El epidemiólogo, ex miembro de Médicos Sin Fronteras y académico de la Universidad de Valparaíso, Aníbal Vivaceta, ha sido una voz crítica de las medidas sanitarias propuestas por el gobierno para enfrentar el virus. Vivaceta plantea que es imposible avanzar en derrotar la pandemia sin una fuerte campaña comunicacional que explique bien cómo se transmite el virus, que disponga de lugares para el lavado de manos constante y que fiestas ilegales como la ocurrida en Cachagua no son relevantes para las cifras nacionales de contagios Covid-19.
“El transporte público hacinado ha estado durante toda la pandemia y es super desigual, porque afecta más a la gente más pobre. Y cuando no se toman buenas medidas, se empieza a culpar a la fiesta de cumpleaños de un gato o puras tonteras”, afirma Vivaceta en esta entrevista.
Vivaceta vive en Valparaíso, ciudad que hoy presenta sus camas UCI casi completamente ocupadas con enfermos de Covid-19. Sobre ese colapso y la “segunda ola de contagios”, vuelve a hacer énfasis en que se han tomado medidas “engañosas” y “efectistas” de parte de las autoridades de Salud, y que aún falta mucho tiempo para que en Chile haya un verdadero control de la pandemia.
- ¿Cual es su visión de lo que está pasando? Vemos, desde afuera del mundo de la salud, que se dan los permisos de vacaciones y la quinta región está con muchos turistas, al mismo tiempo que se han llenado las camas UCI en la región ¿Hay una relación entre el permiso de vacaciones y el colapso de camas?
Primero, no podemos asegurar que esa relación sea así como dices. Hay una alta ocupación de camas UCI según nos han informado, pero nosotros no sabemos si las personas que están ocupando las camas UCI son personas que vinieron desde Santiago o de otros lugares, asumir eso es aventurado. También uno podría decir que llegaron a contagiar a la gente local, pero resulta que el tiempo que ha pasado es bastante corto, la gente pasa a la UCI después de varias semanas. Entonces los que están en la UCI ahora es gente que se contagió en diciembre, alrededor de navidad.
Hay un montón de colegas que se la dan de expertos y no tienen idea, que dicen que es porque aumentaron los permisos que ahora hay mucha gente en la UCI, pero la verdad es que una persona cae a la UCI después de contagiarse, hacer la enfermedad y después de días de agravarse. Los casos que estamos viendo se contagiaron en navidad o año nuevo.
- ¿Y por qué se produce este colapso en Valparaíso?
La verdad es que hasta ahora, y durante todo el periodo de la Covid, no ha habido educación a la gente ni preventiva de cómo se transmite el virus. El ministro de Salud cuando habla muestra que no sabe cómo se transmite el virus, cuando la subsecretaria habla, no tiene idea qué dice. Entonces a la gente le dicen cosas, por ejemplo, que se contagian cuando van a la playa o que se contagian cuando van a una fiesta, pero en realidad la gente no entiende todavía, después de casi un año, por qué tienen que lavarse las manos para una enfermedad que es respiratoria. Y se les dice que se laven las manos, pero nadie les explica que el virus se transmite cuando el virus llega a su cara, su nariz, a través de sus manos.
Tampoco se les explica el valor de la ventilación de los espacios y se pretenden reemplazar con mascarillas, que son eficaces para situaciones especificas, pero no sirve cuando uno anda en la calle, porque en realidad no nos contagiamos andando en la calle. En general nos vamos a contagiar en lugares cerrados, con contacto estrecho, con nuestros compañeros de trabajo o familiares, o eventualmente en el transporte público hacinado.
El transporte público hacinado ha estado durante toda la pandemia y es super desigual, porque afecta más a la gente más pobre. Y cuando no se toman buenas medidas, se empieza a culpar a la fiesta de cumpleaños de un gato o puras tonteras. Pero, los casos que se pueden demostrar por contagios en fiestas serán un 1% o a lo más un 5% de los contagiados. Las medidas que está tomando el gobierno son medidas aparatosas, llenas de sistemas de control, de permisos que los administra una de las instituciones más desprestigiadas de Chile, como es Carabineros. Son más bien medidas de control social, medidas muy efectistas, como ponerle mascarilla a todos en la playa.
En una situación así donde no hay educación social es evidente que el virus se va a seguir transmitiendo. Todo eso de las fiestas de Cachagua, de los cumpleaños, distrae de las medidas que sí deberían tomarse.
- De eso mismo se ha debatido bastante el último tiempo, que varias medidas del gobierno serían contradictorias o no tendrían sentido, como por ejemplo, dejar a la población hacinarse en el metro o en las micros, pero no salir a parques o espacios abiertos los fines de semana, donde hay menos posibilidad de contagiarse.
