Este artículo corresponde a la edición del viernes 28 de enero del newsletter exclusivo de lectores de Interferencia, La Semana, el que se comparte ahora con todo público.
Ron DeSantis -gobernador de Florida y una de las promisorias figuras del Partido Republicano- se bajó de las primarias, con lo que quedó fuera de carrera el más serio contendor de Donald Trump. Acto seguido, Trump -con el respaldo de DeSantis- obtuvo una resonante victoria en New Hampshire, donde tuvo lugar la segunda primaria estatal republicana, la que, sumada a la de Iowa, demuestra que el ex presidente es una tromba electoral.
Ante eso, muy probablemente Nikki Haley -la ahora más cercana rival de Trump en las primarias republicanas- tendrá solo un rol de comparsa, aunque eso aún está por verse, pues con la salida de DeSantis, esta ex embajadora ante la ONU puede concentrar la oposición republicana al ex presidente, con lo que buscará dar una sorpresa [acá se puede visitar un cronograma de las primarias de este 2024, elaborado por EOM].
En el lado demócrata, como es tradicional, el candidato es el presidente en ejercicio, si es que está en condiciones legales de serlo, por lo que la nominación demócrata debiese ser simple para Joe Biden.
El problema es que a Biden no lo están acompañando las encuestas. A sus 81 años no luce capaz de enfrentar un nuevo periodo, dados algunos erráticos comportamientos en público, que algunos asumen como dificultades relacionadas con el envejecimiento. Tampoco pareciera que hay demasiados aciertos que destacar de su gestión, con una guerra en Ucrania que parece estancada o perdida —lejana en cualquier caso— o con un conflicto palestino-israelí que le está drenando voto musulmán y joven.
El problema es que a Biden no lo están acompañando las encuestas. A sus 81 años no luce capaz de enfrentar un nuevo periodo, dados algunos erráticos comportamientos en público, que algunos asumen como dificultades relacionadas con el envejecimiento. Tampoco pareciera que hay demasiados aciertos que destacar de su gestión, con una guerra en Ucrania que parece estancada o perdida —lejana en cualquier caso— o con un conflicto palestino-israelí que le está drenando voto musulmán y joven. Pero, por sobre todo, con una oposición republicana que está haciendo del tema migratorio la principal bandera electoral, en un escenario en que Texas incluso desafía el poder federal en materia de control de fronteras, con tal de detener el ingreso de migrantes ilegales.
Frente a este inicio del año electoral de Estados Unidos, en que se definirá el nuevo presidente del país, conversé con Gonzalo Baeza, un viejo amigo que reside y trabaja en West Virginia, desde donde realiza agudos análisis de la política interna y externa estadounidense.
Trump luce imparable electoralmente. ¿Pueden detenerlo por la vía judicial?
- Lo que ocurre con los temas judiciales de Trump es que van a ser muy lentos, entonces, aunque puede que haya fallos adversos intermedios, es altamente improbable que lleguen a la Corte Suprema antes de noviembre.
Lo que ocurre con los temas judiciales de Trump es que van a ser muy lentos, entonces, aunque puede que haya fallos adversos intermedios, es altamente improbable que lleguen a la Corte Suprema antes de noviembre.
Aparte, él tiene una Corte Suprema que le es súper favorable, pues cuenta con seis jueces conservadores de un total de nueve. Algunos de esos votos son super partisanos, como pasa con el juez afro-americano, Clarence Thomas, que es super pro-Trump; su señora es incluso negacionista de la elección del 2020. Además, los jueces conservadores aparentemente más moderados, como John Roberts Jr., al final siempre terminan dictaminando fallos en favor de la derecha.
Entonces, es altamente improbable que la Suprema termine fallando contra de Trump, aun si es que tuvieran que hacerlo antes de la elección.
¿Lo que pasó en Colorado no va en otra dirección?
- En teoría el nombre de Trump no va a estar en el voto en Colorado, pero eso va a llegar la Corte Suprema y lo van a volver a poner, lo más probable.
¿Es posible un repunte de Nikki Haley?
