Una reciente publicación de ProPublica da cuenta de un hecho que hasta el momento había sido relativizado: “El plástico no se descompone en la naturaleza. Si convirtieras todo lo que se ha hecho en film transparente, cubrirías cada centímetro del mundo. Se está acumulando, filtrándose en nuestra agua y envenenando nuestros cuerpos”, reza la pieza periodística.
Así, el artículo afirma que “es difícil transformar endebles envoltorios de caramelos en bolsas para sándwiches, o fabricar recipientes que antes contenían aceite de motor lo suficientemente limpios para contener leche”.
“Ahora, la industria anuncia nada menos que un milagro: un tipo de reciclaje "avanzado" conocido como pirólisis: "piro" significa fuego y "lisis" significa separación. Utiliza calor para romper el plástico hasta sus componentes moleculares”, describen.
De esa forma, “mientras que el reciclaje “mecánico” de la vieja escuela produce plástico degradado o contaminado, este tipo de reciclaje “químico” promete plástico que se comporta como si fuera nuevo y podría marcar el comienzo de lo que la industria presenta como una revolución verde: no sólo ahorraría mucho -Reciclar plásticos como envoltorios de alimentos congelados del contenedor de basura, pero los convertiría en nuevos productos que pueden reemplazar a los viejos y reciclarse químicamente una y otra vez”.
Los científicos dicen que la clave para solucionar este problema es producir menos; el mundo produce 430 millones de toneladas métricas cada año.
Pero las empresas que dependen de la producción de plástico, como las de combustibles fósiles y productos químicos, han trabajado desde la década de 1980 para presentar la contaminación como un fracaso en la gestión de residuos, algo que puede solucionarse con el reciclaje.
Los líderes de la industria sabían entonces lo que sabemos ahora: el reciclaje tradicional apenas haría mella en la basura.
Entonces, cuando tres empresas utilizaron la tecnología basada en pirólisis de ExxonMobil para crear con éxito esa taza de fruta, lo anunciaron al mundo.
"Este es un hito importante", dijo Printpack, que convirtió el plástico en vasos. El proveedor de frutas Pacific Coast Producers lo calificó como "la iniciativa más importante que puede emprender una empresa de bienes de consumo envasados".
El reportaje sostiene que el reciclaje químico, específicamente la pirólisis, solo transforma entre el 15% y el 20% de los desechos plásticos en plástico nuevo, y la mayoría se convierte en otros productos químicos o combustibles.
“ExxonMobil apoya la circularidad de los plásticos”, decía el comunicado de prensa de agosto de 2023, citando una palabra de moda que implica un ciclo infinito de uso, reciclaje y reutilización.
En resumen
El reportaje sostiene que el reciclaje químico, específicamente la pirólisis, solo transforma entre el 15% y el 20% de los desechos plásticos en plástico nuevo, y la mayoría se convierte en otros productos químicos o combustibles.
Además, los productos de pirólisis contienen una cantidad mínima de material reciclado, muy diluido con nafta no reciclada.
Junto con ello, la industria utiliza una contabilidad compleja para inflar el contenido reciclado de sus productos, engañando a los consumidores.
En concreto, el reciclaje químico, alguna vez anunciado como la solución milagrosa para nuestro creciente problema de desechos plásticos, se enfrenta a un escrutinio cada vez mayor.
Prometido como un método revolucionario para descomponer el plástico en sus componentes químicos originales, se suponía que el proceso marcaría el comienzo de una era de uso circular del plástico, minimizando el impacto ambiental. Sin embargo, estudios e informes recientes sugieren que el reciclaje químico no está a la altura de las expectativas.
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