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Martes, 5 de Agosto de 2025
[ContraTapa]

Recomendaciones veraniegas de libros

Ricardo Martínez

Cada comienzo de año, los medios buscan a sus propias 'Oprahs Winfreys', personas con cierta influencia que le den el palo al gato creando sus propio listado de "hot books". Directoras de empresas, políticos y celebridades se animan en el cuerpo de reportajes con entrevistas a sugerir lecturas... que quizá ni ellas mismas han leído. Acá algunos tips sobre este fenómeno tan clásico de enero y sobre cómo sobrevivir a las tendencias literarias sin desfallecer.

A fines de 1996, según cuenta Frederic Martel en "Cultura Mainstream", Oprah Winfrey, la animadora de televisión estadounidense, introdujo en su show una sección para recomendar libros. Esos libros iban de todo, desde autoayuda hasta las novelas más experimentales, desde Cormac McCarthy hasta William Faulkner, pasando por sus amigas personales Toni Morrison e Isabel Allende. 

Bastaba que un libro fuera mencionado en ese segmento para que se volviera inmediatamente un best-seller en los Estados Unidos: era el "efecto Oprah". 

En estas semanas en que se ha iniciado el verano en todas partes del Hemisferio Sur, los medios de comunicación -en especial los impresos- tratan de hacer lo mismo. Lograr que algún o algunos volúmenes escritos se vuelvan la lectura del verano y que acompañen a la playa a las y los veraneantes para darles entretención y solaz. 

Para ello, los medios buscan a sus propias Oprahs, que le den el palo al gato creando sus propios "hot books". Directoras de empresas, políticos y celebridades se animan en el cuerpo de reportajes con entrevistas a sugerir lecturas... que quizá ni ellas mismas han leído. 

Acá algunos tips sobre este fenómeno clásico de enero y sobre cómo sobrevivir a las tendencias literarias sin desfallecer.

No es fácil achuntarle al libro que a usted le puede gustar

Según una encuesta, ya de 2011, del Plan de Fomento a la Lectura Lee Chile Lee, en nuestro país se leen en promedio 5,4 libros al año por persona. Ello significa que elegir un libro preciso resulta clave para que dicha experiencia sea satisfactoria y aquí comienzan los problemas.

Porque, como señalaba un reportaje de The New Yorker, los libros toman tiempo en leerse, a diferencia de las películas, las series o la música. Y ahí fallan, tanto los algoritmos de recomendación como los de Amazon, como las recomendaciones de verano. Como el pace de lectura es más lento y menos voluminoso que el de audición o visionado, el algoritmo no tiene mucha data de cada persona a la que echar mano. Pensemos que una persona puede escuchar unas veinte canciones en una hora, y probablemente unas cuarenta al día, lo que totaliza más de diez mil al año, contra solo 6 libros.

Según una encuesta, ya de 2011, del Plan de Fomento a la Lectura Lee Chile Lee, en nuestro país se leen en promedio 5,4 libros al año por persona. Ello significa que elegir un libro preciso resulta clave para que dicha experiencia sea satisfactoria y aquí comienzan los problemas.

Para el caso de las recomendaciones, la situación es similar o peor. Los listados de verano se hacen al voleo, tratando de llegar a una gran masa de potenciales lectores y lectoras, pero no atendiendo a los gustos y preferencias individuales.

Busque a sus recomendadores favoritas o favoritos

Hoy en el ámbito de influencers, han surgido muchas iniciativas de Youtubers que recomiendan libros, así como bookstagramers. Trate de echarle un vistazo a algunos de estos videos cortos, y trate de ver con quién tiene mayores coincidencias. Recuerde que el libro que a usted realmente le puede cambiar la vida no necesariamente será un “hot book”, y que, además, leer el libro de moda solo porque es lo que hay que leer puede hacerle pasar un mal rato, y ya habrá usted quemado una de sus seis lecturas del año en promedio.

Consulte a las amistades (pero, por sobre todo, cree una red)

Mucho más que seguir a bookstagramers, es ideal tener un círculo de personas de confianza que puedan recomendarle (y eventualmente prestarle) libros a usted. Aproveche esa conversa al calor de una cerveza en la terraza para preguntar qué están leyendo. Pero, cuidado, muchas veces las personas recomiendan libros que a ellas les gustan, más los que le podrían gustar a usted.

Y no olvide el decálogo de la lectura

El francés Daniel Pennac en 1992 estableció los Derechos del Lector, a saber:

1. El derecho a no leer

2. El derecho a saltarse las páginas

3. El derecho a no terminar un libro

4. El derecho a releer

5. El derecho a leer cualquier cosa

6. El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)

7. El derecho a leer en cualquier lugar

8. El derecho a hojear

9. El derecho a leer en voz alta

10. El derecho a callarnos

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