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Martes, 16 de Abril de 2024
Guerrilla en Teoponte, Bolivia

Elmo Catalán, el periodista chileno que siguió los pasos del Che Guevara

Manuel Salazar Salvo

Elmo Catalán y Genny Koller

Elmo Catalán y Genny Koller
Elmo Catalán y Genny Koller

Probablemente partió a Bolivia en julio de 1968, donde se unió al Ejército de Liberación Nacional para luchar por la revolución. Cuando se conoció en Chile la noticia de su muerte, el 16 de julio de 1970, hubo estupor entre sus colegas: muy pocos conocían sus actividades secretas.

Admision UDEC

A las tres de la tarde del viernes 12 de junio de 1970, tres cazadores que merodeaban en las afueras de Cochabamba, Bolivia, en una ladera del cerro San Pedro, descubrieron en un túnel el cadáver de un hombre. El cuerpo estaba envuelto en pocas frazadas de color gris, amarradas con cuerdas de nylon. Los cazadores dieron inmediato aviso a la policía.

 Policías de la Dirección de Investigación Criminal, DIC, desataron las ligaduras del tétrico "paquete" y se encontraron frente al cuerpo de un hombre alto y delgado, cuyas facciones, en su primer momento, eran irreconocibles, por estar cubiertas por una capa de sangre coagulada.

 El cuerpo fue llevado a la morgue del Hospital Viedma, y los policías regresaron al túnel donde a unos 400 metros del primer hallazgo encontraron otro cuerpo, también envuelto en frazadas de color plomo. Se trataba de un segundo cadáver, correspondiente a una mujer joven, que presentaba una herida punzante en la mejilla derecha.

El túnel donde se hallaron los cuerpos.

El túnel donde se hallaron los cuerpos.
El túnel donde se hallaron los cuerpos.

Dos periodistas bolivianos, Adolfo Mier y Juan Carlos Gumucio, efectuaron un prolijo seguimiento de este crimen, de cuyo relato extrajimos muchos de los datos que aquí les entregamos.

Una estudiante de Arquitectura

Poco después, el prefecto de Cochabamba recibió la visita del Secretario Ejecutivo de la Federación Universitaria Local (FUL) Adolfo Tezanos Pinto, quien buscaba a Genny Koller, también dirigente universitaria de la Democracia Cristiana, y alumna de cuarto año de Arquitectura, quien había desaparecido hacía cinco días, sin que se supiera algo sobre su paradero.

La joven Genny al centro de una marcha universitaria

La joven Genny al centro de una marcha universitaria
La joven Genny al centro de una marcha universitaria

Esa noche llegó a las redacciones de los periódicos y emisoras radiales de Cochabamba un escueto comunicado, sin firma, con las siglas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), donde se denunciaba la desaparición de sus militantes Genny Koller y Elmo Catalán Avilés. El comunicado aseguraba que la pareja había sido secuestrada por los organismos de seguridad del gobierno o por la CIA estadounidense.

Los periodistas que llegaron el sábado 13 a la morgue reconocieron de inmediato el cadáver de Genny Koller. En cuanto al otro cadáver, el del hombre alto y delgado, nadie sabía de quién se trataba. Era un individuo de poco más de un metro ochenta de estatura, piel blanca, cabello castaño lacio, cejas medianas y arqueadas, nariz recta y labios delgados. Los reportero intuían que se trataba de Elmo Catalán Avilés, el mismo que el ELN denunciaba como secuestrado.

Tras la autopsia, el parte médico informó que la muchacha, que estaba embarazada, habría fallecido tres o cuatro días antes del hallazgo de su cadáver, debido a "posibles lesiones cráneo-encefálicas". En varias partes del cuerpo presentaba hematomas y heridas de diversa índole. Elmo Catalán, en tanto, había muerto por “causas indeterminadas”, aunque también exhibía diversas heridas y hematomas en su cuerpo.

