Desaparición de Julia Chuñil

La filtración por parte de la abogada querellante, Karina Riquelme, respecto de que a Julia Chuñil la habrían quemado –según un antecedente de la investigación que apuntaría al sospechoso Juan Carlos Morstadt–, causó la reacción de la propia Fiscalía Nacional, así como también del gobierno y de organizaciones pro derechos humanos.

“Mi madre no se dejó comprar por nadie”, afirma al recordar a Julia Chuñil. Su hijo la describe como una mujer que resistió amenazas del empresario Juan Carlos Morstadt, a quien la familia ha señalado desde el inicio como principal sospechoso y cuya responsabilidad reafirman tras una interceptación telefónica en la que habría admitido que fue quemada.

Un recurso de apelación contra la resolución dictada por la Corte de Apelaciones de Valdivia, plantea que Labocar levantó, el 19 de diciembre, un pantalón supuestamente manchado con sangre desde la casa de la dirigenta mapuche. Sin embargo, pericias realizadas contradicen esa versión: “Esa afirmación entregada al Juez de Garantía de Los Lagos es falsa”.

Sebastián Benfeld señaló a Interferencia que la defensora medioambiental recibió "amenazas que constan de ataques verbales explícitos, cortes de camino, agresiones físicas y también a la propiedad de Julia Chuñil".