Después de la marcha por el Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo pasado quedó claro que una de las principales blancos de la ira feminista era la ministra de la Mujer, Isabel Plá.
Después de todo, ella fue quien concentró buena parte de las críticas hacia el gobierno, principalmente por el abandono de su función de defensa de las mujeres en el contexto del estallido social, ante las graves, reiteradas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos cometidas en forma de abuso sexual por uniformados, principalmente contra personas de género femenino.
Previo al 8M Plá venía trastabillando. A principios de marzo negó en la interperlación en su contra que el gobierno haya cometido violaciones a los derechos humanos, pese a la abundante evidencia en contrario, y cuando tuvo la oportunidad de mostrar un avance concreto -la Ley Gabriela, tal vez la única iniciativa relevante en estos dos años de gestión- el presidente Sebastián Piñera dijo en la presentación de la legislación que sanciona la violencia contra la mujer independientemente del vínculo legal de la relación de pareja que “a veces no es solamente la voluntad de los hombres de abusar, sino que también la posición de las mujeres de ser abusadas”.
De tal modo se asentó la idea entre muchas mujeres que Plá no ha hecho nada significativo en favor de la mujer (de hecho en la ley Gabriela debe compartir crédito con las diputadas comunistas Camila Vallejo y Karol Cariola), y que ha guardado un silencio cómplice en el gabinete, frente a los 200 casos de violencia sexual cometido principalmente contra mujeres por parte de Carabineros desde que inició el estallido social.
Uno de los momentos más críticos de la anterior situación fue cuando Plá tardó apenas minutos en condenar los ataques con bombas molotov en la que resultaron heridas dos carabineras a principios de noviembre, en circunstancias en que a esa altura ya eran varias veces más las denuncias por vejaciones sexuales contra Carabineros.
Plá declaró el 10 de marzo que "voy a estar en mi lugar mientras sea un aporte". Este viernes 13, renunció pues "cumplió un ciclo"; un cliché para no comunicar las razones de una renuncia. Así como las "razones personales" que usaron varias otras autoridades para abandonar el gobierno, como son los casos de Rodrigo Ubilla (ex subsecretario del Interior), Rodrigo Cerda (ex director de Presupuesto), Jorge Atton (ex intendente de La Araucanía}) y Bruno Baranda (ex presidente de TVN).
La única diferente fue Marcela Cubillos, quien renunció -según dijo- para sumarse a la campaña del Rechazo.
Sin embargo, Plá y Cubillos tienen en común el haber dejado los subsecretarios en sus cargos, lo que en la práctica muestra que no ingresan personeros con peso político propio al gabinete. Mientras que Raúl Figueroa ascendió a ministro de Educación en reemplazo de Cubillos, en el cargo de Plá quedó de manera interina Carolina Cuevas, una ex académica de la Universidad Adolfo Ibáñez cercana al sector financiero y a la promoción de la mujer en el mundo del management y militante de RN, sin mayor experiencia en la gestión pública, salvo el haber sido la subsecretaria de Plá desde marzo de 2018.
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