Antes de que fueran depositados en la capilla ardiente, los dos cadáveres fueron objeto de nuevos y minuciosos exámenes por parte de estudiantes y médicos de la Universidad. Los resultados fueron celosamente guardados por los dirigentes universitarios. Algunos de ellos, sin embargo, fueron entregados al cónsul de Chile, Manuel Gallardo; al presidente del Colegio de Periodistas de Chile, Alfredo Olivares Román; y al hermano de Elmo, Gustavo Catalán Avilés, quienes fueron llegando progresivamente a Cochabamba.

Elmo Catalán, que había adoptado la chapa de “Ricardo”; y Genny Koller, “Victoria” o “Florencia”, eran miembros del ELN y trabajaban en la preparación del retorno de la guerrilla a la sierra, en la zona de Teoponte. Ambos se habían casado en un ritual revolucionario en el mes de marzo.

Elmo Catalán y Genny Koller

Elmo Catalán y Genny Koller
Elmo Catalán y Genny Koller

Cuando murió, Genny tenía 22 años. Había nacido en Cochabamba, hija de Juana Echalar y Guillermo Koller Minhart, prolífico hogar que trajo ocho hijos al mundo. Cuando la joven concluyó sus estudios primarios en el Instituto Americano de Cochabamba, viajó con su familia a Lima, donde completó el bachillerato. Luego quiso ingresar en la Universidad Mayor de San Marcos, pero sus intentos fracasaron, y entonces decidió volver a su ciudad natal para proseguir sus estudios superiores. Ingresó en la Universidad de San Simón, pero poco antes de su muerte había abandonado sus estudios.

Dirigente entusiasta y activa de la Federación Universitaria de Cochabamba, fue elegida posteriormente presidente del Comité Promotor de la Mujer, organización que ella misma fundara y a través de la cual hizo acendrada defensa de la mujer, según consta en numerosos escritos, declaraciones o mensajes que propaló.

Hombre alto y delgado

“Adiós, camarada desconocido...”. Con estas palabras despidió Alfredo Maldonado Rosetti, máximo dirigente de la Confederación Universitaria de Bolivia, los restos mortales de Elmo Catalán Avilés, en la breve oración fúnebre que pronunció frente a su ataúd y al de Genny Koller, ante la misma puerta de la Prefectura de Cochabamba y de la Central de la Policía. Rosetti resumió así el casi absoluto desconocimiento que en Cochabamba existía sobre Elmo Catalán. Ni los estudiantes de la Universidad, el tradicional foco de la rebeldía y de la protesta, ni los periodistas, ni aparentemente nadie intuía que se trataba, como lo dijo tres o cuatro días después el cónsul de La Moneda, Manuel Gallardo, de "el Che Guevara de Chile".

El funeral de la pareja en Cochabamba

Elmo Catalán y Genny Koller
Elmo Catalán y Genny Koller

Sólo cuando se captó en Cochabamba una transmisión de Radio Balmaceda, de Santiago, se supo que el hombre era chileno y periodista. Hasta entonces existía en Bolivia la creencia de que se trataba de un individuo de nacionalidad peruana llegado algún tiempo atrás al país, con pasaporte expedido en Lima.

En los días siguientes se informó en Bolivia que Catalán habría ingresado a ese país en junio de 1969 con otros seis extranjeros, entre ellos Rigoberto Zamora Zazzo ("David"), también chileno, que murió tiempo después de manera trágica. La versión oficial indicó un suicidio por desequilibrio sentimental – casi inmediatamente después de que su compañera Rita Valdivia ("Maya") – muerta cuando la policía atacó a tiros su refugio en un barrio de Cochabamba.

De Elmo Catalán se dijo que acompañó al entonces jefe del ELN en Bolivia, "Inti" Peredo, hasta poco antes de su muerte en La Paz, el 9 de septiembre del ‘69. Es más, hay quienes aseguraron que de no mediar su condición de chileno, hubiera sido designado jefe del ELN en Bolivia, en vez de "Chato" Peredo, el hermano menor de "Coco" y de "Inti" Peredo.