Desde el punto de vista de la epidemiología no tiene ni un sentido. No puede ser que la gente no pueda ir a un parque, si ahí la posibilidad de contagiarse es mínima. Si ¿cómo se transmite el virus? Comiendo juntos, bebiendo juntos, si es la saliva que salta a la comida de los otros, a la cara de los otros, a las manos, y ahí nos vamos a contagiar, esa es la forma en que se contagia la Covid. Esto no se ha abordado en el gobierno.
Tampoco se ha abordado el trasfondo neoliberal, de que los trabajadores oculten sus síntomas porque no se pueden confinar. Tampoco tienen cómo mantenerse, cómo dejar de trabajar, los contactos estrechos. Los trabajadpores terminan ocultando sus síntomas y al final contagian a otros.
Además en Chile se han tomado medidas engañosas. Una de las más engañosas es anunciar que se iban aumentar el acceso a exámenes PCR sin exigir la orden médica. Pero eso es para la gente que se atiende en el sector privado, no es para la mayoría de los chilenos, que tienen Fonasa. Esa persona va a llegar a un consultorio y va a tener mucho menos probabilidad de ser detectada con Covid.
Esa gente no tiene acceso a aislarse y tampoco a hacerse los exámenes con la misma prontitud ni regularidad que una persona con plata. Ahí tienes un problema de detección, de aislamiento y encima el sistema chileno no hace trazabilidad hacia atrás, es decir, detectar dónde se contagió la persona y a partir de eso buscar los posibles contagios en el mismo lugar. Eso sirve porque la Covid tiene la particularidad de que su contagio no es regular, hay algunas personas que contagian a mucha gente y una gran mayoría que contagia a unos pocos. Es distinto a otras enfermedades, como el sarampión, que es más contagioso pero más parejo, es decir, cada contagiado contagia a una cantidad parecida que otro contagiado. La Covid no es así.
La mayoría de la gente no tienen ni posibilidad de una buena detección rápida del virus, ni incentivos para aislarse ni una cobertura estatal mínima para aislarse. Por lo tanto esa persona va aguantar, va a decirse a sí misma que tiene otra cosa, va a tener que viajar en el transporte público porque no puede dejar de trabajar. Esa es la razón principal de que las cifras de contagios estén altas, no es ni las fiestas en Cachagua ni los paseos a los parques ni que no se use mascarilla en la playa.
- Se habla de que empezó la segunda ola de contagios en Chile ¿Está de acuerdo con esa afirmación?
La segunda ola en sí no existe como una entidad necesaria para un virus. Es decir, la segunda ola existe simplemente porque se relajan las medidas sanitarias. Yo estuve buscando fundamentos científicos de por qué hay una segunda ola, y lo único que pude encontrar es que se produce cuando la gente ya no aguanta más las restricciones, se empiezan a relajar las medidas de prevención, etc. Y lo que tienes es una cantidad de casos en aumento, en función de las dinámicas sociales.
Según vi en los datos hace unos días, lo que pasa en Chile es que en algunos lugares aumenta la cantidad de casos y en otros disminuye. Después de octubre los contagios son más estables, algunas zonas han crecido mucho en contagios, otras bajaron y esa mezcla es la que se produce ahora. Y si llegamos a tener una segunda ola o tercera ola, son en lugares específicos. En realidad lo que ocurre es que en diferentes lugares se van a producir oleadas de contagios en función del comportamiento de la gente.
Si el aumento de contagios sucede en varios lugares grandes al mismo tiempo, los vas a sumar y los vas a ver como una tendencia, pero no es una tendencia, son lugares que se suman. Asumir que la segunda oleada es como una réplica después de un terremoto por ejemplo, es una tontera del tamaño de una catedral. Distintos territorios tienen dinámicas propias.
- ¿Y qué piensa sobre el efecto que podría tener la vacuna este año, con respecto a la contención del virus? El gobierno prometió 15 millones de vacunados el primer semestre pero al parecer el proceso va a ser más lento ¿Cree que va a tener un efecto que podamos ver este año?
Todavía no sabemos bien cuál es la efectividad real de las vacunas. Se supone que la vacuna Pfizer tiene una efectividad del 95%, pero si tú pasas de 95% a 91%, entonces tienes 600 mil personas más que quedarían susceptibles solo por esa variación. Entonces cuando pensamos que la vacuna será una solución no hay que olvidar que esto requiere de meses de vacunación para que logre coberturas importantes.
