños, cuando ellos no pueden concentrarse o autorregularse.

Andy Hargreaves, profesor de Investigación en Educación de Boston College, recibe fondos de los ocho ministerios educativos que comprenden el Proyecto de Educación ARC con sede en la Universidad de Ottawa; son Saskatchewan, Nueva Escocia, Islandia, Finlandia, Irlanda, Gales, Escocia y Uruguay. 

Este artículo es una republicación de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Leer el artículo original en inglés.