Revuelo causó este domingo el regreso a sus labores presenciales del subsecretario de redes asistenciales, Arturo Zúñiga, quien se encontraba en cuarentena preventiva desde el 26 de mayo por el riesgo de haber estado en contacto estrecho con una persona contagiada. Pero volvió en menos de una semana. 

Sus argumentos para esta decisión se basaron en un decreto del Ministerio de Salud que fue emitido dos días después de iniciado su confinamiento. Lo anterior, pese a la recomendación del propio Consejo Asesor Covid-19 y de la Sociedad Chilena de Infectología (Sochinf) quienes enfatizaron en que los contactos estrechos de casos confirmados deberían cumplir las dos semanas de aislamiento, independiente del resultado de un test PCR.

El cuestionamiento a este hecho desató una áspera respuesta del ministro Jaime Mañalich en el balance diario de ayer lunes, donde se negó a responder las reiteradas consultas que una periodista le hizo al respecto.  

Esta situación recuerda las otras veces en que personeros del Gobierno -incluyendo el presidente de la República- incumplieron los protocolos sanitarios por una razón u otra, poniéndose en riesgo ellos mismos y a quienes los rodean en sus labores diarias.

¿Restricciones para todos?

A fines de marzo, INTERFERENCIA publicó el artículo ¿Está el presidente cumpliendo con el distanciamiento social que hay que tener en esta pandemia?, donde se comparaba las medidas que había adoptado Sebastián Piñera en sus actos públicos con las de otros mandatarios. En dicha oportunidad, el presidente chileno ya dejaba entrever un estilo que lo acompaña desde el comienzo de la crisis sanitaria. 

A diferencia de otras autoridades extranjeras, Piñera no siempre respetaba la distancia social con sus ministros ni aparecía en cámara utilizando mascarillas o guantes cuando se encontraba con más personas a su alrededor. Con el tiempo, la autoridad chilena comenzó a ser más precavida, pero en las últimas semanas ha vuelto a dejar de usar la mascarilla en varias de sus apariciones públicas.  

Pero esta no ha sido la única falta a las medidas restrictivas que se han acordado desde el Ministerio de Salud y el Consejo Asesor Covid-19. El viernes 3 de abril, cuando parte del centro de Santiago se encontraba en cuarentena y muy pocas personas circulaban por la calle, Piñera decidió aprovechar un traslado en su caravana presidencial para bajar a fotografiarse en el monumento ubicado en Plaza Dignidad, centro neurálgico de las manifestaciones tras el estallido social de octubre pasado. 

El presidente se tuvo que disculpar por el hecho y justificó su acción en su cuenta de Twitter afirmando que “me bajé un par de minutos a saludar a un grupo de Carabineros y Militares que ayudaban a dirigir el tránsito, me saqué una foto y continué mi camino. Lamento si esta acción pudo malinterpretarse”, cuando lo cierto es que solo se bajó de su auto para tomarse esta foto y después siguió su camino, como lo evidenció un video de Galería CIMA, quienes tienen una cámara instalada transmitiendo de forma permanente en el lugar.

Un par de semanas después, las medidas de retorno seguro y nueva normalidad causaron polémica dentro de las personas que se vieron afectadas por tener que regresar a la actividad presencial, cuando muchas de ellas ya se encontraban implementando formas remotas de cumplir con su trabajo. 

INTERFERENCIA conoció la realidad de funcionarios del Ministerio de Salud, quienes en este contexto denunciaron haber sido obligados a regresar a sus puestos de trabajo, pese a estar desarrollando de forma correcta su labor vía teletrabajo. Según apuntaron, esto desembocó en el contagio de al menos siete personas, de las cuales dos habrían desembocado en situaciones graves. 

A su vez, nuestro medio tuvo conocimiento de una situación similar, aunque esta vez experimentada por los funcionarios de una empresa del sector eléctrico, quienes manifestaron su molestia por las reiteradas veces que tuvieron que asistir a reuniones presenciales con el ministro de Energía Juan Carlos Jobet, quien el lunes 25 de mayo dio positivo a la prueba PCR de Covid-19. Según una fuente del sector, tras confirmarse su contagio, el ministro dio a entender en una entrevista con la Revista Capital que tenía sospechas de que podía estar contagiado con anterioridad, pero de todas maneras insistió con reunirse de forma presencial con trabajadores de distintas compañías y mantenerse en terreno, arriesgando de forma innecesaria la salud del resto. 

En la misma línea, otro episodio que llamó la atención de la ciudadanía durante el último tiempo, fue la aparatosa entrega de cajas de alimentos con un importante despliegue de ministros y medios de comunicación en estrechos espacios, donde resultaba casi imposible mantener el distanciamiento social mínimo. La mediática puesta en escena de “Alimentos para Chile” fue duramente cuestionada, principalmente por la cantidad de autoridades y cámaras de televisión presentes durante las entregas.