Este jueves 6 de agosto, tras varios días de búsqueda de la joven de 16 años, Ámbar Cornejo, en Villa Alemana, finalmente fue encontrada muerta en la casa de la pareja de su madre, Hugo Bustamante Pérez. El principal sospechoso del asesinato está detenido, mientras medios de comunicación y redes sociales estallaban ante el crimen que suma otro femicidio a este 2020.

Bustamante ya estaba en la mira de la Policía de Investigaciones, al haber sido condenado con dos penas de 11 y 16 años por el asesinato de su ex pareja, Verónica Vásquez, y el hijo de ésta, Eugenio Honorato, de 9 años. 

Tras golpearlos y asfixiarlos, escondió los cuerpos en un tambor, y luego enterró el tambor en el patio de su casa. Sin embargo, el mal olor que emanaba lo delató, y cuando un vecino dio aviso a la policía, éstos encontraron a las víctimas.

Tras 11 años de cárcel, Bustamante fue beneficiado en 2016 con la libertad condicional, medida a la que pueden acceder las personas privadas de libertad que tengan condenas superiores a un año, y que hayan cumplido con más de la mitad de la pena, además de haber tenido una conducta intachable durante el transcurso de esos años. 

Cabe señalar que, según señalan numerosos medios de prensa, esta medida no fue recomendada por un informe elaborado por Gendarmería en la época, sin embargo, este documento no sería vinculante a la hora de tomar la decisión que permite a los reos cumplir el resto de la pena en libertad.

¿Hubo pistas para sospechar que Bustamante podría repetir su crimen? El principal sospechoso del asesinato de Ambar Cornejo dio variadas entrevistas, declaraciones y además fue objeto de informes sicológicos.

INTERFERENCIA recopiló algunas de las principales declaraciones públicas de Bustamante, las que podrían haber dado pistas de su peligrosidad y de eventuales rasgos delictivos en su persona, lo cual lleva a reflexionar sobre la posibilidad que tuvo Bustamante de volver a cometer un crimen de similares características al doble homicidio de 2005.

Las palabras de Bustamante

- “Pero qué es lo que pasa, es que yo también he pensado si alguna vez realmente he amado a una persona. Pero no sé, nunca he sentido ni experimentado por ejemplo el tener una pareja y vivir tan dedicado a esa persona que la persona desearía morir, por ejemplo, si no la tuviera al lado”

- “Ni yo me explico cómo y en qué momento me transformé en la persona que lo hizo. Yo a veces lo veo como un sueño. Como que hubiese soñado el episodio y que yo no fui la persona que llevó a cabo ese delito. Estoy consciente que fue así, que yo lo hice. Pero incluso a mi me cuesta aceptar los hechos. Yo hago cuenta que soy otra persona, y que dejo a Hugo Bustamante, o el asesino, como lo quieran llamar, la persona que cometió estos delitos, aparte. Y empiezo a mirar desde afuera el caso. Horrible. Entonces, me pongo a pensar por qué reaccioné de esa manera cuando podría fácilmente haberme levantado y haberme ido. Que hubiese sido lo lógico, porque antes lo había hecho. Y ese día, como le digo, por último yo le debería haber pegado un empujón cuando me llegó el golpe en la cara. No lo hice”- 

- “Hasta el momento me consideraba normal. Creo que tengo un comportamiento normal ahora, pero no lo tuve. Entonces eso me hace ver que en cierto momento no lo fui. Yo cuando estaba en juicio hice hincapié en una cosa: no creo que exista una persona que tenga la sangre tan fría para planificar lo que yo hice”.

- “No podría decirle no, es imposible que volviera yo a vivir una situación tan parecida. Ni tampoco porque, de hecho, pienso que no. Pero también digo… bueno, si en un momento determinado exploté de esta manera, frente a cierto tipo de situaciones, ¿explotaré nuevamente? Y eso si que es angustiante, ¿ah? Eso sí que es angustiante”. 

Fuente: Programa Mea Culpa, episodio “El tambor”, Temporada 10, episodio 6

- "Reconozco que maté a dos personas. Sé que matar es algo muy terrible. Estuve 3 días sin comer ni dormir. Sólo consumía alcohol. Estaba bloquedo”.

- “Es fuerte lo que viví. Incluso, compré un arma para suicidarme. Esto, porque la presión que uno siente, es mucho más fuerte que estar en la cárcel".

Fuente: “Penosos entretelones de doble crimen”, La Estrella de Valparaíso, 28 de septiembre de 2005.

- "Siempre he buscado sensaciones nuevas, respuestas a las sensaciones de vacío", en entrevista a una psicóloga. 

- “(...) Yo le contesté: sabe qué, yo la respuesta no la tengo. Porque cada persona reacciona dependiendo del lugar que está y la situación que vive. Yo, le dije, no tengo la intención hacer lo que hice, y no me gustaría pasar lo mismo otra vez. Pero yo no podría asegurarle a usted que no lo haría. ¿Sabe por qué? Porque yo no soy dueño del destino”. En entrevista con una psicóloga sobre si volvería a hacer lo mismo.

- "No puedo ponerme a pensar en hacerle tal o cual cosa a un desgraciado porque, por ejemplo, no me guste cómo se cuenta mi vida en un reportaje". 

Fuente: “Un homicida entre nosotros”, publicado en 2016 por Revista Sábado.

- "No me di cuenta en qué momento murieron y por eso los amarré, luego les di agua, pensando que podían salvarse; puse el oído en sus pechos para escuchar su corazón, pero no reaccionaron. Entonces me senté en el living y fumé durante todo el día; me tomé una botella de pisco que tenía. No sabía qué hacer, ya no pensaba". Confesión de Hugo Bustamante ante el Tribunal de juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar en 2005

- "Estaba confundido y por eso mantuve los cuerpos algunos días hasta que comenzaron a despedir mal olor". Confesión de Hugo Bustamante ante el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar en 2005.

- "Le pagué 5 mil pesos a un fletero y le dije que el tambor contenía antioxidante para papas fritas". Confesión de Bustamante, ante el Tribunal Oral en lo Penal de Viña del Mar en 2005, sobre el tambor en que escondió a sus víctimas ya fallecidas.

- “Solo sentí un pito en mi cabeza (...) Era como si estuviera viendo una película". Confesión de Bustamante sobre los hechos relacionados al doble homicidio que cometió en 2005.

Fuente: “Hugo Bustamante Pérez asesinó a su pareja y a su hijastro en 2005. Los metió en un tambor metálico y luego los enterró en el patio de una casa”. El Mercurio, 5 de mayo de 2016