- La verdad es que no lo veo. Uno de los estados más fuerte para ella era New Hampshire y la derrotaron largamente. Mira en su propio estado, Carolina del Sur, donde ella fue gobernadora; ahí va perdiendo por paliza, pues los grandes políticos de ahí le han dado el respaldo a Trump. Es el caso de Tim Scott, el senador de Carolina del Sur, quien incluso salió al lado de Trump en su discurso triunfal por New Hampshire. Es decir, todo el establishment ya se está empezando a alinear con Trump.
Es el caso de Fox News, que en un momento, después del 6 de enero y la insurrección en el Capitolio, como que empezó a alinearse en torno DeSantis, pensando tal vez que Trump estaba muerto, pero que ahora está totalmente favorable a Trump en su cobertura. Hicieron -por ejemplo- lo que acá se llama un Town Hall Meeting, que es una especie de foro, pero con puros palos blancos, con preguntas blandas para Trump. O sea, lo están tratando de nuevo con guante blanco. Toda la prensa conservadora ya entendió que esto está cocinado.
Veo que la nominación de Trump es inevitable, pues aglutina más voluntades y, al final, el partido es de él. Game over
Y es que no se ve dónde Nikki Haley pueda ganar, por lo que la nominación parece ser solo cuestión de tiempo. Pero, es cierto que ahora solo hay dos candidatos, y la oposición interna a Trump se va a aglutinar en torno a ella, que es lo que no pasó en las elecciones del 2016.
Pero, personalmente veo que la nominación de Trump es inevitable, pues aglutina más voluntades y, al final, el partido es de él. Game over, no más.
¿DeSantis no era mejor figura para detener a Trump?
- Lo de DeSantis se vio venir hace mucho antes, porque su campaña colapsó hace seis meses. Ésta fue muy parecida a la de Jeb Bush, en su momento, en la que juntó millones y millones y millones de dólares, con todo el apoyo del establishment republicano, pero sencillamente no cautivó al electorado. Al final tú no quieres una copia de Trump o a alguien que lo esté imitando, si es que tienes a Trump.
¿Qué pasa con Biden?
- Biden está con un serio deterioro. O sea, tú lo ves y te das cuenta. De hecho tiene pocas apariciones públicas y en los actos públicos grandes, le controlan sus cosas y cuando sale a conferencia de prensas, estas son cortitas, le están todo el rato soplando al oído y lo sacan rápido.
Hay una escena muy decidora en la que Biden dice un brutalidad; que Xi Jinping es un dictador, cuando estaban tratando de deshielar la relación con China, en la que el secretario de Estado, Anthony Blinken se toma la cabeza...
Es penoso, y ya se está discutiendo abiertamente entre los demócratas que Biden están muy viejo y que hay que sacarlo de carrera. Ya lo dice así el humorista de HBO Bill Maher y otra gente. Pero, de algún modo lo sostiene el sistema electoral, pues pase lo que pase, Biden va a ganar en Nueva York, California, Delaware, de donde es original, y etcétera. Como también es cierto que va a perder en todo el sur de Estados Unidos, por lo que el análisis y la energía se concentra en cinco estados donde no está todo definido. Ese es el juego.
¿Puede la vicepresidenta Kamala Harris reemplazar a Biden en la nominación demócrata?
- Kamala marca cero, nadie la quiere.
¿Michelle Obama?
Ella no es una candidata seria, pues no lo está intentando. No tiene una base para empezar. Entonces, ella es como un sueño de un público súper progre, liberal, de suburbio y blanco, que la encuentra fascinante, pero Michelle Obama ni siquiera conecta tanto con el público negro ni pobre
- Ella no es una candidata seria, pues no lo está intentando. No tiene una base para empezar. Entonces, ella es como un sueño de un público súper progre, liberal, de suburbio y blanco, que la encuentra fascinante, pero Michelle Obama ni siquiera conecta tanto con el público negro ni pobre, pues es asociada a una clase alta también.
Entonces no es una mujer negra de base, ni tampoco una mujer política real, por lo que su figuración se da en algunas columnas de prensa, sin que se discuta en las bases ni en el mundo del activismo, ni en las calles. O sea, nadie está clamando a Michelle Obama como candidata.
¿Hay alguien que podría reemplazar a Biden en el Partido Demócrata?
- El que más se perfila como candidato real demócrata, si no es ahora, entonces en cuatro años más, es Gavin Newsom, el gobernador de California, que es joven, carismático, relativamente exitoso, bueno para debatir, hasta buen mozo.