Entonces va a haber que destinar un montón de recursos por algo que hasta ahora, en condiciones muy controladas, ha mostrado una efectividad bastante buena, pero también algunos efectos adversos que no están lo suficientemente claros, y que están en estudio porque podrían ser bastante graves. Entonces todavía es una incertidumbre, y por cierto que la gente abraza esa posibilidad y dice "qué bueno, una vacuna", pero un dos por ciento de diferencia en la efectividad significa 300 mil personas más o menos que se van a enfermar.
Mientras tanto la gente seguirá contagiándose, porque en el gobierno apuestan a que la gran solución será la vacuna. La gente dice, no hay problema porque va a venir la vacuna y nos va a salvar. Además esto implica gastar una enorme cantidad de recursos, de tiempo, de energía de los servicios de salud, que dejan de hacer otras cosas, dejan de atender otras patologías, dejan de atender a pacientes que luego se terminan agravando.
Ahora, a propósito de la vacuna Sinovac, al parecer tiene solamente alrededor de un 50% de efectividad. Esto significa que un 50% de las personas que se vacunen seguirán teniendo la enfermedad. Probablemente más leve, pero vas a seguir contagiando, por lo que seguirás teniendo una enorme cantidad de casos. Entonces esta idea de que habrá una solución mágica que va a cambiar bruscamente el panorama y que de ahí para adelante esto estará controlado, es una cuestión que no tiene ningún asidero epidemiológico en los números.
Entonces, la vacuna puede ser una buena opción a largo plazo, pero hay una cuestión súper práctica: te demorarás un montón en vacunar, gastarás un montón de plata, y entremedio se te va a enfermar un montón de gente. Porque estás haciendo toda la campaña como si fuera la solución. Como si Piñera hubiera inventado la vacuna y fuera la gran solución.
En realidad la vacuna es una ayuda, pero si la gente sigue sin lavarse las manos y anda con mascarilla en la calle, luego llega a la casa y se saludan de beso, comparten la bebida, la comida, entonces es que no hemos entendido nada. La gente se relaja porque se introduce la idea de que la vacuna es una solución mágica. Eso puede afectar precisamente a la producción de lo que llaman la segunda ola. La gente dice, "bueno qué tanto, si ya está resuelto. Viene la vacuna, nos vacunarán luego, es un estúpido quien no se vacuna", entonces para qué la gente se va a cuidar. En la práctica lo que esto ha hecho es favorecer el contagio.
Claro, en el largo plazo puede que la vacuna funcione, pero que la gente relaje las medidas pensando que la vacuna es la gran salvación es también parte del fenómeno "vacunas", no se puede analizar la vacuna sin analizar eso.
Además, las vacunas no se pueden presentar sin compararse con nada. Primero que todo se comparan entre vacunas. Entonces, ¿Cuál ocupamos? ¿La Pfizer que tiene más efectividad? ¿O la Sinovac que en el mejor de los casos te dará 50% de inmunidad? ¿Para qué ocuparemos la vacuna? ¿Para reducir los casos graves o para reducir la transmisión? Nada de eso está debatiéndose.
Simplemente hay una afirmación de que cualquier cosa que se llame "vacuna" es buena, lo que sea, y que nos va a salvar. Y cualquier persona que cuestione eso, se arriesga a que te caiga el cielo en la cabeza, te acusen de brujería y de todo. Entonces en el gobierno se ha fomentado un enfoque irracional respecto de eso, basado en la emocionalidad, en discursos simplistas, que no dan cuenta de la realidad epidemiológica, que no dan cuenta de cómo funciona una vacuna, y que tampoco se han hecho cargo de que en el mejor de los casos está la cuestión evolutiva de los virus. Sea cual sea la vacuna surgirán variantes que podrán evitar el efecto protector de la vacuna. Es de perogrullo que va a ocurrir, ya hay nuevas cepas que aparentemente son más contagiosas, y que pueden contagiar a gente que ya tuvo el virus.
Entonces si sumas todo eso, hay que volver al origen. Buscar que las personas que están enfermas y pueden contagiar se enfermen, porque este gobierno encierra a todo el mundo por un puñado de personas que pueden contagiar. Cualquier sistema de salud un poco racional o eficaz, busca a los que pueden contagiar y se concentra en esos. Chile como es un país que sistemáticamente está pensado con la bota militar, de ponerle el pie en el cuello a la población y frenar la manifestación social antes que cualquier otra cosa, entonces opta por encerrar a todo el mundo. Pero tampoco hay ningún fundamento epidemiológico para decir que hay que encerrar a todo el mundo, o los fines de semana. De hecho se hace, y el virus no se controla.
Comentarios
Muy buen y clarificador
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