El sepelio de Elmo y su compañera se transformó en una de las mayores manifestaciones de pesar masivo en Cochabamba, que luego di paso a graves disturbios callejeros. Tuvo que intervenir el ejército, que reprimió brutalmente las manifestaciones, disparando sus armas sobre los estudiantes. Dieciocho personas cayeron heridas, alcanzadas por las balas de los soldados de la Escuela de Clases.

Por diversos conductos, los periodistas de Cochabamba recibieron, en la noche del 18 de junio, un nuevo comunicado del ELN. El mensaje llevaba el sello tradicional del ELN -tres brazos empuñando tres fusiles- y su redacción parecía similar a otros documentos anteriores de esa organización clandestina, emitidos por otros hechos parecidos. En cambio, el que circuló aquel viernes 12, en el que se denunciaba la desaparición de Elmo y Genny, no presentaba analogía alguna con el resto.

El nuevo comunicado estaba presuntamente redactado por "Chato" Peredo Leigue, jefe del ELN, pero no llevaba su firma. Informaba que "Ricardo y Victoria" – Elmo y Genny – "murieron en un combate simbólico contra la inmoralidad". Luego de explicar que ambos eran valiosos e importantes miembros del ELN, relataron de esta manera su trágica muerte:

"Ricardo y Victoria atendían directamente una de las células que presentaba algunos problemas organizativos y políticos. En el reajuste de esta célula se tomaron medidas de tipo disciplinario. Uno de sus integrantes, al parecer opuesto a tales medidas, disparó su arma contra ambos compañeros. Otros compañeros que escucharon los disparos, al acercarse encontraron ya muertos a Ricardo, con tres impactos en el tórax, abdomen y el antebrazo, y a Victoria, con un impacto en la región mastoidea. El asesino se encuentra prófugo”.

En el comunicado se decía que "Ricardo" había recibido tres impactos de bala, en tanto que su compañera fue alcanzada por uno. Sin embargo, cuando se practicó la necropsia de Elmo, el forense Guzmán diagnosticó que el cuerpo no presentaba herida alguna de bala.

Pero como si esta tremenda contradicción fuese insuficiente, otro documento, con el mismo sello que el anterior, lo desmintió rotundamente. “Desmentimos categóricamente”, señalaba, “en memoria de los mártires y héroes de la Revolución Latinoamericana, la pretendida autenticidad del absurdo comunicado fraguado que, con un tinte de desfachatez pueril, busca el desprestigio de nuestra organización de vanguardia”. Insistía, también, en las acusaciones contra el gobierno y la CIA.  Casi un mes después, el ELN emitió un tercer (o cuarto)  comunicado, insistiendo en que los esposos Catalán-Koller habían sido eliminados por la CIA.

Periodista y luego guerrillero

Catalán nació en Arica en 1932. Ingresó a la primera generación de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile en 1953, donde se graduó en 1956 con la tesis de grado “La propaganda, instrumento de presión política”, un alegato precoz contra los monopolios de la prensa publicado en Chile en 1970, después de su muerte.

Aún estudiante, trabajó en el diario El Siglo como editor deportivo, donde fue detenido en 1957 en la imprenta Horizonte, propiedad del Partido Comunista, y relegado a la precordillera de Belén, cerca de Arica. Ese mismo año se casó con la profesora Ana María Agüero. Luego fue ayudante y profesor en Periodismo, trabajó en las radios Balmaceda y Minería, en la agencia cubana Prensa Latina, en la revista Vistazo y en el vespertino socialista Las Noticias de Última Hora y en la revista Punto Final. Más tarde fue jefe de prensa y director de diversos medios institucionales vinculados con la producción de cobre. En 1964 fue jefe de prensa de la segunda postulación presidencial de Salvador Allende.