Hace poco Fox News hizo un debate, entre él y DeSantis, cuando éste todavía era candidato y tenía algo de perspectiva, y Newsom la verdad que lo masacró a DeSantis [ver Gavin Newsom quiere que los expectadores de Fox News lo escuchen, de Adam Nagourney en The New York Times].
También se habla de Hillary Clinton, pero ella también ya está vieja, ha dicho que no, está ya en la campaña de Biden y genera muchos anticuerpos, aunque ella es lo suficientemente egocéntrica como para creer que tiene una chance. De todos modos, lo veo más lejano.
Se habla de que ya hicieron el cálculo de que esta carrera está perdida, y que tener a Trump en el poder los ayuda mucho a recaudar fondos, haciendo alharaca, y en cuatro años más volver, que es lo que más o menos hicieron entre el 2016 y el 2020.
Pero, lo que creo que pasa -finalmente- es que el establishment demócrata es lo suficientemente obtuso y poco consciente de lo que está pasando como para sencillamente seguir adelante con Biden. Se habla de que ya hicieron el cálculo de que esta carrera está perdida, y que tener a Trump en el poder los ayuda mucho a recaudar fondos, haciendo alharaca, y en cuatro años más volver, que es lo que más o menos hicieron entre el 2016 y el 2020.
¿Y el candidato independiente Robert Kennedy Jr. puede detener a Trump?
- Lo que él puede hacer es daño, pero principalmente a Biden. Él no va a sacar dobles dígitos, en algunos estados podrá sacar 8% o 5%, donde efectivamente puede terminar perjudicando a Biden.
¿Cómo afecta electoralmente el tema de Gaza?
Si tú vas a cualquier acto de campaña de Biden, va a haber contramanifestantes gritándole en la cara 'Genocide Joe'. Yo fui a dos manifestaciones en Washington. La primera fue en noviembre y el tono era de desilusión. La segunda, hace un par de semanas atrás, y el ánimo era de rabia. Había 400.000 personas que marcharon a la Casa Blanca, y tuvieron que poner barreras porque estaban asustados.
- Las encuestas muestran unánimemente que Biden ya perdió la mayoría del voto sub-30. Es cierto que se subestima mucho ese voto, pues se dice que ese segmento etáreo no va a votar, pero lo hace en suficientes números como para haberle dado la victoria Biden en 2020. Los millennials están votando cada vez menos por Biden, aunque no más por Trump. Además, Biden está perdiendo voto hispano y negro, aunque este último sigue siendo mayoritariamente demócrata, También está comenzando a perder el voto sub-50.
Y todo esto es por Gaza, en especial el voto sub-30. Si te fijas la opinión pública estadounidense en torno a Israel tiene un marcado componente etáreo, mientras más viejo es más favorable, y mientras más joven, es más pro Palestina.
Eso está marcando mucho. Si tú vas a cualquier acto de campaña de Biden, va a haber contramanifestantes gritándole en la cara 'Genocide Joe'. Yo fui a dos manifestaciones en Washington. La primera fue en noviembre y el tono era de desilusión. La segunda, hace un par de semanas atrás, y el ánimo era de rabia. Había 400.000 personas que marcharon a la Casa Blanca, y tuvieron que poner barreras porque estaban asustados. Incluso tuvieron que evacuar el ala frontal, porque el ánimo era insultar a Biden y a otros demócratas.
Pero lo complejo es lo que ocurre en Michigan, que es uno de los estados clave, el que se volvió Swing State en 2016 cuando Hillary lo perdió. Ahí, en 2020, Biden ganó por 156,000 votos, lo que es un margen súper chico. Es super curioso, porque se trata de un estado de clase trabajadora sindical automotriz, que siempre había sido de los demócratas, pero resulta que ahí hay 200.000 votantes musulmanes registrados... Y el sentir del votante musulmán en Estados Unidos es no votar por Biden por ningún motivo. En otras palabras, perder el voto musulmán, es perder Michigan. Así de simple.
Y hay otra cosa; las encuestas muestran que no son los demócratas los que están perdiendo Míchigan, sino que es un problema netamente de Biden. Ponte tú, la gobernadora demócrata de Michigan está arriba en las encuestas hasta por cinco puntos.