Catalán reporteando al expresidente argentino, Arturo Frondizi

Catalán reporteando al expresidente argentino, Arturo Frondizi
Catalán reporteando al expresidente argentino, Arturo Frondizi

En algún momento se vinculó con la revolución cubana, relación que se hizo cada vez más intensa. En Chile se relacionó con el Ejército de Liberación Nacional local, ELN, vinculado a militantes del Partido Socialista. La periodista Gladys Díaz, integrante del MIR chileno, ha contado que en una oportunidad estuvieron en su departamento de Ñuñoa Elmo Catalán, Manuel Piñeiro y el que ella asegura era Ernesto “Che” Guevara, ya caracterizado para ingresar a Bolivia a poner en marcha la guerrilla de Ñancahuazú.

Rafael Archondo, periodista boliviano, quien ha investigado este crimen, concluyó que lo verdaderamente ocurrido fue lo siguiente:

En el asesinato, el 8 de junio de 1970 en Cochabamba, de Genny Köller y Elmo Catalán, todas las pistas conducen a un individuo: Aníbal Crespo Ross, poeta chaqueño avecindado ahora en Yacuiba. Su nombre guerrillero era ‘Angelito’. Él convivía en un departamento de Cochabamba con su esposa, con “Ricardo”, con “Victoria” y con “Jesús”, cuyo nombre real es Edison Segade Jurado.

Juntos conformaban una célula del ELN, cinco semanas antes del planificado reinicio de la lucha armada en la localidad de Teoponte. De los habitantes de aquel departamento, situado en un segundo piso sobre la avenida Barrientos, sólo “Jesús” pudo ingresar al monte. Tras sobrevivir aquel catastrófico episodio, le contó al documentalista Roberto Alem Rojo que al mediodía de ese 8 de junio, desde la cocina, donde él servía la comida, escuchó tres detonaciones. Los disparos resonaron minutos después de que “Angelito” había salido de allí, en dirección a las habitaciones, allí donde Genny y Elmo acababan de llegar – y donde perdieron la vida.

El historiador Gustavo Rodríguez Ostria siguió esa pista hasta conseguir la ratificación verbal del propio Crespo Ross, quien le dijo, tres décadas después del suceso, que fue él quien les disparó. Algo más: Rodríguez obtuvo también la confesión de uno de los cuatro “elenos” que se encargaron de esconder los cadáveres en un túnel, donde fueron encontrados el 12 de junio de 1970.

Descubierto todo, el ELN emitió un primer comunicado reconociendo un altercado entre sus militantes, surgido a partir de la aplicación de “medidas disciplinarias” en contra de Crespo Ross. Éste habría reaccionado a tiros, molesto por las sanciones. No se sabe qué lo habría hecho merecedor de las mismas. Algunas versiones sostienen que quería desertar.

A una conclusión parecida llegó el historiador chileno Cristián Pérez, quien en su libro “Vidas Revolucionarias” se extiende con detalles sobre el tema.

Cuando se conoció en Chile la noticia de su muerte, el 16 de julio de 1970, hubo estupor entre sus colegas: muy pocos conocían sus actividades secretas. Probablemente, partió a Bolivia en julio de 1968. Sus restos permanecen sepultados en Cochabamba.

Numerosos homenajes se le rindieron al revolucionario chileno en nuestro país. Un campamento de pobladores de Santiago fue bautizado con su nombre; el Partido Socialista hizo lo mismo con las agrupaciones de sus juventudes encargadas de la propaganda, creando las “Brigadas Elmo Catalán” (BEC), que durante el gobierno de la UP ilustró las paredes de Chile con consignas y murales y cuyos militantes fueron duramente torturados por la dictadura militar después del Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973.



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Los restos de Elmo Catalán nunca fueron encontrados, su familia aún busca alguna pista de dónde fue enterrado. ip

Su periodismo es creíble.

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