Y hay otra cosa; las encuestas muestran que no son los demócratas los que están perdiendo Míchigan, sino que es un problema netamente de Biden. Ponte tú, la gobernadora demócrata de Michigan está arriba en las encuestas hasta por cinco puntos. Entonces, si pierdes Michigan, tienes que ganar otro estado para compensar, pero ¿cuál? Biden está perdiendo todos los Swing States, salvo Wisconsin.
Además, los republicanos han sido muy exitosos en pintar todo el mandato de Biden como un fracaso económico, principalmente por la inflación, aunque en mi opinión la cosa económica no está tan mal.
¿Ucrania afecta en algo?
- Los republicanos no están interesados en Ucrania, mientras que los demócratas quieren seguir mandando ayuda. En general, ese tema se divide por partido, pero Ucrania es solo prioridad para gente más educada y urbana.
¿Y lo de Texas?
- Lo que tienes ahí es un problema fronterizo eterno. Algo que no lleva años, sino décadas. Es decir, es algo que no ha empeorado, y en ese sentido no es una crisis. Pero, los republicanos, desde que llegó Biden, han hecho parecer el asunto como un colapso.
Si no me equivoco, Biden ha deportado gente a un ritmo más rápido del que deportó -durante el mismo periodo- Trump, tal como lo había hecho antes Barack Obama. Entonces, no es que los demócratas no hagan nada y dejen a todo el mundo entrar.
Lo que hay que ver es lo que estaban haciendo gobernadores como Greg Abbott, de Texas, o DeSantis, de Florida, sobre todo cuando éste estaba en campaña, que era detener migrantes ilegales y subirlos a aviones o buses para mandarlos a Nueva York o San Francisco, es decir, ciudades 'progres'.
Lo que hay que ver es lo que estaban haciendo gobernadores como Greg Abbott, de Texas, o DeSantis, de Florida, sobre todo cuando éste estaba en campaña, que era detener migrantes ilegales y subirlos a aviones o buses para mandarlos a Nueva York o San Francisco, es decir, ciudades 'progres'. Me acuerdo del caso de Martha´s Vineyard, el balneario de Obama, donde los enviaron para luego decir 'bueno, querían inmigrantes ilegales, ahí los tienen'. A lo que voy es que, me parece que es toda una retórica que están ampliando porque es año electoral.
A eso responde, a mi juicio, lo de Abbott, quien aparece como defendiendo la soberanía de Texas, ya que el Gobierno Federal no hace nada, supuestamente. Hay efectivamente una disputa eterna sobre las competencias de la soberanía estatal y federal en estos temas, lo que se traduce en las competencias de las distintas fuerzas policiales y de vigilancia, pero, me parece, esto responde a la retórica electoral, en la que Abbott tiene que aparecer desafiando al Gobierno Federal. Pero no es que Texas esté planteando salirse de la Unión o que estemos en la víspera de una Guerra Civil 2.0, ni mucho menos.
Respecto de eso último, es verdad que el país está lleno de armas, pero, la verdad es que nadie en ningún Estado tiene chance de organizar una fuerza militar capaz de realizar un enfrentamiento contra un ejército profesional, por lo que esto no es más que palabrería de grupos exaltados, los mismos que participaron o aplaudieron lo que pasó el 6 de enero del 2021, en el Capitolio.
Ahora, hay un clima retórico al respecto. En abril van a soltar una película que se llama justamente Guerra Civil, cuyo argumento es que el sector más rojo, republicano, se alza en armas, lo que me imagino que va a causar un montón de debate, pero, no es que Estados Unidos esté a punto de desintegrarse.
Al final Abbott en algún momento va a retroceder, cuando el tema fronterizo ya tenga su impacto electoral completo o hayan negociado algo. Y es que el tema migratorio también está siendo utilizado por los republicanos en el Congreso, ya que los demócratas desean enviar urgentemente $60 mil millones de dólares a Ucrania y $14 mil millones de dólares a Israel, con lo que los republicanos están negociando a cambio más dinero para control migratorio.
Y esto ha generado un problema adicional: Trump está boicoteando estas negociaciones porque desea que el tema migratorio como crisis sea una de las banderas de su campaña.
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